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Único
"Bienvenido a la ciudad del amor", fue lo primero que dijo su mejor amigo en cuanto ambos hombres bajaron del avion y pisaron tierras europeas. Jimin solo lo vio interrogante.
-¿Ciudad del amor? bah.-rio negando.-creo que venir con Jennie de luna de miel te hizo mal, amigo.
-Cállate.-bufo empujándolo levemente.-¿cuándo conseguirás novia? ya estamos todos casados y con hijos, solo faltas tú. No me digas que has cambiado de gustos después de haber roto con Seulgi.
-Qué estás diciendo, ¿perdiste la cabeza? .-cuestiono molesto.-no quiero hablar del tema, simplemente te acompañe porque no tenia nada que hacer y me aburría en casa.
-Pues no te creo nada.-sonrío burlón.-pero bien, no me meteré en tus asuntos. Después de todo, fue lo mejor que pudiste haber hecho, esa relación no iba para más.
-Kim Taehyung, te estás ganando la paliza de tu vida.
-Bien, bien.-soltó retrocediendo.-mejor vámonos, Jennie me tiene que estar esperando en el hotel.
-Hablando de eso, ¿dónde dormiré yo?
-¿Te parece el sofá? o, ¿quieres dormir con nuestros hijos perrunos?
-Ni loco.-mascullo con él ceño fruncido.
-Ah, por cierto.-comento mientras avanzaban a la salida del aeropuerto.-con Jennie tenemos algo que decirte, reserve una mesa en el restaurante del hotel. Supongo que iras, ¿no?
-¿Cuándo te he dejado plantado?
-Me encantaría mentir, pero ya perdí la cuenta de cuantas veces lo has hecho.
-No seas llorón, prometo llegar.
-Grabare muy bien eso en mi cabeza.-aseguro con su característica sonrisa cuadrada.
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Ya en el hotel ...
-¿Seguro no quieres acompañarme? Te hará bien salir a dar un paseo y conocer la ciudad, has estado encerrado entre cuatro paredes por tres meses.-comento apoyado en el umbral de la puerta del cuarto asignado.
-Estoy algo cansado Tae, después me juntare con ustedes. Dormiré un poco y luego te alcanzo.-señalo frustrado.
-Hey.-pronuncio colocando una de sus manos sobre el hombro del mayor.-recuerda que solo estoy a unas cuantas puertas de distancia, si quieres hablar con alguien, estoy aquí que no se te olvide.
-Estoy bien, no te preocupes. Ve y saluda a Jennie de mi parte, dile que le deseo la mayor suerte y que todo saldrá de maravillas.
-Claro que lo hará excelente, es mi mujer.-carcajeo molestándolo.-bien, ya me voy.-comento para luego detenerse en la salida.-Jimin-ah.-le llamo.-si asistes al bar, no abuses del alcohol, no quiero que salgas mal como la otra vez.
-No haré una escena, Taehyung-ah. Lo prometo.
-Bien, duerme. Eso te quitara el supuesto cansancio.-pronuncio sarcástico.-mejor hubiera invitado a Jungkook y Lisa, a ellos les hubiera encantado conocer esta ciudad tan hermosa.
-Eres una piedra en el zapato, Kim Taehyung.
El nombrado sonrío para finalmente dejar la habitación de Park, dejándolo a solas y para descansar.
Jimin se dejo caer sobre el mullido colchón y saco de su chaqueta el móvil celular que había querido evitar mirar durante todo el viaje. Deslizo la pantalla y fue directamente a sus contactos, el nombre femenino todavía seguía registrado.
-No debí de haber dejado que entraras en mi corazón, lo único que hiciste fue romperlo en miles de pedazos.-decía sin sentimientos alguno.-y no dejare que invadas mi cabeza, ya es tiempo de olvidarte. Hasta siempre, Kang Seulgi.-seguidamente borro el contacto y dejo el aparato a un costado.-ya era hora de dejarte ir.
Al cabo de unas horas despertó dándose cuenta que era muy tarde para llegar al evento de modelaje que Jennie lo había invitado, seria muy descortés si no asistiera. Pero estaba seguro que por las treinta llamadas perdidas de Taehyung, ya se lo había perdido.
