𝐱𝐱𝐢𝐯. Hacer o deshacer

𝙘𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙫𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙘𝙪𝙖𝙩𝙧𝙤 𝙝𝙖𝙘𝙚𝙧 𝙤 𝙙𝙚𝙨𝙝𝙖𝙘𝙚𝙧
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EL CAFÉ HIZO y deshizo relaciones. Unía a las personas, era el comienzo de algo nuevo para ellas y terminaba las cosas con la misma rapidez. Una vez que el último goteo se iba de la taza a la boca, era el final de una era para algunos, pero el principio para otros. Era el escenario perfecto para conversaciones serias porque podías ocultar tus expresiones bajo una taza de café bien caliente y dejar el tema difícil después de que todo el líquido se hubiera escurrido de la taza.

         Era el principio de algunas relaciones, primeras citas en una agradable cafetería en las que se tomaban de la mano y se preguntaban tímidamente sobre intereses y aficiones, carreras y colores favoritos, tomándose las cosas con calma a medida que se iban conociendo antes de decidir en última instancia si querían o no continuar esta recién descubierta relación.

         Era el final de otros en los que uno se sentaba frente a su pareja y ponía fin a la relación, decía las cinco palabras 'Estoy terminando contigo' antes de dar una explicación de por qué -la más famosa era "no eres tú, soy yo" (no es que nadie les creyera cuando la decían)- y se marchaba mientras la persona de la que se alejaba intentaba no tener un ataque de nervios en un lugar tan público. Si la ruptura era lo suficientemente sonora, los demás en el edificio ya les dirigían una mirada compasiva y eso ya era bastante duro.

         Y en el caso de Brendon Winchester, sentado en la cafetería en la que trabajaba desde el principio de la relación, no estaba seguro de si este encuentro reforzaría su vínculo con Harry o lo acabaría. No sabía si se iría con un amigo menos y el corazón roto, sabiendo que su relación había terminado y que era culpa suya... en parte, al menos. No sabía si sería el principio de una espiral en la que se aislaría de todo el mundo y se perdería en las drogas, o si nada cambiaría.

         Había tantas posibilidades y Brendon no estaba seguro de lo que pasaría y eso hizo que su ansiedad llegara al máximo mientras su pierna rebotaba nerviosa bajo la mesa. No dejaba de mirar a su alrededor para asegurarse de no perderse la entrada de Harry, con el corazón acelerado en el pecho, y no paró cuando el chico Osborn entró en el edificio.

         Mientras que Brendon estaba completamente tenso, Harry estaba relajado y sonriente, parecía tan feliz y libre... no tenía ni idea de por dónde iría la conversación. Estaba tan completamente despistado y feliz, pensando que hablarían de los finales o de algo más ligero, y aquí estaba él preparándose para reventar la burbuja, acabar con la felicidad y confrontarlo con algo.

         No estaba preparado.

         Brendon quería huir, esconderse, marcharse para siempre para no tener que hacerlo, aunque sabía que era lo correcto. Aunque sabía que necesitaba respuestas a sus preguntas y entender por qué Harry haría algo así, porque el chico le importaba mucho.

         Pero no podía huir, no podía esconderse, no podía marcharse para siempre; tenía que hacerlo. Tenía que reventar la burbuja y decir la verdad, dejar que la música dramática sonara mientras confrontaba a Harry con este asunto y ver al chico cerrarse porque le importaba. Tenía que hacerlo porque le importaba mucho y al no decir nada, al dejar que esto continuara, estaba alabando este estilo de vida y permitiendo que sucediera y él no quería eso. Harry le importaba demasiado, el chico significaba demasiado para él.

         Harry era el amigo extrovertido que te regalaba una sonrisa encantadora y te enamorabas de él, sólo un poquito. Brendon estaba seguro de que todos los que conocían a Harry se enamoraban de él al menos durante una semana, sin importar si no te atraía su sexo ni nada por el estilo. Así era Harry, tan irresistible.

         Pero era más que eso; era Harry Osborn, el desastre enamorado y sonrojado cuando se trataba de Bren Cooper. Toda la confianza que tendría con cualquier otra persona, el carácter coqueto y la sonrisa que hacían que a todo el mundo le flaquearan las rodillas, salían por la ventana y resultaba tierno verle tropezar con sus palabras por culpa de un chico.

