────── three

˚ˑؘ CHAPTER THREE °•*

EL FIN DE SEMANA DE ELEANOR PASÓ DEMASIADO RÁPIDO Y PRONTO SE ENCONTRÓ A SI MISMA DETRÁS DE UN ESCRITORIO. Su taza de café junto a ella era la única razón por la que pasaba la mañana. El se había levantado hasta tarde ese domingo por la noche, tratando de meter la mayor cantidad de tarea que podía hacer; le gustaba que la hicieran temprano, pero el tiempo se le había escapado. Cuando Jess vió lo cansada que estaba su gemela, se ofreció a hacer una parada rápida de camino a la escuela.

Su cabeza estaba apoyada en el escritorio y su mano sostenía un lápiz mientras dibujaba círculos perezosos en su papel de cuaderno. Escucho a Bella comenzar a reír a su lado y miró a su amiga. —¿Cuánto dormiste?

—No lo suficiente.— Murmuró Eleanor, antes de volver a sus dibujos.

Bella se rió de nuevo antes de quedarse en silencio. El le echó un vistazo a la cara antes de suspirar. —Es la primera clase del día, Bella. Normalmente no lo ves hasta el almuerzo.

Había pasado una semana desde que Edward había estado en la escuela y, aunque Bella no había dicho nada, Eleanor podía decir que su amiga estaba ansiosa por ver cuando aparecería. Bella le lanzó una mirada. —Ni siquiera dije nada.

—La expresión de tu rostro lo dice todo.— El levantó la cabeza y buscó una hoja de papel en blanco cuando su maestra entró. —No puede permanecer alejado para siempre.

Bella suspiró y también abrió su cuaderno. Eleanor tomó otro sorbo de su café y apoyó la cabeza en su mano, haciendo todo lo posible por prestar atención a las divagaciones de la maestra.

[...]

Más tarde ese día, Mike, Bella y Eleanor se dirigieron a la clase de biología. La forma en que Mike seguía lanzando miradas a Bella hizo que Eleanor se sintiera incómoda y rápidamente inventó una excusa para dejarlos. —Vuelvo enseguida. Te veré en clase.

Los dos le dijeron adiós, dejando que Eleanor se deslizará hacia el baño. Se volvió hacia el espero, haciendo todo lo posible por detenerse para no alcanzar a sus amigos. El sonido de pasos entrando al baño separó a Eleanor del espejo y sonrió a Alice y Rosalie Cullen cuando entraron.

Alice Cullen le devolvió la sonrisa, aunque Rosalie se quedó con una expresión severa. —¡Hola!

—Hola.— Eleanor respondió, tratando de no mostrar su sorpresa. En todos los años que habían ido a la escuela con la familia Cullen, ninguno de ellos le habló, incluso cuando se encontraron en el baño.

Alice sonrió y sus ojos se volvieron hacia Eleanor. —Me encanta esa camisa. ¿Dónde la conseguiste?

—Oh.— Eleanor la miró. Era solo una blusa blanca, por lo que no era nada especial. —Alguna boutique en Seattle. No recuerdo el nombre.

Alice tarareó. La campaña sonó cuando Alice abrió la boca y su expresión se volvió de disculpa. —Bueno, tengo que irme. Nos vemos, Eleanor.

Las dos chicas se marcharon, dejando a Eleanor de pie conmocionada. No se dio cuenta de que la familia sabía quien era ella, pero no pensó más en eso mientras se apresuraba a ir a clase.

Cuando entró, sus ojos encontraron a Bella y sonrió cuando vio que estaba sentada junto a Edward. La maestra estaba explicando la actividad del día cuando Eleanor se sentó junto a Mike. Mike le sonrió cuando se sentó y El se la devolvió antes de que sacara sus materiales.

A lo largo de sus experimentos, Eleanor se sorprendió mirando entre su periódico y Edward. Su mente comenzó a divagar y se encontró pensando en lo extraña que era su familia.

Carlisle y Esme eran hermanos que decidieron adoptar cinco niños y, aunque eso en si mismo era extraño, el hecho de que todos parecieran similares lo era aún mas. ¿Cuales eran las probabilidades de que siete personas, que no estaban todas emparentadas, tuvieran los mismos ojos dorados y piel pálida? Pensó en las manos del Dr. Cullen y en lo frías que habían estado. Eleanor no estaba segura de haber sentido alguna vez una mano humana tan fría.

Eleanor no solía ser una persona entrometida, pero no pudo evitar su creciente curiosidad por la familia. Edward giró la cabeza para mirar a la chica y Eleanor lo miró antes de volver a concentrarse en la tarea. En ese momento, decidió que iba a averiguar exactamente qué estaba pasando con la familia Cullen.

[...]

Eleanor eligió su próximo período de almuerzo para llevar a cabo su plan. Se aseguró de estar sentada frente a la mesa de los Cullen, sin dejar a nadie entre ella y Edward. Volvió la cabeza hacia la mesa, sin prestar atención q las conversaciones de sus amigos y busco la mente de Edward. Eleanor puso su cabeza entre sus manos y comenzó a usar su magia para entrar en la mente del chico.

Las imágenes pasaron por su mente con demasiada rapidez como para echarles un vistazo sólido. Ella resopló, empujando más en su mente para tratar de agarrarla, ninfa había hecho esto antes, aparte de la vez que accidentalmente se lo había hecho a Jess. Las imágenes se volvieron más claras, pero la mayoría de sus pensamientos se centraban en su familia y, sorprendentemente, Bella Swan. Hubo raros destellos de animales y Eleanor asumió que Edward disfrutaba estar en la naturaleza.

De repente, Eleanor fue expulsada de la mente de Edward y presionó sus manos en su cabeza, tratando de aliviar la presión de su nuevo dolor de cabeza. Ella miró hacia arriba, casi sorprendida cuando vio la mirada de Edward.

Los ojos de Eleanor se agrandaron y tuvo que preguntarse si él sabía lo que estaba haciendo. El resplandor había desaparecido de su risotto y en su lugar había una mirada de sorpresa. Aunque Edward había visto alguno de los pensamientos de Eleanor, nunca le presto mucha atención, la mente de Eleanor no era diferente a la de cualquier otra chica enfocada. En la escuela, siempre pensaba en su próxima clase y no en sus habilidades. Ahora se dio cuenta de que tal vez Eleanor estaba escondiendo un secreto tan grande como en de su familia.

Eleanor se puso de pie y se volvió hacia Jess. —Me voy a casa, te veo luego.

Jess se volvió hacia ella. —¿Estas bien?

Su melliza asintió y agarró su mochila. —Si, realmente no me siento bien, dolor de cabeza. Nos vemos.

Eleanor miró a la mesa de los cullen una vez más para verlos a todos mirándola. Levantó una ceja a Edward antes de darse la vuelta y salir de la cafetería.

¿Qué diablos acaba de pasar? Pensó Eleanor.



































































































muchas gracias por el apoyo que le dan al libro, lo publique hace nada y ya tiene 1.5k, eso jamás me lo esperé!!
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