✿┋𝟑𝟎. 𝐌𝐞𝐦𝐨𝐫𝐲.

⥁𝕮𝖔𝖒𝖕𝖑𝖎𝖈𝖆𝖙𝖊𝖉
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Luego de las premiaciones y las declaraciones había llegado el momento de afrontar los hechos situacionales.
O al menos, aquello fue lo que concluyeron Tory y Eli.

Sus miradas dennotaban nerviosismo, esperanza, satisfacción y a su vez, miedo.

Eran los campeones del valle.

Ellos, que llevaban meses entrenando y siendo el apoyo incondicional el uno del otro, incluso aunque fuese a escondidas.

Eli Moskowitz no esperaba, ni creía en la permanencia de las personas en lo complicado de su existencia. Y aún así, un atisbo de emoción y esperanza le permitían idealizar, que ella sí sería capaz de permanecer junto a él.

No podía quitarle la mirada de encima, ansiaba rodearla con sus brazos y residir allí, entre el aroma de su perfume y la calidez de su tacto.

Podría ser capaz de ganar todas las medallas de primer lugar e incluso obtener los trofeos más brillantes, y a pesar de ello, él preferiría ganarla a ella.

Mientras Eli se perdía en la insistencia de sus propios sentimientos, Victoria Nichols guardaba los elementos restantes en su bolso, pensando en sí alguna vez en su vida se había sentido tan plena como en aquel instante que Eli había decidido enmarcar su pertenencia.

A pocos metros de distancia, se encontraban Miguel Diaz y Samantha Larusso. A pesar de las insistencias de la castaña, el joven moreno parecía no estar de ánimos para hablar y mucho menos para una fiesta.

──¿Qué te ocurre?──inquirió Sam sintiendose apartada de la vida se su novio.

──¿Acaso no has visto lo mismo que yo?──le preguntó él sintiendose confundido y apartado.

──Miguel.. ¿no crees que deberías pensar en cómo está Eli y no en cómo estás tú?──frunció el ceño la castaña, a su vez, cruzó ambos brazos debajo de su pecho──Si, hemos perdido. Estoy molesta, frustrada y he deseado esto más que nada, no lo conseguí y aún así, estoy feliz por Eli──explicó acomodando su cabello──Él pudo, a pesar de las complicaciones, las instancias e incluso el hecho de amar a quien es su contrincante.

El moreno la escuchaba con atención, no podía creer que de todas las personas, Sam estuviese en su contra. Nadie lo tenía en cuenta y debía hacer espacio para los sentimientos de los demás pero no para los de él mismo.

──Ese es el hecho, ama a Tory──soltó una risa irónica, lo cual logró confundir a su novia──¿Cómo es que no pudimos verlo?──se preguntó a si mismo casi en un murmullo, como si el hecho de jamas haberlo sospechado lo hiciera sentirse incrédulo──Él no confia en nosotros para nada. ¿Por qué yo lo haría?

──¿Has notado cómo te has puesto?──elevó la voz de forma precipitada.

──No sé porque te enfadas conmigo si has odiado a Tory desde que la conoces, no te he oído decir nada bueno sobre ella──explicó resguardandose ante lo que parecia ser un ataque por parte de la voz de Sam.

──Es que no puedo entenderte, Eli es tu mejor amigo──expresó intentando sonar calmada──¿No puedes siquiera alegrarte por él?

──No lo sé──se encogió de hombros sintiendo un sabor amargo en su boca──Es solo que.. toda esta situación ha sido inesperada.

──Miguel, ¿te he dicho alguna vez por qué te amo?──le preguntó luego de colocar sus manos en las mejillas del moreno──Es tu bondad, tu capacidad de amar y por sobre todo, tu empatía. Tú y Eli comenzaron esto juntos──añadió luego de varios segundos──Te aseguro que él más que nadie necesita que olvides algunos de los hechos recientes y celebres su victoria, o al menos festejes el momento.

El moreno soltó un suspiro de resignación apartando la vista, no sabia por cuanto tiempo podría hacer el esfuerzo de mantenerse callado.

──Bien──asintió rodando los ojos mientras su novia sonreía victoriosa──Pero sólo porque iremos a cenar todos juntos.

──¿Hablarás con él?──inquirió la castaña entrelazando los dedos de su mano con la de él.

──No lo sé──se encogió de hombros comenzando a caminar en dirección hacia la salida.