-Maldición, no debí de haberlo colocado en silencio.-mascullo frustrado.
Sin más decidió tomar la primera prenda que vio a mano y salió del cuarto, encontrándose con el corredor invadido de muchachas del servicio al igual de gente que iba de aquí para allá.
Se encontraba caminando por las calles de Paris alejado lo suficiente del hotel como para sentirse incomodo, lo más seguro era el lugar visitado o el cansancio, pero no sabia del porque su intranquilidad. Y lo más extraño de todo era que esa intranquilidad que sentía no era molesta, sino todo lo contrario, era cómoda para él.
-Debe ser el clima.-dijo para sí mismo. Ajusto su cubrebocas y gorra negra y siguió su camino.
El cual se vio obstruido cuando al doblar por una esquina choco de frente con otro cuerpo. Escucho una queja femenina en otro idioma, y sin pensarlo dos veces la ayudo a incorporarse y con su equipaje derramado por la vereda.
La joven le agradeció regalándole una dulce sonrisa, y ahí pudo darse cuenta que tenia rasgos asiáticos. Ella le preguntó algo en el idioma del país, a lo que él lo único que atino a responder fue...
-No hablo francés.-pronuncio dejando ver su rostro al retirarse la gorra y su cubrebocas.
-Oh, perfecto.-dijo con timidez.-lo siento, aun no domino bien el idioma. Supongo que estoy algo perdida, estoy buscando el Hotel Four Seasons V.
Casualidades de la vida. ¿Cómo sabrían que la hermosa chica de dorados cabellos se hospedaría en el mismo lugar que él?
-Está a unas seis cuadras, sigues derecho y doblas a mano izquierda. Ahí lo encontraras.-señalo indicando dibujando en el aire.-¿quieres que te ayude a... ?
-No gracias, estoy bien.-negó con vergüenza.-por tu orientación supongo que ibas de camino a otro lugar, no me gustaría retrasarte.-Jimin iba a abrir la boca pero ella lo detuvo a tiempo.-muchas gracias.-dijo para luego tomar sus pertenencias y darle una leve reverencia.
El mayor alzo una ceja confundido y la siguió con la mirada. Sus ojos marrones y su cabello largo color dorado que se mecía a medida que avanzaba, eran lo único que podía visualizar entre tanto publico. Fue así hasta que se le perdió por las calles y la gente que caminaba a su alrededor, chocando entre si.
Hubo algo en ella que le llamo la atención, y siendo él, tenia que saber qué.
"Ciudad del Amor"
Frunció el ceño al recordar el estúpido nombre de Paris, uno tan superficial y vago. Vio su reloj de muñeca y decidió volver al hotel, quizás con una larga ducha podría recomponerse e ir al compromiso que tenia con el matrimonio Kim.
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No sabia que estaba pasando, pero ya había perdido la noción del tiempo de cuanto estaría esperando que sus amigos llegaran con él. Suspiro y con ello su celular vibro, indicando que había recibido un mensaje.
Amigo, se cancela la reunión. Jennie no se siente bien de salud, espero lo comprendas.
Taehyung
-Y yo esperando como un estúpido.-peino sus cabellos con frustración y se retiro del lugar.
Decidido fue hasta el bar que se encontraba al otro lado del hotel. Una vez ahí se sentó en la barra y por su leguaje corporal de aburrición, supo que nadie se le acercaría y seria ignorado olímpicamente.
Pidió las bebidas más famosas del lugar para olvidarse del mal rato e irse a dormir. Ya llevaba cuatro vasos de whisky, y hasta el momento no sentía ningún síntoma, lo único que le incomodaba era el tonto traje que llevaba puesto, la formalidad no era lo suyo.
-Buenas noches.-escucho a su costado.
La misma voz femenina de esa tarde volvió a sus oídos, giro su cabeza en dirección a su brazo izquierdo arqueando una ceja confundido, solo para encarar a la rubia que había llamado su atención.
Llevaba un hermoso vestido color celeste, junto a unos zapatos de tacón color rosa palo y a conjunto un llamativo collar de perlas. Su cabello se encontraba suelto como horas atrás, esta vez más ordenado.
-¿Está ocupado este puesto? .-señalo la silla a su lado. Él negó.
