Capítulo 3

Jimin salió del edificio de su facultad a paso tranquilo. Su última clase del día había acabado unos pocos minutos antes de lo habitual, así que aprovechó ese pequeño pero valioso margen de tiempo para ir a la cafetería de la universidad y empezar a comer antes de irse a trabajar.

Estudiar y trabajar al mismo tiempo no era para nada fácil, a pesar de decirse a si mismo que tenía que aguantar y ser fuerte, muchas veces sentía que su cuerpo y su mente no darían para más, que llegaría el momento en el que no podría aguantar tanta presión. Sin embargo, había una sola cosa que lo mantenía firme pasara lo que pasara, su familia.

Su madre y su pequeña hermana eran lo único que tenía y lo único por lo que valía la pena levantarse tan temprano y llegar tan tarde a casa todos los días. Eran solo ellos tres, viviendo en un pequeño y miserable apartamento en un barrio no muy seguro cerca del centro de la ciudad, pero era lo único que se podían permitir por mucho que no quisieran.

A veces se preguntaba que hubiera pasado si las cosas hubieran sido diferentes, si hubieran tenido a alguien que los ayudara, si hubieran tenido la suerte de salir de aquella situación tan lamentable después de que su padre los abandonara.

Jimin estaba seguro de que si se hubiera ido cuando aún estaba en el vientre de su madre o cuando era demasiado pequeño para no entender las cosas, no le hubiera afectado tanto aquella ausencia paternal, no obstante, aquel hombre se fue dejando a un pobre niño diez años, a su hija recién nacida y a su mujer desconsolada la cual no sabía que hacer para sacar sus dos hijos adelante. Los dejó a su suerte, sin mirar atrás y sin la idea de volver jamás.

No sabía que era peor, cuando él estaba presente haciendo sus vidas un tormento o cuando desapareció sin siquiera despedirse, dejando un enorme vacío en aquel niño indefenso. A pesar de todo y de saber la mala vida que su padre se había acostumbrado a llevar, Jimin siempre tuvo aquella pequeña esperanza de que algún día cambiaría y que volvería, pero eso nunca fue así.

A partir de ese momento se juró a si mismo que haría todo lo posible para ayudar a su madre, quien a duras penas ganaba el dinero suficiente, y convertirse en esa figura paterna que necesitaba su hermana, esa figura que él tanto había deseado tener.

Fue duro madurar a una edad tan temprana y tener que preocuparse por cosas que un niño nunca debería preocuparse, pero no tenía ninguna otra opción.

Siempre evitó provocar cualquier problema a su madre, por eso procuró dar lo mejor de él en la escuela. Había sido considerado siempre como un alumno brillante y tuvo la gran oportunidad de poder acceder a una beca para estudiar administración de empresas. Aún así, debía seguir esforzándose más y no parar hasta ver a las personas que más amaba en el mundo viviendo como se merecían.

Ese día había acordado con su único y mejor amigo verse en la cafetería del campus para comer juntos. Como había llegado algo temprano, la mayoría de las mesas seguían vacías. Se apresuró en sentarse una pues el lugar no tardaría en llenarse hasta el punto de que era imposible encontrar algún sitio libre. Se sentó al lado de una gran ventana y sacó de su maletín un sandwich que se había preparado la noche anterior. Sabía que era muy poco para lo que en realidad debía comer, pero era lo más práctico por hacer y se había acostumbrado a pasar algo de hambre hasta que llegara a casa por la noche.

Comenzó a dar pequeños bocados mientras veía como la cafetería se había llenado en un abrir y cerrar de ojos. Por inercia, dirigió su mirada a la entrada, encontrándose con su mejor amigo entre la multitud, quien al verlo, movió la mano con una gran sonrisa, Jimin lo saludó de vuelta. El chico de pelo castaño oscuro se hizo paso entre la gente hasta llegar a su mesa, deshaciéndose de su mochila y dejándola a un lado antes de sentarse frente a él.

—¡Jiminnie!—Exclamó alegre

—Hola Hobi.

Hoseok era la única persona que el rubio podía considerar como su gran amigo, era el único en quien podía confiar plenamente, además de su madre y su hermana. Eran amigos desde primaria, y a pesar de que Hoseok fuera dos años mayor que él e ir a clases distintas, siempre fueron inseparables. No recordaba muy bien como había surgido aquella amistad, pero lo que si sabía era que él había estado en todo momento a su lado, convirtiéndose en uno de sus pocos apoyos y en el hermano mayor que le habría gustado tener. Fue una buena noticia saber que estudiarían en la misma universidad, le ponía feliz saber que no estaría tan solo, ya que hacer amigos era algo muy complicado para él.

