𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑
𝐒𝐭𝐫𝐢𝐤𝐞 𝐅𝐢𝐫𝐬𝐭 𝐒𝐭𝐫𝐢𝐤𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐝 𝐍𝐨 𝐌𝐞𝐫𝐜𝐲
La lluvia caía bañando la lápida de Grace Nichols. Su muerte, por una embolia pulmonar no detectada a tiempo, dejó a su familia con una profunda tristeza.
Ella había luchado por ellos hasta sus últimos días. Como alguien que hizo lo posible por sobrevivir, moriría de esa forma, sin familia más que sus hijos, quienes estaban en su funeral.
-¿Por qué mamá se fue? -sollozó Brandon, abrazado de su hermana-. Fue porque no levantaba mis juguetes. Lo haré, haré todo, pero Tory, que mamá regrese.
Tory se agachó a su altura, limpiándole las lágrimas.
-No digas eso, no fue tu culpa -dijo la rubia.
-Entonces, ¿por qué se fue? -gritó el niño.
Tory lo abrazó y le dijo:
-No sé, Brandon. Se fue muy pronto, pero mírame. Te prometo que saldremos de esta tú y yo. Haré lo que sea, ganaré el Sekai Taikai. Tendremos una oportunidad.
-No, Tory, no. En Cobra Kai ya te lastimaste. ¿Por qué no en Miyagi-Do con Robby? -sugirió Brandon.
-No, bebé. En Cobra Kai tengo una oportunidad. En Miyagi-Do ya hicieron sus elecciones y Robby será capitán, y él está luchando por sus sueños.
-Entonces, ¿por qué se separaron? -preguntó el niño.
Antes de que Tory pudiera responder, vio a una persona que reconocía a la perfección. Se paró, se puso alerta y Brandon lo puso tras su espalda para protegerlo.
-¿Qué haces aquí? -dijo Tory, furiosa.
La mujer soltó el humo que venía fumando y comentó:
-Vine por lo que es mío, la pensión de tu madre. Ja, qué tonta, ella está muerta.
Tory la cacheteó, haciendo que soltara el cigarro de su boca.
-Nunca te importamos. Han pasado 2 años. Ni siquiera te preocupaste por ella o la visitaste. Solo te importa el seguro de vida.
La señora Cass soltó un suspiro y dijo:
-Escúchame bien, delincuente de cuarta. Si estás aquí es porque tú eras su cuidadora.
Pudiste zafarte de estar en prisión, pero escúchame bien, Brandon necesita una madre, una figura de autoridad.
Lo único que has hecho es meterte en problemas sin tomar en cuenta los perjudicados -dirigió su mirada al menor-. Es mejor que me quede con Brandon y tú con tu karate serpiente.
-Brandon no irá contigo. Tiene una hermana que lo ha cuidado estos 10 años. A diferencia de una tía apostadora. Tú podrás conocer el calabozo, pero yo tengo la tutoría de él, así que no dudaré en ponerte una orden de alejamiento si es necesario, tía Cass. -mencionó tory-
-Tú y yo sabemos que esa orden no la recibiría. Yo no tengo ningún cargo, pero tú pierdes más. Recuerda, cariño, habrá un juicio y el juez dictará con quién se quedará Brandon. Dijo firme la adolescente
-Será mejor que te vayas -dijo Tory, dándole la espalda, cuando su tía Cass dijo:
-Me iré, pero me lo llevaré conmigo -dijo, y tomó a Brandon del brazo para arrebatárselo. Brandon exclamó:
-¡Que no me lleve! Tory, quiero ir contigo.Siendo llevado por su tía y escapándose, Tory gritó:
-¡Brandon!
Corrió tras ella. Cuando parecía perderla, se escuchó una voz:
-Oye, bruja, deja a ese niño en paz -dijo un rubio.
-¿No sabes quién soy? -dijo la mujer Cass.
-Sí sé quién eres -dijo Johnny-. Eres la llorona. De verdad, que robar hijos es lamentable.
Atras iba acercándose Tory, exclamando:
-¡Devuélveme a mi hermano!
-Nichols -dijo Johnny, al darse cuenta de que ese niño estaba en peligro-. Escúchame bien, o me das al niño por las buenas o por las malas.
-¿Y si no quiero? -habló desafiante.
En ese momento, la tía había escuchado el ruido de la policía. Johnny aprovechó, se lo quitó y la empujó. La mujer no tuvo más remedio que correr y escaparse.
-Brandon -dijo Tory, con voz agitada-. ¿Estás bien?
-Tory -dijo, viendo a Brandon-. ¿Suegro? Digo, sensei -dirigiendo su vista a Johnny.
-Nichols, este niño es tuyo -indagó el rubio.
-Asintió-. Ella es mi hermana.
Johnny bajó a Brandon y él se fue con su hermana.
-Muchas gracias, sensei. Por favor, no le digas a Robby.
-De nada. Tranquila, no le diré. Pero, ¿qué hacían ustedes aquí? -preguntó.
-Vinimos a visitar a mamá -dijo el niño.
-Entiendo, yo también debería ver a la mía.
Después de ese largo y agotador día, los hermanos Nichols se fueron a su casa. Tory y Johnny visitaron la tumba de su madre, guardando el secreto de Tory.
Mientras Robby entrenaba en miyagi-do con sacos de boxeo, perdido en sus pensamientos y recordando lo que Tory le había dicho aquella vez:
-No puedo creer que criticaras a Kreese. Nunca vi a nadie haciendo eso -habló Robby, sorprendido.
