✿┋𝟐𝟑. 𝐁𝐨𝐦𝐛.

⥁𝕮𝖔𝖒𝖕𝖑𝖎𝖈𝖆𝖙𝖊𝖉
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──¿Ahora estas con Robby? ¿Te gustan mis sobras, verdad? Creo que dejé medio pastel adentro, ¿también vas a tomarlo?──cuestionó Sam enfrentando a la pelirubia, quien simplemente se estaba sirviendo un trago.

Rápidamente todos los que estaban en la fiesta comenzaron a observarlas, ya extrañaban la típica pelea en la escuela. Así que hacerlo en aquella fiesta, no era como si hiciese la gran diferencia.

──Esto es ridículo, ya te lo dije. No puedo esperar a destrozarte en el torneo──se le acercó la ojiverde en dos simples pasos, sin intentar intimidarla.

──Que risueño de tu parte creer que vas a ganarme──se burló cruzandose de brazos──Voy a decirtelo una sola vez, alejate de mi familia.

──Yo no sigo las órdenes de nadie, yo las creo y si es necesario las rompo──le sonrió con superioridad mientras la castaña sólo podía sentir rabia.

Segundos bastaron para que Sam lanzara el primer golpe, la pelirubia lo esquivó y le proporcionó una patada en el estómago luego de quitarse los zapatos. La castaña estaba lista para otro golpe y los participantes de la fiesta ya habían comenzado a abuchear por una o por la otra.

──¿Qué está pasando aquí, Sam?──indago Miguel captando la atención de ambas. Rápidamente y notando que Tory estaba distraída con lograr su objetivo, corrió hacía ella para alejarla de su novia, terminando así en el suelo.

Los ojos de Tory se encontraron con los de Miguel por más de un segundo, en los ojos del otro era como si nunca se hubiesen dejado de querer. O al menos eso fue lo que el azabache creyó.

──¿Es en serio?──inquirió Robby en cuanto vio la escena al salir al patio, sin dudarlo un segundo, tomó a Miguel del brazo y de un sólo movimiento lo alejó de la pelirubia──¿Estás bien?──tomó su mano para ayudarla a levantarse.

──No es nada──se encogió de hombros acomodando su vestido.

De un momento a otro, los cuatro se encontraban nuevamente siendo partícipes de una pelea estelar, en donde internamente habían comenzado a reclamarse cosas.

Tory escuchó aquello que Sam le dijo a Robby, y a su parecer fue bastante hipócrita. En cuanto pudo tomar un respiro, lo primero que buscó con la mirada fue a Eli, quien rápidamente le dedicó una sonrisa de aliento.

──¿Vas a quedarte ahí o vas a pelear?──cuestionó Sam mostrándose furiosa.

Tory sabía que no debía arruinar el vestido pero sin embargo, decidió intentarlo. En cuanto la interna entre ambas volvió a comenzar, Miguel se interpuso y cayeron los 3 en la piscina. Al ver aquello, Robby soltó una carcajada y en cuanto quiso acercarse a Tory, notó que otra persona ya lo había hecho.

──Hey, ¿esto es mejor que el agua de la cascada?──indago Eli agachandose en el borde de la piscina.

──No lo sé, ¿quieres probar?──le extendió su mano junto con una sonrisa maliciosa posada en sus labios.

Eli intentó alejarse pero ella fue más rápida, le tomó la mano libre y tirando de la misma consiguió que cayera a la piscina.

──¿Que opinas?──inquirió ella en cuanto el pelirubio pudo tomar aire.

──Opino que está congelada──se quejó Eli haciendola reír.

──Era justo la respuesta que esperaba──le sonrió para luego salpicarlo con el agua.

──Se supone que no debo mostrarme contigo──habló el pelirubio alejándose de ella.

──¿A qué le temes?──elevó una ceja la ojiverde──Creí que eras el tipo más rudo del valle──soltó una risa con intención de provocar una respuesta distinta en él.

──Lo era cuando tenía mi cresta, ahora sólo soy Eli──se encogió de hombros.

──¿No piensas decirme quien lo hizo?──inquirió en un susurro.

──No quiero causar problemas.

──¿Miyagi-do te cambió o algo así?──indago confundida.

El pelirubio simplemente salió de la piscina dejando a Tory mucho más confundida de lo que ya estaba, por lo tanto decidió imitar sus pasos y esperar a que el vestido comenzará a secarse. Sam y Miguel habían pasado a segundo plano, ya ni siquiera le interesaba su enemistad con la castaña o su antigua relación con el azabache, las únicas personas que le importaban eran Eli, Sadie y Robby.

