✿┋𝟐𝟔. 𝐒𝐢𝐥𝐞𝐧𝐜𝐞.
⥁𝕮𝖔𝖒𝖕𝖑𝖎𝖈𝖆𝖙𝖊𝖉
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Dos días restaban para la llegada del torneo, por lo cual, la tensión en el ambiente podía cortarse con el filo de una cuchilla. Los bandos estaban completamente delimitados, ninguno pensaba traicionar al Dojo que había forjado sus personalidades, y que a su vez, les había demostrado una nueva forma de progresar y llevar adelante sus vidas.
Cada instancia en la cual ambos bandos cruzaban sus miradas parecía generar un clima ensordecedor, aunque ni siquiera estuviesen hablando.
Para Eli la semana se le había vuelto de lo más compleja, la exigencia en el Dojo parecía consumir cada parte de su ser, el hecho de que Miguel se haya alejado de él lo afectaba más de lo que le gustaba admitir, y Tory, le dedicaba las sonrisas más bonitas cada vez que sus miradas se cruzaban en los pasillos de la institución, ella era la única que le había demostrado que a pesar del daño, siempre se podía mejorar. Ella lo volvía poderoso, y aquel, era un sentimiento que se negaba a dejar ir.
──Estoy tan cansada de esta rutina──bufó Tory cerrando su casillero a media mañana──Tan solo quiero que sea sábado y olvidarnos de todo por un tiempo.
──¿Te sientes preparada?──inquirió Robby apoyándose sobre los casilleros para observarla, ella asintió dudosa
──Es solo que..──titubeó dirigiendo su mirada hacia el joven que se adentraba por una de las puertas enmarcando su sonrisa desafiante ante el resto.
Ante el resto, pero no ante ella. En cuanto Eli notó entre el tumulto de gente la cabellera rubia de Tory, su mirada se suavizó y sus músculos comenzaron a sentirse aliviados, como si acaso hubiese estado cargando una mochila invisible con el peso de mantenerse siempre en guardia. Él no pudo evitarlo, le dedicó la sonrisa más sincera que había dado en toda su vida, cargada de emoción, lujuria y por sobre todo, amor. Ella se limitó a observarlo directamente a los ojos, sintiendo como la necesidad de lanzarse en sus brazos se acrecentaba tras cada segundo que pasaba.
──¿Aún sigue aquí?──le murmuró Sadie a Robby, quien había llegado hacia menos de 2 minutos.
──Si tienes dos segundos de la atención de Tory, es prácticamente un milagro──se burló Keene rodando los ojos.
──Lo sé, a veces me pregunto si recuerda mi nombre o solo finje saberlo──concluyó la pelirroja de forma pensativa.
──Si te hace sentir mejor yo tampoco lo recuerdo──se encogió de hombros Robby.
──No, Ken──negó sorprendida entreabriendo su boca──¿Por qué eso me haría sentirme mejor?
──Si tú ni siquiera sabes el mio──frunció el ceño confundido──Hasta donde sé mi nombre no es Ken.
──Es la abreviacion de Keene──mencionó obvia.
──¿Por qué seguimos en el pasillo?──cuestionó Tory saliendo del trance en el cual se encontraba.
Los tres caminaron en dirección a su respectivo salón mientras comenzaban a divagar acerca de lo que harían el sábado en la noche luego del torneo. A pocos metros de distancia estaba Miguel junto a Eli, Sam y Demetri, charlaban animadamente hasta la dichosa entrada del trío.
──Parece que ya descubriste el bando al que perteneces──escupió Sam enmarcando la molestia en su tono de voz al ver como su querida prima caminaba junto a su enemiga.
──Y parece que tú aún no encuentras tu propio estilo──la miró de arriba a abajo la pelirroja──No sé si lo conoces, pero puedes usar pinterest para orientarte.
──Déjala──murmuró Tory apoyando su mano en el hombro de su amiga.
Aquello sorprendió tanto a Miguel como a su respectiva novia. Eli les dedicó una mirada con una ceja alzada, sabía que la situación estallaria en cualquier instante. Sadie se dio la vuelta para caminar junto a la pelirubia, sin embargo, Sam no iba a permitir que aquello quedara así.