-Se lo merecía -afirmó Tory-. ¿Quedará entre nosotros? No quiero que crean que sigo en contacto con él.
-Sí, no diré nada -aseguró el castaño.
-Sí -respondió tranquila.
Robby fue llamado por Latino, tocándole el brazo.
-¿Qué? Oh, lo siento, Miguel -dijo Robby.
-¿Está todo bien?
-Sí, solo pensaba.
-¿Sin noticias de ella? -indagó el morocho.
-No, aun no. Lo último fue que ella me bloqueó.
-Lo siento.
-Sabes, Miguel, a veces me pregunto por qué no la busqué. Quizás la podría haber ayudado, pero ahora no sé cómo encontrarla.
-Podríamos buscarla. Sam sabe dónde vive.
Mientras ellos buscaban a Tory, ella estaba en Cobra Kai. Después de haber dejado a Brandon con su vecina y procesar todo, se dirigió a Cobra Kai, lista para entrenar. Para su sorpresa, no estaba Kreese, sino Kim quien la esperaba.
-Nichols, llegas justo a tiempo -habló la sensei.
-¿Dónde están los demás? -preguntó Tory.
-No te preocupes. Esta vez somos tú y yo.
-¿Usted? Después de obligarme a romper la piedra sólida...
-Tu mano ha sanado, pero parece que te duele todavía -dijo Kim-. No estás lista para ser una líder.
Eso enfureció a Tory, dispuesta a atacar, cuando Kim le metió un golpe, haciendo que cayera.
-No has aprendido nada de mis lecciones. Me decepcionas, Nichols. Creí que eras más capaz. Kwon pudo derrotar a mi mejor estudiante y tú no puedes vencerme.
-No soy como él. Soy mejor que él -dijo Tory.
-Demuéstramelo si eres digna de representar a Cobra Kai.
-Puedo hacerlo. Usted dígame y lo haré.
-Bien, te pondré a prueba.
Así empezó el entrenamiento. Tory tenía que cargar bolsas pesadas, llevarlas en su espalda, trotar por todo el lugar. La había obligado a hacer todo para demostrar que sería digna.
Su abuelo, quien había estado observando, vio que aquella joven era capaz si se lo proponía. Había hecho las pruebas, aunque le costara y no se quejaba. Analizaba la situación.
-Estoy lista -dijo la rubia.
-No, aún primero deberás enfrentarme. Kreese te eligió porque pudiste con Kwon, pero yo no te evalué así, así que empecemos.
La pelea empezó como su primer ejercicio en Cobra Kai. La vara estaba en el centro. Aunque Tory estaba algo cansada por el exceso de entrenamiento, se mantenía de pie.
-3, 2, 1 -fue lo que dijo Kim antes de empezar a atacar a su alumna.
Kim lanzó una patada a Tory sin darle oportunidad de alcanzar la vara. Eso la hizo retroceder, pero Tory no se dejó vencer. Tomó fuerzas y se puso de nuevo en forma. Esta vez fue más ágil, pues podía esquivar con bloqueos los movimientos de Kim, lo que la mantuvo sorprendida.
-Veo que LaRusso te enseñó sus movimientos, pero no todo es kata -dijo Kim
para volver a darle una patada, la cual Tory bloqueó y contraatacó, haciendo una patada y dando un salto muy cerca de poder darle a Kim.
Kim y Tory seguían peleando entre bloqueos y golpes. Estaba cerca la victoria. Parecía que Tory podría ganar. Estaba tan cerca, pero...
-Una fachada tan ruda solo para ocultar a la frágil niña de abajo -decía Kim mientras pisaba la mano de Tory.
- Tus sentimientos te debilitaron. Te importa más ese chico que Tú propio dojo, comentó Kim, haciendo que Tory rompiera la piedra y se lastimara la mano.
-Lo siento, pero la pelea no puede seguir -dijo la voz de Daniel.
Esos recuerdos volvieron a la mente de Tory, dándole fuerzas. Kim sabía que aún Tory no estaba al 100%, le faltaba demostrar más y ella quería llegar a su punto máximo.
Tory se levantó y empezó a dar una patada tras otra hasta poder alcanzar a Kim. El objetivo era la vara; si quería llegar a ella, debía enfrentarse a Kim.
Peleando con todas sus fuerzas y con la ira que sentía, parecía que finalmente Tory había recuperado su potencial.
Kim la sorprendió con un golpe, pero Tory seguía bloqueando y contraatacando. Aunque Kim la derribaba, Tory no se rendía.
Así fue como, una vez que pudo empujar a Kim, hizo una patada y saltó al mismo tiempo, dándole un golpe que hizo retroceder a Kim y le permitió tomar la vara.
-Yo soy la reina Cobra, soy la capitana, no volveré a mostrar piedad -dijo Tory sosteniendo la vara.
Kim se impresionó; sabía que Tory había llegado a su punto máximo y ahora solo debía entrenarla adecuadamente.
-Bien hecho, Nichols, después de todo, eres digna de ello.
En ese momento, llegó Kreese, que estaba escondido junto al abuelo de Kim.
-Sabía que ese poder volvería dentro de ti; toda esa kata fue una buena máscara -comentó Kreese.
El abuelo, quien estaba observando, llamó a Kim para hablar con ella.
Los demás estudiantes llegaron, entre ellos Kwon y Yoon, quienes vieron a la rubia sentada tomando agua.
-Parece que ya te quitaron el trono -dijo Yoon bromeando.
-Que ella sea nuestra capitana no quiere decir que me haya superado -dijo Kwon mirando a Tory.
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