🍰̨𖥔 ִ ་ 7EP. ، ˖ ࣪ ❨ 2ND T. ❩ ་ ˖ ʿ🥛ꜝꜞ ᳝ ࣪ 𔘓
ᵎ ִֶָ ◞ ᝰ ❛ 🆁🅴🆄🅽🅸🅾🅽 ❜ ∦ 🅵🅾🆁🅺🆂, 🆆🅰🆂🅷🅸🅽🅶🆃🅾🅽.
Mientras Willow conducía, Rosemary ocupaba todo el asiento trasero, acostada boca arriba, con la vista fija en la vegetación de Forks que se desdibujaba a través de la ventanilla. Saboreaba un chupetín de fresa, girándolo distraídamente en su boca. Según lo que habían hablado y lo que su hermana le había contado, durante la ausencia de Willow, la menor había adquirido el mal hábito de fumar. No quería volverse demasiado dependiente, así que ahora intentaba reemplazarlo con chupetines o chicles de fresa.
Aun así, Willow podía notar que había fumado bastante. Gracias a su audición mejorada, escuchaba el sutil funcionamiento de su sistema respiratorio, y su olfato captaba el rastro persistente del humo impregnado en su ropa. Le alegraba que Rosemary intentara dejarlo antes de desarrollar una verdadera dependencia, porque de lo contrario, le resultaría insoportable.
Desde la distancia, Willow captó el característico sonido de Tanya corriendo a toda velocidad hacia el auto. Sin apartar las manos del volante, se inclinó hacia la ventanilla del asiento contrario y la bajó completamente. En un parpadeo, Tanya ya estaba sentada junto a ella, provocando que Rosemary se incorporara con el ceño fruncido.
━Hola, preciosa ━saludó Tanya sonriente.
Willow rodó los ojos, manteniendo la vista en la carretera.
━Tanya Denali, líder del clan Denali. Rosemary, mi hermana menor ━las presentó con tono neutral, sin intención de dar pie a una conversación.
De inmediato, Rosemary la reconoció. Willow le había hablado de ella en sus cartas.
━Entonces... ¿no están saliendo? ━preguntó la menor, inclinándose entre los asientos delanteros. Aunque sonó como una afirmación, en realidad parecía necesitar confirmación.
Tanya soltó una risa divertida.
━No, tu hermana me rechazó todas las veces. ¿Cuántas fueron? ¿Unas mil? ━murmuró, pensativa.
━Admiro tu perseverancia, pero cuando Willow se encapricha con algo... ━Rosemary no terminó la frase, simplemente se llevó el chupetín a la boca y se dejó caer otra vez contra el respaldo.
━Cinturón, por favor ━pidió Willow con un suspiro, intentando mantenerse ajena a la conversación, aunque su incomodidad era evidente.
Ambas la ignoraron por completo.
━Sabes, no pensé que se encapricharía con alguien de los Cullen. Es raro cómo atraen tanto a la gente a su alrededor ━comentó Tanya con aire curioso. Se giró hacia los asientos traseros y frunció el ceño al detectar algo en Rosemary━. Tu sangre sí que es fuerte.
━Tay... ━Willow le lanzó una mirada de advertencia.
━Lo sé, me lo han dicho casi todos los vampiros que conocí. Y créeme, fueron bastantes ━intervino Rosemary con tono neutro━. De todas formas, ¿todavía te gusta mi hermana?
Willow bufó, exasperada.
━Creo que deberíamos dejar la charla por un rato.
Tanya le lanzó una mirada traviesa, pero decidió no insistir.
━Está bien, está bien.
━Sigo aquí, por cierto ━añadió Willow con ironía━. ¿Qué tal algo de música?
━Aburrido ━se quejó Rosemary━. Te hiciste vampiro y ahora eres aburrida, Wills. ¿Quieres firmarme el yeso, Tanya?
Antes de que Willow pudiera replicar, su hermana sacó un marcador rojo de su bolso y se lo extendió a la vampira. Tanya, sin dudarlo, apareció junto a Rosemary en el asiento trasero y comenzó a escribir en el yeso con una sonrisa divertida.