Al pasar a un lado de las gradas, la pareja pudo observar una escena que los tomó más qué desprevenidos.

Sadie, se encontraba parada detrás de Robby tapándole ambos ojos, impidiendole así todo tipo de visión.

──¿Quién soy?──murmuró ella con emoción.

──Sadie.. o las frías manos de la muerte──se burló el castaño tomando las manos de la pelirroja.

Ella soltó una pequeña risa abrazándolo, manteniéndose aún detrás de él, lo cuál le permitió apoyar su barbilla sobre el hombro del castaño.

──¿Estás listo para irnos?──preguntó esperando que él se dignase a mirarla aunque sea por una vez.

Robby giró lentamente su rostro para cruzar su mirada con la de Sadie. Ella le sonreía ampliamente mientras jugaba con las llaves de su auto.

──Sólo si prometes no matarnos en el camino──se burló girando el resto de su cuerpo en dirección a ella.

──Que malo eres Keene, sabes que no sé mentir──formó una mueca con sus labios haciéndolo reír.

──Permitime dudar.. ¿la chica que vivió en más estados que un prófugo de la justicia no sabe inventar una buena excusa?──frunció el ceño solo para molestarla.

──Bien, tal vez si sepa mentir──confesó acomodando su chaqueta──Pero sólo puedes notarlo cuando yo quiera que lo notes.

──Claro.. lo tendré en cuenta──rió el castaño pasando su brazo por los hombros de ella──¿Y.. dónde escondiste a Noah?──preguntó intentando no reírse, sin embargo, debido a la forma en la cual ella se sobresaltó le resultó imposible.

──¡No te rías!──se quejó Sadie dándole un empujón mientras él reía──Te lo juro que estaba cerca de mi.

Pocos segundos más tarde, Robby pudo divisar qué a tan solo unos metros de distancia se encontraba el pequeño Noah colgado de la espalda de Eli, quien se acercaba rápidamente en dirección a Tory, mientras parecía hacer reír al menor de los Nichols.

──Se me ocurrió una idea──comenzó a hablar Noah una vez que estuvieron cerca de su hermana──Podríamos pedirle a Eli que viva con nosotros.. ¿Podemos?──le pidió poniendo su mejor cara suplicante, uniendo su manos casi como si estuviera rogando.

──Eli tiene su propia casa──rió ella rodando los ojos, a la vez cargaba el bolso sobre su hombro──Y además, ¿qué le diría a su madre? ¿Has pensado en eso?

──Le va a decir que vive con su novia y su genial hermano──argumentó cruzándose de brazos mientras Eli lo sostenía, este último se limitaba a oír la escena.

──Noah..──lo retó la pelirubia entrecerrando los ojos──No podemos invitarlo a vivir, pero si puede formar parte de nuestra familia──sonrió apretando sus labios con nerviosismo.

Luego de soltar aquella frase, Eli no pudo evitar sonreirle con la emoción reflejada en sus ojos. Él nunca antes había logrado ser parte de una familia, si bien tenía a su padre y a su madre, a ellos no les interesaba formar un lazo con él y mucho menos ser parte de su vida diaria. Podía incluso admitir que Eliza, la madre de Tory lo conocía mucho más que su propia madre.

──¿Ahora sí somos familia?──preguntó Noah sonriente.

──Sí, lo somos──afirmó Eli bajando al pequeño de su espalda, tomó la mano de la pelirubia entrelazando sus dedos y procedió a dejarle un corto beso en los labios, no sin antes acariciarle la mejilla.

Aquella escena fue simultáneamente observada por Robby keene y Miguel Diaz, uno de ellos fruncia el ceño sintiendose ajeno a las vidas que él creía conocer, mientras que el otro sonreía comenzando a comprender la intensidad del momento.

──Él en verdad la ama──concluyó Sadie soltando un suspiro sin dejar de mirar a la pareja.

──Y ella.. lo eligió──asumió Robby pasando su brazo por los hombros de la pelirroja──Por sobre todos los demás.

──Tranquilo──rió ella dándole una palmada en el pecho──En su corazón aún hay espacio para nosotros dos.

El castaño soltó una pequeña risa, por consiguiente le hizo una seña a Tory para que los tres se acercaran.

──¿Tacos en casa de Tory?──propuso Sadie con una sonrisa traviesa en sus labios.

