✿┋𝟏𝟏. 𝐀𝐩𝐩𝐫𝐨𝐚𝐜𝐡.
⥁𝕮𝖔𝖒𝖕𝖑𝖎𝖈𝖆𝖙𝖊𝖉
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──Hey..──la saludó el joven de la capucha volteandose a verla, al instante se la quitó──Sólo quería asegurarme de que llegarás bien.
La pelirubia elevó una ceja al ver de quien se trataba, se encontraba dispuesta a responderle pero su teléfono sonó y lo sacó rápidamente de su bolsillo para contestarle a Robby.
──Keene, más te vale que
sea una emergencia──habló
apenas aceptó la llamada.
──Oh créeme que lo es.. ¿No
pudiste avisarme que ibas
a enviar a Sadie? Y lo que es
peor, ¿Tú sabías que es la
prima de Sam? Porque yo
acabo de llevarme la grata
sorpresa──hablaba enfurecido
pero a su vez manteniendo la
voz en un tono bajo para que
el resto no lo escuchara.
──Si, si lo sabía──afirmó
apretando sus labios──Robby,
no tenía otra opción. Era enviar
a Sadie o que fueras sólo, y no
pensaba quedarme sin ojos y
oídos en aquella cena. Sadie
fue parte de este plan todo
el tiempo, sólo que tú no lo
sabías──explicó sin sonar
dramática──Ahora tenemos a
un señor LaRusso muy enfadado
y tú tienes a tu padre de tu lado.
El castaño comenzó a asimilar la situación, Tory no se encontraba allí pero sabía perfectamente como ocurriría todo. Gracias a ella, ahora tenía un tema relativo y con el cual relacionarse con su padre. A pesar de que la pelirroja saliera perdiendo en cualquier punto de la ecuación.
──¿Tú ideaste todo esto en
sólo un par de horas?──le
preguntó encontrándose
plenamente sorprendido.
──¿Qué puedo decirte?
Soy una mente maestra──se
agrandó ella mientras reía.
──Vamos a hablar mañana
en la escuela sobre esto. Paso
por ti a las siete y treinta, más
te valeque estés lista──avisó
Robbyintentando no reír por
la últimavez en que habían
acordado ir juntos al Instituto.
──No te prometo nada──le
contestó fingiendo desinterés.
──Descansa Nichols. Ah, y
avisame si necesitas que
vaya──aquello último lo
había dicho en un tono
preocupado, lo cual alarmó
de más a la pelirubia.
──Que dramático eres──se
burló haciéndolo reír al otro
lado de la línea, segundos más
tarde cortó la llamada.
Una vez que guardó el celular en el bolsillo trasero de su pantalón dirigió su mirada al chico que se encontraba frente a ella, quien al parecer ya no llevaba su cresta.
──¿Las peluquerías aún siguen abiertas?──indago la pelirubia confundida, sin embargo, la mirada que se reflejaba en los ojos de Eli no parecían ser motivo de burla──¿Qué fue lo que pasó?──se acercó a él de forma precipitada y preocupada.
──No quiero hablar de eso──intentó correr rápidamente la cara, pero ella fue más rápida. Subió su mano izquierda a la mejilla de él obligandolo así a mirarla.
──Esta bien, pero eso no quiere decir que tengas que evitarme──murmuró sin sacar la vista de aquellos ojos azules──Va a ser mejor que entremos.
──¿Estás invitandome a tu casa, de nuevo y por qué tienes ganas?──se burló con una sonrisa pícara en su rostro──De seguro que Miguel no ha logrado tanto.
Tory frunció el ceño. ¿Por qué tenía que sacar el tema de Miguel justo cuando todo empezaba a mejorar?
──Noah está durmiendo, así que no hagas ruido. Subiremos a mi habitación──le susurró mientras abría la puerta de la casa.
──No crei que fueras tan directa──bromeó entrando en la casa, apenas terminó su comentario, la pelirubia cerró la puerta y lanzó la mochila hacía el sofá.
──No hagas que me arrepienta de haberte invitado──susurró ella dirigiéndose hacia las escaleras, poco tiempo bastó para que Eli la siguiera.
Ambos se adentraron a la habitación, el último cerró la puerta mientras que Tory ordenaba rápidamente el lugar.
──Te aviso que no me gusta dormir del lado de la pared──anunció él acostandose en la cama sin importarle si Tory lo había invitado o no.
──Okay, pero no te invité para dormir──habló sin terminar de medir sus palabras, por lo cual Eli soltó una risa──Ósea si puedes dormir pero quería que me cuentes quien te hizo eso──explicó con sinceridad acostandose a un lado de él.