──¿Por qué estás tan enloquecida con tener todo lo que es mío?──preguntó levantándose de su asiento cruzando sus brazos para no quitar su mirada de Tory.
──Sam..──intentó llamarla Miguel para tomar su brazo.
──¿Por qué tienes que hacer todo sobre ti?──le preguntó Robby colocándose a un lado de la pelirubia posicionando su mano sobre la espalda baja de ella.
──Esto no es sobre mi, es sobre tu novia y su necesidad de quitarme a las personas──explicó Sam comenzando a exasperarse.
──Sam, las personas no son de tu propiedad──concluyó Tory confundida ante el conflicto──Deberías pensar en por qué prefieren estar conmigo.
La pelirubia le sonrió con suficiencia, le impacientaba el hecho de no poder dirigir su mirada hacia Eli, no podía ser evidente, pero ansiaba tanto tomar su mano frente al resto de las personas y asumir lo que por tanto tiempo se habían esmerado en ocultar. Él por su parte, mantenía sus ojos clavados en la figura de Tory, observando cada movimiento que Robby realizaba a su lado, su mandibula se notaba tensionada y el odio que sus ojos irradiaban podía notarse de a kilómetros, estaba harto de fingir, y de qué la situación fuera tan complicada.
──Tal vez por qué siempre serás la segunda opción──asumió la castaña caminando lentamente hacia ella──Todos regresan a mi, tú solo eres un mísero pasatiempo.. ya deberías haberlo notado.
──¿Si puedes oír lo ridícula que suenas, verdad?──se burló Tory sin dejar de mirarla de arriba a abajo. Por consiguiente le susurró unas palabras a Robby en el oído, generando así que rieran frente a ella.
Aquella imagen bastó para que la castaña le proporcionara un fuerte empujón a la pelirubia, apartandola de Robby, para luego dejarle un golpe en la boca del estómago. La pelirubia se sorprendió ante tal reacción y mientras Sam continuaba lanzandole golpes sin sentido, ella se limitaba a defenderse, tal como Robby le había enseñado, con las técnicas de Miyagi-Do. Sam comenzaba a frustrarse al notar que no conseguia golpearla.
Robby sonreía al ver como Tory se defendía con total facilidad, Sadie se veía sumamente preocupada, corría los bancos rápidamente para que no ocurriese un accidente, Miguel no pudo evitar observar aquello y decidió levantarse de su asiento para detener la pelea. Tomó a su novia de la cintura alejandola de la pelirubia a la cual tanto quería golpear. Al instante Robby y Eli se acercaron, el castaño tomó la iniciativa, pero Eli fue mucho más rápido, rodeó a Tory por la cintura y la pegó a su cuerpo, consiguiendo así que ella finalmente pudiese mirarlo a los ojos.
──Buen día, preciosa──le susurró en el oído conteniendose de darle un beso al estar tan cerca de su rostro.
──Buen día──rió ella tomando el brazo de él para soltarse de forma brusca y empujarlo luego hacia la pared cercana──Esto me trae ciertos recuerdos──le susurró mirandolo a los ojos de forma pícara, lo cual duró poco debido a que ambos debían continuar fingiendo que se odiaban.
Sam intentaba soltarse del agarre de Miguel, su fuerza era temible e indudable. Sadie se acercó intentando apaciguar la situación dialogando con su prima, mientras Robby se acercaba a la pelirubia para alejarla de Eli.
──¿Estás bien?──inquirió el castaño en cuanto estuvo cerca de Tory.
──Si.. sólo me ha rasguñado un poco, como un pequeño gatito──rió mostrandole sus uñas a Robby e imitando el accionar de las uñas de un gato, provocandole una risa honesta de complicidad.
──Ya basta con eso──rió el castaño bajandole la mano, ella sólo se encogió de hombros manteniendo su sonrisa vibrante. Por consiguiente ambos caminaron hacia sus respectivos asientos.
