𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟎


Kim Sun-Yong era el árbitro. Tenía que vigilar atentamente los movimientos de cada uno, analizando quién sería capaz de liderar el Sekai Taikai en España y quién sería su suplente. Nadie quería ese puesto; todos querían ser líderes.

Ambos estaban en posición de combate. Bastaba una señal para que ambos se destruyeran mutuamente.

Yoon fue el primero en atacar con una patada que Kwon bloqueó fácilmente. Contraatacó con una patada en la cara que hizo caer a Yoon.

Pero Yoon no se rindió y siguió peleando. Se levantó e intentó golpearlo varias veces, logrando darle un golpe en el estómago. Por primera vez, Kwon estaba de rodillas ante alguien. Yoon aprovechó para seguir peleando, pero cuando intentó rematarlo, Kwon le dio un golpe en el cuello con ambas manos.

Sin duda, eso lo lastimó mucho, pero Yoon continuó sujetándolo. Kwon lo tenía en una llave. Yoon ya no aguantaba más, pero la furia de Kwon no cesaba. En un momento, lo tomó del cuello y lo levantó, lo que hizo pensar a todos que se alejaría. Pero solo estaba tomando distancia para rematarlo con una patada en la espalda.

-¡Yo gané! Yo seguiré siendo el líder -dijo Kwon desafiante.

-Ganaste, pero ¿a qué costo? Ahora tu novia pagará las consecuencias -dijo Kim.

-No lo harás. Usted quería que dejara el liderazgo. Yo accedí a pelear para demostrar que soy capaz de todo -fueron las últimas palabras de Kwon antes de retirarse del lugar, sin saber que Kreese estaba vigilando todo desde el principio, escondido como era su costumbre.

La clase finalmente terminó. Tory fue la primera en salir para sentirse liberada después de tanta presión con matemáticas. No aguantaba más, aunque la invitación de Moon le agradó, así que iría a buscar a Brandon.

En la salida, Tory se estaba alejando cuando Moon la alcanzó.

-¡Tory, espera! -dijo Moon.

-¿Qué pasó? -preguntó Tory.

-Me olvidé de darte la dirección. Puedes traer a quien quieras -dijo Moon antes de irse con Yazmine.

-¿Tú la invitaste? ¿Acaso estás loca? -reclamó Yazmine molesta.

-Sam y Tory hicieron las paces. Sería buen momento para que puedan hablar. Mucha tensión atrae malas energías, Yaz -respondió Moon.

Sam, Miguel, Demetri y Hawk alcanzaron a las chicas.

-Hola, Moon -saludó Hawk, dándole un beso a su novia.

-¿Cómo está la chica más linda? -dijo Demetri a Yazmine, quien mantenía una mirada preocupada.

-Yazmine está molesta porque Tory irá a la fiesta -dijo Moon, abrazada de Hawk.

-Es solo una fiesta. Además, no pasará nada. ¿Qué podría pasar? ¿Otra pelea? Sería una locura -dijo Demetri, intentando tranquilizarla.

Tory, que iba en busca de su hermano para dejarlo con su vecina, llegó a la escuela de Brandon, donde él la esperaba con una sonrisa en el rostro.

-Hola, Brandon -dijo Tory alegre.

-¡Tory! -exclamó el menor, corriendo a abrazarla.

Ambos se fueron caminando tranquilamente hasta la parada de autobús.

Mientras tanto, Kwon estaba preocupado por Tory. Si era capaz de hacer algo, debía cuidarla. De repente, su teléfono sonó.

-Hola, lindo, ¿cómo estás? Te quería agradecer por las flores, es un lindo gesto.

-No es nada, rubia -respondió Kwon, a punto de contarle lo sucedido, pero decidió borrar el mensaje.

-¿Sabes? Me invitaron a una fiesta hoy y me gustaría ir contigo. Alimentaré a Brandon y lo dejaré con la vecina.

-No sé, Tory, no estoy seguro -dudó Kwon.

-Es por los seleccionados del Sekai Taikai. Además, creo que también irá Yoon. Le avisé.

Kwon se llevó las manos a la cara, sabiendo que si él estaba invitado, nada bueno saldría de eso. Se vio obligado a aceptar.

-Está bien, paso por ti.

-Nos vemos. Beso, adiós, risitos -se despidió Tory.