──¿Está todo bien?──el castaño se acercó a ella intentando luego acomodarle el cabello.

──Si..──musitó por lo bajo perdiendo de vista al pelirubio con el cual había hablado minutos antes──¿Tú lo estás?

──No es el mejor día de mi vida pero tampoco me quejo──se encogió de hombros──¿Tienes frío?──indago quitándose el saco y colocandoselo sobre los hombros.

──Gracias──murmuró con una pequeña sonrisa──Debo ver a Sadie, ¿crees que esté despierta?

──Estoy seguro de que debe estar completamente dormida──rió Robby caminando junto a ella en dirección al living de la casa en la que se encontraban.

Luego de que ambos subiesen las escaleras y se adentraran en uno de los cuartos, encontraron a la pelirroja completamente tapada por una inmensidad de mantas. Tory se sentó a su lado y le acomodó el cabello mientras que Robby se limitó a apoyarse en uno de los muebles, pensando en si acaso debía decir algo.

──¿Qué le diremos al señor LaRusso cuando debamos llevarla a su casa? ¿Quién de los dos se lo dirá?──le preguntó la ojiverde sintiéndose agobiada.

──Podríamos ir a mi casa──propuso el castaño abriendo el placard, por consiguiente sacó una toalla y se la extendió a la pelirubia──Deberías darte una ducha.

──Que forma tan sutil de decirme; sucia pegate un baño──se burló tomando la toalla entre sus manos.

──Hay un baño aquí, si quieres puedes ir. Lo decía para que no te enfermaras──rió él──Pero tampoco te vendría mal──se burló apoyándose en la pared.

Ella se levantó de la cama y caminó en dirección al baño de la habitación, no sin antes pedirle a Robby que cuidara de su amiga, el castaño simplemente rodó los ojos y asintió.

──Apenas despierte, prometo que te avisaré──asintió con cierto cansancio en su voz──Eso sonó más dramático de lo que creí.

Ambos rieron y ella se adentró en el baño, minutos más tarde Robby comenzó a inspeccionar el lugar, no quería pensar en absolutamente nada. Prefería que la situacion con Tory fuese fluida y no forzada. Mientras revisaba una caja que había debajo de la cama al otro lado de la habitación, precisamente agachado en el suelo, sintió como la puerta se abría.

──¿Tory, estás aquí?──murmuró una voz masculina al cerrar la puerta detrás de sí. Rápidamente observó la habitación y al oir el agua cayendo en en dirección al baño, decidió acercarse a la puerta. Golpeando luego tres veces.

──Robby, te dije que tardaba cinco minutos──rió la pelirubia al otro lado tras cerrar la canilla.

En aquel instante, Robby se levantó del suelo y conectó su mirada con la del pelirubio, quien no le sonrió de forma grata.

──Cariño, no soy Robby──habló Eli apoyándose en el marco de la puerta.

El castaño lo fulminó con la mirada, parecía ser que Eli Moskowitz siempre encontraba la forma de entrometerse en todo.

──¿Por qué mejor no esperas afuera? Tory parece estar un poco.. ocupada──le recomendó el ojiverde acercándose de forma rápida.

──¿Ah, si? Pues que ella nos lo diga──le sonrió con un deje de superioridad──Tory.. ¿necesitas ayuda? Sabes que soy bueno con las prendas──elevó una ceja tras golpear la puerta nuevamente.

──¿Por qué no.. vuelves por dónde viniste?──inquirió tomando el puño de Eli antes de que volviese a golpear la puerta.

──No me apetece──se encogió de hombros y bajó el puño soltandose del agarre──¿Por qué no te vas tú? Digo, no pareces del todo cómodo con la situación.

──Lo estaba antes de que te entrometieras──comunicó entrecerrando los ojos──¿Te gustaría una explicación gráfica o puedes imaginartelo?──soltó una pequeña risa sólo para molestarlo.

Eli tensó su mandíbula dispuesto a darle un empujón al castaño que se encontraba frente a él, sin embargo, la puerta del baño se abrió dejando ver a cierta pelirubia con el cabello mojado y un vestido distinto al que llevaba en el baile de promoción. El pelirubio la observó y le dedicó una media sonrisa, lo cual a Robby pareció molestarle bastante.

──¿De qué estaban hablando? No podía oírlos en el baño──comentó terminando de secarse el cabello con la toalla, apoyándola luego sobre una de las sillas.

──De.. ¿por qué Sadie parece estar medio muerta?──inquirió Eli con el ceño fruncido.

──Sólo está dormida, sus ronquidos pueden oírse de forma peculiar──rió abriendo sus ojos de golpe──Aún no sabemos que es lo que haremos, pero debe llegar en buen estado a la casa de los LaRusso.

