⥁𝕮𝖔𝖒𝖕𝖑𝖎𝖈𝖆𝖙𝖊𝖉
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A la salida del Instituto, Tory y Robby debían ir a entrenar al Dojo de Cobra Kai. La pelirubia junto sus cosas y el castaño le pidió que lo esperará junto a la motocicleta ya que debía recoger su bolso que se encontraba en el vestuario de hombres. Ella le restó importancia y se dirigió a su motocicleta, mientras que él una vez que tuvo su bolso, tomó un camino distinto para salir de allí.

──¡Hey!──elevó la voz para llamar a un joven que estaba a punto de adentrarse en el salón de esgrima.

──Robby..──lo miró de arriba a abajo confundido.

──Sólo quería agradecerte por lo de hoy.. ya sabes, por defender a Tory──remarcó una vez que se acercó al azabache.

──Sé que lo que hice no estuvo bien y que Tory haya hablado sobre eso contigo.. supongo que significa algo──elevó una ceja picaramente haciéndolo reír.

──Gracias de nuevo, Demetri. Sé que ahora entrenas con mi padre, te deseo suerte──rió en forma de despedida comenzando a caminar.

──Gracias.. aunque probablemente la unión LaRusso y Lawrence se acabe pronto──formó una mueca──No digas que te dije eso.

El castaño negó con la cabeza y continuó su camino, lo que él más quería era ayudar a Tory, y si para hacerlo debía hablar con el presunto enemigo, estaba listo para afrontarlo.

Tiempo más tarde, el entrenamiento en el dojo de Cobra Kai era bastante intenso para los jóvenes y se había vuelto peor cuando un viejo amigo de Kreese, llamado Terry Silver se había aparecido allí con nuevas tácticas para enseñar. La pelirubia y el castaño se miraron entre sí con desconfianza, no entendían porqué un hombre millonario como él los ayudaba.

──¿Que opinas de Silver?──le preguntó el ojiverde mientras practicaban la defensa de Miyagi-do, que él mismo se había propuesto en enseñar.

──Tal vez tenga una atrasada crisis de los cincuenta y quiera malgastar su dinero──propusó ella haciéndolo reír.

──O tal vez intenta demostrarse a sí mismo que no necesita ir a un centro de jubilados──elevó una ceja al hablar, y ahora quien reía era ella──¿Hoy tienes turno en el bar?──indago segundos más tarde para mantener la charla.

──Me pedí el día libre, en la tarde Noah invitará a sus amigos y debo terminar de preparar el lugar──le explicó recordando que no había comprado lo más importante de un cumpleaños; el pastel.

──Suena bien──le sonrió de lado──Espero no haber dejado la vara muy alta con mi regalo──se agrandó sonando burlón.

──Definitivamente nada lo superará.

Una vez terminado el ejercicio y las dos horas de entrenamiento, ambos jóvenes tomaron sus bolsos y salieron del Dojo. Tory notó que su amistad con el castaño avanzaba cada vez más, lo cual la hacía entrar aún más en confianza, mientras que Robby comenzaba a sentir un apego sentimental para con ella.

──Haré spaghetti ésta noche──le avisó la pelirubia con una sonrisa──Si quieres puedes venir.

──Tory Nichols, tú si que sabes como hacerme feliz──rió él aceptando la invitación──Estaré allí a las nueve.

──Suena bien por mi──le gritó alejándose ya que había comenzado a caminar hacía su casa.

Robby sonrió ampliamente mientras observaba como ella se alejaba cada vez más hasta perder su rastro por completo, él sabía que relacionarse con Tory podría traerle más problemas que soluciones, pero se encontraba completamente intrigado por ella.

[17:00 pm]

Noah abría la puerta de su hogar dándoles la bienvenida a algunos de los amigos que había invitado, para luego dirigirse al patio trasero que se encontraba decorado con la temática acordada de el hombre araña. La mesa principal contenía sándwiches de miga, snacks y pizza. Tory se había esmerado al completo, incluso había comprado una piñata con relleno de caramelos.