-Puedes sentarte.-pronuncio vagamente.
-Muchas gracias por lo de la tarde, de no ser por usted, me hubiera perdido.-comento con gracia.
-No me trates de usted, me hace sentir viejo. Por lo que veo, no creo ser dos o tres años que tu.-dijo para luego beber de su vaso.
-Para decir eso, supongo que he llamado tu atención.-declaro haciéndolo atorar con el licor.-¿estoy en lo correcto?
-N-no nos hemos presentado.-cambio de tema tras regularizar su respiración.-Park Jimin.-extendió su mano en formal.
-Park Chaeyoung, puedes decirme Rosé.-acepto la mano estrechándola de forma amistosa.
-Rosé-ssi.
-¿Y, qué te trae por aquí? .-cuestiono con interés.
-Vine con unos amigos, pero no se sentían bien, así que...
-Te dejaron plantado.-rio molestándolo.-lo siento, es que veo difícil que un hombre como tu beba sin compañía.
-¿A qué va eso?
-Perdón, quiero lo mismo que él.-solicito al barman. Este asintió e hizo entrega del mismo contenido del contrario.
Cualquier conocido de Jimin se hubiera tirado vilmente al piso para poder reír más a gusto, si estuvieran escuchado lo que la bella rubia contaba con tanto gozo.
-Entonces, cuando note mis pies. Estos eran negros por el fango, tenia tanta vergüenza, hasta mis amigas se burlaban de mi. Lo único que quería hacer en ese momento, era que la tierra me tragara.-Jimin asintió bebiendo la ultima gota del vaso, haciendo sonar los cubos de hielo de este.-fue un gusto haberte conocido.
-Si... .-susurro sin quitarle los ojos de encima.
El destino era algo curioso, incierto e impreciso, que te trae cada rareza inesperada. El destino siempre sea el que te dé las sorpresas más grandes de tu vida, pues el juega con ella haciéndola brillar de emoción y bajando opaca en agonía. Te ataca en los lugares que jamás soñaste, y con personas que ni hubieras imaginado.
Ya era definitivo, había algo en el ambiente que lo hacia transformar, porque extrañamente, la charla de la chica no le era desagradable ni aburrida. Hasta ya se había olvidado del mal rato, reemplazando su aburrición por risas contagiosas.
Ya llevaban más de tres horas hablando, en las cuales ninguno de los dos fue consiente de que se habían quedado solos en el bar y su único acompañante era la música ambiental.
-Creo que nos hemos quedado solos.-pronuncio mirando a su alrededor.
-Es cierto.-concordó.
-¿Sabes que quiero hacer en estos momentos.-embozo una sonrisa a lo que el castaño no supo como interpretar.-¡quiero ver la luna! desde que llegue no la he visto.
-¿No has estado de noche? .-rio un poco.
-Viaje por siete horas, por lo que no he podido apreciarla a gusto. Además, he estado de un lado a otro, ni para respirar he tenido.
-¿Y las compras por Paris tuvieron tiempo? .-sonrió burlón.
-¡Yah... ! .-exclamo con su rostro sonrojado.-¿me acompañas?
Sin pensarlo tanto, se incorporo de la silla y siguió el camino marcado de su acompañante de esa noche. Llegaron hasta las compuertas del elevador, el cual los llevo al doceavo piso. Una vez fuera, caminaron por los pasillos del hotel deteniéndose frente a la puerta de la fémina.
Esta deslizo la tarjeta permitiéndoles abrir la puerta, dejando ver la amplia habitación.
-Adel-... .-indico amablemente la menor.
-No puedo, es tu cuarto.-dio un paso atrás con sentimientos encontrados. Ante todo, sabia que estaba mal entrar al cuarto de una chica, sobre todo si era una que llevaba poco conociendo.
-Descuida, mi cuarto tiene una buena vista. Bueno, debería porque tiene terraza, por favor.-pidió tiernamente.
-De acuerdo.-mascullo totalmente derrotado.
Totalmente parecido a su cuarto, pero sin duda algo había en la habitación de Rosé que le hacia más ligero el ambiente. Talvez si cambiaban de cuarto, él lograría dormir a gusto.