Willow se quedó en silencio.
━Aburrida... ━repitió en voz baja.
Podría haberlo tomado como un insulto, pero, en cambio, sintió una extraña sensación de alivio. Le gustaba saber que Rosemary la veía como alguien "normal", sin miedo ni tensión en su presencia.
Mientras tanto, su audición captaba el sonido del marcador deslizándose sobre el yeso, y su olfato percibía la tinta con una claridad abrumadora. Aún le resultaba extraño notar cada pequeño detalle con tanta intensidad. Había sido especialmente abrumador en su fase de neófita, pero ahora empezaba a acostumbrarse.
Aun así, prefería concentrarse en eso antes que en el sonido de la respiración de Rosemary... o en su olor. Nunca se había detenido a pensarlo, pero Tanya tenía razón. Su sangre era diferente. No era que la atrajera más que la de cualquier otro humano, sino que su aroma tenía un peso extraño, como si fuera más denso de lo normal.
Por un instante, se preguntó si cuando aún era humana, los Cullen también lo habrían notado.
Durante todo el viaje, Rosemary mantuvo a Willow al tanto de lo que había ocurrido en su ausencia. Le habló sobre sus últimos días de colegio antes de las vacaciones de Pascua, lo cercana que se había vuelto a su banda, las veces que había salido de fiesta más de lo debido y cómo su relación con su madre ahora se mantenía en un punto neutral (lo cual, según ella, era mejor que no tener ninguna relación en absoluto). También le contó sobre el tiempo que había pasado en La Push y, sobre todo, sobre su profundo odio hacia Jasper por haberla dejado.
Y cuando Rosemary odiaba, lo hacía con todo el corazón. Cambiar su opinión era casi imposible.
Willow, en cambio, solía ser más comprensiva. Podía perdonar, siempre y cuando no se tratara de alguien a quien quería el cual resultaba lastimado. Pero con el tiempo, había aprendido que necesitaba hablar las cosas, discutirlas tanto como fuera necesario para poder sanar y seguir adelante.
Cuando Willow estacionó el auto frente a su casa, se quedó en silencio unos momentos, mirando al frente con el ceño ligeramente fruncido.
━¿Vamos a bajar o...? ━preguntó Rosemary, confundida al notar que su hermana no se movía. Su confusión aumentó cuando vio que Tanya también se enderezaba en el asiento, alerta.
━Algo huele mal ━dijeron Willow y Tanya al mismo tiempo.
━Sí, tal vez sea porque no me bañé después de estar en el hospital, lo siento ━se disculpó Rosemary con una sonrisa nerviosa━. Ustedes tienen suerte de oler bien todo el tiempo.
━No es eso ━negó Tanya, olfateando el aire con sutileza━. Huele a otro vampiro. No reconozco el aroma, pero definitivamente no es ninguno de los Cullen.
━Tampoco es Elena ━añadió Willow, entrecerrando los ojos━. Quédate en el auto, Mary ━ordenó antes de bajarse rápidamente y caminar con paso firme hacia la puerta de la casa.
Tanya se quedó en el coche con Rosemary para asegurarse de que nada le pasara, aunque Willow no tardó en regresar.
━No hay nadie ━informó con el ceño aún fruncido━. Debió ser alguien de paso... Es raro.
Ese simple detalle bastó para que Willow reconsiderara sus planes. No tenía intención de quedarse demasiado tiempo en Forks, al menos no hasta que comenzaran oficialmente las vacaciones de Pascua. Pero ahora, sabiendo que su hermana y su madre estaban completamente desprotegidas, y sumando la presencia de un vampiro desconocido cerca de su casa, supo que no podía marcharse tan rápido. Ver con sus propios ojos que su hermana estaba a salvo era lo único que la haría sentir tranquila.
━¡Oh, voy a morir por segunda vez! ━chilló Tanya mientras recorría la casa con curiosidad hasta que se detuvo frente a un marco con una foto de Willow de bebé━. ¡Mira lo tierna que eras, Wills!