Eli, quien había observado aquella "melosa" escena entre ambos se encontraba más que molesto. No podía evitar dirigir su mirada a cada rato hacia allí durante el desarrollo de la clase de Economía. Así era, las aguas se habían apaciguado en cuanto ambas se alejaron la una de la otra. Sam escuchaba a Miguel con atención, el latino estaba empecinado en hacerla entrar en razón acerca de sus formas de reaccionar.
Sadie por su parte se encontraba cansada, se cambió de asiento a un lado de Eli solamente para que él no decidiera hacer una estupidez frente al resto de la clase.
──Ya deja de mirarlos, a este punto los has escaneado con rayos de ultra violencia──le mencionó en voz baja la pelirroja en cuanto se acomodó en el asiento.
──No estoy mirando nada, y se llaman rayos ultra violeta──le aclaró Eli centrando su vista hacia el frente.
──Sisi, lo que tu dijiste──le restó importancia con la mano──Vamos a lo importante.. ¿Le has dicho que la amas?
──¿Has considerado en no vivir a través de mi?──respondió molesto comenzando a copiar las consignas, aquella respuesta sorprendió de tal forma a Sadie que decidió marcarle un rayón en toda su hoja──Bien. Tú ganas. Aún no le he dicho──suspiró rendido recostandose en su asiento──Y lo siento, no debí hablarte así. Es sólo que toda esta situación de fingir que no la quiero cerca me está matando.
──Lo entiendo──concluyó Sadie cruzándose de brazos──Es difícil cuando eres la persona conflictuada.
──¿Qué soy que cosa?──frunció el ceño confundido, al instante la pelirroja rodó los ojos con obviedad.
──Conflictuado, es decir, que estas atravesado por problemas que aún no puedes resolver o por futuras instancias problematizadoras──le explicó mientras coloreaba una flor con su lapicera de brillos rosada.
──Si.. no lo creo.
Eli negó con la cabeza tras responderle a Sadie, intentaba esfumar aquellos pensamientos negativos de su mente. Él mismo sabía las consecuencias de sus actos, pero estaba dispuesto a continuar con ello.
Al finalizar el horario de clases, mientras todos los estudiantes se dirigían a sus casilleros para guardar lo que habían utilizado, Eli había ideado un plan. En cuanto el tiempo y el lugar se lo permitieron, tomó el brazo de la pelirubia adentrandola junto a él en uno de los vestuarios deshabitados.
──Ey..──saludó ella sintiendo como su respiración se entrecortaba ante tal cercanía. Rodeó el cuello de Eli con sus brazos atreviéndose a rozar su nariz con la de él──Te extrañé.
──No lo he notado──le respondió con indiferencia corriendo su rostro hacia un lado. Aún así, se había tomado el tiempo de colocar sus manos en la cintura de la pelirubia.
──¿Te has molestado?──rió de forma juguetona dejando un corto beso en el cuello de Eli──Dime.. ¿acaso deseas ser tú quién camine conmigo por los pasillos y me abrace por la cintura mientras todos nos observan?──relató manteniendo la suavidad en su tono de voz.
──¿Robby te abraza por la cintura?──enarcó una ceja evidenciando el recelo que estaba sintiendo──Se ha tomado muy en serio el papel de ser tu novio.. ¿no lo crees?
──Al parecer es el único que se lo toma en serio──se cruzó de brazos la ojiverde.
──¿Qué estás insinunado?──mantuvo su postura negativa ante tal reacción.
──¿Tú que crees que estoy diciendo?──dirigió la mirada hacía el suelo tras aclarar su garganta, no quería que él notase lo mal que la había hecho sentir aquello.
──Tory..──la llamó en un susurro para que ella lo mirase, en cuanto lo hizo, él no pudo evitar acercar sus cuerpos con un solo movimiento──He deseado poder estar a solas contigo desde que nos separamos ayer por la tarde.. no sé que ha estado sucediendo, solo sé que te necesito.
Tory asintió con la cabeza, últimamente tenía demasiados conflictos que solucionar, la situación con Robby, la amenaza de Silver y sus sentimientos para con el joven que se encontraba justo frente a ella.