──Claro..──asintió la pelirubia entrecerrando sus ojos al ver como su amiga se sonreía al encontrarse a un lado del joven Keene──Pero con la condición que nadie vomite mi baño esta vez──recriminó dirigiendo su mirada acusadora en dirección a Eli.

──En mi defensa, fue todo culpa tuya──se excusó el pelirubio alzando ambas manos.

──Ay si claro, yo te obligué a hacer la vertical luego de beber cinco tragos──enumeró de forma sarcástica.

──Pues, si fue así──admitió Noah cruzándose de brazos, al instante Eli le entregó una paleta roja──Servicio cumplido.

──Conocía los sobornos, pero esto ya se considera traición a la patria──comentó Sadie mirando al pequeño, mientras la pelirubia asentía con la cabeza.

──Lo ves.. ya no tienes defensa──se burló Eli──Compré a tu hermano.

──No por mucho..──murmuró Noah generando que el resto soltara un risa.

──Entonces.. ¿nos veremos en la noche?──inquirió Eli rodeando la cintura de Tory con uno de sus brazos──No es que quiera privarlos de estar con mi novia, pero tenemos cosas que hacer──mencionó de forma enigmática generando que Sadie y Robby lo mirasen con las cejas alzadas.

──¿Qué tipo de cosas?──preguntó el castaño notando que Sadie comenzaria a quejarse en cuanto tuviera oportunidad.

──Ya saben, cosas de campeones──les guiñó un ojo Eli manteniendo su tono burlón.

──Yo los conozco a ustedes.. degenerados──los señaló Sadie con su dedo índice, al instante las mejillas de Tory se tiñeron de rojo──Más les vale estar listos a las nueve.

──Pero.. es mi casa──mencionó Tory confundida.

──Por eso──asintió la pelirroja sonriendole.

Media hora más tarde, Sadie y Robby se dirigian a la casa del castaño, ella conducía con tranquilidad por las calles de la ciudad, lo cual era completamente inusual debido a la cantidad de multas registradas en su nombre.

──Me he enterado que has vivido un tiempo en casa..──soltó la pelirroja sin poder contener por mucho tiempo más aquella noticia.

──Fueron sólo.. unos días──musitó Robby intentando olvidar aquella parte de su vida──De hecho, trabajé para Daniel.

──¿Qué hiciste que cosa?──frenó de golpe ante un semáforo logrando sobresaltar a su copiloto──Lo siento, iba a pasarlo en rojo pero pusieron una cámara nueva──rodó los ojos exasperada.

──¿Estás segura de que tienes licencia?──la molestó el castaño generando que ella le diera un empujón en el hombro.

──Obviamente──se quejó agudizando su tono de voz──Te mostraría el carnet pero no luzco del todo presentable.

──¿Tú?──elevó ambas cejas incrédulo, a su vez Sadie volvía a mantener el rumbo del vehículo──No te creo.

──¡No estoy mintiendo, Robby!──rió ella bajando la ventanilla de su lado para que el viento golpease levemente su rostro──Lo juro.

──Lo siento pero tengo que ver para poder creer──se excusó manteniendo su tono burlón.

La conversación entre ambos se aligeraba siguiendo el rumbo a través de las indicaciones que Sadie miraba de reojo en el maps de su celular. Robby había seleccionado la música que oían en el camino, el sol iluminaba vagamente sus rostros mientras el viento hacia danzar sus cabellos, casi en la misma sintonia en la cual sonaba la melodía de Lips On You. Y durante aquel instante, ambos sintieron que quizás podrían desviarse del camino y perderse en la compañía del otro sin notar el paso del tiempo.

Luego de dejar al pequeño Noah al cuidado de su madre Eliza, a tan sólo unas cuadras de distancia, Eli se quitaba el casco tras bajar de su motocicleta frente a lo que él solía llamar hogar. Sin embargo, era cierto que aquella casa no hizo más que mantenerlo seguro, entre paredes blandas que le posibilitaban oír las disputas entre sus padres, suelos que carecian de prosperidad, marcos repletos de fotografías que lo único que enmarcaban era lo fácil que era tener que fingir su propia felicidad.

──Tu padre y tu madre.. ambos están en la ciudad──murmuró Tory al observar ambos autos aparcados con una distancia prudencial──No tienes que entrar si no quieres──le susurró nuevamente apoyando una mano en su hombro en señal de apoyo.