¿Qué era lo que tenia esa habitación? Tenia el mismo espacio y esa monótona forma de acomodar los muebles...
El perfume ...
Cerro los ojos y aspiro ese fino y delicado perfume que invadía las paredes de la habitación. El perfume de Rosé provocaba que se sintiera relajado y atraído.
-Jimin-ssi.-le llamo desde la terraza. Abrió sus avellanas y noto como ella ya estaba en el lugar indicado.
Asintió y paso la gran ventana abierta de marco dorado, mientras posaba una de sus manos sobre el barandal de la terraza. Rosé sonrió complacida mientras tomaba asiento en la mesilla ubicada ahí, una vez cómoda alzo su mirada al cielo observando las brillantes estrellas que brillaban como diamantes, y por fin, pudo toparse con la famosa luna plateada la cual estaba más reluciente que en ocasiones pasadas, las nubes blancas a su alrededor dejaban marcar aun más el cielo nocturno de esa noche.
-Se mira tan hermosa.-susurro sonriente.
-Tienes razón.-asintió con una pequeña sonrisa.
-¿No quieres tomar asiento? .-lo invito.
A lo que el hombre dio unos cuanto pasos hacia la silla que se encontraba desocupada al lado de la fémina. La movió sutilmente y tomo asiento en ella de forma despreocupada, echando su cabeza hacia atrás. Rosé apego su silla a un lado de él, dejando que la cercanía se hiciera más fuerte, pero no la suficiente para que ambos cuerpos se tocaran.
-¿Quieres algo de beber? .-ofreció.
-¿Agua? .-ella rio.
-Creo que nos bebimos hasta el agua del florero en el bar. Veré que encuentro.-se levanto de la silla y entro nuevamente al cuarto.
Un cuerpo femenino y con atributos perfectos, una chica normal. En Corea habían muchas más chicas así cuando pasaba por las calles, ¿ o es que siempre veía el mismo tipo de mujer? No, él estaba completamente convencido que Park Chaeyoung era una chica distinta a las demás que se encontraban en cualquier tienda comercial comprando, ella era... algo indescriptible para él.
-¿Volví! .-exclamo llegando sin zaparos y con una botella de vino junto a dos copas... y en su rostro, se dibujaba una sonrisa tierna.-espero te guste, es un Louis Ro... Ro, no sé.-rio mientras caminaba torpemente.
-Bebiste una copa antes, ¿no es así? .-le quito la botella y leyó para él.-Louis Roederer Brut Premier.
-Lo siento, no estoy acostumbrada a usar zapatos. Son muy incómodos.-saco la lengua de forma infantil.-no estoy segura si te gustaría una copa de vino, pero...
-No importa.-negó para luego servir ambas copas con el liquido hasta la mitad.
-Mejor hubiera traído una cerveza.-comento sin despegar la mirada de la botella.
-Prefiero el Soju.-contradijo sin expresión alguna.
-Brindo... ¿por qué brindamos, Jimin-ssi? .-cuestiono entre risas mientras jugueteaba con la copa de vino.
-Tu decide.-jadeo con los ojos entrecerrados.
-¡Ya sé! ¡Por habernos conocido! ¡Por Paris! .-acerco la copa.-¡Por nosotros! .-termino su brindis con una gran sonrisa y choco su propia copa con la del mayor.
Al cabo de media hora después, la botella ya se encontraba vacía y bebían entre risas. Rosé había colocado un poco de música, la cual tenia una melodía suave, romántica y tentadora.
-¡Jimin-ah, bailemos!
-N-no... no soy bueno bailando.-negó haciendo un ademán.
-¡Vamos, nadie nos está viendo! .-lo tomo de las manos e intento levantarlo, pero pese a que Jimin se negó e hizo fuerza, ella lo levanto de todas maneras.-te gane, soy muy fuerte.-se dio triunfo como una niña de cinco años.
-Eso puedo ver.-pronuncio al verla sonreír.
Y entre pasos torpes, empezaron a hacer lo que ellos llamaron bailar. Rosé se hallaba recargada sobre el pecho del hombre mientras este sostenía con ambas manos la menuda cintura de la fémina. Daban pasos torpes, pero lentos, con los cuales se guiaban con la melodía de fondo.
