— ¿Con quién hablas tanto?  —preguntó Giselle al ver a su mejor amigo constantemente escribir en el teléfono con una sonrisa en el rostro. Ya se encontraban en el elevador del edificio de Atlas.

Él castaño sólo se encogió de hombros—. Con unos amigos  —contestó restándole interés; sin embargo, su mejor amiga no le creyó y decidió mirar por encima del hombro del castaño, cosa que tampoco el funcionó pues el chico se dió cuenta y enseguida bloqueó su teléfono—. No seas chismosa, Giselle.

Giselle simplemente le sacó la lengua, mientras que las puertas del elevador se abrieron y ambos chicos salieron de este hacia el pasillo, siendo la chica quién guiaba el camino hacia el departamento de su amigo.

Cuando estuvieron frente a la puerta, Giselle le mandó un mensaje a su amigo avisándole que se encontraba afuera, aunque tampoco le bastó aquello, pues comenzó a tocar la puerta repetidamente. Shawn sólo la veía raro.

— ¿Qué desayunaste hoy?  —se mofó él chico, la canadiense sólo rió y antes de poder contestar, la puerta fue abierta por Atlas, cuyo rostro mostraba clara irritación.

— ¿Estás bien de la cabeza?  —Giselle abrió la boca para contestar pero Atlas se adelantó a hablar —. Ni siquiera me contestes, ya sé que no.

— Hola a ti también, Atlas, que lindo verte  —ambos chicos se sacaron la lengua, haciendo reír a él canadiense por la actitud tan infantil de ambos y fue ahí cuando el mayor notó la presencia de una tercera persona.

— ¡Hey, trajiste a tu amigo él cantante!

— Atlas, tiene un nombre  —Giselle rodó los ojos.

— Mucho gusto, amigo, soy Atlas  —Atlas le tendió su mano a Shawn ignorando a su amiga rotundamente y él canadiense aceptó el saludo con gusto.

— Soy Shawn, igual es un gusto  —contestó mientras se daban un apretón de manos.

— Por supuesto que lo sé, Giselle no para de hablar de tí, por ella y por Leyla todos nos hicimos fans tuyos, con su novio pasó lo mismo.

— Yo soy la fan número uno de mis chicos, es inevitable.

Los tres rieron y Atlas se apartó de la puerta para que ambos amigos entraran al departamento, dónde ya se encontraban Leyla, Mae, Cassandra y Maia. Las chicas enseguida saludaron a su amiga y esta les presentó a él canadiense, aunque tampoco hacia demasiada falta, pues Leyla era su gran admiradora -casi se desmaya cuando lo vió- y bueno, es Shawn Mendes, sería un pecado no saber quién es.

Para fortuna de Giselle su mejor amigo pareció congeniar con el grupo casi de inmediato. Al principio fue un poco raro porque Leyla estaba en un mood de fangirl, pero después todos comenzaron a entablar una plática bastante agradable.

Shawn se había perdido de la conversación un momento por estar contestando mensajes en su celular, se levantó del sillón y camino hacia la cocina—. Hey, ¿puedo tomar un vaso? —se volvió para preguntarle a Atlas antes de adentrarse en la cocina.

— Claro, amigo, estás en tu casa.

— Hey, Max ya se tardó en llegar, ¿no? —comentó Cassandra, para este momento el chico Mendes ya se había adentrado a la cocina en busca de un vaso.

— Sí, me pareció raro que no estuviera aquí cuando nosotros llegamos, es raro que llegue tarde —comentó Giselle.

En ese momento el celular de Atlas vibró en el bolsillo de sus pantalones—. Miren, justo es un mensaje de ella, dice que ya está subiendo.

Un par de minutos después otro mensaje de su mejor amiga llegó a él celular de Atlas, avisándole que se encontraba afuera.

Atlas se levantó para abrir la puerta y dejar pasar a Max, quién lo primero que hizo al entrar fue quitarse el abrigo que traía puesto.

— Hey, ¿por qué tardaste tanto? —preguntó Mae acercándose a saludarla.

Max bufó—. Discutí con Tom por teléfono antes de venir —escuchó a todos sus amigos soltar un suspiro cansado.

— Ahora sí agarrenme porqué le voy a pegar —masculló Leyla antes de intentar pararse del sillón donde estaba sentada, pero Maia tiró de su brazo y la regreso a su lugar.

— Fue una tontería, no hablemos de eso —Max se encogió de hombros.

En ese momento, Shawn salió de la cocina mientras veía de su vaso con agua, sus ojos repararon en la nueva silueta que se encontraba en la sala de estar y cuando la chica se apartó el cabello del rostro fue que la pudo ver bien, dándose cuenta que era nada más y nada menos que Maxine Lennox.

Shawn literalmente se ahogo con el agua, ganando las miradas de todos cuando comenzó a toser.

Giselle enseguida se acercó a él y comenzó a dar palmaditas en su espalda, mientras que la morena recién llegada lo miraba entre divertida y confundida.

Cuando él canadiense por fin dejó de toser, su amiga habló—. ¿Estás bien? ¿Qué te pasó?

Shawn comenzó a negar mientras intentaba recuperar el aliento—. M-Me... Sólo... Tome agua muy rápido y me ahogué, eso es todo.

— Shawn Mendes es un peligro para si mismo—se mofó Mae, todos los amigos se rieron ante el chiste, incluso el castaño se rió de si mismo para ocultar su vergüenza.

Acaba de hacer el ridículo frente a su crush.