──Lo sé..──murmuró bajando la vista, sacó las llaves del bolsillo de su pantalón y tomó el trofeo──Tal vez hoy sí tengan una buena excusa──finalizó soltando un suspiro.

Caminó en dirección a la puerta, siendo seguido por la joven pelirubia, él adentró la llave en el cerrojo y giró la manija para ingresar a su hogar, al abrir la puerta los invadió el perfume de estación y la ausencia del calor, como si estuviese perturbado por la soledad.

Flashback de Eli:

Siete años atrás, en la misma fecha exacta, el clima era ventoso, casi helado. Al atardecer, las nubes habían ocultado cualquier atisbo de luminosidad, dando a relucir que se avecinaba una tormenta. La oscuridad del cielo no cesó, e incluso al caer la noche, la lluvia se intensificó.

──¡Sí eso es lo que quieres, vete!──exclamó su padre elevando el sonido de la televisión con el control remoto que sostenia en su mano.

──Tú no vas a decidir que es lo que debo hacer──gritó su madre manteniendo el ímpetu que la caracterizaba.

──¿No puedo decidir?──preguntó atónito su padre──Pero tú si pudiste decidir engañarme y utilizarme todos estos años.

──Tú tampoco eras un santo──soltó una risa superada──Y no eres nadie para decidir por sobre esta familia.

──¡¿A esto le llamas familia?!──le recriminó él──No podemos hablar si estar gritandonos.

La disputa continuaba a través de gritos, insultos e incluso se habían oído objetos romperse. Mientras el pequeño Eli de 10 años oía absolutamente todo, su mirada se encontraba pérdida en el cristal de la ventana de la cocina, en donde podía observar las gotas de lluvia caer.

Para él, toda su vida se desmoronó en aquel instante, se sentía perdido, incomprendido y a la vez, desconcertado por la simpleza en la cual sus padres habían decidido como seria el resto de sus vidas.

Fin del flashback de Eli.

Eli tomó una bocanada de aire antes de ingresar y dejó un espacio para que Tory ingresara junto a él.

──Buenas tardes, hijo──lo saludó su padre desde el living mientras sorbia una taza de café.

Tory lo observó, el padre de Eli era un señor canoso pero que aún parecía conservar muy bien su cabello, su contextura física era casi idéntica a la de su hijo, la única diferencia era su color de ojos.

A los pocos segundos, el padre de Eli se levantó del sofá y se acercó a ambos para saludarlos.

──¡Tory!──la saludó el mayor con emoción dejando un beso en la mejilla de cada uno──¿Cómo están? ¿De dónde vienen?──elevó una ceja con curiosidad.

──Del torneo All-Valley──le contestó la pelirubia dirigiendo su mirada hacia Eli.

──¿Torneo?──indagó su padre sorprendido.

──Veo que le prestaste mucha atención al boleto que te dejé en la mesa──soltó Eli tensando su mandíbula, sin dejar de mirarlo con fastidio.

──Hijo.. sabes que tu madre y yo..──intentó explicarle dejando su taza de café en uno de los estantes, pero su hijo simplemente se rió en su cara.

──Ya no importa, de todas formas pasan más tiempo encerrados en construir sus propias vidas que olvidan interesarse en la mía──resumió tomando la mano de Tory para entrelazar sus dedos──Y está bien, porque yo ni siquiera los necesito.

──Eli.. hijo, déjanos explicarte──pidió su padre apoyándose en el sofá──Somos tu familia, tu madre ha viajado horas para poder verte.

──Puede esperar..──murmuró tirando levemente de la mano de ella para dirigirse hacia el segundo piso por la escaleras.

Él cerró la puerta detrás de sí mismo apoyando su espalda sobre la misma, dejó su trofeo a un lado y todo lo que pudo observar fue como la joven que se encontraba frente a él, aún después de varias horas intensas en el tatami, podía verse tan deslumbrante como la primera vez que la vio ingresar al dojo. Y aunque fuera sólo por un momento, él decidió perderse en el recuerdo.

Flashback de Eli:

A principios del año anterior, él junto a su amigo Miguel ingresaban al dojo de Cobra Kai, al cual se habían unido para demostrarle a todos aquellos que se habían burlado de ellos, que no volverían a continuar siendo víctimas del acoso escolar.