Jimin sabia que no estaba ebrio, sino todo lo contrario. Era consiente de cuales acciones estaba tomando y cual era el entorno que los rodeaba, y para que mentir, le agradaba el camino peligroso que estaba cruzando.
Tampoco tenia frio ni calor, simplemente necesitaba la temperatura del cuerpo que estaba en sus brazos, necesitaba un acercamiento aún más intimo del que ya tenían.
-Rosé-ah.-le llamo haciendo que alzara la mirada.-perdóname.
-¿Por qué? .-cuestiono confusa.
Simplemente no respondió y la interrogante quedo en el aire. Lo que sí hizo fue tomar los dulce, rosas y tentadores labios de la fémina de cabellos dorados. Y ahí supo lo que estaba buscando, necesitaba la temperatura de ese beso, necesitaba a Rosé en su vida.
Se sorprendió cuando Rosé le correspondió abrazándolo por el cuello, haciendo que ese tierno beso se convirtiera en uno placentero y necesitado por ambas partes. Ninguno lo planeo, el calor empezó a subir y la necesidad creció perdiendo que control que mantenían oculto.
El alcohol quiera uno o no, nos hace hacer cosas que jamás haríamos estando sobrios y frente a otras personas... por más que lo deseemos
Dejaron la terraza entrando junto y sin despegar los labios nuevamente al cuarto. Se separaron escasamente para recuperar el aire perdido y se miraron a los ojos, dándose cuenta que ambos tenían un brillo especial en ellos.
Rosé dio la iniciativa comenzando a quitar botón por botón la camisa que mantenía en ese instante el mayor. Cuando se la quitó por completo, acaricio el pectoral y ambos brazos fuertes sin despegar la mirada del hombre, este la beso profundamente dejándola sin habla casi devorándole la boca.
Mientras sus lenguas jugaban entre ellas, la menor bajo sus manos hasta la hebilla del cinturón y con un movimiento rápido se lo quito y desabrocho el vaquero formal.
-Eres rápida.-comento, a lo que ella sonrió mostrando sus blanquecinos dientes.
-Eso quiero creer.
-Me encantas, Ro.-pronuncio haciéndola sonrojar.
La volvió obligándola a darle la espalda, una vez de esa forma quito cabello en la zona del cuello y comenzó a besar y succionar la piel mientras bajaba la cremallera del vestido dejando su espalda desnuda a la vista.
La giro una vez más, y con el movimiento el fino vestido cayo a su pies descalzos dejándola solo en bragas.
-Dios, eres hermosa y perfecta.
-N-no mires, me da vergüenza.-dijo cubriendo su delantera.
-Eso se puede arreglar.-la cargo entre sus brazos y la recostó sobre la cama colocándose sobre ella sin aplastarla.
Volvió a besarla, el cual fue correspondido dulcemente por parte de la rubia. Rosé era especial, y no quería que solo fuese un acostón de una sola noche, sino que ella lo recordara como una linda experiencia.
Y entre besos, caricias, gemidos y sus nombres ser pronunciados una y otra vez, consumaron la noche. La cual solo tenia un testigo de su entrega, la luna que brillaba en el oscuro cielo nocturno.
🌹
El sol empezaba asomarse sobre el cielo europeo, cubriendo levemente las calles con su luz tenue y despertando a los habitante de la cuidad para que empezaran el día de buena manera, y entre los que despertaban se encontraba Park Jimin.
Este se llevo la mano a la cabeza ya que el dolor lo venia molestando desde que había abierto los ojos.
Maldita resaca
Obviamente era aún temprano para él, pero sabia que el tiempo no era un buen aliado en ninguno de los sentidos. Se enderezo un poco y fue cuando noto que su cuerpo estaba completamente desnudo, arqueo una ceja un tanto confuso, y fue de golpe cuando recordó lo sucedido durante la noche y madrugada. No había dormido en su cuarto, y mucho menos sin compañía.
Giro ligeramente su cabeza al costado, encontrándose con las piernas desnudas, largas y suaves de Rosé. Ella se volvió a su dirección, dejando ver el fino rostro a la merced.