━Deja de ver eso ━se quejó Willow, arrebatándole el cuadro con rapidez mientras su rostro se teñía de vergüenza. Tanya le dedicó una sonrisa divertida━. Es injusto, yo no puedo ver tus fotos de bebé.
━En mis tiempos... ━comenzó a decir la rubia con aire nostálgico.
━Suenas como una anciana, Tanya ━se burló Rosemary desde la cocina.
━...en mis tiempos ni siquiera existía la cámara.
━En tus tiempos no existía casi nada ━añadió Willow con una risa burlona.
El día pasó más rápido de lo esperado. Como era lógico, Tanya no podía quedarse en la casa cuando Belinda regresara del trabajo, así que permaneció en la habitación de Willow perdiendo el tiempo hasta que llegó el momento de irse. La vampiresa debía marcharse al bosque antes de que la madre de Willow llegara, pero aun así, Willow se sentía eternamente agradecida con ella. Tanya había permanecido a su lado incluso en situaciones como esa, a pesar de que no le entusiasmaba demasiado interactuar constantemente con humanos. Y aunque no era como si la sangre humana hubiera dejado de tentarla, hacía un esfuerzo. Desde Alaska hasta Forks, la había acompañado sin dudarlo. Willow la adoraba por eso... y por muchas otras razones.
Cuando finalmente estuvieron solas, Belinda preparó una cena rápida e intentó sacarle algunas respuestas a su hija. Pero Willow no podía contarle la verdad sin ponerla en peligro, así que la conversación fue más silenciosa de lo normal. Aun así, su madre parecía genuinamente agradecida de tenerla de vuelta.
Poco después, cada humana se retiró a su habitación y se durmió casi al instante. Willow, en cambio, no.
Dio varias vueltas en su cama sin encontrar una posición cómoda. Luego se levantó y caminó hasta la ventana, apoyando una mano en el marco mientras observaba el exterior con aire pensativo.
La nostalgia la golpeó con fuerza.
Como si en cualquier momento pudiera ver a Rosalie al otro lado del cristal.
Suspiró, molesta consigo misma. Ni siquiera sabía si quería verla.
Elena le había dado mucho en qué pensar, y aunque parte de ella intentaba ignorar la idea, otra parte no podía descartarla por completo. Lo primero que haría cuando viera a Rosalie sería preguntarle. Tal vez así, finalmente podría dejar de darle tantas vueltas al asunto.
También extrañaba la nieve. Se había acostumbrado tanto al paisaje blanco y helado de Alaska que ahora todo se le hacía extraño sin él.
Le dolía estar lejos de los Denali.
Se habían convertido en su segunda familia... o mejor dicho, en la única familia que tenía en esa nueva vida.
Durante la madrugada, Willow escuchó un ruido proveniente del otro lado de la casa. Intrigada, se asomó por la ventana y vio a Rosemary saliendo silenciosamente por la puerta principal para encontrarse con un chico. La rubia frunció el ceño, pero decidió no entrometerse. Cerró la cortina y volvió a acostarse en la cama con los ojos abiertos de par en par, si los cerraba se pondría a pensar en cuando se acostaba en esa cama con Rosalie. Se quedó mirando el techo, alerta ante cualquier sonido que indicara que su hermana estaba en problemas. Sin embargo, también quería respetar su espacio. Solo cuando escuchó la puerta abrirse de nuevo y los pasos de Rosemary regresando a su habitación, Willow se permitió relajar los hombros. Luego le preguntaría quién era aquel chico; suponía que sería alguien de su banda.
El insomnio persistió. No estaba acostumbrada al bullicio del pequeño pueblo. Cada ruido nocturno ━una moto pasando por la calle, el ladrido lejano de un perro, una puerta cerrándose en alguna casa vecina━ la mantenía inquieta. Extrañaba el silencio de Alaska, donde solo se oía el crujido de la nieve bajo las patas de algún animal silvestre o el aullido del viento recorriendo el bosque. Su nuevo entorno le resultaba abrumador, pero, a pesar de todo, lo único que verdaderamente extrañaba de su antigua vida eran sus amigos, su hermana y su madre. Nada más.