Cada uno se dirigió a su lugar correspondiente tras saludar al sensei Lawrence, en un principio la clase parecía enmarcar su rumbo habitual, práctica de patadas, golpes de puño cerrado y duelos entre los propios estudiantes.

Sin embargo, en medio de la clase, la puerta se abrió y por allí ingresó ella, captando la atención de todos a su alrededor. Con su cabello rubio cayendo sobre sus hombros de forma despreocupada, asomando en sus labios una sonrisa tímida pero a que su vez indicaba desafío e imposición. Ella era consciente de que una sola mirada le bastaba para tener a cada uno de ellos a sus pies.

──No sé si lo has notado preciosa pero aquí no hacen manicura──se burló Eli tras detenerse en seco en medio de una pelea.

Le pelirubia lo observó, sus ojos verdosos destilaban intensidad, como si estuviera analizando cada uno de los movimientos que él fuese a realizar. Por consiguiente se quitó las zapatillas y se acercó hacia donde el resto de los estudiantes se encontraban.

──¿Acaso sólo se limitan al mal uso de las tijeras?──se burló deteniéndose a una distancia prudente de él.

──¿Te estas refiriendo a tu cabello?──inquirió frunciendo el ceño sin dejar su tono burlón──Porque si quieres una opinión personal..──rió mirándola de arriba a abajo sin molestarse en disimular.

──Si quisiera una opinión sobre como me veo se la pediría a tu papá──le respondió con una sonrisa ladeada logrando que él tensara levemente su mandibula mientras el resto reía por lo bajo.

Johnny soltó una risa y tras dedicarle una mirada de aprobación, decidió que era el momento de intervenir.

──Veamos que tienes..──anunció el mayor despejando el lugar, dejando sólo a ambos pelirubios a la vista de todos──Saludense──pidió sin dejar de observarlos.

Ambos se reclinaron el uno frente al otro, Eli sonreía con picardía, no pensaba dejarse intimidar por ella. Fue el primero en intentar tomar el punto por medio de una patada, sin embargo, la joven lo esquivó y lo atacó con su puño en el pecho, consiguiendo así el primer punto. Johnny se cruzó de brazos esperando más de su estudiante.

──¿Qué sucede Eli? ¿Te intimida?──se burló Johnny simplemente molestándolo.

El joven de cabello puntiagudo rodó los ojos y se posicionó indicando estar listo para el siguiente round, ella lo intentó, pero él esquivó todos sus ataques y la dejó en el suelo.

──No tendrás la suerte de principiante──le murmuró él tomando el punto correspondiente, ella entrecerró sus ojos con furia y desdén levantándose con un torbellino de emociones colapsando su ser.

──¿Quién habló de suerte?──rió la pelirubia acercándose lentamente hacia él──Estás justo donde quiero.

Eli frunció el ceño sin comprender en su totalidad a que se refería.

──Bien, último punto──anunció Johnny generando que ambos tomaran distancia para poder realizar el saludo.

Ella tomó la delantera, intentó dejarlo en el suelo con una patada, sin embargo, él la tomó de la pierna y la levantó generando que ella acabara nuevamente en el suelo, él la miró desde arriba, una sonrisa se asomaba por la comisura de sus labios. Cuando estuvo por soltar el primer comentario, ella le pateó el rostro desde el suelo, levantándose. Él se quejó casi de inmediato, sobando su nariz.

──¿Qué ocurre?──le preguntó cruzándose de brazos──¿No te gustó mi manicura?

Eli no dudó en rebajarla con la mirada, sus ojos azules se tiñeron de oscuridad y algo mucho más sombrío que el deseo de la victoria parecía cobrar vida en su interior, por primera vez, sintió como el fuego se expandia por su pecho y a la vez por todo su cuerpo. Lo poseyó la pasión y la necesidad de demostrárselo a ella.

──Soy Tory.. con y──se presentó ante él y el resto, notando la intensidad en la mirada de un joven moreno que se encontraba a un costado.

──Halcón──extendió su mano para estrecharla con la de ella──Esto no significa que seamos amigos.

──¿Quién te dijo que quería serlo?──rió burlona estrechando su mano con la de él.