──¡Es el mejor cumpleaños del mundo!──gritó Noah dando inicio a su día de festejo tras haber metido un gol con la pelota de fútbol.

La pelirubia observaba todo desde la ventana de la cocina, hacía veinte minutos que había metido el pastel de chocolate en el horno, y sinceramente esperaba tenerlo listo para antes de las seis de la tarde.

A las 18:20 el timbre de la casa sonó y el cumpleañero se dirigió a las corridas hacía la puerta, una vez abierta la misma, se sorprendió al ver de quien se trataba. Inmediatamente abrió sus brazos y saltó hacía el joven pelirubio.

──Feliz cumpleaños, Noah──habló sonriente Eli dejandolo en el suelo para poder entregarle su regalo.

──¡Le diré a Tory que estás aquí! Ella se va a poner contenta──exclamó el pequeño corriendo hacía la cocina.

Tory terminaba de decorar el pastel con completa concentración, hasta que su hermano menor tiró de su brazo arrastrandola hacía la sala de estar con los ojos cerrados.

Eli soltó una risa ante la escena que se le presentaba, Tory siendo arrastrada a las apuradas por Noah, aquello le recordaba mucho al tiempo que pasaban juntos en la casa.

──¿Y bien?──suspiró la pelirubia apoyando una de sus manos en su cintura.

──¡Sorpresa, abre los ojos!──exclamó Noah una vez que ella se encontraba a una poca distancia del pelirubio.

Tory abrió los ojos encontrándose con la imagen de Eli parado en su puerta sosteniendo dos bolsas de regalo, las cuales les entregó al pequeño que cumplía nueve.

──¡Tory, mira esto!──gritó emocionado enseñándole el automóvil rojo que se manejaba a control remoto──¡Era justo lo que quería!

──Algunas veces prestó atención──rió Eli revolviendole el cabello al pequeño.

Noah le dió un abrazo a Eli para luego ordenar las bolsas de regalo y por último correr en dirección al patio trasero donde se encontraban sus amigos.

──¿En dónde has estado todo el día?──indago ella quitándose el delantal.

──Ya sabes.. por muchos lugares──se encogió de hombros dejando su mochila sobre el sofá.

Tory caminó hacía él y sin intenciones de decir una palabra, le rodeó la espalda con sus brazos y escondió su cabeza en el hueco entre el pecho y el cuello del pelirubio, conformando así un abrazo. Él se sorprendió en el acto, pero en cuanto sintió su aroma y notó que ella cerraba sus ojos como si aquel instante fuese único, le rodeó la cintura con sus brazos, abrazandola como si en verdad no quisiera separarse de ella.

──¿Está todo bien?──indago él aún sin separarse del abrazo.

──Si, lo siento por eso──se separó de golpe tomando distancia.

──¿Me diste un abrazo y te disculpaste?──frunció el ceño confundido para luego tomarle la mano y atraerla hacía él de un sólo impulso──Siempre serás bienvenida en el espacio personal de Eli Moskowitz.

──¿Es en serio?──soltó una risa elevando una ceja, al instante notó que sus miradas se buscaban por sí solas──Porque tu espacio personal se encuentra aromatizado por una colonia para ñinos.

──Deja de burlarte de mi perfume, sabes que es tu favorito──le acarició la mejilla con su dedo pulgar. Nuevamente Tory se encontraba contra su pecho abrazandolo.

──Muero de ganas por despertar y tener que oler esa fragancia todas las mañanas──habló sarcástica para luego rodar los ojos.

──¿Eso es una invitación, Nichols?──elevó una ceja picaramente.

──Claro que no──se separó lentamente de él──Debo terminar el pastel, ¿Quieres ayudarme?