         Fue él quien finalmente encerró a Brendon en una habitación con Peter y los obligó a arreglar las cosas, juntándolos cuando no podían hacerlo por sí mismos. Él fue quien le hizo confesar sus sentimientos al chico Parker, iniciándolo todo cuando él había estado demasiado asustado para hacer nada. Cuando lo tomaba todo por una simple amistad, cuando en realidad le gustaba al chico.

         Y por eso se preocupaba mucho por el chico. Brendon quería a su amigo y quería ayudarlo, no hacerle daño. Hacía esto porque quería al chico y quería ayudarle, porque era injusto que siguieran fingiendo como si no lo supieran y preguntándose por qué. Tenía que decir algo, hablar claro, porque le importaba y no podía soportar que a Harry le pasara algo por consumir drogas que pudieran estar contaminadas con algo más.

         Así que no podía huir; tenía que sentarse y ver cómo Harry se sentaba a su lado con una gran sonrisa en la cara. Tenía que romperle el corazón al chico y verlo retroceder porque le importaba. Y no quería perder a Harry, no quería que esta amistad terminara por sus preocupaciones, pero era un riesgo que tenía que estar dispuesto a correr.

         —Hola—,le saludó Harry con facilidad,—¿De qué querías hablar? ¿Es sobre Peter? He oído que estaban teniendo algunos problemas—.

         Brendon negó con la cabeza, aunque deseó que fuera sobre Peter. Sería mucho más fácil lamentarse por el chico que hablar de esto; enfrentarse a él por esto. No se le caería el pelo por ello como con esto.

         —No, él no—,empezó Brendon,—sólo necesito algo más de tiempo, pero todo está bien—.

         Harry tarareó,—De acuerdo, porque Peter estaba realmente preocupado. Nunca lo había visto tan ansioso. Estaba muy mal y tuve que terminar calmándolo antes de enviarlo con Ned, que probablemente podría ayudarlo mejor que yo.—

         Brendon se congeló un poco al recordarlo. Nunca fue su intención poner a Peter tan ansioso, tan preocupado por él o por su relación, pero tenía que pensar bien las cosas y reevaluar su vida y lo que realmente pensaba de Peter. Aun así, no quería herir a Peter por eso.

         —Cierto. Nunca quise preocuparlo ni nada por el estilo—,le aseguró Brendon a Harry mientras se defendía, aunque sabía que no había motivo.

         Confirmándolo, Harry le dio la espalda y sonrió con facilidad:—No pasa nada. Se lo he dicho y todo—.

         Brendon miró a Harry de arriba abajo, sus movimientos tranquilos y relajados, la sonrisa en su rostro. Se veía más ligero de lo que había estado en meses y aquí estaba él, a punto de arruinar eso.—Pareces más feliz—,no pudo evitar comentar.

         La sonrisa de Harry se ensanchó y se encogió de hombros:—Sí. He tenido un buen día y todo eso. Anoche pasé la noche con Bren—.

         —¿Ah, sí?—Brendon no pudo evitar la ligera sorpresa en su voz, lo último que Bren le dijo es que iban despacio.

         —Sip,—Harry asintió,—No tuvimos sexo ni nada, solo vimos una película y nos besamos un poco. Fue muy divertido—.

         —Bonito—,Brendon ladeó la cabeza, dejando que una pequeña sonrisa apareciera en sus facciones a pesar de que no sentía esa felicidad.

         —En fin, ¿qué pasa?—.Harry cambió de tema e inmediatamente las tripas de Brendon se llenaron de arrepentimiento y culpa.—Seguro que no me has llamado para hablar de Bren y yo ni nada de eso—.

         —Um, no. Es que... no sé ni cómo empezar, es un tema difícil, pero bueno... te vi hace un par de noches con los drogadictos de la pizzería fumándote un porro—,mintió Brendon.  

         No había sido él quien lo había visto, sino Cindy, pero tenía que introducir el tema. Tenía que actuar como si fuera el único que lo sabía, que no eran tres de cinco de sus amigos, uno lo sabía él y el propio Harry. Y ver cómo se le caía la cara a Harry le daba ganas de reírse y decir que era una broma o de volver atrás en el tiempo y olvidar todo este día y el plan.

