Prólogo.

Jeon Jungkook era conocido como el "Omega de oro" gracias a que era muy bueno en cualquier cosa que hiciera, volviéndolo alguien destacable. Deportes, baile, canto, arte, se podría considerarlo como un prodigio. Pero no solo en ello era reconocido, según decían era un maestro en la cama.

El omega era capaz de darte la mejor noche de tu vida. Cosa que era muy tentativa para cualquier alfa o beta que quisiera tenerlo en brazos. Sin embargo, el omega era algo exigente con respecto a sus conquistas.

Así que solo podían dignarse a soñar con tenerlo, y tentar a la suerte con ello.

Así que, cuando el rey de Roma se dio a la vista, unos cuantos suspiros y miradas entre envidia y deseo no se hicieron esperar. El rubio avanzaba con pasos seguros, mostrando un atractivo que hacia que no quisieras apartar la vista de él. Una mezcla entre candente y tierno.

Cabellos algo largos y rubios, un cuerpo atlético pero delgado, cara atractiva con una sonrisa angelical, muslos fuertes y rellenos, y aquella cintura por la que cualquiera mataría por apretar entre sus manos. Jeon Jungkook era ese tipo de omega con el que alfas y betas de cualquier clase deseaban tener, y la envidia para muchos omegas que deseaban una pizca de la belleza natural del chico.

Con una sonrisa altanera y sutil abarcando por su rostro, Jungkook se dirigió hacia su casillero para descargar aquello que no necesitaría en sus clases del día. Dirigió su mirada a aquel bonito espejo que había instalado en su casillero, revisando su reflejo en el observando encantado sus brillozos labios junto con ese tono rosa que tanto amaba en ellos.

Un par de grandes manos pasando por su fina cintura fue lo que lo distrajo de su reflejo, distinguiendo aquel adictivo aroma a madera y café, perteneciente a quien llamaba su mejor amigo. Una sonrisa se instaló en sus labios antes de voltear en dirección del recién llegado.

—¡Taehyungnnie! —pasó sus brazos alrededor del cuello del castaño, atrayendolo a su cuerpo en un amoroso abrazo.

—Precioso, ¿qué tal está el omega más bonito del mundo? —saludó el alfa, sacando a relucir aquella voz grave que erizaba la piel de quien lo escuchara. El rubio rió algo sonrojado.

—No podría estar mejor.

Cualquier persona que no conociera la relación que mantenían Jeon Jungkook y Kim Taehyung juraría a ojos cerrados que ambos eran pareja, gracias a la acaramelada forma en la que se trataban. Pero aquello solo era una lejana realidad.

Minutos después, entre charlas triviales y risas, el omega decidió ir hacia el lugar donde tendría su primera clase antes de que sonara el timbre y los pasillos se volvieran un desastre, siendo seguido por el castaño quien se ofreció a llevar su mochila por él.

A mitad de camino algo llamó la atención del pelirubio, causando que parara su caminar y se ganara una mirada curiosa de su mejor amigo.

—Hey, Tae —llamó al alfa, quien respondió con una afirmación— Dime, ¿sabes quién es él?

El mayor, confundido por la pregunta, dirigió su mirada en dirección a donde el omega tenía sus ojos fijos, encontrándose con un atractivo alfa pelinegro charlando tranquilamente con un grupo de estudiantes.

Observó con curiosidad al rubio.

—Es Kim Seokjin, jefe del club de teatro. ¿Por qué la pregunta? —murmuró, con su ceja alzada en dirección al menor, recibiendo aquella sonrisa que conocía más que bien.

El lindo omega había encontrado a su siguiente presa.

—Oh, no es nada. Simple... Curiosidad.


tenía que arreglar el horror que había escrito o mi mente no descansaría en paz. esto es algo mucho más decente así que espero les vaya a gustar skdj

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