—¿Has salido temprano hoy?— Jimin asintió con la cabeza mientras le daba otro bocado a su sandwich. —Que suerte, parecía que mi profesor no nos quería soltar.—El mayor rio mientras sacaba su comida de su mochila.

—La verdad es que estoy contento porque así no tengo que correr tanto hoy.—Jimin bromeó.

—Tengo el presentimiento de que hoy va ser un día especial para ti.—Volvió a hablar Hoseok convencido.

El rubio negó con la cabeza. El mayor era una persona bastante optimista y que siempre le decía que muy pronto llegaría su día de suerte. Jimin se había convertido en un escéptico de la suerte, pero en el fondo le agradecía por ser aquella fuente de positivismo que muchas veces él carecía.

—No creo hyung, solo ha sido una casualidad.—Hoseok le sonrió, todavía seguro de su presentimiento, y cambió de tema.

—¿Tienes más noticias del chico misterioso?

Era obvio que le había contado sobre Jungkook, es más, era la única persona que lo sabía.

—No mucho desde que me dijo su nombre, parece que es un chico bastante reservado.

—¡Anda, ya tenéis algo en común!—Hoseok volvió a bromear haciendo a Jimin reír levemente. —Pero dime una cosa, ¿Te gusta?

Jimin se quedó pensativo por unos segundos.

—Es muy atractivo, mucho, hay algo en él que me llama bastante la atención, pero...

—Te gusta.—Hoseok afirmó al ver como su mejor amigo se había sonrojado al hablar de él. Jimin intentó defenderse.

—No lo sé hyung, tampoco lo conozco tanto.

—Te gusta.—Reafirmó. El rubio escuchó como reía melodiosamente, quería decirle que no, pero en realidad sabía que no se equivocaba.

Siguieron charlando y comiendo por unos minutos más. Cuando Jimin acabó con su comida, sacó su teléfono para ver la hora, dándose cuenta que faltaba poco para que pasara el bus que lo llevaba al trabajo. Guardó sus cosas en su maletín y se paró se su asiento.

—Me tengo que ir hyung, nos vemos mañana.—Se despidió de su mejor amigo mientras este le sonreía.

—Cuídate Jiminnie.

Jimin salió de la cafetería para dirigirse a la parada del bus, la cual no estaba tan alejada. Faltaban cinco minutos, pero aún así caminó rápido pues no confiaba en que el bus fuera siempre puntual. Llegó a la parada con tiempo de sobra, y parecía que aquel era un día un tanto extraño, pues el bus llegó a la hora exacta que marcaba el horario, ni un minuto antes ni un minuto después. Se subió al bus y llego a su destino sin ningún problema. Eran las 16:15, más que perfecto.

Llegó a la cafetería como todos los días, saludando alegremente a Soojin y a Yoongi, quienes lo saludaron de vuelta felices de verlo también. Una vez en el vestuario, dejó sus cosas y se colocó su uniforme para luego volver a las mesas y comenzar su turno.

Como no había mucho por hacer, ya que todavía era algo temprano y no había tanta clientela, decidió hacerse tras la barra para ayudar a Yoongi a organizar algunas tazas y platos.

Miró el reloj que estaba colgado en una pared del local, ya eran las 16:30. A partir de esa hora, Jungkook no tardaría en aparecer, como ya era habitual.

No se podía explicar porque estaba tan ansioso de verlo. Quizás estaba expectante por saber de que hablarían ese día y ver si podía obtener un poco más de información sobre él.

Pero pasaron cinco minutos, diez, quince, y el pelinegro todavía no había llegado.

Extraño.

No quiso alarmarse, seguramente tendría algún contratiempo, o estaría ocupado, o le había pasado algo, o...

¿Por qué le daba tantas vueltas?

Intentó pensar en otra cosa mientras agarraba un trapo para limpiar la barra.

-cQuédate aquí Jimin, voy un momento a la cocina.— Yoongi le avisó sacándolo de sus pensamientos y el rubio asintió silenciosamente conla cabeza.

De repente la puerta se abrió.