         Harry había estado feliz antes; más alegre de lo que había estado en meses y ahora Brendon lo estaba arruinando. Brendon lo estaba arruinando todo y él lo odiaba porque sólo quería que Harry volviera a ser feliz y ligero y ahora nunca lo sería.

         —Oh—,dijo Harry, con la voz llena de pavor,—¿Había alguien más ahí contigo?—.

         Parecía tan asustado, tan preocupado, toda la luz se drenó de sus ojos y los dejó vacíos. No quería que la gente lo supiera; estaba avergonzado y ahora Brendon lo sabía. Brendon lo sabía y también Cindy y Peter.

         Aun así, Brendon negó con la cabeza:—Fue después de mi turno. No había nadie más—.

         La seguridad era tan falsa, tan fingida, y Brendon odiaba mentirle a su amigo, pero era lo mejor; tenía que ser lo mejor, de lo contrario no podría vivir consigo mismo.

         Harry asintió con la cabeza antes de agarrar a Brendon del brazo y mirarlo con ojos suplicantes:—No se lo digas, ¿por favor? No puedo... no puedes dejar que lo sepan—.

         Dudó. Los demás ya lo sabían; él fue el último en enterarse y actuaba como si fuera el único que lo sabía. Estaba siendo engañoso; le estaba mintiendo directamente a Harry y tenía que hacerlo porque ya estaba demasiado metido. Se sentía como Peter, mintiendo así intencionadamente, pero era lo que tenía que hacer.

         —No se lo diré a nadie, no te preocupes—,le aseguró Brendon a su amigo, observando cómo suspiraba y se retiraba. Todavía no estaba tranquilo, los hombros seguían tensos y los ojos vacíos ahora.—Sólo quiero saber por qué. Quiero decir, sé que es el camino típico de los hijos de famosos y los niños ricos, pero tú no eres típico en realidad...—

         Se interrumpió, esperando haber entendido lo que quería decir sin ofender a Harry, y su pierna rebotó rápidamente bajo la mesa imitando los latidos de su corazón.

         Harry soltó una carcajada sin gracia, un esbozo de sonrisa dañó sus facciones durante un segundo antes de volver a desaparecer.—Es lo típico, ¿verdad? Todo el mundo lo hace. Da igual—.

         Brendon frunció el ceño:—No... no quería decir eso. Eres mi amigo y me preocupo por ti y quiero saber por qué. Quiero saber si puedo ayudar en algo—.

         —Ya has respondido a la pregunta; soy el típico niño rico, el típico niño famoso—,le espetó Harry.

         A Brendon le sorprendió la grosería de Harry. No le pareció grosero, era la verdad y mucho más ligero de lo que podría haber ido, pero aun así Harry le espetó y le miró como si fuera el enemigo.

         —Pero no lo eres—,le instó Brendon,—No lo eres así que, por favor, no me eches porque me importas y quiero ayudarte—.

         Harry negó con la cabeza:—Olvídalo—.

         —No puedo—,le dijo Brendon con sinceridad.

         —Maldito seas tú y tu naturaleza bondadosa—,dijo Harry casi en broma antes de volver a sacudir la cabeza,—No me creerías si te lo dijera—.

         Brendon se encogió de hombros. Su mejor amigo era Seda y estaba saliendo con Spiderman. Había extraterrestres en la Tierra y él se las arreglaba para aprobar la clase de Biología.—Pruébame—.

         Harry miró a su alrededor para ver si alguien los observaba, asegurándose de que nadie iba a pasar por delante de su mesa y luego volvió a mirar a Brendon y se inclinó hacia él.—Mi padre se inyectó una propiedad radiactiva que encontró y luego, cuando yo era un bebé, me hizo lo mismo. Dato curioso: duele y acorta mucho la vida. Así que sí, me drogo porque así no siento el dolor—.

         Brendon parpadeó:—Bueno, desde luego no era lo que esperaba, pero ¿hay alguna cura? ¿Tu padre está trabajando en ella o tiene algún empleado que lo haga?—.

         Harry se encogió de hombros:—¿Quién sabe? Mi padre realmente no se preocupa por mí, probablemente sólo espera el día en que finalmente muera, así que ¿qué importa?—.