Tory se giró para mirar a quien seria su sensei desde el primer momento, Johnny Lawrence los observaba con curiosidad y simpatía. Mientras que él, se limitó a observarla de lejos, manteniendo distancia, como si acaso pudiese intuir que ella tenía la capacidad suficiente para darle un giro a su vida. Ella era un torbellino de emociones, la intensidad en su mirada y la pasión que irradiaba al mover sus labios se lo habían confirmado.

Fin del flashback de Eli.

──¿En qué piensas?──le preguntó Tory con curiosidad quitándose la chaqueta qué llevaba puesta.

──En lo sexy que te verías si solo tuvieras mi remera──soltó con picardía acercándose a ella para tomarla de la cintura.

──¡Eli!──lo retó dándole un leve empujón con su mano izquierda, aún así, las mejillas se le tiñeron de rojo──Ya oíste a Sadie, querrá que cenemos juntos.. y no debemos tardar.

──No me mientas, Nichols──rió burlón acercando su rostro al de ella──Sé cuanto deseas que te besé.. sin control y sin tiempo──le apretó levemente la cintura permitiendose rozar sus labios con los de ella.

Tory apoyó sus manos sobre los hombros de Eli dejándose llevar por el calor que su cuerpo estaba sintiendo con el simple tacto que él ejercía.

──Aún no puedo creerlo──murmuró sobre los labios de él suspirando como si fuera su último aliento.

──¿Qué quieras besarme?──indagó elevando una ceja──Lo sé, suele pasarle al resto, pero tranquila──le restó importancia con una simple risa burlona──Confío en que puedes manejarlo.

──No sé de qué hablas──respondió indiferente ladeando su cabello──Sólo sé que puedo manejarte a ti.

Pocos segundos bastaron para que Eli uniera sus labios con los de ella en un fogoso y pasional beso. Tory no dudó en corresponderle, bajó sus manos hacia el borde de la camiseta de Eli y se la quitó separándose brevemente para poder no sólo recorrerlo con la mirada, sino también mediante la suavidad de sus manos, comenzando por sus hombros, pasando por su pecho y abdomen, hasta llegar al cordón de su pantalón.

En aquel instante, Eli colocó su mano izquierda en el cuello de la pelirubia, la acercó a él con un movimiento simple ejerciendo una leve presión con sus dedos, casi como si supiera que ella le correspondería a su trato.

──¿Estás segura de que puedes manejarlo?──elevó una ceja de forma retadora relamiendo sus labios.

──Siempre──murmuró ella sin dejar de mirarlo a los ojos con decisión, aún así, su mirada se oscureció dejándo lugar a que finalmente la invada la pasión.

Tory ansiaba sentir su piel contra la del joven campeón que además de haber ganado el torneo All-Valley se la habia ganado a ella. Con un rápido movimiento, ella enredó sus piernas en la cintura de Eli, y él no tuvo más opción que llevar a cabo lo inevitable.

Recorrió cada parte del cuerpo de la pelirubia con sus manos, dirigiéndose lentamente hacia la cama. Al tomar asiento, ella colocó sus piernas a los costados de la cintura de Eli, pudiendo así sentir contra ella la ereccion qué sobresalia por el pantalón de él.

Sin tener en cuenta el clima hogareño, Tory soltó un gemido ahogado y Eli tuvo que taparle la boca con su mano izquierda, a pesar de querer hacer todo lo contrario.

──Hoy no pueden oirnos──susurró él intentando ocultar la sonrisa que se asomaba por sus labios──Aunque me muera por oírte gemir toda la noche──le murmuró en el oído generando que ella comenzara a moverse sobre él con más insistencia.

──¿Toda la noche?──elevó una ceja con picardía quitándose la blusa──No creí que te tuvieras tanta fé──soltó una risa burlona empujandolo suavemente con sus manos hasta acostarlo por completo──¿Por qué mejor no empezamos por la tarde?──susurró sobre los labios de él quitándose lentamente el corpiño.

Eli no pudo hacer más que asentir soltando un suspiro jadeante, sus ojos no podían evitar recorrerla sin cesar, para él, Tory Nichols era mucho más de lo que alguna vez había deseado.

Si él tuviera que definir la perfección, sin dudas, hablaría de ella. De como había conseguido hipnotizarlo y enamorarlo, de tal forma, que en su mente sólo había espacio para ella.

Ambos sabían que el tiempo que tenían les jugaría en contra, pero en aquel momento no importaba nada más que ellos dos.

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Espero que les haya gustado!
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