Se miraba tan hermosa que seria injusto despertarla, era un crimen hacerlo. Lo más probable era que los efectos del alcohol le afectara más a ella. Despejo uno de unos cuantos cabellos del rostro femenino y le dio un dulce beso en la mejilla en forma de despedida.
Lo siento, tengo un compromiso. No es mi intensión dejarte así, pero tampoco podía despertarte,... espero verte cuando regrese.
Jimin
Dejo escrito en una nota y salió de la habitación para dirigirse a la suya.
Escucho el cerrar de la puerta, despertó y se incorporo cubriendo su desnudez. Sintió una fuerte punzada obligándola a cerrar los ojos y apretar los dientes.
Ultima vez que me excedo
Recordó que no debía estar sola en la cama y busco con la mirada algún rastro del hombre, pero al no ver las prendas masculinas en el suelo dedujo rápidamente que él se había marchado. ¿Seria posible que Jimin fuera de ese tipo de hombres?
Con tristeza se incorporo y cubrió su cuerpo con la bata de noche. Camino hasta el tocador y descubrió confusa una nota bien acomodada. La tomo entre sus finos dedos y empezó a leer, una sonrisa llena de gozo se adueño de rostro y sintió como sus mejillas poco a poco se iban calentando por la vergüenza.
Park Jimin era un caballero le pesara a quien le pesara, y Rosé lo había descubierto sin buscarlo.
🌹
-Hey, mi amigo.-saludo Taehyung en cuanto entro a la habitación asignada.
-Me dejaste plantado.-pronuncio mientras se secaba los oscuros cabellos tras darse una ducha caliente.
-Pues, no creo que estés tan molesto por eso.
-¿Por qué lo dices? .-cuestiono sin entender.
-Park Jimin, no te hagas el tonto. No pasaste la noche aquí, lo sé todo.
-Cierra el pico, entrometido.
-¿Y? .-inquirió molestándolo.
-No te diré nada, es asunto mío y de Rosé.-declaro dándole la espalda para buscar un conjunto acorde al día.
-Rosé, eh. ¿Así se llama tu novia?
-No es mi novia, pero me gustaría conocerla un poco más.-dijo con una sonrisa tonta en su rostro.
-Al parecer nuestro Jiminie se enamoro.-el nombrado no dijo nada, simplemente termino de cambiarse y fue en busca de su móvil.-por cierto, me entere que reservaste un restaurante para Jennie y para mí, ¿por qué? .
-Ayer me quede dormido y no llegue al evento, por eso.
-No te preocupes, Jennie lo entendió. Bueno, espero que me cuentes más sobre tu chica mientras desayunamos en mi habitación, con mi mujer queremos decirte algo importante. Vamos.-lo empujo hasta salir del cuarto pese a las protestas del Park.
Cuando llegaron, Jennie les tenia un desayuno espectacular en la terraza. Recuerdos de la noche anterior y una hermosa rubia invadió su cabeza.
-¿Y, qué es lo que me deben decir? .-cuestiono después de haberse disculpado con la señora Kim y estar desayunando a gusto.
-Bueno... .-murmuro la castaña.
-¡Vamos a ser padres! .-exclamo Taehyung asustándolo.-lo siento, ya no podía ocultarlo.
-Pues, felicidades. No tenia idea, me sorprendieron chicos.
-Y no es solo eso.-dijo Jennie esta vez.-con Taehyung hemos estado hablando y... .-le dio una mirada a su marido mientras tomaba la mano de este.-queremos que seas él padrino del bebé, nos encantaría si acep-
-Acepto, quiero ser lo.
🌹
Tres días después...
Rosé había llegado de su sesión de fotos totalmente cansada, lo único que quería era tomar una larga y caliente ducha, e irse a dormir hasta él día siguiente.
Decidida fue en camino a los elevadores, pero el recepcionista la hizo detener a medio paso.
-Señorita Park.-le llamó obligándola a volverse.
-Si, digame. ¿Qué sucede? .-pesé al cansancio siempre mantenía una buena educación.
-El señor Park la está esperando en el bar del hotel.-comentó, a lo que ella asintió levemente.
-D-de acuerdo.-acepto él pedido del castaño. Después de todo, sus planes podían irse muy lejos.
Aliso su cabello alborotado y entro al lugar de poca luz y con olor a cigarrillo por todos lados.