──Puedo llevarlas──añadió Eli llevándose una mirada confundida de Robby──He venido con el auto de mi padre. No voy a dejar que vayan ambas en una motocicleta.

──Que considerado de tu parte──se burló el castaño tomando asiento en la cama, a un lado de la pelirroja.

──¿Tu padre?──frunció el ceño la ojiverde──¿Desde cuándo está en la ciudad y no firmando libros en Nueva York?──centró su mirada en el pelirubio.

──No tengo idea. En cuanto lo vi supuse que era una alucinación──rió el ojiazul──Pero supongo que aún mantengo un mínimo de ilusión, es decir, en que se acuerde de que existo una vez al año.

Robby lo escuchó de forma atenta a pesar de estar leyendo una revista que había encontrado al costado de la cama. Por otro lado, Tory se acercó a él y sin decirle nada, le rodeó el cuello con los brazos conformando un abrazo, al cual él no pudo contenerse. El pelirubio rodeó la cintura de la ojiverde con sus brazos dejando un pequeño beso sobre el hombro descubierto de la misma.

──Supongo que vas a tener que presentarnos──le susurró en el oído con un deje de diversión. El pelirubio soltó una pequeña risa y asintió siguiendole el juego──Todo va a estar bien──volvió a susurrar acariciandole la nuca con suavidad.

El castaño observaba la escena con recelo, a pesar de fingir estar leyendo, podía detectar las intenciones del pelirubio.

──Hacen una buena pareja.. ¿no lo crees?──indago en un susurro la pelirroja que anteriormente se encontraba dormida.

──¿Realmente crees eso?──frunció el ceño Robby, aquella pregunta lo había tomado por sorpresa, logrando descolocarlo.

──Por supuesto. Aunque creo que si, Eli la hubiese conocido antes de ser el mejor amigo de Miguel y ella antes de ser la novia del mismo, serían imparables en el valle──concluyó Sadie en un murmullo.

──¿Estás diciendo que Cobra Kai sería suya?──elevó una ceja observando como la pelirroja levantaba la mitad de su cuerpo para sentarse a su lado.

──Algo así. ¿En dónde se supone que estoy durmiendo?──preguntó confundida intentando acomodar su cabello.

Mientras Sadie y Robby mantenían una conversación animada, ambos pelirubios parecían disfrutar de la presencia del otro, de mirarse a los ojos y sucesivamente observar sus labios.

──Creo que gusta más el nuevo vestido──murmuró Eli subiendo sus manos de forma delicada hacía la espalda descubierta de la pelirubia.

──Baja la voz──le susurró ella alejándose de él de un tirón, aquello no significaba que el trato de él no le gustara. Sino todo lo contrario, el contacto entre pieles conseguía invocar y reavivar con intensidad la pasión entre ambos.

En cuanto Tory dirigió la vista hacía otro lado que no fuera Eli, notó que su amiga pelirroja reía junto al castaño.

──¡Sadie! Despertaste──exclamó acercándose a la cama.

──Y tú por fin te bañaste──reaccionó la pecosa haciéndola reír.

Pocos segundos bastaron para que la pelirubia se acostase a un lado de Sadie, por consiguiente Eli imitó su accionar acostandose junto a ella. Aquello era una situación extraña y compleja de ver, el castaño y el pelirubio no eran conocidos por ser los mejores amigos, pero ambas amigas parecían lograr cosas juntas.

──¿Habían pensado antes en que tal vez, el que organizó esta fiesta tenga problemas con su identidad?──indago el castaño frunciendo el ceño.

──Tal vez no fue lo suficientemente feliz en su adolescencia──respondió Sadie encogiendose de hombros y notando como el dolor de cabeza se apoderaba de sus pensamientos.

──Tú necesitas una aspirina──acotó Eli en cierto tono preocupado, más que nada porque Tory le había contado múltiples veces acerca de lo que la pelirroja consumía.

──En seguida vuelvo──se levantó Robby de golpe y salió de la habitación en busca de aspirinas.

Al instante la pecosa posó su mirada en ambos pelirubios, notando que el brazo derecho de Eli rodeaba los hombros de su amiga.

──¿Cuánto tiempo?──inquirió Sadie elevando una ceja.

──¿Cuánto va a tardar? Es Robby, puede demorar hasta media hora buscando una simple cosa──le contestó la pelirubia.

──No hablo de eso──le restó importancia con la mano──Estoy hablando de ustedes dos, ¿se acostaron, cierto?──les sonrió de forma traviesa.

──Es morboso que quieras saberlo──habló confundido el ojiazul.

