✿┋𝟐𝟐. 𝐓𝐡𝐞 𝐝𝐚𝐧𝐜𝐢𝐧𝐠 𝐩𝐫𝐨𝐦

⥁𝕮𝖔𝖒𝖕𝖑𝖎𝖈𝖆𝖙𝖊𝖉
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El tan ansiado día del baile de promoción había llegado, las puertas del Instituto se abrieron específicamente a las 19:00 horas.

Sam y Miguel llegaron juntos, la primera llevaba un vestido fucsia acampanado con su cabello ondulado, mientras que el azabache tenía un smokin negro con un corbatin rojo. Ambos tenían en mente que aquella noche sería completamente inolvidable, sin embargo, aún no sabían el sentido completo de aquella frase.

Demetri llegó al baile junto con Yasmine y Eli, quien luego de puras insistencias acabó aceptando salir de su casa, quitarse el buzo gris del pijama y colocarse un traje con una camisa blanca. No tenía muchos ánimos de usar colores llamativos, y mucho menos toparse con personas relacionadas a Cobra Kai.

Él había intentado llamar la atención de Tory, e incluso se había acercado a hablar con ella, pero la pelirubia hacía caso omiso a sus peticiones y simplemente optaba por ignorarlo, como si él no estuviese allí.

──Todavía no entiendo para qué quieres que me quede en este estúpido baile──rodó los ojos el pelirubio mientras le agregaba alcohol a su vaso que contenía el típico ponche de los bailes escolares.

──Creí que sería divertido, por fin venir sin que tengamos pocas expectativas──se encogió de hombros Demetri bebiendo un poco del vaso de Eli, para luego hacer un gesto de completo disgusto──¿Qué se supone que tiene esa cosa?

──Sólo un poco de vodka.

──Pues parece que le echaste la botella entera, eso te va a limpiar completamente el intestino──le comentó el azabache para luego enganchar su brazo con el de su pareja; Yasmine. Dirigiéndose luego a la pista de baile.

Nuevamente Eli se encontraba en completa soledad apartado en una esquina, para él, era como si nada hubiese cambiado.

Por la puerta principal se adentró una pelirubia con un vestido igual de despampanante que su cabello, aunque no se encontraba sola, a su lado e incluso tomando su brazo se lo podía ver al joven Keene con su cabello peinado hacía atrás y su catalogado saco color bordo. Ambos designaron su mirada al salón y a los presentes con total superioridad, y como si nada más les importara caminaron en dirección a la pista de baile, bajo la atenta mirada de los estudiantes.

──¿Ellos nos están viendo?──le susurró Tory pasando sus brazos por los hombros del castaño.

──Cariño, todos nos están mirando──le devolvió el susurro acercándose a su rostro mientras posicionaba con delicadeza su mano derecha en la cintura de ella.

──¿Crees que debamos comenzar con el espectáculo?──rió con disimulo ladeando su cabello y sintiendo la ardida mirada de Sam sobre ella.

Aquella simple pregunta bastó para que Robby comenzase a moverse con completa soltura en la pista, logrando así guiará a ella con completa comodidad. Tory simplemente seguía las indicaciones del castaño ya que nunca antes había bailado en pareja y mucho menos aquel ritmo de música, sin embargo, a pesar de no tenerse confianza, ella había logrado cautivar una vez más a Robby Keene, quien la miraba con los ojos luminosos y una sonrisa blanquecina.

Los espectadores del baile de promoción estaban completamente fascinados por lo que habían presenciado, aunque el que no se encontraba del todo contento era Eli, si antes no entendía en lo absoluto lo que estaba sucediendo, ahora menos.

──Agh. La detesto──exclamó Sam mientras se servía ponche en un vaso de plástico.

──¿Tú aún sigues enamorada de Robby?──inquirió Eli con el ceño fruncido, él jamás se metía en asuntos ajenos pero su amigo Miguel merecía saber la verdad. Aunque tal vez, aquello sonaba un poco hipócrita de su parte.

──No..──bajó la vista llevándose luego el trago hacía su boca──Sólo me irrita que haya elegido salir con ella, de todas las personas.. ¿tenía que gustarle Tory? ¿Qué es lo que llama su atención?

──Pregúntale a Miguel──respondió simplemente sin pensar en sus palabras, al instante apretó sus ojos con fuerza, sabía que la castaña lo estaba mirando mal──O mejor podrías disfrutar el baile con tu pareja y dejar de lamentarte.

Sam se lo pensó durante varios segundos en los que Eli parecía beber un vaso sin fondo. En cuanto la castaña dirigió su vista a su respectivo novio pudo notar como su prima pelirroja se encontraba bailando con él.

──¿Has notado que hay estrellas pegadas en el techo del gimnasio en el que estamos?──indago Sadie mientras bailaba una canción movida junto al moreno.