El viaje fue tranquilo. Tory y Brandon llegaron a su casa y, al hacerlo, Tory notó una notificación judicial. Al verla, la arrancó y la guardó.

-¿Qué es eso, Tory? -preguntó curioso Brandon.

-Ah, es un volante de trabajo. Sabes que necesito uno -respondió Tory, despreocupada.

-Oye, Brandon, haré la comida. Kwon y yo iremos a una fiesta, y tú te quedarás con la vecina. Procura portarte bien.

-Sí, Tory, yo me porto bien, lo prometo. Pero... tú no te irás como mamá, ¿verdad? -preguntó el niño, triste.

-No, mi niño, no me iré a ningún lado. Siempre seremos tú y yo -dijo Tory, abrazándolo.

-Y esas flores, ¿te las trajo tu novio? -preguntó Brandon.

-Muchas preguntas, mejor te sirvo la comida -dijo Tory, cambiando de tema.

La familia Nichols parecía tranquila, en armonía. En cambio, los LaRusso vivían algo de tensión.

-Te digo que me encontré con Tory, y ella me rechazó. Me gritó -dijo Amanda.

-No lo puedo creer. ¿Todos esos tiempos que estuvo en Miyagi-Do no le enseñaron nada? Fue en vano... -respondió Daniel, interrumpido por la llegada de sus hijos de la escuela. Cambió de tema rápidamente.

-¿Qué pasa aquí? -preguntó Sam, notando la tensión entre sus padres.

-Nada, ¿por qué iba a pasar algo? Está todo bien, cariño -respondió Amanda, calmando la situación-. Oye, Anthony, ¿tienes hambre?

-Siempre -respondió Anthony, y se fue con su madre a la cocina.

Daniel y Sam quedaron frente a frente. Sam no se iría hasta saber la verdad.

-¿Qué pasó entre mamá y tú? -preguntó Sam.

Daniel, frustrado, le indicó que se sentara. Sam lo hizo.

-Tu madre se encontró con Tory. Ella intentó hablarle, pero Tory la rechazó gritándole. Y eso es todo.

Sam quedó atónita. ¿Sería la misma Tory que hoy le dijo "qué lindo sweater" y se portó amable? ¿Por qué se comportaba diferente con su madre? Pero prefirió no decir nada.

-No puedo creerlo, Tory. Ella se mostraba diferente, había cambiado.

-La gente como Tory no cambia, Sam. Si ella tomó esa conducta cuando negamos la pelea, no me sorprende su reacción -dijo Daniel.

Mientras tanto, en casa de los Díaz, estaban viendo las cosas que Robby había comprado para Carmen.

-Ay, Robby es un gran chico -dijo Carmen, mirando las cosas.

-Lo es, y además es muy tierno de su parte -afirmó Rosa.

-Quisiera agradecerle personalmente -dijo Carmen.

En ese momento, llegaron Robby y Miguel.

-¡Llegamos! -anunció Miguel.

-Hola, chicos, ¿cómo les fue? -preguntó Rosa.

-Bien, mamá. Iremos a una fiesta con Robby y Sam, por ser seleccionados para el Sekai Taikai.

-Está bien, Miggi -dijo Carmen.

-Hola, señora Díaz -saludó Robby a ambas mujeres.

Robby abrazó a Carmen.

-Gracias por todas las cosas, de verdad eres un gran chico -dijo Carmen.

-No es nada, señora Díaz -respondió Robby, amable.

-Así que ustedes van a divertirse, ¿eh? Recuerden cuidarse. Usen protección -dijo Johnny, dando su peculiar consejo, mientras los jóvenes se miraban raro.

-Sí, pa. Quisiera hablar contigo a solas -dijo Robby.

-Claro, Robby -respondió Johnny.

Salieron de la casa y empezaron a hablar.

-Dime que no es cierto -dijo Robby.

-¿Qué? -preguntó Johnny.

-Dime que no fuiste a ver a Tory y no me lo dijiste.

-¿Cómo sabes si no te dije nada? ¿Quién te lo contó? -preguntó Johnny.

-¿Eso importa? ¿Te encontraste con ella? ¿Acaso la entrenas para el Sekai Taikai? ¿La ayudas con dinero o piensas adoptarla? -preguntó Robby, molesto.