Eli asintió siguiendole el paso hacía la cocina, una vez que el pastel estuvo terminado, minutos bastaron para que todos se reunieran a cantarle el Feliz Cumpleaños a Noah. Eliza hizo su mayor esfuerzo para estar allí con su hijo y soplar las velitas, una vez cortado el pastel los niños continuaron con su juego y Eliza volvió a descansar en su cama. Tory era nuevamente quien se encargaba de limpiar todo, aunque está vez tenía la ayuda de Eli.

──Creo que no soy bueno con esto──murmuró el ojiazul haciendo una mueca.

──¿Sólo lo crees?──se burló ella observando como Eli barría con la escoba el suelo de la cocina.

──¿Sabes? No te veo agradeciendome por esto──frenó sosteniendo la escoba──¿Vas a darme otro beso?──se burló estirando sus labios hacía el frente, lo único que consiguió fue una porción de pastel de chocolate sobre su rostro──Oh, tú no hiciste eso.

──¿Hacer qué?──sonrió ella para luego tomarlo delicadamente por la quijada y posar sus labios durante tres segundos sobre la comisura del labio que tenía chocolate.

Eli posicionó sus manos en la cintura de la pelirubia evitando que se alejara de él, ella sólo pudo concentrarse en los ojos azules que tenía en frente.

──Acabas de desatar una guerra──le susurró él pegando su rostro del lado del chocolate contra una de las mejillas de ella.

Tory le dió un empujón pero él no la soltó, simplemente sonrió observando como ella parecía mirarlo con ojos enojados, como si estuviera a punto de matarlo. Ante eso, Eli sólo pudo acercarse a ella y dejarle un corto beso en los labios, sorprendiendola.

──Ahora estamos a mano──le guiño un ojo para luego continuar barriendo.

La pelirubia decidió limpiarse el rostro aún sintiendo los labios del ojiazul sobre los de ella. De nuevo había sucedido, y gracias a eso sentía la necesidad de intentarlo de nuevo.

──¿Por qué hiciste eso?──inquirió luego de varios segundos mientras apoyaba el repasador sobre la mesada.

──¿Qué cosa?──se acercó dejando la escoba apoyada en la pared──¿Por qué hice..──formó una pausa acercándose a ella y tomandola por la barbilla──..esto?──dejó un beso sobre sus labios, esta vez mucho más lento que la anterior.

Ella se separó sintiendo el ardor en sus mejillas, lo cual era extraño ya que nunca se sonrojaba y mucho menos por un beso que no debía significar nada. Pero ahí estaba el problema, si significa algo y tal vez demasiado.

──Deja de hacerlo──sentenció negando con la cabeza──Ya no estamos a mano──se cruzó de brazos.

──Porque es tu turno de besarme──se acercó a ella susurrandole aquello sobre sus labios.

──Eso no va pasar──le dió un leve empujón. Cuando Eli se encontraba tan cerca de su cuerpo no podía controlar sus emociones y mucho menos el deseo que sentía hacia él.

──¿Nuestro viaje aún sigue en pie?──indago alejándose dos pasos hacía atrás para luego tomar asiento, él tampoco podía pensar con claridad cuando se trataba de ella.

──¿Aún crees que debamos viajar sólos a una cabaña de tu padre en una playa?──elevó una ceja.

──Lo que creo es que verte en bikini va a ser la mejor parte del viaje──le guiñó un ojo ganándose un golpe en la cabeza por parte de ella.

──Habló en serio──tomó asiento a su lado──Muero de ganas por ir a un lugar en donde nadie nos reconocería.

Eli apretó sus labios pensando en lo que ella decía, un fin de semana alejados del resto parecía ser todo lo que más anhelaban.

──Entonces paso por ti a las nueve de la mañana del sábado──concluyó despeinandole el cabello con una marcada sonrisa en su rostro.

──Suena bien para mí.. mientras no tenga que verte usando una sunga, no creo que haya algún problema──se burló cruzándose de brazos.

