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❝ 𝕿𝖗𝖆𝖎𝖓𝖎𝖓𝖌 ❞

PERCY ESTABA NERVIOSO Y ASUSTADO, después de lo que pasó en el pabellón y descubrir que Tyson era su medio hermano trataba de evitar todas las miradas burlones que los campistas le daban y se concentraba en otras cosas, por ejemplo, las lecciones para montar un pegaso.

A Melanka no la había visto mucho ya que estaba ocupada con las guardias del campamento a Percy le sorprendía como la rusa tomaba el control de la situación y no caía en el pánico.

Esa tarde en particular después de su lección de Silena, Melanka se le acercó, se veía descansada después de una largo turno haciendo guardia, a Percy le alegro verla y se acercó con una sonrisa a la que la rusa respondió, pero la sonrisa de Percy no duró cuando vio con quien iba acompañada Melanka.

Percy no entendía el malestar en su estómago cada vez que vía a Thomas Davies con Melanka que era casi siempre y eso el lo entendía eran novios, pero el vuelco en su estómago y el mal humor que porvocaba verlos era lo que trataba de comprender.

Melanka era su amiga y si ella estaba feliz con Thomas él debería estar feliz por ella.

Debe ser la adolescencia pensó Percy.

La rusa fue la que habló cuando llegó con él: —¿Listo para tu primer entrenamiento conmigo?

Percy casi se ahoga con su saliva.

—¿Q-Qué?

Melanka lo vio divertida: —El entrenamiento Percy, Quirón lo dijo, te tengo que ayudar.

Percy por su parte vio a Thomas que traía un rollo de tela aterciopelada color escarlata.

—¿Tiene que ser hoy?

—Sí—respondió la rusa—. Tiene que ser hoy, todavía no acomodo los horarios de guardia y entrenamiento, hoy solo serán unas horas libres que tendré y decidí que seria perfecto para ayudarte a entrenar.

El semidiós entendió, Melanka habia pasado la semana en guardia donde su turno duraba casi las veinticuatro horas, Clarisse, Thomas y Annabeth prácticamente la arrastraron a la cabaña 11, donde Clarisse había corrido a todos para que Melanka tomara una siesta que duró casi un día.

Percy casi se alaga de que Melanka eligiera pasar su tiempo libre con él, casi.

¿Tienes tu espada?—le preguntó la rusa.

Percy asintió, Melanka tomó su brazo y lo llevó al arrolló donde un año atrás su padre lo había reconocido y también donde Melanka se interpuso de un perro del infierno y él.

Thomas por su parte dejo el rollo de terciopelo en el suelo y lo abrió, el rollo se extendió como pergamino, Percy vio como este tenía distintas cosas dentro, reconoció la pulsera y collar de Melanka, que eran armas mágicas y dedujo que todo lo demás también lo era, vio dos pasadores largos que eran de metal y tenían una piedras preciosas cada una.

Por lo que vio Percy, Melanka tenía casi un asernal de armas que sospechaba la ruda sabía usar a la perfección.

Percy se acercó a Melanka que estaba agachada junto con Thomas, la rusa veía los artefactos pensativa.

—Me gustaría comenzar con el arco, ya que Quirón dijo que eras malo en eso...—le dijo a Percy que se sonrojó.

Melanka vio sus armas: —También podría ser la lanza...—acaricio una vara de metal de aproximadamente veinte centímetros—, pero dado que solo tienes tu espada, creo que era una sesión de esgrima.

—¿Esgrima?—preguntó Percy.

—Bueno no necesariamente esgrima, ya que será más duro, pero es parecido—le respondió Thomas mientras Melanka tomaba su espada.

—Pero quiero que uses tus habilidades Percy...—le informo Melanka.

—No creo que sea buena idea, casi no e practicado.

—Por eso mismo—le dijo Melanka ya de pie—, tu control del agua es tremenda ya  sin entrenamiento, ahora imagínate como serán una vez que sepas como usar tu control contra el enemigo.

—No estoy seguro...

—Mira, primero practiquemos con la espada, luego tus habilidades, ¿te parece?

Percy asintió.

—¿Armaduras?—preguntó Percy.

Melanka negó y a Percy le empezaron a sudar las manos Melanka iba en serio, así que saco su espada y tomó posición.