-Sabes, creí que todo era diferente. Creí que tú y Daniel se llevarían bien, pero por ella es que discutieron, ¿verdad? -exclamó el castaño, furioso.

-Robby, yo... -intentó calmarlo Johnny.

-No te molestes. Me iré con Miguel a la fiesta. Nos vemos, Lawrence -dijo Robby, entrando nuevamente a la casa de los Díaz.

Johnny se sentía mal consigo mismo; el hecho de que él entendiera a Tory por su situación le había traído peleas, y sentía culpa.

Por otro lado, Nichols pensaba en esa notificación. Ya habían pasado días desde ese incidente con la asistenta social. No podía seguir así; debía pensar en una solución. Pero ¿cómo? Conseguir un abogado le costaría el triple de su sueldo.

No tenía escapatoria. Al ver a su pequeño hermano, pensó en todo y decidió que sería mejor una vida diferente para él, así que dejarlo con la vecina sería una buena opción. Ella podría despejar su mente de todo, sin la intención de contarle a Kwon.

-Brandon, vamos con la vecina -dijo Tory.

-¿Prometes venir por mí? -preguntó Brandon.

-Claro que sí, solo serán unos momentos. Prometo volver -dijo Tory.

Al dejarlo con su vecina, le dijo:

-Pórtate bien, cuídate, te quiero.

En ese momento llegó Kwon, quien cargaba unas bolsas.

-¡Chino! -gritó Brandon, corriendo hacia él-. ¡Sí viniste! -dijo el pequeño.

-Claro que sí, además te traje unos regalos -dijo Kwon, mostrando la bolsa.

-Muchas gracias. ¿Puedo abrirlo ahora, Tory?

-Ábrelo con la señora Praton y luego me los muestras, ¿está bien? Diviértete.

-Sí, Tory, adiós.

-Adiós, campeón -se despidió Kwon.

-Cuida a mi hermana -dijo Brandon antes de que ambos jóvenes se fueran.

Así fue como ambos se despidieron. Aunque Tory fingía estar bien, Kwon mantenía una preocupación; si lo que dijo Kim era cierto, entonces Tory corría peligro.

Tory, al notarlo, le preguntó:

-¿Qué pasa, Kwon?

-Nada, linda. Solo que hoy tuve el entrenamiento con el sensei -dijo Kwon.

-Cierto, lo olvidé -dijo Tory.

-No, para nada. No hicimos mucho más que calentamiento -aclaró Kwon.

-Entonces, ¿por qué tienes esa cara? -insistió Tory.

Pues estaba a punto de responder cuando apareció Yoon con los golpes tapados:

-Hola, chicos.

-Hola, Yoon. Sí viniste -dijo Tory.

-Lamentablemente -dijo Kwon entre dientes.

-Chicos, vamos -dijo Tory-. Así puedo seguirlo. Tomaron un taxi que los dejó en la fiesta.

En la casa de Moon sonaba música ambiental, con olores a alcohol, luces de colores, entre otras cosas.

Sam había llegado a la fiesta con preocupación. Miguel se dio cuenta y le preguntó:

-Sam, ¿qué pasa? ¿Tienes algo?

-Recuerdas que nos encontramos con Tory? -preguntó Sam. Miguel asintió.

-Pues mamá se encontró con Tory y bueno, ella en ese momento... -Sam quedó boca abierta porque llegó Tory junto a Kwon y Yoon.

-Oh, por Dios -dijo Sam.

Moon saludó a los invitados, recibiéndolos con una cálida bienvenida.

Entre la multitud estaba Robby, hablando con Hawk, pero al ver a Tory, su mirada se volvió tensa. Hawk miraba confundido, sin saber quiénes eran los chicos.

Yazmine miraba desconfiada, acompañada de Demetri. La forma en que se veían no transmitía buenas vibras.

Para romper la tensión, Moon pausó la música y propuso un juego:

-¡Hey, chicos! ¿Qué tal si jugamos 7 minutos en el paraíso? -sugirió Moon.

Sam, algo inquieta, aceptó, pero mantenía la calma; vino a relajarse, no a tener preocupaciones.

Anthony preguntó, curioso:

-¿Cómo es el juego?

-Giramos la botella, gira y toca pasar al armario -explicó Moon.

Todos se sentaron en círculo. Yoon tenía algo mejor: aprovecharía esta oportunidad para desequilibrar a sus líderes.