──Fue sólo una vez──rodó los ojos intentando olvidar aquel suceso.

──Realmente lamento que no te
hayas quedado en el equipo de natación──ella soltó una risa tapándose la boca al segundo.

──Y yo en verdad lamento que no seas porrista──se burló él.

──Seré porristas el día que mi cerebro esté podrido──le sonrió.

──¿Ósea.. empiezas el lunes?──elevó una ceja mientras reía.

──Idiota──rodó los ojos mordiendo su labio inferior.

Dos horas más tarde, cuando el reloj marcaban las 20:30 los amigos de Noah ya habían sido retirados por sus padres dando por finalizada la fiesta. El castaño junto al pelirubio intentaban armar un castillo de legos sobre la mesa de la cocina mientras Tory cocinaba sus famosos spaghettis.

──¡Halcón! Eso no va ahí──se quejó el pequeño quitándole el lego y colocandolo en el lugar que iba.

──¿Y si mejor hacemos una nave espacial?──propusó sonriente.

──¿Acaso piensas quedarte toda la noche?──se burló ella comenzando a revolver la salsa.

──¿Puede quedarse a dormir?──los ojos de Noah se iluminaron y sonrió ampliamente mirando a su hermana.

──¿Puedo?──se giró Eli mientras la observaba formando un puchero con sus labios.

Ella rodó los ojos y asintió con la cabeza, en el fondo, ella también quería que él se quedara aquella noche.

──¡Si!──festejó Noah estirando sus brazos hacía arriba──Voy a decirle a mamá──se bajó de la silla y corrió en dirección a la habitación de su madre.

Eli se levantó de su asiento y se acercó a la pelirubia, quien ahora revolvia los fideos. Lo siguiente que hizo fue pararse detrás de ella y dejarle un beso en su hombro descubierto.

──Así que.. ¿Pijamada con Noah?──rió él abrazándola por detrás, aunque manteniendo una leve distancia entre sus cuerpos.

──Sólo lo dije para que no insistiera, te irás por la ventana en cuanto se duerma──bromeó mientras le agregaba especias a la salsa de tomate y crema.

──Eres la peor hermana, ¿Te lo han dicho?──rió apoyando su mentón en el hombro de la pelirubia.

──Jamás.. y como viene de ti, no me interesa. No somos hermanos──le sacó la lengua como si así comenzara una pelea.

──Por suerte, no lo somos──ahora él fué quien le sacó la lengua──No podría soportarte ni media semana.

──Yo no logro soportarte ahora──le sacó la lengua nuevamente.

──Ya que estamos hablando de eso.. ¿Por qué no me contaste lo que sucedió con Sam?──indago preocupado y en cierto tono molesto.

──No quería involucrarte y que tuvieras que elegir entre ellos o yo──bajó la vista para luego soltar la cuchara de madera dejando que la comida se cocinara.

──Tory, eso jamás pasará──habló el ojiazul acunando el rostro de la pelirubia entre sus manos──No sería capaz de hacerlo.

──Sé que los elegiras a ellos.. y está bien porque son tu familia.

──Tú también eres mi familia Tory. Que no se te olvide, jamás──dejó un tierno beso en su frente.

Ella sonrió sintiéndose cómoda nuevamente junto a él, por lo que nuevamente se abrazaron. Eli tenía más preguntas que quería resolver, pero dedujo que ese no era el momento y que era mejor brindarle su apoyo.

──¡Miren quien más vino!──habló entusiasmado Noah adentrándose en la cocina.

Ambos pelirubios se separaron del abrazo con una gran sonrisa, la cual disminuyó lentamente al ver de quien se trataba.

──Robby..──murmuró ella sintiéndose mal con sigo misma.

El castaño había observado la escena espectante, ahora comenzaba a comprender un poco más la situación.

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Muy pronto estaré publicando una Historia Keenry, ojalá les guste.