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₊˚ˑ༄ؘ ┊ CHAPTER TEN °•*⁀➷
❝special to me❞
LAS CEJAS DE BELLA SE UNIERON CUANDO BAJO EL ÚLTIMO ESCALÓN Y SE DETUVO EN LA PUERTA DE LA SALA DE ESTAR, donde Carter y Cori estaban acostados en el sofá viendo los Looney Tunes.
Cater estaba boca arriba, con una almohada entre su cabeza y el apoyabrazos, y Cori estaba sobre él. Tenía las manos cruzadas sobre su pecho y la cabeza apoyada sobre ellas. El chico la rodeaba con los brazos, sus dedos le pasaban suavemente por el pelo y la espalda y la otra mano estaba enroscada alrededor de la tela de la manta que los cubría.
Bella no entendía realmente su relación, aunque sabía más que la mayoría de la gente: sentarse y mirar sin decir una palabra tenía algunas ventajas. Las cosas que normalmente pasaban desapercibidas se volvían bastante obvias.
—Solo una pregunta, ¿ustedes dos están saliendo o no?
Ninguno de los dos apartó la vista del televisor. —No.— Hablaron al unísono, habiendo respondido esa pregunta demasiadas veces; normalmente era Charlie quien preguntaba.
—Está bien.— Murmuró mientras se giraba hacia la puerta principal, mirando hacia atrás a los dos justo cuando Carter le daba un beso en la frente a Cori. Justo cuando alcanzaba el pomo de la puerta, se detuvo y se giró hacia la sala de estar. —Oye, ¿Cor?— Cori giró un poco la cabeza. —Voy a salir con Jessica, um, una cosa de chicas. ¿Quieres venir?
—Tengo planes.— Le dio una sonrisa de disculpa. —Pero me alegro de que salgas y hagas cosas.
—Sí, uh, gracias.— Se giró hacia la puerta de nuevo.
—Quizás la próxima vez.
—Sí, seguro.— Bella asintió antes de salir de la casa y Cori se acomodó contra Carter nuevamente.
—¿Tienes planes?— él levantó una ceja.
—Sí.— Ella asintió, apoyando la barbilla en sus manos. —Esto.— Él se rió entre dientes mientras ponía los ojos en blanco, luego se inclinó hacia adelante y ella se estiró para encontrarse con sus labios en un beso. Comenzó lento, simple, pero él la levantó un poco, puso sus manos en su cintura y ella se movió para que sus rodillas estuvieran a ambos lados de sus caderas.
Él se apartó un poco sin aliento y miró sus mejillas sonrojadas mientras ella jadeaba levemente, sus ojos nunca dejaron de mirarlo. —Lo siento, me puse un poco...
—Sí. Yo también.— Ella asintió, sus manos entrelazadas detrás de su cuello.
—Nosotros no...
—Quiero.— Ella se apresuró a decir en un arranque de confianza. —Contigo.— Sus palabras fueron ligeramente interrumpidas por su respiración agitada, pero sus ojos se abrieron de par en par.
—Cori...
—Quiero tener sexo contigo.
—Tu primera vez debería ser con alguien especial, no con el chico con el que te besas ocasionalmente pero con el que no tienes una relación.
—Eres especial para mí.— Ella se inclinó y besó su mejilla. —Eres mi mejor amigo. Literalmente eres lo único que me ha mantenido unida durante los últimos meses. Y cumpliste tu promesa.
—¿Qué promesa?
—Que mi corazón no estaría roto para siempre.— Ella le dio una suave sonrisa. —Todavía estoy un poco trastornada, pero no me siento como antes. Y, sí, eso se debe en gran parte al hecho de que nuestros amigos son completamente ridículos en el mejor sentido posible. Pero también por ti. Has sido mi hombro para llorar, mi roca y mi osito de peluche. No hay nadie más con quien preferiría tener mi primera vez. No hay nadie en quien confíe más.
—Maldita sea, Peanut, sabes cómo hacer que un chico se sienta especial.— Murmuro, su voz ligera y burlona, pero ella no pasó por alto el rubor que cubría sus mejillas.
—Y no me refiero a ahora mismo, es solo que...— se calló, bajó la cabeza para que su cabello cubriera su rostro.
—Será especial.— Levantó la mano, metiendo su cabello detrás de su oreja antes de acariciar suavemente su mejilla. —Lo prometo.— Le dio una sonrisa confiada a pesar del pánico que crecía en su pecho. Él sabía que ella merecía lo mejor, que merecía la perfección y una gran parte de él no creía que él fuera suficiente.
[...]
Rachel y Cori bebían de tazas humeantes de café mientras estaban de pie en la cocina de la casa de la primera, ambas mirando por la ventana. Habían estado en el mostrador cuando oyeron que la camioneta de Bella se detenía y ambas se confundieron cuando ella le mostró a Jacob las dos motocicletas destartaladas en la parte trasera de su camioneta.
—Esto no parece inteligente.— Murmuró Cori y Rachel negó con la cabeza. —¿Me importa lo suficiente como para ir a detenerlos? No, no, no me importa.— Rachel se rió entre dientes cuando la chica más joven se llevó la taza a los labios, ambas seguían mirando cómo sus hermanos desaparecían en el garaje.
—¿Qué están haciendo ustedes dos?— preguntó Billy, haciendo que ambas chicas se sobresaltaran, la más baja derramando su café mientras se giraban hacia el hombre que se reía de las dos.
—Quemándome.— Cori murmuró mientras se movía para dejar su taza y lavarse las manos.
—Lo siento, Pedacito.— Se giró hacia ella y le entregó la pequeña toalla de mano que colgaba del mango de la estufa. —Toma.
—Gracias, Billy.— Ella le dio una pequeña sonrisa mientras se secaba las manos.