Y con solo escucharla, Jimin levantó rápidamente la mirada hacia esta esperando encontrarse con Jungkook, sin embargo, su predicción había sido incorrecta al ver que se trataba de una pareja de mediana edad y un chico joven quienes fueron recibidos por Soojin. La pareja se dirigió a una de las mesas mientras que el chico se acercó decidido hacia la barra.

Aquel chico era alto, de pelo castaño y vestido con un traje bastante formal peroque le sentaba bastante bien. Al sentir su mirada puesta en él, Jimin lo miró, conectando con unos cautivantes ojos marrones. El chico le dedicó una pequeña sonrisa.

—Bienvenido, ¿Qué desea tomar?—Jimin lo atendió cuando el joven llegó a la barra y este apoyó sus codos sobre madera y colocando sus manos bajo su barbilla, inclinándose hacia el rubio mientras observaba detenidamente todo el local.

—Un café con leche helado y descafeinado, por favor.

—¿Para llevar?

—Sí.

—Marchando.—Yoongi apareció de repente tras Jimin sacando un vaso de plástico y empezar a preparar el café.

Jimin y el chico castaño rieron suavemente a la vez por lo oportuno que fue Yoongi y lo gracioso que ese momento había sido. El castaño se acercó aún más a Jimin para hablarle en boz baja.

—Pensé que tu me harías el café.— Dijo en tono divertido.

—No, él es especialista aquí.— Park bromeó.

—Oh.—El chico volvió a reír.

—¿Deseas algo más?

El chico asintió mirando las pastas y los aperitivos salados que estaban expuestos en la barra. Los observó uno por uno, hasta que sonrió al ver algo que parecía gustarle.

—Ponme un trozo de cheesecake.

El rubio asintió sacando una pequeña caja de cartón. Agarró el plato con el pastel del lugar que estaba expuesto y cortó un trozo para ponerlo en la caja, bajo la atenta mirada del castaño. No le había quitado el ojo de encima en ningún momento e inevitablemente Jimin sintió sus manos temblar al no estar acostumbrado a tener tanta atención en él.

Escuchó la campanita de la barra sonar y vio a Yoongi dejar el café listo sobre la larga mesa antes de volver a desaparecer por la cocina. Jimin puso la caja de cartón junto al café y observó como el chico sacaba la cartera de uno de sus bolsillos de su traje.

No lo iba a negar, el chico era demasiado atractivo, y aún más con ese traje.

—Serán 6,500 wones.— El rubio le avisó al calcular el precio en la caja registradora.

—Lo pagaré con tarjeta.—Jimin agarró el datáfono y se lo acercó para que pagara.

Mientras el castaño pasaba la tarjeta, Jimin dirigió su mirada hacia la puerta de cristal al parecerle ver la silueta de alguien parado frente al local y justo después pasar de largo, pero cuando quiso mirar de quien se trataba, la silueta ya había desaparecido.

—¿Me podrías dar dos servilletas?—Volvió a hablar el castaño guardando su cartera, haciendo que Jimin volviera a poner su atención en él.

—Claro.

Sacó las servilletas de un pequeño cajón tras él para luego tendérselas al chico, quien las recibió con una pequeña sonrisa, sin embargo a Jimin le pareció curioso como había guardado una en uno de sus bolsillos y la otra la había dejado sobre la barra.

—Espera un momento.— Park frunció levemente el ceño al ver como sacaba un bolígrafo y comenzó a escribir en la servilleta. El castaño habló de nuevo mientras escribía. —Jimin es un nombre muy bonito.—El aludido se sorprendió al ver lo observador que había sido por haberse dado cuenta que tenía su nombre puesto en su su uniforme, tal como lo había hecho Jungkook. —Un nombre bonito para un chico bonito.

El castaño sonrió en grande al ver como Jimin se había sonrojado. Movió la servilleta hacia él, dejándole ver lo que había escrito.

Jimin no supo que decir al ver su número de teléfono.

—Soy Taehyung.—El chico agarró su pedido antes despedirse. —Nos vemos, Jimin.

Taehyung se dirigió hacia la puerta, no sin antes volverle a dedicarle una amable sonrisa al escuchar como Jimin musitaba un pequeño "adiós" sin todavía creer lo que acababa de pasar. Una vez que el castaño se había ido, Jimin respiró hondo.