La mirada del océano furioso de Percy choco contra la mirada de la noche misma de Melanka.

La rusa sonrió de lado esa sonrisa le mando un escalofríoen la columana, la sonrisa tenia un deje de maldad y locura pero tambien vio un povo de diversión.

Percy supo lo que significaba esa sonrisa, era un reto, lo estaba retando y Percy había aceptado.

Acepto cuando se lanzó directo a ella, Melanka ya lo estaba esperando por que rechazó el ataque con su espada y le pateo el estómago a Percy que lo mando directo al suelo.

Percy escucho a Thomas soltar una queja cuando cayó al suelo.

Quejándose Percy se levantó.

—No caigas en la provocación de tu oponente—le dijo Melanka suspirando.

Percy asintió: —Otra vez.

Melanka fue esta vez la que atacó, Percy desvió el golpe de la espada y quiso imitar a Melanka y le lanzó una patada directo al estómago que la rusa esquivo haciéndose aún lado tomando la su pierna y volviéndolo a mandar al suelo.

La rusa solto un pesado suspiro.

—Vamos Percy, se que puedes dar más, no te contengas, no conmigo.

Lo ayudo a levantarse y volvieron a tomar posición.

Esta vez los dos fueron contra el otro, sus espadas chocaron fuertemente que a Melanka le dolió un poco la mano pero ciertamente le alegro que así fuera.

Thomas veía como los dos entrenaban duramente que parecía no estar entrenado, más bien parecía ser una pelea de verdad, una pelea a matar.

Donde Percy atacaba Melanka parecía ya saber y lo desviaba con un ataque que Percy evitaba por poco.

Pero para horror de Percy Melanaka no aprecia estar cansada y lo supo después de un rato.

Se estaba conteniendo.

Paro de golpe el ataque a lo que la rusa igual.

—No estas siendo justa.

Melanka lo vio alzando las cejar y Percy continuo.

—Te contienes.

La rusa apoyo su peso en la espada y vio pensante a Percy.

—No lo hago.

—Lo haces.

Melanka volteo aver a Thomas que la veia también curioso. Volvio a dirigir su vista a Percy.

—Me contengo para no dañarte.

Percy la vio enojado por la poca fe.

—Nunca aprenderé bien a defender y atacar si te contienes, necesito saber de verdad como atacarán mis oponentes.

La rusa se mordió su labio, y vio un punto muerto en el bosque por un rato. Percy vio a Thomas y este se encogió de hombros.

—Bien—le dijo al fin—. No me contendre  si así lo quieres.

Percy asintió satisfecho, Thomas en cambio se acercó a él con una expresión seria.

—¿Estás seguro?—le murmuró a Percy.

—Sí.

Los dos voltearon aver a Melanka que se habia trenzado su cabello para comodidad y movía sus muñecas.

—Buena suerte Jackson—le deseo Thomas.

Percy vio como la expresión de Melanka que antes estaba relajada ahora se habia cambiado por una sería.

Bien, creo que hasta aquí llegué  se lamentó Percy.

Melanka por su parte tenía un conflicto en su mente.

¿Y si le hago daño?. No no no, solo no ataques a zonas de riesgo...

Su mente quedó en blanco cuando una voz que no era suya interrumpió en sus pensamientos.

No te contengas, déjate llevar... le decía la voz, sonaba antigua y poderosa, su corazón dio un vuelco al reconerla. Esa voz la hania oído en el inframundo, cuando Grover casi cae al Tártaro.

El sonido de la hoja de la espada la despertó y esquivo la esquivo por poco y  el ardor en su mejilla fue lo que la sacó por completo de su ensoñación.

Percy la había atacado.

Directo a la cabeza.

Y Melanka se sentía orgullosa.

Con una nueva energía le respondió el ataque.

La pelea era algo horrorosamente hermoso a los ojos del hijo de Ares.

Melanka como había dicho no se iba a  contener y Percy tampoco.

Percy había dirigido su espada directo a un costado de sus costillas que la rusa desvió con su propia espada, le dio una patada a sus piernas y el semidiós quedo incado, con una fuerza que Percy no sabia que tenía Melanka esta le dio un puñetazo con la cara.

Percy vio y escucho borroso un momento.

El puñetazo que recibió le había abierto una herida en su pómulo derecho, Melanka veía con satisfacción la sangre que escurría.