──No, no lo había notado. ¿Estas drogada?──fruncio el ceño Miguel al notar que no había nada en el techo.

──Mi tío Daniel no me deja hacer eso en la casa, lo cual es contradictorio ya que venera a alguien que tenía plantaciones en sus terrenos──se encogió de hombros para luego bailar animadamente junto a él.

──¿Me permites?──cuestionó Sam empujando levemente a su prima para quedar frente a su novio.

──Podríamos bailar los tres──sugirió Miguel encogiendose de hombros, había notado la tristeza en los ojos de la pecosa, parecía que Sam la apartaba de algunas situaciones.

──No quiero molestarlos, que tengan una romántica velada──hizo una reverencia bajando la cabeza y luego se levantó de golpe con una sonrisa, segundos más tarde se alejó de ambos. Sin embargo, Miguel la siguió con la mirada para no perderla de vista.

──Mis ojos están aquí──llamó su atención la castaña──¿Bailamos?

El Moreno asintió y ambos volvieron a bailar en un costado de la pista, mientras que Eli observaba de reojo la puesta en escena de Tory y Robby. Después de todo y pensándolo para sí mismo, estaba teniendo una dosis de su propia medicina. Él había traicionado a Miguel más de una vez con las miradas fugaces, encuentros furtivos y pensamientos indebidos acerca de quien era/fue su novia.

No podía continuar lamentándose por una circunstancia que se merecía. Pero aún así, un atisbo de ilusión y esperanza le hacían creer que la pelirubia regresaría a él.

──Ustedes dos, la parejita──los llamó Kyler, abrazando a ambos por los hombros──Habrá una fiesta en casa de Mantarraya, los dueños del valle deben estar allí──les guiñó un ojo para luego palmearle la espalda a Robby y marcharse.

──¿Qué opinas tu?──elevó una ceja el castaño observando con una sonrisa ladeada a su cita de la noche.

──Por mi, está bien. Mientras no tenga que conducir al regresar──le sonrió divertida para luego señalar sus zapatos en punta.

──La próxima te haré conducir en la motocicleta con esos──se burló pasando delicadamente su brazo por la cintura de ella.

Tory elevó la vista luego de soltar una pequeña risa, en aquel segundo fue cuando por primera vez en la noche sus ojos verdosos se encontraron con los azulados de Eli. Ella apretó sus labios sin correr la vista, había una gran diferencia en su pensar y en lo que transmitía su mirar.

Eli tenía una mirada fría, casi como si no se le pudiese atribuir un atisbo de sentimiento, mientras que en sus adentros afirmaba que él podría ser un mejor novio que Robby. Por otro lado, Tory mantenía su mirada atenta y sensorial, esta vez con un deje de sensualidad, a su vez pensaba en sí acaso había cometido un error. Robby era especial y la hacía feliz, pero no podía atreverse a compararlos, sabía que Eli sería siempre quien reinara en su elección y en sus emociones.

Casi dos horas habían pasado desde el comienzo del baile de promoción, algunos estudiantes intentaban disimular la cantidad de alcohol que habían bebido, algunos bailaban animados, otros buscaban fuego para encender sus cigarros y algunos ya querían irse a sus casas, o mejor dicho, a la mencionada fiesta.

[En el baño de damas]

──Sadie, tienes que mirar para arriba──decía la pelirubia mientras le sostenía el cuello a su amiga en dirección hacía arriba──¿Cuánto has bebido? Apenas son las nueve de la noche y ya quieres irte a casa, eso no es muy Sadie de tu parte──ambas soltaron una risa.

La pelirroja se encontraba sentada en el suelo del baño con su espalda apoyada en una de las puertas, mientras que Tory arrodillada a su lado intentaba hacerla entrar en razón y a su vez que tomase agua.

──Ya estoy bien──murmuró Sadie tocándose el rostro.

──Pues creo que tu rostro no está muy de acuerdo con eso──torció su labio hacía un costado──Voy a llevarte a enfermería.

──¡No!──exclamó de golpe parpadeando múltiples veces──Fue sólo un exceso de marihuana, creo.

──¿Crees?──fruncio el ceño ayudandola a levantarse──¿Quieres vomitar?

──Por dios, no soy bulimica.

──Hablo de que si tienes ganas de vomitar, el aliento al alcohol te delata──se cruzó de brazos la pelirubia──Además, ¿por qué propondría que vomitaras si no es por tu propio bien?──un silencio se formó entre ambas──Eso sonó un poco mal, pero me refiero en este caso.

Sadie soltó una carcajada, confirmandole a Tory que seguía en estado de ebriedad.

──Bien, iremos a un lugar feliz──propuso Tory pasando el brazo de su amiga por sus hombros──¿Te gustaría?