──Fueron los de Cobra kai──murmuró con la vista baja.
──¿Kyler, Alex, Oliver y Connor?
──Sinceramente nunca me interesaron sus nombres así que no lo sé──se encogió de hombros con desinterés──Lo que si sé es que no voy a quedarme de brazos cruzados.
──Y no deberías. Está mal que nos hayas traicionado pero no por eso deberíamos molestarte──negaba Tory con total desaprobación.
Eli se giró en la cama colocándose de costado, obteniendo así una mejor vista de la pelirubia, quien segundos más tarde optó por imitar aquel accionar. Sus miradas se habían conectado nuevamente, mientras el silencio se apoderaba de la habitación, por lo que solamente podían oírse sus respiraciones junto a los rápidos latidos de sus corazones. Notando así lo mucho que habían extrañado el estar en presencia con el otro.
──¿No has pensado en unirte a Miyagi-Do?──rompió el silencio el ojiazul rodeando la cintura de ella con su brazo libre.
──Oh claro, dejaría que Daniel-San me enseñe con total gratitud y de paso sería la nueva mejor amiga de su hija──habló sarcástica mientras acercaba lentamente su cuerpo al de él.
Para ser sinceros, ninguno de los dos podía responder quien había sido el que se había acercado tanto hacía él otro.
──Siempre tan dulce──se burló él mientras le sonreía divertido.
──Es mi especialidad──elevó las cejas mientras lo observaba.
Para Tory, no existía nadie en el mundo que la hiciera sentir tan especial como lo hacía Eli. Era como si estar con él la hiciera pensar por una ráfaga de segundo, que tal vez no todo estaba perdido, que tal vez ella no era una causa perdida.
──Tory.. ¿Qué me dirías si te propongo abandonar la ciudad por un día?──indago perdido en sus pensamientos.
──Que estás demente.
──Hablo en serio──rió el ojiazul posando su vista en ella──¿Irías conmigo si planeara el escape?
"Iría contigo a donde sea si tan sólo me dieras una señal sobre lo que está pasando entre nosotros" pensó Tory, dejando un silencio entre ambos.
──¿Cuál es el destino?──preguntó generando que él festejara de inmediato──No te emociones, sólo quiero saber cuantas fallas debo arreglar en tu plan──rió burlona, aunque aquella risa fue cesando en cuanto notó la forma en la que sus piernas se entrelazaban con las de Eli.
Últimamente buscaban el contacto entre pieles, como si de una necesidad se tratase. Como si necesitarán sentir mucho más de lo que alguna vez llegaron a tocar.
──Pensé en que podríamos salir de la ciudad, alejarnos de la multitud, de todo aquello que nos persigue durante el día y la noche──explicó Eli mientras sentía la mirada de la ojiverde sobre él──Podríamos ir a Santa Mónica, está a veintisiete kilómetros de aquí. Alquilariamos una cabaña frente a la playa, sólo por un día.
──Hablas de.. ¿Un día sólo para nosotros dos?──indago elevando una ceja.
──Tú y yo, como solía ser antes──le sonrió de forma cariñosa acercando su frente a la de ella──¿Qué dices?
──¿Nos escapamos este fin de semana?──le preguntó intentando no sonar entusiasmada, lo cual al ojiazul le pareció sumamente agradable.
──El sábado por la mañana vendré a buscarte──afirmó sonriendole. Eli podía sentir como su mirada cambiaba al estar con ella, todo su ser mejoraba en varios aspectos.
──¿Iremos ambos en tu motocicleta?
──Tory, cariño. Sé que quieres aferrarte a mí y sentir mis increíbles músculos pero debes parar, me siento utilizado──bromeó él intentando que ella riera, sin embargo, todo lo que había conseguido era un empujón.
──¿Ya ves por qué nunca acepto nada que venga de ti?──rodó los ojos mientras él dejaba un corto beso en su frente, lo cual logró sorprenderla bastante.
Eli cerró los ojos aún manteniéndose pegado a ella, sabía que aquel era el único momento en el que podría descansar del todo. Cuando estaba con Tory, sentía que nadie sería capaz de abandonarlo, que ella no sería capaz de abandonarlo a él.
──Descansa, bonita──murmuró él de forma casi inaudible, sin embargo, ella lo escuchó y sonrió con sus mejillas levemente acaloradas, sabiendo así que aquel sentimiento acabaría trayendole consecuencias en un futuro.