Cuando llegó la tarde, finalmente salió con Angela y Jessica a un café del pueblo. A veces se le hacía extraño fingir que seguía siendo una humana normal. Tenía que recordar parpadear con regularidad, evitar sentarse demasiado rígida y moverse con cierta torpeza natural en lugar de la fluidez precisa de un vampiro. Eran pequeños detalles, absurdos quizás, pero esenciales para mezclarse con los demás sin levantar sospechas.
El café que pidió le supo horrible. Amargo, insípido, casi rancio. Intentó beberlo de a sorbos, pero tuvo que luchar contra las náuseas que le provocaba. Tanto así que Jessica la miró con los ojos entrecerrados antes de soltar sin filtro.
━¿Seguro que no estás embarazada y nos lo estás ocultando?
Willow se atragantó con el sorbo que intentaba tragar y tosió con discreción antes de soltar una risa nerviosa.
━¡Claro que no! ━exclamó, sin poder evitar la ironía interna. Ojalá su problema fuera tan simple como algún tipo de problema humano y no... bueno, ser un vampiro.
El pastel que había pedido resultó ser aún peor que el café. La textura le pareció arenosa, como tierra apelmazada en su boca. Intentó fingir que le daba pequeños bocados, pero cada intento de tragar le raspaba la garganta como si estuviera tragando vidrio molido. Finalmente, se disculpó, se levantó con naturalidad y fue al baño, donde discretamente escupió la comida en el lavabo y se enjuagó la boca varias veces.
Cuando regresó a la mesa, Jessica ya tenía una expresión traviesa en el rostro, como si hubiera estado esperando el momento perfecto para hacer su pregunta.
━¿Y tú y Rose? ━soltó con fingida inocencia.
Willow se tensó un poco y desvió la mirada, intentando ordenar sus pensamientos.
━Hum... bueno... ya sabes ━balbuceó mientras hacía gestos confusos con las manos, como si eso pudiera explicar algo.
Angela y Jessica intercambiaron miradas y se inclinaron más hacia la mesa, acercando sus sillas con curiosidad.
━¿Qué significa eso, Wills? ━preguntó Angela con suavidad.
━¡Se separaron! ━exclamó Jessica, golpeando la mesa como si acabara de resolver un misterio━. ¡Lo sabía!
━No... es complicado ━murmuró Willow.
━Siempre dicen que es complicado ━replicó Jessica, rodando los ojos━. ¿Quién diría que las mujeres serían igual de terribles que los hombres en estas cosas?
━No lo es ━negó Willow de inmediato.
En realidad, sí había sido una pelea, pero lo que la rodeaba, lo que implicaba, era mucho más grande de lo que ellas jamás podrían imaginar. No se trataba de una discusión común entre parejas. El mundo en el que vivían ella y Rosalie ahora no tenía lugar para explicaciones simples.
━¿Entonces no se separaron? ━insistió Angela con una sonrisa comprensiva.
Willow suspiró, fijando la vista en el café con desinterés.
━Es como darnos un tiempo ━respondió━. Yo me fui lejos al otro instituto antes que ella, eso nos alejó un poco. Y luego, ellos también se mudaron de aquí.
Jessica entrecerró los ojos, escaneándola con sospecha.
━Muy raro todo... ¿Seguro que no es algún trabajo extraño en el que esté metido el sexy doctor Cullen y nos lo estés ocultando?
Willow rió, pero solo porque no podía decirle la verdad.
━No sé... supongo que solo querían un cambio de aires.
━Obvio, sobre todo de este pueblucho ━comentó Jessica con un bufido.
━No está tan mal ━intervino Angela━, aunque admito que es bastante desértico.
━¿Y en tu instituto de arte? ━preguntó Jessica con un tono malicioso━. Estoy segura de que conociste a alguien más.