Paso entre la gente, él humo y las mesas hasta que pudo divisar la espalda ancha de Jimin. Él la estaba esperando como había dicho el recepcionista.
Se hallaba sentado sobre él mismo lugar de la otra noche, y el lugar despejado donde el había estado. Se acercó un poco más rápido y puso una de sus manos sobre su hombro llamándole la atención. Éste embozó una sonrisa y la invito a tomar asiento a su lado.
-Tenemos que hablar de lo sucedido.-comenzó a decir sorprendiéndola.
-¿Quieres discutirlo aquí? .-cuestionó a la defensiva.
-Si viniste es por algo.-dijo sin pelos en la lengua.
-No tenia mucho que hacer.
-Eso quiere decir que soy interesante.-ella negó sonriente.-¿es eso?
-Podría ser... .-murmuró sin borrar la sonrisa.
-Rosé, lo de aquella noche...
-Lo sé, fue él alcohol, si quieres que lo olvide lo haré.
-No, no fue así.-negó mirándola a los ojos.-era consiente de lo que hacia, y estoy seguro que tú también lo sabías.
-No me hubiera entregado a cualquiera, Jimin. No soy ese tipo de mujeres.
-Rosie, escuchame.-le acuno el rostro entre sus manos y acercó él suyo juntando sus frentes.-esa noche contigo fue especial, ti eres especial para mí.
-Si fuera así, no me hubieras ignorado todos estos días. Fuiste muy cruel conmigo Jimin, nisquiera cuando nos encontramos en el ascensor te dignaste a mirarme.-le reclamaba.-quería que me tomaras entre esas paredes y me besarás como esa noche.
-Rosé...
-Pero no lo hiciste, simplemente te fuiste y le diste la espalda.-termino de decir.-si para ti fue una noche donde pudiste divertirte, te felicitó. Eres él mejor actor, fingiste a la perfección.-dicho esto se incorporó y se marchó dejándolo con la palabra en la boca.
Sin pensarlo dos veces la siguió y la tomó del brazo, ingresando por la compuerta de las escaleras de emergencia. Cuando la vio, ella lloraba.
-No es lo que piensas, ni siquiera me dejaste explicar.-dijo a lo que Rosé desvío la mirada.-si te he estado evitando, es porque necesitó pensar las cosas. No quiero cometer los mismos errores de mi pasado, mucho menos contigo.
-N-no me interesa tu pasado, sino él presente.
-Rosé, tú me gustas. Y me encantaría, que me permitieras tener una cita para que terminemos de conocernos un poco más.-ella río ante lo último.
-Creo que debiste decir eso antes de que durmiéramos juntos.
-Bueno, somos adultos y no pensamos bien las cosas hasta que suceden, ¿no? .-comento abrazándola por la cintura.-¿y, qué dices?
-Me encantaría cenar contigo.-sonrió apoyando su mejilla sobre el pecho del hombre.
-Quiero saber algo.-pronuncio llamando su atención.-¿cuándo regresas a Seúl?
-Dentro de una semana, ¿y tú?
-También.
Al escucharla presionó sus dedos sobre la piel bajo la tela del vestido haciéndola sonrojar. Ella sonrió complacida sabiendo que podía estar pasando por su cabeza.
-Ro, ¿no quieres ver la luna de Seúl conmigo? .-sonrió provocativo.
-Seria un honor para mí.
-Pero sabes lo que es mejor.-comento volviéndola y apoyando el cuerpo femenino contra la pared mientras él se posicionaba detrás.
-J-jimin, q-qué haces...
-Aún tenemos tiempo de verla una noche más en París.-besó la nuca femenina haciéndola suspirar.
-C-claro...
-Entonces, ¿vamos? .-salieron juntos con sus manos entrelazadas, y tomaron el elevador que se hallaba vacío hasta él cuarto del mayor.
Una vez ahí, se dejaron llevar por las ocasiones poco probables que le fueron surgiendo. Sin tantear ni arrepentirse de las consecuencias...
Una ciudad nombrada por superficialidad. Ni él mismo creyó encontrar en carne propia el porque de llamarla así.
París
🍃🌺🍃
Momo 🍑💕
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