Los primeros eran Miguel y Sam. Ambos entraron al armario, y Moon puso un cronómetro para calcular. Una vez pasados los 7 minutos, Miguel tenía labial en la cara y Sam estaba embarrada.

Así siguieron las parejas: Yazmine y Demetri, Moon y Hawk, hasta que tocó a Robby con una chica que lo había estado viendo.

Robby, antes de entrar, le hizo un gesto a Tory solo para molestarla. Tory lo ignoró; ella estaba al lado de Kwon. Se mantenían serios, no eran expresivos en público; les gustaba más la privacidad.

Finalmente, llegaron los 7 minutos, y, para fortuna o desgracia, Robby tocó con una chica.

El no era feo , así que estaba dispuesta. Kwon, en cambio, miraba serio; no parecía tener intención de estar a solas con alguien que no fuera su novia. Se mantuvo firme en su lugar.

-Oye, nos toca a nosotros, guapo -dijo la chica coqueteando.

Tory la mataba con la mirada, pero se contenía demasiado para no arrastrarla por toda la casa.

Kwon la miró de arriba a abajo y dijo:

-No.

-¿Por qué no quieres ir? -preguntó la chica acercándose más a él.

Kwon se alejó de ella, evitando el contacto físico, y dijo:

-Uno, no quiero; dos, tengo novia y la respeto; y tres, no me agradas.

-Vamos, Kwon, es solo 7 minutos. ¿O será que tienes miedo de que Tory te patee? -se burló Yoon, provocando.

Todos miraron a la pareja al saber que Tory salía con ese chico.

-¿Por qué en vez de ella no te mato ahora mismo? -dijo Kwon levantándose molesto.

En ese momento, Miguel y Hawk intervinieron para separar la confrontación.

-¡Chicos, no es el momento! -dijo Hawk.

-Tú no te metas -dijo Yoon, empujando a Hawk.

-¡Ya, suficiente! -exclamó Miguel. -Es una fiesta y queremos disfrutar. Si quieren pelear, larguen de aquí.

Tory y Kwon se miraron por última vez, y aunque la tensión seguía presente, ambos se alejaron. El ambiente se calmó un poco mientras los demás intentaban retomar el ánimo festivo, pero la sombra de la discordia seguía presente en el aire.

Tory solo rodó los ojos; ya tan pronto había una pelea. Se paró y tomó a Kwon por el brazo, doblándolo para alejarlo de sí. También era una excusa para hablar con él. Kwon se quejaba del dolor.

-Así que, peleando, eso sí no puedes ignorarlo. Sabes que es un idiota -dijo Tory molesta.

-¿Qué querías, que besara a esa chica? Tú eres mi novia; a ella no le debo nada -reclamó Kwon.

-Sabes, solo quería pasar un día relajante celebrando que somos líderes, pero solo buscas peleas y yo no soporto...

-Palabras correctas, persona equivocada -dijo Robby, apareciendo. Robby, quien había llegado, miró la escena con una mezcla de emociones, pero no iba a desaprovechar la oportunidad.

-Oye, seguramente tú eres su novio y seguramente sabes todo sobre ella, ¿verdad? -preguntó Robby.

-No es de tu incumbencia. Mejor vete de una vez -advirtió Kwon.

-¿Eso quiere decir que no te contó todo, o sí? -dijo Robby.

-Sabes que estoy perdiendo la paciencia, así que si no quieres que te patee, mejor lárgate -dijo Kwon, poniéndose en frente de Tory y empujando a Robby.

-Quítame las manos -exclamó el castaño-. ¿Sabes por qué tu novia aún estudia en el west valley ? No, ¿verdad?

-Hace años, tu novia armó una pelea donde hirió gravemente a una chica, dejándole cicatrices en los brazos y ataques de pánico. ¿Sabes cómo lo hizo? Con una pulsera de púas -Robby vio la cara de Kwon, y él no tenía idea. Devon se mantuvo seria.

Tory estaba avergonzada; a pesar de que había pedido perdón a LaRusso, ella se sentía mal.

Todos estaban atentos a lo que Robby decía y miraron a Tory con miedo y desprecio, tal como había sido.

-Cierra la boca, Keene -dijo Tory.

-Claro, tu novio sabe que te ves a solas con mi padre, ¿no? -dijo Robby.