──¡Si! ¿Y estará Robby?──indago mirando a su amiga con emoción.

──Por supuesto──afirmó la pelirubia mientras ambas salían del baño, dejando en mitad de camino uno de sus zapatos de tacón.

──¿Tú que piensas de Robby? Sam dice que es un traidor──cuestionó la pecosa, a su vez la pelirubia intentaba coordinar los pasos de ambas para no tropezarse.

──Bueno.. con Robby tenemos una conexión especial, somos muy buenos amigos──mencionó con una pequeña sonrisa escapandose de sus labios.

──Pero.. llegaron juntos al baile, creí que eran novios o algo así. Al menos es lo que todos creen──se encogió de hombros mirando el suelo──¿Y cuál es el lugar feliz al que iremos?

Tory no sabía que responder primero, así que optó por mencionarle que llegarían en menos de cinco minutos.
Y así fue, a pesar de que la pelirroja descubriese al llegar que había sido engañada, decidió entrar a enfermería, en donde sólo estaban ellas dos.

──Vas a recostarte en la camilla y en cuanto sientas que no puedes respirar, tenemos múltiples opciones para curarlo──mencionó la pelirubia guiando a su amiga hacia la camilla. En donde sólo bastaron veinte segundos para que se quedara dormida.

──Vi tu mensaje──exclamó Robby abriendo la puerta de golpe, llevándose luego una mala mirada por parte de la pelirubia──Lo siento, vi tu mensaje──murmuró acercándose a ella──¿Cómo está, Sadie?

──Me preocupa, la encontré acostada en el suelo del baño diciendo palabras sin sentido. Le dije que no debía excederse──se cruzó de brazos la ojiverde sintiendo sus ojos cristalizarse. En aquel instante el castaño se acercó y la rodeó con sus brazos.

Ella accedió y apoyó su rostro en el hombro de él, sintiendo como le acariciaba la espalda de forma reconfortante. Tory se sentía mal por haber descuidado la relación con su amiga y no haberla ayudado, realmente sentía que era su culpa.

──Tory, esto no es tu culpa ¿si?──habló Robby sin dejar de abrazarla──Sé que en realidad crees que lo es, pero hay situaciones que no puedes manejar, y esta es una de ellas. Sadie estará bien en cuanto descanse y no vuelva a ingerir alcohol por unos cuantos meses.. aunque le cueste──ambos soltaron una pequeña risa.

──Gracias, por haber venido──murmuró en cuanto se separó lentamente del abrazo.

──Soy tu cita, ¿lo olvidaste?──elevó una ceja──Acabas de romperme el corazón, ¿lo sabes, no?

──Jamás pretendi que sucediera, tú te lastimaste sólo──se burló apoyándose en la mesada que se encontraba detrás.

──¿Jugaras esa carta?──soltó una risa negando con la cabeza──¿Quién fue la que me invitó al baile?──dió un paso hacía ella.

──Prácticamente asumiste que vendrías conmigo──se burló nuevamente apoyando sus manos en la mesada.

──¿Con quién hubieses venido si no era conmigo?──se burló él acortando la distancia y quedando centímetros de ella.

──Con tu papá──sonrió de lado haciéndolo soltar una risa.

──Lo tendré en cuenta para la próxima. Tal vez invite a.. Piper──divago encogiendose de hombros y apoyando una de sus manos sobre mesada en la que ella se encontraba.

──Tal vez fue lo que deberías haber hecho──afirmó mirándolo directamente a los ojos.

El castaño conectó su mirada con la de ella y sus impulsos fueron mucho más fuertes que cualquier otro sentimiento previo, ni siquiera lo dudó y se olvidó por completo de la situación en la que se encontraban. Acercó su rostro al de la pelirubia, con su mano izquierda le acarició la mejilla y segundos después unió sus labios en un beso.

Un beso que sin dudas, él había ansiado desde que sus sentimientos por ella habían tomado un rumbo distinto. En aquel instante no pensó en Sam, tampoco en su charla con Eli y mucho menos en Miguel, simplemente dejó que sus labios y los de ella se guiaran mutuamente.

Mientras que Robby se convertía en embrollo total de emociones, Tory sólo podía pensar en que ambos se estaban equivocando. No podían estar besándose en el salón de emergencias del Instituto, con su mejor amiga prácticamente inconsciente acostada en una camilla. Tiempo después ella fue la primera en separarse.

──Robby..──intentó hablar la ojiverde notando luego la cercanía en la que sus cuerpos se encontraban, prácticamente sentían la respiración del otro.

──Tal vez no es el mejor momento para esto──habló el castaño girando su rostro en dirección a la pelirroja.

Ella caminó en dirección a la puerta sintiendo como los labios aún le ardían por el beso, sin dudas, estaba tomando decisiones erradas y no tenía idea de como revertirlo.