No hicieron falta más palabras, en cuanto sus ojos volvieron a encontrarse supieron dejar de lado el hecho de que ambos bandos los esperaban a la salida del instituto, ambos unieron sus labios de forma desesperada, como si acaso, hubiesen estado esperando aquello durante todo el día.
Las manos de Eli acariciaban la cintura de la pelirubia, al poco tiempo, la tomó de las piernas y la sentó sobre una de las encimeras. El ambiente era tan fogoso como intenso, sus cuerpos acalorados parecían irradiar el fervor de la pasión cada vez que se rozaban.
Cada beso que se daban parecía que fuese a ser el último, sus labios ya se encontraban rojizos y sus respiraciones agitadas delataban sin dudas la forma en la cual se habían estado necesitando.
──No podemos demorarnos..──suspiró agitada la pelirubia pegando su frente a la de él.
──Amor, nadie está buscandonos──le afirmó él subiendo una de sus manos por los muslos de ella hasta llegar a su mejilla, la cual comenzó a acariciar.
──Miguel y Demetri te están esperando──concluyó ella mirándolo a los ojos.
──No les hará mal tomar un poco de vitamina c en el sol──se burló Eli restandole importancia, para luego volver a besarla.
──Lo sé..──soltó una risa mientras él dejaba varios besos en su rostro──Pero es que Robby está esperándome para buscar a Noah──le explicó brevemente generando que el ojiazul se detuviera y la mirase con una ceja elevada.
──¿Qué no sabe que estás conmigo?
──¿Estoy contigo?──preguntó ella conectando su mirada con la de él.
──Pues..──rascó su nuca con nerviosismo tomándose más del tiempo necesario para pensarlo.
──Ni siquiera sabes lo que quieres──ella soltó una risa irónica sintiendo como lentamente comenzaba a formarse un nudo en su garganta.
──No es eso──negó rápidamente tomando el rostro de Tory con una de sus manos.
──¿Y entonces que?──preguntó de forma brusca apartando la mano de Eli de su rostro para luego bajarse de la encimera──¿Qué es lo que quieres, Eli? ¿Siquiera te lo has preguntado?
Un silencio abismal irrumpió con su presencia en la inmensidad del vestuario. Los ojos azulados de Eli se mantuvieron fijos en el rostro de la pelirubia, intentando idear una respuesta que parecia no querer conformarse.
──Eres increíble──murmuró ella de forma sarcástica, sintiendo como la amargura le recorría la garganta. Poco bastó para que le diera un leve empujón y se dirigiera a la salida.
Eli permaneció inmóvil en su lugar, observando en cámara lenta como Tory se alejaba de él, dejándole no sólo una marca permanente en sus emociones, sino también permitiendole refrescarse por última vez con el aroma de su perfume. Dejando tras de sí, un ambiente desolador para el joven que luchaba internamente por confesarle al resto de la ciudad su enamoramiento.
Por otro lado, la pelirubia caminaba a pasos lentos por el deshabitado pasillo de la institución, no quería permitirse a sí misma dejar rodar las lágrimas por sus mejillas, pero el dolor que le había provocado Eli al no otorgarle ni siquiera un atisbo de respuesta la había herido en lo más profundo de su alma.
A la salida de la institución se encontraban ambos dojos, distanciados el uno del otro, como si aquella distancia fuese lo suficientemente certera para no identificarse los unos con los otros.
──¿Lista para la mejor tarde de tu vida, Nichols?──bromeó Robby en cuanto percibió que ella ya se encontraba observandolo desde lejos.
La pelirubia intentó sonreirle aún con sus labios temblorosos y sus manos transpiradas debido al episodio que acababa de vivenciar, ella sabía que era demasiado buena fingiendo. Estaba acostumbrada a fingir que todo en su vida pronto tomaría un mejor rumbo, pero la realidad era completamente distinta. No podía fingir con Eli.. él se había convertido en su escape, tanto de la realidad como de la farsa, de alguna forma que no lograba comprender, ella asumía que el joven pelirubio podía contener las respuestas que tanto le atormentaban. Sin embargo, Eli parecía no aparecerse en su campo visual, dejando en su mira al joven de cabello castaño que le sonreía como si ella fuese lo más magnífico que sus ojos pudiesen admirar.