Kwon miró desconcertado. ¿Cómo sabía que Tory y Johnny se habían visto? No conocía al hombre. Mil teorías le entraron en la cabeza.

-Parece que tu novia es una mentirosa. ¿Recuerdas, Tory, lo que dijiste antes, cuando decías amarme? Tú y yo en la lona juntos. Habíamos hecho un trato. ¿Recuerdas o tan rápido te olvidaste? -dijo Robby.

Kwon estaba molesto.

-Escúchame, Keene, lo que haya pasado entre ustedes es pasado. No me afecta en lo absoluto.

-¿Por qué no te lo demuestro? Tu novia y yo en el armario, 7 minutos a solas. Tú confías en ella, ¿verdad? ¿Cuánto lo haces?

-No haré ninguna estupidez contigo, Keene -dijo Tory.

-Yo confío en ella, Tory. Hazlo -dijo Kwon.

Así volvieron al patio. Robby y Tory entraron. Kwon miraba fijamente la puerta; ahora era él quien estaba atento al reloj.

En el armario, Robby y Tory estaban llenos de furia y molestia.

-Lindo show montaste allí -dijo Robby, provocándola.

-Cierra la boca, idiota -dijo Tory.

-¿Por qué no me callas tú? ¿Apoyando una mano? ¿Qué pasa, nerviosa, Nichols? -dijo el ojiverde.

-Nunca. ¿Cuánto falta? Este infierno es más denso -se quejó Tory.

-¿En serio? Olvidaste todo y renovaste con él. Recuerdas la fiesta, tu vestido, tú y yo en el auto de Silver juntos. Recuerdas cómo susurraba mi nombre -dijo Robby en un susurro, acercándose más a su oído-.
Tú querías más y querías sin piedad.

Tory no sabía qué decir; aunque dijera que era su ex, aún lograba mantenerla nerviosa. Se contenía demasiado, pero Robby no ayudaba. En un momento, rozaron sus labios, miradas frente a frente. Antes de que todo acabara, Robby dijo en un susurro:

-Sigues siendo mía, Nichols.

Eso fue todo para que ambos jóvenes se lanzaran en un beso lleno de furia y pasión, donde sus bocas se buscaban. Abrieron la puerta y un espectador estaba en primera fila: Kwon, quien solo aplaudió y dijo:

-Sí, que lo odiaban tanto -y se fue. Tory se separó al escuchar eso; había caído en la trampa de Robby.

-Te dije que aún me deseas, Nichols -dijo Robby alrededor.

Tory lo empujó y se fue en busca de Kwon. Él seguía a pasos rápidos con el corazón roto y lágrimas en sus ojos, tapándose la cara.

-Kwon, Kwon -lo llamó Tory.

-¿Qué quieres? ¿Fui suficiente diversión para ti? Decías amarme y me traicionaste. Eres una traidora, así como traicionaste a Cobra Kai antes. Me destruiste, Nichols.

-Él es mi ex. No significa nada para mí -dijo Tory.

-Eso no fue lo que yo vi. ¿Sabes lo que hice por ti? ¿Tienes una idea, al menos?

Tory quedó confundida, sin saber qué quería decirle.

-Mira, el viaje a España es en unos días, pero contigo no quiero verme.

Dos corazones rotos se rompieron ese día. Para empeorar las cosas, la lluvia había comenzado a caer, empapando las lágrimas de ambos jóvenes. Kwon llegó a su casa con el corazón roto, rompiendo todo lo que veía. Una vez hecho esto, se sentó y empezó a quebrarse.

Luego de la fiesta, Miyagido se alejaba del lugar. Sam estaba visiblemente molesta.

-Robby, ¿qué hiciste? -preguntó Sam, irritada. Aunque no le caía bien Tory, sentía que la situación se había complicado innecesariamente.

-Ella tiene novio, y tú solo empeoraste las cosas -reclamó Sam.

-Yo no la obligué a que me besara -respondió Robby.

-Técnicamente, pasó lo mismo que hace tiempo -intervino Demetri, recordando el incidente previo en la escuela.

-Saben, esto fue una locura. No sé qué pasará, pero debemos renovar fuerzas para el torneo, que está cerca -dijo Hawk, intentando calmar a todos.