──Necesito un poco de aire.. ¿Puedes cuidar de ella?──le pidió casi como si fuese una súplica.

──Lo que necesites──le sonrió acomodando su cabello con su mano izquierda──Sólo no te vayas de aquí sin mí.

──No podría hacerlo──rió ella saliendo de la sala de emergencias completamente acalorada. Rápidamente pensó en que debía regresar al baño por su tacón restante.

Comenzó a caminar descalsa por el pasillo tras quitarse el zapato, lo que menos quería era hacer ruido, además de que el Instituto no se encontraba del todo iluminado, nadie debía estar paseándose por allí.

──¿Buscas esto.. Cenicienta?──la llamó una voz masculina al otro lado del pasillo sosteniendo el zapato que a ella le faltaba.

Tory centró su vista en él a pesar de que reconoció su voz al instante, se acomodó el cabello de un lado y comenzó a caminar con seguridad.

──Es exactamente lo que busco──anunció caminando a paso rápido sin importarle que el vestido se estuviese arrastrando. Una vez que estuvo frente a él frenó en seco──¿Entraste al baño de mujeres para obtenerlo?

──Lo encontré en mitad del pasillo, Nichols. ¿Me crees un acosador?──frunció el ceño el ojiazul jugando con el zapato.

──No fue lo que dije, ¿me lo vas a dar?──intentó tomarlo una vez que estuvo cerca, pero él no la dejó──¿Va a ser por las buenas o por las malas, Moskowitz?

──¿Cómo lo prefieres?──susurró cerca de los labios de la pelirubia, notando como se le erizaba la piel.

──Supongo que ya lo sabes──le sonrió lanzando un patada al aire, la cual él esquivó de forma perfecta para posicionarse al otro lado.

──¿Te resulta incómodo el vestido?──inquirió burlón tomandola de la cintura y dejándola en el suelo.

──Para nada──murmuró levantándose tras tomarlo del brazo y dejarlo en el suelo──Pero, parece que a ti te molesta ese saco──se levantó del suelo esperándolo.

Eli se quitó el saco y lo lanzó a un costado, ella volvió a lanzar dos patadas continuas que él esquivó. Dándole un poco de tiempo para lanzar él su golpe. El pelirubio vió venir nuevamente la patada estrella de la ojiverde, tomó su pierna y la acercó a él de tal forma que ambos terminaron en el suelo, está vez, ella estaba sobre él.

Ambos se miraron a los ojos durante largos segundos, ya ni siquiera sabían por lo que estaban peleando, lo que si sabían era que no querían alejarse. Él levantó la mitad de su cuerpo sin dejar de observar sucesivamente aquellos ojos verdes y sus labios pintados de forma tan perfecta. Eli le acarició la mejilla corriendole el pelo hacía un costado. En aquel momento deseó poder besarla de nuevo, poder sentir como el toque de ella sobre su piel lo hacía olvidarse por completo de todo aquello que lo lastimaba.

Tory intentó levantarse y dejar de estar encima de él, pero Eli la tomó de la cintura y ella no pudo evitar sentir aquel consquilleo en su estómago en cuanto sus ojos se volvieron a encontrar, esta vez, reflejando el deseo y el cariño que sentían el uno por el otro.

──¿Irás a la fiesta de Mantarraya?──cuestionó Eli dejándole un pequeño beso en la mejilla.

──¿Crees que la reina cobra tenga otra opción?──rió acomodandose el cabello.

──Creo en que podría hacerte una propuesta mejor, si decidieras hablarme por más de una semana.

──Estoy hablándote ahora──anunció apoyando sus manos en los hombros del ojiazul.

──No es suficiente.

La pelirubia sintió la mirada de Eli recorrerla por completo, no iba a negarlo, ella también lo había hecho pero de forma cautelosa.

──Te espero luego de la fiesta──él quitó la llave de su bolsillo y se la devolvió.

Una vez que ambos se levantaron del suelo, ella tomó la llave y Eli no pudo evitar tomarle la mano para entrelazar sus dedos.

──Algún día──murmuró ella viendo sus manos entrelazadas──Tal vez algún día podamos caminar por estos pasillos.. con las manos entrelazadas, sin tener que preocuparnos por lo que fueran a decir.

El pelirubio asintió viendo como lentamente sus manos se separaban y ambos debían tomar el camino opuesto para no ser vistos.

Eli tenía una notoria sonrisa marcada en el rostro, no se habían besado, pero habían asumido que se hacían falta.

Robby sonreía con ilusión mientras esperaba que Sadie despertara, tal vez, después de todo, sus esperanzas por compartir un sentimiento estable, no se habían desvanecido.

Mientras que Tory, había tejido su propia telaraña de problemas.

¿Acaso habría una solución?

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Espero que les haya gustado!
Perdón por la demora.

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