Melanka se acercó y alzó su espada y la dejo caer.

Percy evito que lo cortara con su espada.

Melanka volvió a alzarla y dejarla caer.

Percy volvió a evitarla.

—Levántate—le ordenó la rusa en un ataque.

Percy obedeció.

Bueno, no del todo, todavía estaba incado evitando que la espada de Melanka le rajara la cara.

Pero lo volvió a tirar al suelo y mientras Melanka daba golpes, Percy se iba arrastrando al arrolló.

Percy volvio a quedar incado y evitando nuevamente que la espada de Melanka le lestimara la cara. La rusa estaba ejerciendo mucha fuerza, acercandose cara a cara hasta que sus respiraciones chocaban.

Melanka veía con una sonrisa a Percy.

—Vamos Jackson, muéstrame de que estas hecho.

Y Percy lo demostró.

Por unos instantes.

Con el agua del arrolló hizo un látigo de agua que le dio directo en el abdomen de la rusa provocando que se alejara y perdiera la respiración.

Percy se levantó rápidamente, Thomas estaba impresionado.

Melanka en cambio todavía estaba en el suelo tratando de recuperar el aire, su trenza se había desechó y su cabello le caía por la cara, sus manos tocaban la tierra debajo de ella y la voz había vuelto a aparecer.

Otra vez dañada...

Otra vez sangrando...

—Basta—murmuró.

Deja de contenerte...

Toma el control...

No...—Melanka no sabia por que por que tenia el presentimiento de que si dejaba que pasara eso, todo acabaría mal.

Muy mal.

El no es nada a tu lado...

Melanka vio a Percy que la veia.

Esperando su ataque.

Ellos no son nada a tu lado...

Vio a Thomas que la veia dudando si ir a ayudarla o dejarla a que ella se encargara en tomar el control.

Tomar el control...

Oyó a la tierra hablarle, al aire susurrarle y al agua gritarle.

—Toma el control—ofreció la tierra.

—Toma el control—sugirió el aire y lo mismo con en agua.

—¡Toma el control!—gritaron los tres.

—¡No!—se negó Melanka, y al hacerlo el cuerpo y alma le dolieron.

Pero una vez más, Melanka Drakova se trago el dolor y se levanto tomando su espada, pero habían cosas que Melanka no podía guardarse.

El enojo.

Las ganas de vengarse.

Y dioses, la última la espantaba.

Las ganas de ver al mundo sumergirse en el caos.

Negó la cabeza bruscamente alejando esos pensamientos y sentimientos.

Se levantó y aparto su cabello de la cara y trató de callar las voces de su cabeza.

Con una fingida tranquilidad se dirigió a Percy: —Eso no lo vi venir.

Percy soltó una risa nerviosa: —¿Estás bien?

Melanka asintió: —Si... solo creo que acabamos con la espada por hoy.

Percy vio a Thomas y este negó con la cabeza para hacerle saber que el tampoco sabía que pasó.

Melanka se agacho donde estaban sus armas dándole la espalda a Percy.

Dejando su espada Melanka tomó sus dagas: —¡Piensa rápido!

Y lanzó las dagas a dirección de Percy.

El hijo de Poseidón vio como seis dagas iban dirigidas hacia él.

Soltó su espada y con sus brazos se tapo la cara, queriendo evitar que estás se le clavaban en el cráneo.

Y espero.

Espero el dolor de la piel abierta y la sangre escurriendo, pero este no llegó.

Frente de él había un escudo hecho de agua hecha hielo rodeándo su cuerpo.

Thomas se había acercado a su novia todavia impresionado por lo hecho por Percy: —¿Y si no lo hubiera hecho?

Melanka veía con satisfacción el escudo que Percy había hecho donde sus dagas estaban clavadas: —No hubiera pasado de unos cortes.

Thomas la vio con el ceño fruncido.

—¿Creíste que apunte a matar?— su novio la vio con pena.

Melanka soltó una risa: —¡Vamos Percy, deshaz eso!

—¡¿Cómo?!—le grito Percy devuelta.

Melanka se acerco donde el estaba:
—Piénsa y ejecuta.

Después de unos momentos donde había un gran de hielo escudo rodesndo el cuerpo de Percy el hielo se empezó a derretir y volver al arrolló las dagas de Melanka cayeron de golpe.