[Martes, 07: 15 am]
El despertador que la pelirubia tenía en su celular sonó de forma abrupta logrando despertarlos a ambos, Eli tomó el celular de la mesita de luz que se encontraba a un lado de la cama y apagó el despertador mientras sentía como Tory se acurrucaba en su pecho sin intenciones de ir al Instituto ese día. Él la observó con una sonrisa boba en su rostro, no sabía que le estaba sucediendo y eso lo volvía loco, pero tampoco quería parar aquel sentimiento que recorria sus venas de forma energética al estar junto a ella.
──Buenos días, Eliza──se escuchó una voz masculina proveniente de la planta baja, lo cual generó que ambos pelirubios abrieran los ojos de golpe y con total desesperación.
──Robby..──murmuró ella con exasperación──Olvidé que pasaría por mi antes de ir al Instituto──al instante se tapó el rostro con ambas manos.
──¿Juegas a dos puntas?──se burló Eli haciéndola reír──No va a ser nada bueno para Robby enterarse que sigue siendo un perdedor.
──¿Por qué lo dices?──indago confundida.
──Porque has dormido más veces conmigo de las que has salido con él──comunicó manteniendo una sonrisa pícara en sus labios.
──Debes irte de aquí, ahora──decretó Tory sentándose en la cama──Él definitivamente no puede verte aquí.
Halcón tomó su remera del suelo y se la colocó lo más rápido que pudo mientras ella caminaba hacía el armario y escogía la ropa que usaría ese día, sabía que ya no tenía tiempo para tomar una ducha.
──¿Todavía la tienes?──indago Eli sorprendido al ver que la camisa blanca que le había regalado la primavera pasada aún era conservada por ella. Se acercó hasta allí posicionandose justo detrás de ella.
La pelirubia giró su rostro hacía el costado encontrándose rápidamente con unos ojos azules que clavaban su vista sobre ella. Él la abrazó por detrás, rodeandole la cintura con ambos brazos y acabó por dejar un tierno beso en su mejilla, sorprendiendola por completo.
──Algunas veces la usó, es como una camisa multi-uso──explicó encogiendose de hombros e intentando no moverse mucho para que él no se apartara──¿Si sabes que vas a tener que irte por la ventana, No?──indago soltando una pequeña risa.
──¿Realmente tengo que irme?──apoyó su cabeza sobre el hombro de ella.
──Vamos a vernos en menos de media hora──se giró ella logrando que ambos quedarán frente a frente.
──Pero en media hora no podré hacer esto──murmuró manteniendo sus manos en la cintura de la pelirubia acercandola aún más hacía él, ella colocó sus manos sobre los hombros de él.
──Nadie debe saber lo que hacemos──le susurró sin molestarse en mantener la distancia.
Ninguno de los dos pensaba en alejarse, ambos sabían que deseaban el roce entre sus labios, sin embargo, no podían arriesgarse, había algo que se los impedía.
En aquel instante pudieron oírse tres golpes continuos en la puerta de la habitación.
──No abras──le susurró él subiendo lentamente su mano derecha por la espalda de la pelirubia.
Ella relamio sus labios deseando que la persona que haya tocado la puerta se alejara, pero no todo podía salirle como quería.
──¡Tory! ¡Dejé mi cuaderno de tareas ahí dentro!──golpeaba la puerta su hermano menor, Noah──Ah, y Robby está aquí. Trajo medialunas para el desayuno, sin dudas, es mi nuevo mejor cuñado.
──Enano traidor──se quejó Eli haciendo reír a la ojiverde.
Acto seguido, Tory empujó a Eli hasta la ventana, ya que el último quería quedarse a discutir con el pequeño de ocho años.
──¡Ya voy, Noah! Me estoy.. poniendo los pantalones──explicó de forma rara luego de abrirle la ventana y dirigirse corriendo al armario.
──Okay, te espero abajo──le contestó el pequeño corriendo escaleras abajo para poder comer las medialunas.
Halcón se sentó en la ventana a observar como Tory entraba en un completo trance de desesperación al tener que hacer todo de forma apresurada.
──El cuaderno está en la biblioteca──le señaló el ojiazul generando que ella lo fulminara con la mirada──¿Que? Estoy esperando mi beso de despedida──se burló manteniendo una sonrisa en su rostro, ella suspiró y caminó hacía él.
──Adiós──intentó empujarlo rápidamente para que se fuera.
Él tomó las manos de la pelirubia y acercó su rostro al de ella. Fue en aquel momento cuando Tory se rindió por completo y rodó los ojos con pesadez.
──¿Sabes que esto no va a volver a pasar jamás, no?──le preguntó ella nuevamente.
──Dilo hasta que te lo creas──se burló mientras reía.