Willow suspiró internamente. Lo difícil de salir con Jessica era que siempre tenía demasiadas preguntas. Antes, no le molestaba en lo absoluto, pero ahora todo era más complicado. Tenía que medir cada palabra, cada gesto, porque ocultar la verdad era lo más importante.
Aun así, había algo reconfortante en volver a sentirse una adolescente normal por un rato. Fingir, solo por unas horas, que su vida no era un desastre sobrenatural. Que no estaba condenada a la eternidad.
Pero tarde o temprano, la realidad siempre volvía a alcanzarla. Y con ella, el peso de lo que había perdido.
Antes de mudarse a Forks, Willow ya había recorrido el instituto de arte en otro país, donde planeaba estudiar más adelante. Había memorizado cada rincón del lugar, cada pasillo y aula, de modo que no le resultó difícil inventar detalles al contarle a sus amigas sobre su supuesta visita. No quería mentirles, pero era necesario si quería mantener la normalidad y convivir con ellas sin levantar sospechas.
Pasaron la tarde conversando hasta que el cielo se oscureció y Willow se ofreció a llevar a cada una a su casa. La última en bajar fue Angela.
━Gracias por traerme ━dijo Angela con una sonrisa.
━No es nada.
Angela la observó con una mirada comprensiva pensando en sus palabras.
━Sé que cambiaste... No tienes que explicarlo. Pero me alegra que hayas vuelto.
Willow frunció el ceño, sorprendida por sus palabras. Observó a Angela mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad y, antes de bajar, se inclinaba para abrazarla. Willow sintió la calidez de su amiga, pero el gesto también le recordó lo mucho que había cambiado. El latido de Angela se aceleró al notar lo fría y firme que se sentía ahora, tan distinta de la Willow afectuosa y cálida de antes.
Willow sabía que Angela percibía el cambio. No podía precisar qué era, pero lo notaba. Sin embargo, no la llenaría de preguntas, no insistiría en obtener respuestas. Le daría su espacio, incluso si intuía que Willow jamás le contaría qué era lo que realmente había cambiado en ella.
━A mí también me alegra volver ━murmuró Willow.
Sintió un leve escozor en los ojos, como si quisiera llorar, pero sabía que ninguna lágrima saldría. Ya no.
Le prometió a Angela que volverían a verse y se despidió con un leve asentimiento. No planeaba quedarse demasiado tiempo en Forks. Solo esa semana. No podía permitirse estar rodeada de demasiadas personas por períodos prolongados. Aunque el pueblo era pequeño, la idea de controlar su sed en un ambiente social aún le resultaba abrumadora.
No entendía cómo los Cullen lo lograban con tanta facilidad. Tal vez porque llevaban muchos años practicándolo. Pero Willow aún era nueva en el arte de fingir ser humana, y le costaba demasiado.
Su plan para los siguientes días era claro: cazar todos los días para mantener el control absoluto, evitando cualquier pensamiento peligroso sobre la sangre de sus seres queridos. Pasar el mayor tiempo posible con Rosemary, verla tocar en su banda, ayudar a su madre en la cocina aunque no pudiera comer nada de lo que prepararan. También intentaría reunirse con sus amigas si tenían tiempo.
Era de Pascua, lo que significaba que el colegio quedaba en pausa por unos días. Aun así, le resultaba agotador convivir en sociedad. Incluso salir al supermercado le costaba. Pero se sentía libre cuando iba al bosque con Tanya, ya fuera para cazar o simplemente estar juntas.
Conforme avanzaban los días, un nuevo miedo comenzó a crecer en ella. ¿Qué pasaría si, mientras estuviera en Alaska, algo le sucedía a Rosemary? ¿Y si Elena regresaba? No podía permitirse bajar la guardia. Hasta que Elena desapareciera de sus vidas por completo o encontraran la manera de detenerla y negociar con ella, no podría estar tranquila. Y la segunda opción estaba totalmente descartada.