—Eso estuvo genial—le alago Thomas a Percy y este agradeció con la mirada antes de ver mal a Melanka.

La rusa se encogió de hombros: —Tenía que hacerlo.

—Pude morir.

—No apunte a zonas mortales Percy, no exageres.

—¿Y si hubieras fallado?

Melanka se agacho a recoger sus dagas que estaban a los pies de Percy, cuando se levantó quedó cara a cara con Percy.

Con una sonrisa altanera le respondió.

—¿No lo oíste esa noche en el pabellón?—le preguntó a Percy—. Nunca falló.

Percy agradeció estar todavía rojo por el entrenamiento por que estaba seguro que estaría sonrojado por la cercanía de él y Melanka.

La rusa se alejó y con una daga marco cinco árboles con una x.

—Quiero que hagas lo que sea que hiciste hace un rato, pero estaba vez quiero que sean unas dagas hechas con agua y que las congeles—le dio las indicaciones mientras tomaba sus cosas y las quitaba del camino—, y que las dirijas en la x de los árboles.

Camino hacia Percy quedando a su lado, Melanka vio la duda en su mirada.

—Piensa, analiza y ejecuta—le oconsejo mientras tomaba asiento en una gran roca junto con Thomas—. Piensa lo que quieres hacer. Analiza tu entorno, tus ventajas y desventajas. Ejecuta cuando estés listo.

Percy tomó el consejo.

Solo le tomó media hora en que diera resultados.

—Bien ahí lo tienes.—dijo la rusa acercandose al árbol — Solo que cinco centímetros lejos del blanco.

Percy soltó una maldición.

—No te presiones Percy, no todos tienen buena puntería y dado que no eres bueno en el tiro al arco lo hiciste bien.

—Pero no di en el blanco.

—¿Quién lo hace a la primera?

Thomas soltó una tos falsa: —¿Tú?

—Cariño...—Melanka lo vio mal.

—Perdón...—le sonrió tímidamente.

A los ojos de Percy, Thomas no era un hijo común de Ares, Thomas era alguien cariñoso y amable que se preocupaba por los demás y no solo por él o sus hermanos.

—Como sea...—dijo la rusa—. Lo hiciste bien para ser la primera vez entrenando conmigo, normalmente termina cuando tengo que dejarlos en la enfermería. Tu solo tienes unos cuantos cortes y moretones.

Se acercó a tomar sus cosas que Thomas le quito para cargarlas él y empezaron a caminar devuelta con Percy y Thomas siguiéndola.

—Como todavía no pongo orden a mis horarios, Thomas te ayudará a entrenar tus habilidades.

Percy no supo como sentirse.

—Y cuando este libre diviremos el tiempo en armas y habilidades para al final combinarlas—llegaron en medio de un pequeño caos donde campistas corrían de un lado a otro.

Melanka se acercó a una gran mesa donde habían armas y armaduras, tomó una hoja y lápiz que habían ahí y empezó a escribir.

Una vez que termino le tendió la hoja a Percy: —Necesito que entrenes, tu condición física esta bien, pero te cansas con facilidad...

Percy leía con dificultad la lista de ejercicios que le dio Melanka. Solo el mero esfuerzo de leerlo lo canso, no sabía cómo haría todo eso sin desmayarse.

Pero entendió por qué Quirón le había dicho que Melanka lo entrenará, si Luke era bueno con la espada, pero Melanka tenía disciplina y sabía manejar otras armas, simplemente la rusa era la mejor opción para que fuera su mentora, apesar de que ella solo fuera unos años mayor que él.

Solo unos años mayor, a Percy le entró nervios, si Melanka a sus quince años ya era de las mejores, en unos años seria la mejor.

No se había dado cuenta que Silena se había acercado a la rusa con su armadura para ayudarla a ponérsela.

Un hijo de Apolo al que supo se llamaba Will Solace le había tendido un vaso de néctar y un pedazo de ambrosia.

—Tengo que ir con mi pelotón a los límites del campamento, y no se cuando este libre otra vez, descansa un rato y ve a que te chequen ese moretón y cortada.

Se despidió de Thomas con un beso en los labios y Percy aparto la vista encontrándose con la de Silena que lo vio curiosa.

—¡No te olvides de tus ejercicios!—le grito mientras se alejaba.

Bueno, este sería un largo verano.

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