Aquello había sido raro pero no incómodo. Era la primera vez que alguien le coqueteaba tan directamente y no sabía muy bien que hacer ni como reaccionar. Intentó esconder una sonrisa al recordar lo que había sucedido momentos atrás.

—¿Debo hacer una lista de cuantos admiradores vienen aquí para ligar contigo?—Escuchó a Soojin bromear mientras esta dejaba sobre la barra dos tazas que habían sido utilizadas.

—No tengo admiradores, no digas tonterías.—Quiso quitarle importancia intentando esconder lo nervioso que se había puesto, pero la chica lo miró con un semblante divertido.

—Claro, no pierdas la servilleta.—Soojin le guiñó el ojo de forma cómplice antes de irse a a atender la pareja que había llegado antes.

Jimin sintió sus mejillas aún más calientes y se avergonzó al saber que lo más probable es que estaba más rojo que un tomate. Dobló y guardó la servilleta en el bolsillo de su pantalón antes de ponerse a lavar las tazas que había dejado Soojin.

[...]

Después de una larga jornada de trabajo, Jimin se encontraba sentado en uno de los asientos del casi solitario bus de camino a su casa. Miraba a través de la ventana mientras escuchaba música con los auriculares puestos, sumergido por completo en un sus pensamientos.

No pudo evitar pensar en todo lo que había pasado aquel día tan particular, sonrió al darse cuenta de como su mejor amigo había acabado teniendo la razón.

Después de que Taehyung se fuera, se había pasado toda la tarde pensando en él. A parte de eso, su día podía haber seguido con normalidad.

Si no fuera porque Jungkook no se había presentado en ningún momento.

No podía mentir, se sentía un poco decepcionado pues esperaba verlo y hablar con él como todos los días, pero nunca apareció. Sin embargo no quiso pensar tanto en ello, Jungkook tenía una vida como él y no siempre podía estar allí, pero no sabía por qué sentía de aquella forma.

Suspiró apoyando su cabeza contra el cristal de la ventana. Faltaban dos paradas para poder llegar por fin a su casa y poder descansar, en momentos como ese le alegraba que aquella semana no tuviera tanto trabajo de la universidad por hacer.

Quiso mirar la hora y dirigió su mano a su bolsillo del pantalón para agarrar el teléfono, acordándose al instante que ahí también tenía la servilleta guardada. Sacó ambos objetos y desdobló la servilleta leyendo el número que había escrito.

Se quedó pensando unos pocos momentos en que hacer, era demasiado tímido para guardarse el número, pero podía escuchar una vocecita en su cabeza que le decía que lo hiciera y que se atreviera a enviarle un mensaje.

Inevitablemente pensó en Jungkook y no supo porque aquello lo echó un poco para atrás, ¿Pero que importaba?

Jimin era una persona joven y libre y a pesar de lo ajetreada que fuera su vida él también merecía poder conocer y salir con personas, ¿No?

Además, aquel encuentro con el castaño era algo que no era habitual que sucediera, menos en la vida del rubio, no podía dejar pasar aquella oportunidad.

Se mordió el labio indeciso, pero finalmente se decidió a guardar el número de Taehyung para después enviarle un corto mensaje.

Hola soy Jimin, el chico de la cafetería.

Una vez enviado se apresuró en bloquear el teléfono, un poco avergonzado pues normalmente el nunca era quien tenía la iniciativa de hablar primero.

El bus se detuvo dejando bajar a la única persona que quedaba a parte de él, faltaba solo una parada para que pudiera llegar a su hogar, y justo cuando el el vehículo volvió a arrancar, su teléfono se iluminó avisándole de que tenía una notificación. Desbloqueó el teléfono algo nervioso, viendo que Taehyung le había respondido.

Estaba esperando tu mensaje :)

Jimin sonrió al leer lo que le había enviado, Taehyung volvió a escribir.

¿Te apetece salir a tomar algo algún día?



•──•─•──••──•─•──•

¿Qué habrá pasado con Jungkook? ¿Jimin habrá aceptado a la propuesta de Taehyung? Lo sabréis en los próximos capítulos ;)

Este capítulo ha sido un tanto largo, pero a partir de aquí iréis descubriendo más cosas sobre los personajes principales, está apunto de empezar lo bueno jeje

Muchas gracias por leer, espero que hayáis disfrutado este capítulo, el siguiente está de camino.

¡Nos vemos pronto!❤️

˗ˏˋ eclipse ˎˊ˗

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