━No puedo dejar a Mary ━murmuró en voz alta mientras caminaba por el bosque.
Tanya, que iba a su lado, se detuvo con el ceño fruncido.
━Pensé que nos iríamos mañana. Sabes que sería complicado que ella venga con nosotras.
━Lo sé ━admitió Willow, mirando hacia el horizonte━. No les haría eso, ni a ustedes ni a ella. Pero por eso mismo... voy a cambiar los planes. Me quedaré aquí. No puedo irme sabiendo que Elena podría aparecer en cualquier momento.
Tanya suspiró y cruzó los brazos.
━Wills...
━No tienes que quedarte conmigo ━le aseguró Willow━. Yo... iré a visitarlos seguido, pero no puedo dejar a mi hermanita desprotegida. No otra vez. Además, ya tengo el control que buscaba.
Tanya la observó en silencio por unos segundos, antes de responder con voz seria.
━Solo no quiero que te obsesiones con Elena. Ella tiene ese efecto en todos... No digo que esté mal que protejas a Rosemary, pero no la persigas. Elena es veneno puro. Un poco de ella y te destruirá.
Willow asintió.
━Lo sé. No pienso seguirla ni cazarla... al menos por ahora. No si no me da razones. Solo quiero proteger a Rosemary.
━Puedo quedarme contigo un tiempo, pero tarde o temprano tendré que volver.
Willow le dedicó una sonrisa sincera y, sin pensarlo mucho, la abrazó con fuerza, haciéndolas tambalearse un poco.
━Gracias, Tay. Sé que esto es difícil para ti.
━Algo... ━murmuró Tanya, sonriendo con diversión━. Ahora, ¿puedo ir a cazar?
Willow dejó escapar una risa y asintió. Tanya le acarició la mejilla con un gesto fugaz antes de moverse como un destello dorado en dirección a una presa que ambas habían escuchado.
Willow tomó el camino contrario.
Pero entonces, lo sintió.
Un sonido. Pasos veloces, inhumanos. Un aroma dulce, embriagador, que se filtró en su nariz y la envolvió por completo.
Un aroma como chocolate caliente.
Willow se detuvo abruptamente.
Y lo reconoció.
No podía ser. Era imposible. No cuando ellos habían abandonado Forks sin dejar rastro, desapareciendo en algún lugar desconocido.
Y sin embargo, ahí estaba.
Ese aroma inconfundible. Rosalie Hale.
Ambas se detuvieron en seco, quedando frente a frente en medio del bosque. El venado, que hasta hacía un instante parecía ser el centro de su atención, huyó con un salto entre los arbustos, pero ninguna de las dos le prestó la más mínima importancia. No cuando estaban completamente atrapadas en la mirada de la otra.
Los ojos de Rosalie se abrieron con una inmensa sorpresa, reflejando un torbellino de emociones en su rostro, normalmente inquebrantable. Primero, tristeza. Una tristeza tan profunda que la atravesó como un puñal al ver a Willow así, convertida en aquello que ella jamás habría deseado para ella. Luego, confusión. El aroma de Willow era extraño, mezclado con un rastro familiar que Rosalie identificó de inmediato: el perfume inconfundible de una de las mujeres del Clan Denali. Por último, felicidad. Una felicidad tan intensa que le revolvió el estómago con una calidez conocida, haciéndola curvar sus labios en una sonrisa sin darse cuenta.
Era real. Estaba ahí.
Willow.
Extrañaba todo de ella. Sus grandes ojos, ahora dorados, observándola con dulzura. Sus labios suaves, su risa, el toque de su piel contra la suya. Su aroma, su voz. Oh, su voz. ¿Cuántas veces había temido olvidarla? ¿Cuántas noches había pasado Rosalie reproduciendo mentalmente su sonido solo para mantenerla viva en su memoria?