Él asintió con una sonrisa en su rostro mientras miraba entre las dos. —Entonces, ¿qué estaban haciendo ustedes dos?
—Espiando.— Rachel respondió con un ligero encogimiento de hombros mientras sorbía su café.
—¿Espiando?— él arqueó una ceja.
—Más bien observando.— Cori le dijo, tomando su café una vez más.
—¿Observando qué?
Las dos intercambiaron una mirada. —La interacción de nuestros hermanos, una la cuál está superando a su ex y el otro que está obsesionado con ella.— Cori respondió.
—También estamos esperando a Kim.— Agregó Rachel.
—Oh, sí. Vamos de compras.— Cori sonrió. —Eres bienvenido a unirte.
—Gracias, pero creo que lo dejaré pasar.— Se rió entre dientes, sacudiendo la cabeza hacia las dos. —De todos modos, voy a ir a casa de Harry.
—Oh, hacer cosas de ancianos, lo entiendo.
Él entrecerró los ojos hacia la Swan de ojos azules, sacudiendo un poco la cabeza. —Solías ser tan agradable. ¿Qué te pasó?
—La escuela secundaria.— Su respuesta fue rápida y él simplemente asintió con la cabeza antes de darse vuelta y dejar a las dos chicas solas en la cocina.
—Sigo pensando que eres agradable.— Rachel se inclinó y le besó la frente.
—Gracias.— Tarareó antes de que escucharan la bocina de un auto, y no fue solo una, fueron varias. Ambos suspiraron, compartiendo una pequeña risa mientras ponían sus tazas en el fregadero antes de dirigirse al auto donde la chica sonreía desde detrás del volante de su Tahoe plateado.
[...]
Cori se mordió el labio inferior mientras estaba de pie en el probador junto a Rachel. Se raspó el esmalte de las uñas mientras la chica mayor sostenía el suéter, con una amplia sonrisa en su rostro.
—Pruébate esto.
Cori se sacó la camiseta por la cabeza antes de ponerse el suéter, pero no dijo mucho mientras se miraba en el espejo. Rachel se dio cuenta.
—¿Qué te pasa?— preguntó, con los brazos cruzados sobre el pecho mientras Cori se giraba para mirarla con una ceja levantada.
—Nada.— Se encogió de hombros, su voz suave. Rachel entrecerró los ojos, su cabeza inclinada hacia un lado mientras su preocupación crecía.
—Está bien, me estás asustando. Háblame.
Cori se giró para mirarla, respirando profundamente. —¿Cómo fue tu primera vez?
—¿Primera vez?
—Tener sexo.— Aclaró Cori.
—Wow.— Los ojos de Rachel se abrieron de par en par, completamente sorprendida por la pregunta. —Um, bueno, fue... fue algo incómodo, en realidad.— Se rió un poco. —Fue ese chico con el que salí hace unos años...
—¿Rodney?
—Sí.— Asintió, riéndose de la mirada de ojos abiertos en el rostro de Cori. —Tenía dieciséis años, fue unos días antes de mi cumpleaños y tomamos un poco...
—Ebria. Se emborrachó.— Agregó Kim desde el probador de al lado, provocando risas de ambas chicas.
—No estaba ebria.— Sacudió la cabeza. —Deja de escuchar a escondidas, fenómeno.
—No quieres mi opinión, no hables tan alto.
Rachel puso los ojos en blanco, sacudiendo la cabeza mientras fijaba la mirada en Cori, que seguía riéndose de las dos. —De todos modos, estábamos en una fiesta y él me pidió que subiera y lo hice. Fue extraño y ni siquiera... de todos modos, no fue genial. Luego rompió conmigo.
—Trágico.— Kim murmuró, su voz ligeramente apagada pero ambas podían escuchar su tono cantarín. —Entonces, Cor, ¿por qué preguntas?
—¿Te gustaría entrar aquí para que no gritemos?— preguntó Cori, riendo un poco.
—Al fin.— Murmuró mientras agarraba su ropa y luego tocó la puerta, y así las tres chicas estaban sentadas en el piso del vestuario, con ropa que aún no era suya.
—Ahora, explícate.— Rachel le dio a la chica más joven una sonrisa alentadora.
—Bueno, um, solo tengo curiosidad.
—Nadie pregunta sobre la primera vez de su amiga a menos que...— Kim se quedó en silencio, sus ojos se abrieron de par en par. —¡Oh, Dios mío! ¿Con quién tuviste sexo?
—¿Qué?— Rachel casi gritó.
—Con nadie.— Cori negó con la cabeza, jugando con la manga de su suéter. —Todavía.
—¿¡Todavía!?— ambas alzaron la voz y Cori saltó hacia adelante, sus manos cubriéndoles la boca.
—Cállense.—Murmuró, con los ojos muy abiertos, y luego alguien llamó a la puerta. —¿Sí?
—¿Está todo bien ahí dentro?— preguntó una mujer, con voz suave y preocupada.
—Oh, sí, estamos bien. ¡Gracias!— respondió Cori. —Ahora, voy a mantener mis manos sobre sus bocas cuando les diga lo que estoy a punto de decirles. No confío en que ninguna de ustedes reaccione con calma. Estamos en público, hay gente en la tienda. Recuerden eso. ¿Pueden no gritar cuando se los diga?— ambas asintieron vigorosamente. —Está bien. Carter y yo hemos estado... no saliendo, pero nos besamos a veces. Y le dije que quiero que él sea el primero.
Se detuvo y observó cómo los ojos de sus amigas se agrandaban antes de que ambas comenzaran a despotricar, sus voces amortiguadas por sus manos impidiéndole entender una sola palabra. Dejó que sus ojos se cerraran mientras inclinaba la cabeza hacia adelante, un poco arrepentida de haberles dicho.
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