──¡Eso es un si!──chilló emocionada la pecosa.

──No, de hecho sólo está diciendo que eres morbosa──rió la ojiverde sintiendo como Eli le acariciaba con lentitud el cabello.

──¿Se han besado alguna vez? ¡Pueden aunque sea responderme eso!──pidió Sadie mostrándose exhausta.

──Si, nos hemos besado──afirmó Eli rodando los ojos y recibiendo luego un leve golpe en el pecho por parte de Tory──Pero no debes decir nada al respecto.

──¿Qué se siente besar a Tory Nichols?──inquirió elevando una ceja──A lo que me refiero es.. Miguel no está enterado.

──¿Y tú que crees?──frunció el ceño el pelirubio.

──Creo que ambos llevan más tiempo ocultando su relación de lo que yo pensé──afirmó la pelirroja.

──No creo que la palabra correcta sea ocultar──añadió Eli posando su vista en la pelirubia que le acariciaba el brazo.

──Prácticamente están besándose a escondidas de todos, vaya uno a saber desde hace cuanto tiempo. Añadiendo que Eli es el mejor amigo de Miguel, quien es el ex novio de Tory, ¿No estarían ocultandole eso?──prejuzgó la pecosa.

──Sadie, estamos conscientes de la situación. Gracias por recordarnoslo tan abruptamente──le sonrió Tory mostrándose intranquila.

──No es nada. Ahora, ¿pueden besarse de una buena vez? Llevo esperando esto desde que los vi aparecerse juntos en el bar──pidió Sadie nuevamente.

──No vamos a hacer eso──negó la pelirubia rodando los ojos──Regla número 1; no besarse en las fiestas──mintió haciendo reír al ojiazul.

──Regla número 2; no ser vistos en compañía del otro──le siguió el juego Eli generando que Sadie se sintiera confundida.

──Esperen, ¿tienen reglas? ¿cómo es eso posible?──entrecerró sus ojos y apoyó la cabeza en la almohada con cansancio. Ambos pelirubios soltaron una carcajada.

──Encontré las aspirinas──anunció el castaño adentrándose en la habitación y acercándose a la pelirroja junto con un vaso de agua en su mano──¿Por qué Sadie parece sacada de órbita?──indago observando a la pareja que reía, ambos se encogieron de hombros.

Dos horas más tarde, la pelirroja se encontraba subiéndose al auto de Robby Keene, aún no comprendía el porqué iría sola con él pero la idea le fascinaba.

Por otro lado, ambos pelirubios aún seguían en la fiesta, precisamente en la misma habitación. Salvo que esta vez se encontraban completamente solos y con la puerta trancada.

──¿A qué se debe tu repentino cambio de pensamiento? Estoy confundida──sentenció la ojiverde apoyándose sobre uno de los muebles, debido a que ya no estaban en la cama, sino parados el uno frente al otro.

──¿Lo estás? Pues hice exactamente lo que tu hiciste conmigo──le sonrió de lado cruzando ambos brazos debajo de su pecho──¿Vas a explicarme por qué te alejaste?

──¿Ósea que me confundiste para demostrarme como te sentiste la última semana?──indago con el ceño fruncido.

──Yo pregunté primero──se burló él esperando una respuesta.

──¿Realmente es necesaria la explicación?──inquirió soltando un suspiro de frustración──Básicamente admitiste que regresarías con Moon sin importarte en lo absoluto lo que ella te hizo o lo que yo hice por ti. Y la única razón por la cual creo que estás aquí es porqué ella te rechazó, no puedo continuar engañando a mi mente de esta forma. Está claro que la amas a ella──exclamó sin percatarse de la necesidad de tomar aire.

──Tory, yo jamás regresaría con Moon──negó el pelirubio acercándose a ella──Eres tú la única persona en todo California que me hace feliz.

──¿En todo California?──elevó una ceja.

──Bueno.. Freddie Mercury, Brian May y Roger Taylor, son de Londres así que no podría decir del mundo──se burló apoyando una de sus manos en la mejilla de la ojiverde──Nichols, eres lo único que quiero y necesito. No podría alejarme de ti jamás.

──Admito que Queen es irremplazable, tienes un buen punto──rió ella colocando su mano izquierda sobre la del ojiazul, la cual se encontraba sobre su rostro──Pero.. ¿que me asegurará que no cambies de opinión en la mañana?

──Tengo el mismo pensamiento sobre ti──admitió él observandola directamente a los ojos──Tory, estar contigo es básicamente como llevar una bomba de tiempo en mis manos, mientras deseo que no quieras estallar nunca, porque de ser así, acabaría siendo mi fin.

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Espero que les haya gustado!

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