Pero junto con la alegría vino el dolor. Recordó su última pelea, las palabras crueles que se dijeron, el enojo hirviendo entre ambas. Cosas que nunca había querido decir, cosas que nunca había sentido de verdad, pero que en el calor del momento habían salido de su boca como cuchillas afiladas. Si pudiera retroceder el tiempo, lo haría. Si pudiera borrar cada una de esas palabras y caer de rodillas suplicando su perdón, lo haría sin dudarlo.
Sus ojos se llenaron de líquido, aunque ninguna lágrima cayó. Su respiración se detuvo por reflejo. Miraba a Willow con tanto amor que cualquiera que las viera en ese instante entendería lo mucho que significaba para ella. La extrañaba. Incluso teniéndola justo en frente, todavía la extrañaba.
━Rosalie... ━susurró Willow, sintiendo que la voz le fallaba.
El corazón muerto de Rosalie se encogió.
Willow la miraba con incredulidad, como si no pudiera creer que estuviera ahí. Como si fuera un espejismo que desaparecería en cualquier momento. Sus labios temblaban, como si tuviera mil cosas que decir, pero ninguna se atreviera a salir.
Y Rosalie la comprendía.
Porque ella tampoco podía creerlo.
No había imaginado este momento ni en sus sueños más desesperados. No había pensado que, después de todo este tiempo, podría volver a mirarla a los ojos y ver en ellos algo que no fuera odio. Willow la miraba como lo hacía antes. Como si nada hubiera cambiado. Como si aún fuera la chica que la había enamorado, la misma que le hacía olvidar su propia condena.
Rosalie se veía irreal. Más hermosa que nunca. Más real que cualquiera de las miles de pinturas que Willow había hecho de ella.
━Willow... ━musitó Rosalie, y antes de pensarlo, corrió hacia ella.
Pero Willow retrocedió de inmediato, como si su instinto la empujara a alejarse.
El impacto de ese movimiento le heló la piel a Rosalie. Y entonces, todo cambió.
La confusión de Willow se transformó en algo más oscuro. Sus ojos se entrecerraron, su expresión se tensó y un escalofrío la recorrió. Y entonces, como un eco lejano, la memoria la golpeó con brutalidad.
Los colmillos de Rosalie perforando su piel.
El veneno quemando sus venas.
El dolor abrasador consumiéndola desde adentro.
La respiración de Willow se volvió pesada, su pecho se agitó con furia contenida.
━Me convertiste... ━susurró, su voz temblando con un tinte de rabia contenida. Sus puños se cerraron con fuerza, y su mirada pasó de la sorpresa al resentimiento puro━. Estaba casi feliz de verte de nuevo, pero tú... ahora que lo recuerdo... que te veo aquí... ¡Tú me convertiste en esto!
Rosalie dio un paso adelante, alzando las manos con desesperación.
━No, Wills, yo... ¿De qué hablas?
Su voz tembló ligeramente. Quería alcanzarla, tocarla, sentirla para asegurarse de que realmente estaba allí. Su cuerpo gritaba por acercarse, por abrazarla y no soltarla nunca más.
Pero Willow se apartó.
Y luego murmuró algo que hizo que la temperatura del bosque pareciera desplomarse.
━Elena tenía razón.
Rosalie sintió un nudo en el estómago.
━¿Te cruzaste con Elena? ¿De qué hablas?
Willow no respondió. Solo la miró fijamente, con una intensidad que Rosalie no había visto nunca antes.
━Me convertiste en vampiro, Rosalie ━declaró, su voz firme, dura, llena de un dolor profundo━. Dímelo ya. ¿Sí o no?
Lo primero sonó como una afirmación, pero Willow quería oírlo de su boca. Quería que Rosalie lo dijera. Quería una respuesta.
Rosalie abrió la boca, pero ninguna palabra salió de sus labios.
Porque, en el fondo, sabía que nada de lo que dijera en ese momento cambiaría lo que Willow sentía.
Y la verdad era lo único que quedaba entre ellas ahora.
no valió la pena la
espera pq willow y
rosalie andan
en conflicto 😭
dinos la verdad
rosalie hale 😾👊
¡ comenten y
voten, besos !
by Tori 💓.
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