──¿Te refieres a qué debemos ver como Noah actúa de árbol en una obra?──se burló ella al estar cerca de Robby.
──No seas mala──soltó una risa el castaño──Al menos no tendrá que actuar de pared.
──¿Qué tan malo debes ser actuando como para que necesiten que un niño haga de pared?──indagó Tory con el ceño fruncido.
──Ey, no te burles.. los dotes artísticos no están en la familia Lawrence──al mencionar aquello, la pelirubia soltó una carcajada tras imaginarse a un Robby pequeño vestido de pared──Te pedí que no te burlaras──se quejó fingidamente cruzando los brazos.
Mientras Tory y Robby compartían las risas por un breve momento, Eli salía de la institución con su mirada perdida, ni siquiera se había molestado en levantar la cabeza en busca de sus amigos, quienes lo observaban con el ceño fruncido. Miguel no pudo evitar dirigir su mirada hacia su hermanastro y su ex novia, todavía le resultaba extraño verlos juntos, era una sensación que aún no se animaba a describir.
──La tarde de hoy estará colmada de un sufrimiento inexplicable──suspiró Demetri en cuanto Eli estuvo cerca, aunque no consiguió llamar la atención de Miguel.
──¿Todo bien?──indagó Eli percatandose de la mirada que Miguel mantenía sobre la pareja que se encontraba a unos metros de distancia.
──Claro..──carraspeó el moreno observando a su amigo de arriba a abajo──Pensaba en que, uno de nosotros podría ser el próximo campeón de All Valley.
──Eso si derrotamos a Robby──confesó Demetri dirigiendo la mirada hacía su antiguo amigo──No lo veo factible.. sabe todos los trucos.
──Pero no sabe de Halcón──sonrió con maldad el joven pelirubio comenzando a caminar en dirección al dojo.
──Sólo conoce al serpiente──se burló Miguel comenzando a caminar a su lado──Y dejame decirte que no le fue muy bien.
──Si.. al menos la primera vez──concluyó Demetri ganandose una mirada de resignación por parte de sus amigos──¡Sólo decía..!──se excusó levantando ambas manos siguiéndoles el paso──Él fue quien te tiró desde un segundo piso y te dejó en una silla de ruedas.
──Si, Demetri. Es uno de los puntos a tener en cuenta, ya lo entendimos──rodó los ojos Eli intentando que Miguel no pensara demasiado en aquello.
Al caminar no pudieron evitar pasar a un lado de la tan mencionada pareja del dojo contrario, Robby mantuvo su semblante serio en cuanto los vio, sus hombros se tensaron y sus puños se cerraron. Ellos no lo sabían, pero una persona especifica había estado dominando la ira del joven. Tory notó el cambio repentino y se giró a observar de que podía tratarse, parecía ser que las asperezas entre Miguel y Robby no hacían más que acrecentarse. O al menos de aquello querían convencerse los demás.
La realidad era que Robby aún intentaba comprender los sentimientos de la pelirubia, cada vez que su mirada se cruzaba con la de Eli, el odio se apoderaba de él de formas inexplicables. Sin embargo, no podía admitirlo frente a ella, debía esperar el momento justo en el cual lo enfrentaría.
Mientras Robby se debatía en su mente acerca de sus propios sentimientos, Eli no pudo evitar sentir como sus ojos se cristalizaban al observar lo inmutada que Tory se veía ante los hechos recientes, como si acaso lo ocurrido entre ambos fuese solo un hecho pasajero. Él bajó la mirada sintiendo el peso de las emociones contenidas junto a la tan resguardada traición para con su amigo. Su mente se adentraba en un rompecabezas confuso el cual le era imposible descifrar sin la pieza faltante; Tory.
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Espero que les haya gustado!
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