Tory se acercó rápidamente hacía él y en un intento por dejar un beso en su mejilla, acabó dejándolo sobre sus labios. Ella se alejó sin saber que decir y en aquel instante que sus miradas confusas conectaron, la puerta se abrió, por lo que Tory fue quien acabó empujando a Eli para que nadie lo viera.
──¿Qué haces en la ventana?──le preguntó su hermano menor confundido.
──Estaba tomando aire──le sonrió falsamente la pelirubia mientras se alejaba de la ventana──Aquí está tu estúpido cuaderno──se lo alcanzó rápidamente.
Noah tomó el cuaderno entre sus manos y fruncio el ceño al ver una campera morada sobre la cama.
──¿Eso es de Halcón?──preguntó señalando la campera.
──No, es mía──mintió tomando la campera y colocandosela.
──¿La vas a llevar a la escuela?
──Uhm, si──respondió obvia echandolo del cuarto──Ahora vete que tengo que terminar de arreglarme.
Cinco minutos más tarde, la pelirubia había cambiado su ropa por un pantalón de cuero negro, una blusa blanca ajustada y una chaqueta negra. Guardando así la campera morada de Eli en su mochila.
Bajó las escaleras para encontrarse con una escena inusual en su hogar, su madre y su hermano reían a carcajadas junto con Robby, quien al parecer se había levantado de muy buen humor ese día.
──Buenos días──saludó ella dejando un beso en la mejilla del castaño y sentándose a su lado para desayunar.
──Robby nos estaba contando sobre la vez que un caballo lo pateo──le explicó Noah mientras reía.
──Te pedí que no contarás nada──se quejó Robby fingiendo estar enfadado. Tory pensó que para ser bastante terco, se llevaba muy bien con los niños.
──Lo siento──se lamentó el pequeño mientras bebía su jugo──¿Puedo contarle a mi amiga Maddie? Ella va a reírse mucho.
Robby asintió con la cabeza para luego beber su café, mientras que Eliza le enviaba algunas miradas no tan disimuladas a su hija, quien no veía la hora de tomarse un descanso de su vida cotidiana.
──Y dime Robby.. ¿Tienes pensado seguir en la Universidad?──le preguntó Eliza generando que su hija se levantará de su asiento y tomará el brazo de su amigo para sacarlo de allí.
──Adiós, mamá. No tenemos tiempo para esto──explicó Tory levantando al castaño de su asiento y arrastrandolo hasta la puerta──Que tengan un lindo día. Y.. ¡Noah, no pierdas el autobús!──le avisó cerrando la puerta de su casa una vez que ambos se encontraban afuera.
──Es lindo venir a desayunar con tu familia, voy a hacerlo más seguido──le sonrió burlón el ojiverde.
──¿Te gusta verme sufrir, cierto?──exageró ella caminando en dirección al garage.
──Pues si, no voy a mentirte. Me gusta ver tu cara de agobiada, molesta y estresada──rió mientras la seguía.
──Que gran apoyo emocional eres Keene──habló sarcástica abriendo el portón de su garage para sacar la motocicleta.
──La cena de ayer no fue tan mala como creí──comenzó a hablar sosteniendo ambos cascos──Sadie fue de gran ayuda y la cara que puso el señor LaRusso al verla fue lo mejor de la noche, nadie entendía nada──reía contagiandole así su risa a la pelirubia──Johnny hizo una especie de carne a la parrilla y resultó ser que Sadie es vegetariana. Amanda tuvo que hacerle una especie de sándwich de tomate, mi padre quería morirse de la vergüenza. Es más, hasta me preguntó por ti.
──¿Qué el hizo que?──preguntó Tory desconcertada mientras encendía la motocicleta.
──Luego te explicó──le pasó el casco restante y él se colocó el suyo.
──¿No puedes decírmelo ahora?──lo apresuró encontrándose aún confundida.
──Me gusta generar intriga──le sonrió de lado subiéndose a la motocicleta y colocándose detrás de ella.
Tory rodó los ojos con una pequeña sonrisa mientras se colocaba el casco para poder comenzar a manejar. Sacó su motocicleta del garage y tras cerrarla comenzó a dirigirse rápidamente hacía el Instituto, el cual no le quedaba muy lejos.
Durante aquel lapso de tiempo, lo único en lo que pudo pensar fue en su beso con Eli. Cada vez que lo recordaba, quería golpearse mental y físicamente por haber sido tan tonta, de seguro él ya no volvería a hablarle después de aquel suceso. O al menos era lo que ella creía.
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Espero que les haya gustado!
Creo que tal vez Halcón y Tory sintieron que avanzaron demasiado rápido, en fin, ¿Qué opinan ustedes?
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