         —Pero él también va a morir por eso—,recordó Brendon.

         —Como dije, realmente no sé nada. No hablamos de ello... ni hablamos en absoluto, en realidad—,dijo Harry, aunque no había ni un atisbo de tristeza en su voz.

         —¿Así que las drogas son tus analgésicos? ¿Y no te los recetan?—.preguntó Brendon.

         —Nadie sabe siquiera qué es esta enfermedad o lo que sea, así que no saben cómo tratarla. Para algunos médicos, estoy loco y me invento el dolor—Harry puso los ojos en blanco,—así que sí, a mí no me recetan nada, así que lo consigo de otros. Pero no puedes decírselo a nadie, ¿de acuerdo?—.

         Casi vaciló de nuevo; casi pensó en que Cindy querría saber cómo había ido la reunión, qué había pasado y por qué, y prometiéndole esto no podría decirle la verdad. Puede que hubiera mentido para conseguir esta información, pero no iba a romper la confianza de Harry.

         —Te lo prometo—,le dijo Brendon con sinceridad. Este era su secreto y hasta que Harry estuviera listo para contarle la verdad a todos los demás, o si alguna vez lo estaba, nadie lo sabría. Quedaría entre ellos.

         Harry le dedicó una pequeña sonrisa.—Creo que ya me voy. No quiero seguir hablando de esto—.

         Brendon asintió y vio cómo Harry abandonaba el edificio, se dejó caer en su asiento y dio un largo suspiro. Aún le quedaban muchas preguntas, como la duración de la vida. ¿Cuánto tiempo significaba? ¿Cuánto tiempo iba a vivir?

         Y entonces le hizo pensar en Peter, en lo que hace. Peter es Spiderman y eso debe significar que su esperanza de vida tampoco está garantizada. Podría morir en cualquier momento a manos de un villano o un criminal. Había visto a lo que se había enfrentado Spiderman; había visto las heridas de Cindy tras la patrulla.

         Peter podía morir en cualquier momento a causa de su segunda vida y Brendon se odiaría a sí mismo si no estuviera con Peter, plenamente con él, y eso ocurriera.

         Se levantó, agarró su taza y bebió todo lo que pudo del líquido tibio antes de tirarlo a la papelera que había junto a la puerta y marcharse. No sabía dónde estaría Peter, pero esperaba que en su dormitorio.

         Brendon no empezó a correr exactamente, pero iba a un ritmo más rápido que un paseo casual, tenía que ver a Peter y tenía que arreglar las cosas entre ellos. Cuando llegó al dormitorio, llamó a la puerta y esperó que no fuera Harry quien abriera, sino Peter.

         Y, por suerte, así fue. Peter no tenía muy buen aspecto pero eso no importaba; seguía siendo perfecto, un ángel en la tierra. El chico Parker pareció sorprenderse al verle ahí, saliendo:—¿Brendon? ¿Qué estás...?—antes de que Brendon lo tomara de la camisa y lo arrastrara a un beso, aunque Peter no se quejó ya que devolvió la acción.

         Cuando se separaron, Peter sonrió al igual que Brendon.—Te perdono—,le dijo al otro chico.

         —¿En serio?—preguntó Peter.

         Él asintió:—Sí, te perdono. Hoy ha pasado una mierda que me ha hecho ver las cosas con perspectiva. Quiero formar parte de tu vida y no me importa nada lo de Spiderman. Pero... no vuelvas a mentirme nunca más, ¿de acuerdo?—.

         Peter asintió rápidamente:—Puedo hacerlo. Sí, no más mentiras. Lo entiendo—.

         Brendon le sonrió.—Bien. Ahora que ya está todo arreglado, bésame otra vez—.

         —Estoy bastante seguro de que fuiste tú quien me besó antes—,dijo Peter descaradamente.

         El chico de Winchester puso los ojos en blanco,—Oh cállate o te quitaré mi perdón—.

         —Está bien, está bien—,dijo Peter en un simulacro de rendición, tomando la cara de Brendon y besándolo esta vez.

         Ycuando una sonrisa se dibujó en el rostro de Brendon, supo que había tomado ladecisión correcta. Aquí era donde se suponía que tenía que estar; con él eracon quien se suponía que tenía que estar, así que acercó a Peter a sí mismo.

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