-Tiene razón. Vamos -dijo Miguel. El grupo se dispersó y cada uno se dirigió a sus hogares, reflexionando sobre lo sucedido y preparándose para el próximo desafío.

Tory volvió a lastimarse hasta sangrar. Sus ataques de ira empeoraron más aún. Ninguno se salvó del dolor.

Yoon había notificado lo sucedido a su sensei.

-Sensei, el plan resultó a la perfección -dijo el adolescente.

-Sabíamos que podríamos contar contigo. Buen trabajo -dijo Kim desde la llamada.

Los días pasaron y el día del viaje llegó. La fiesta había quedado en caos; todos hablaban de eso, pero para evitarlo, se enfocaron en el Sekai Taikai. Tory llegó con unas ojeras, el pelo atado en una cola de caballo y ropa casual.

Ahí llegó Kwon con sus maletas y llevando un bolso. Ambos se ignoraban mutuamente; ninguno se atrevía a hablar.

El sensei Kreese anunció algo antes de abordar el avión, a lado de la sensei Kim Da-eun.

-Ustedes llegaron hasta aquí por su fuerza, determinación y poder, y Cobra Kai irá a la cima. Así que prepárense para este viaje, es único e inigualable -fueron sus palabras antes de entrar al avión.

Pero antes de eso, Tory recibió una llamada.

-Hola, señorita Nichols -dijo una mujer.

-¿Soy yo quien habla? -respondió Tory desde la otra línea.

-Quería comunicarme que llevaré a cabo su caso por la custodia de su hermano. Si podría mandarme por email documentos como DNI y trámites, estaría encantada de ayudarla.

-Claro que sí, enseguida le mando. Pero, ¿cómo supo de mi caso?

-Esa información es confidencial, más solo puedo decir que él lo pidió así. Tenga buen día, señorita -cortó Vanessa desde la otra línea.

En ese momento, Tory volteó a ver a Kwon, y él le devolvió la mirada, pero no era de amor, era de desilusión y traición.

Una vez llegaron al avión, se sentaron en sus asientos y el viaje comenzó. Luego de unas horas de vuelo, finalmente llegaron y dejaron todo en el hotel. Las habitaciones estaban listas. Tory vio una oportunidad para hablar con Kwon, pero él andaba en su cuarto, portando el nuevo gi que Kreese había dado a cada uno.

Una vez salieron, estaban todos casi listos. Solo faltaba Tory.

-¿Alguien sabe qué pasa con Nichols? -preguntó Kim.

Todos miraron a Kwon; sabían lo sucedido y él era el más cercano a ella.

-Kwon, ve a ver a tu compañera -ordenó Kim.

-No iré -respondió Kwon.

-Hazlo ya -dictó la sensei.

Kwon miraba a Tory, quien estaba en el baño poniéndose el gi. Al principio quedó atónito, pero luego la vio y dijo:

-¿Por qué demoras tanto? Te estamos esperando -dijo Kwon.

-Cállate, ya saldré. No necesito ayuda -dijo Tory, sonando fría.

-Qué testaruda, aún no sabes atar tu gi. Pregunta incrédulo; hasta Brandon lo haría mejor.

-Cállate y déjame, ya saldré -dijo Tory.

Kwon se acercó despacio, tomó ambos lazos del gi de Tory y formó un nudo.

-Ya estás, ahora vámonos -dijo Kwon, sin más.

Tory siguió a Kwon, y así fueron. Todo Cobra Kai marchó en fila. Solo faltaba llegar al lugar donde se llevaría a cabo todo.

Ya se habían presentado todos los dojos, solo faltaba Cobra Kai.

Antes de entrar, Kwon detuvo a Tory y le dijo:

-Así como me rompiste, espero que también puedas romperlos a todos sin piedad -dijo antes de irse y formarse.

Ahí fue cuando estaban todos formados en fila. Primero fue Kwon como líder, quien llevaba a todos. Solo faltaba una persona: Tory. Kwon miraba en dirección a la rubia que debía llegar con su pelo suelto.

Kwon volteó a verla, pero ella miraba a Robby. Miyagido miraba sorprendido. Era Tory, quien ahora estaba en Cobra Kai. Robby, Miguel y Sam miraban con tristeza. Miguel sentía un fuerte enojo, y Johnny y Daniel lamentaban.

Kreese soltó unas palabras antes de empezar:

-Que los juegos empiecen.

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