05

ᵗʰⁱⁿᵍˢ ᵗʰᵃᵗ ʸᵒᵘ ᵈⁱˢˡⁱᵏᵉ

LOS HOMBRES SON TAN TONTOS.—La voz de Alice sonaba a través del celular.

—Ouch.—habló Ethan uniéndose a la llamada.—¿Ahora que hicimos?

—Ese Malachi invito a almorzar a Cilla.

—Vaya, pensé que él no hacía eso.

—Y no lo hizo jamás.—dijo la castaña.—Es la primera vez que me invita a algún lugar.

—Mh, interesante.—dijo su amiga.—Creo que tenemos la típica situación de película.

—¿Cuál?—cuestionaron Ethan y Priscilla.

—Bueno, tal y como relata Cilla, Malachi nunca demostró interés en ella, luego ella da un cambio por así decirlo, se va por un tiempo y ella ya no está interesada pero ahora el interesado es él.—formuló la rubia.—A la chica le gusta el chico, pero el al chico no le interesa la chica hasta que comienza a interesarle la chica y a la chica ya no le gusta el chico.

Un silencio se reprodució en la línea mientras Ethan y Priscilla intentaban entender todo lo que había dicho Alice.

—¿De dónde sacaste todo eso?—le pregunto Ethan divertido.

—Austin y Ally, mi serie favorita.

Rieron, Priscilla lo pensó. ¿Podría ser eso cierto?

—Nah, no lo creo.—dijo la castaña.—Él mismo lo ha dicho, me extraño y quizás sea esa la razón por la cual me invitó a almorzar.

—O...podría ser la teoría de la loquita Alice.—opinó su amigo de acuerdo con la rubia.—A veces si podemos ser un poco tontos, pero solo un poco.

Negó, simplemente la idea se le hacía tonta y poco creíble.

La conversación con sus amigos tomo otro rumbo para suerte de Priscilla, ya no quería hablar sobre Malachi.

Llegado el mediodía termino de alistarse, dejo su cabello suelto y retoco su rostro con un poco de maquillaje, guardo cosas esenciales en su bolso y bajo las escaleras sin prisa, Malachi le había enviado otro mensaje diciendo que pasaría por ella.

—¿Saldrás con Malachi?—su madre sonrió, ella asintió sin interés.—Vaya, como pueden cambiar las cosas.

—¿De que hablas?

—¿Es normal el repentino interés de Malachi hacia ti?

—No es interés amoroso en primer lugar, él ya lo dijo; me extraño y quiere presentarme a sus amigos.—explicó la castaña un poco fastidiada.—No es nada de otro mundo.

Comenzaba a fastidiarle un poco que sus amigos e incluso padres estuvieran tan...tan convencidos de que Malachi estuviera interesado en ella, ¿acaso no comprendían que ella ya no sentía lo mismo que antes? Y no quería volver a sentirse atraída por Malachi, ¿para qué?¿solo para pasar otros años suspirando como tonta y que él ni siquiera voltease a verla?
Se repetía mil veces que Malachi solo quería pasar un poco de tiempo con ella por esos meses donde no la vio, eso era todo.






























































































Priscilla y Malachi estaban en el auto del muchacho, él paso por ella y los dirigió a un local de comida cercano, en el camino habían comenzado a hablar sobre temas tribales, como música, películas, series...la muchacha realmente estaba agradecida por haber encontrado un tema del cual hablar en el trayecto así sería menos incómodo, últimamente no entendía por qué rayos no podía conllevar una conversación normal con él como antes, quizás antes ella buscaba cualquier motivo para tan solo escuchar la voz de Malachi.

—Es mi lugar favorito.—menciono Priscilla mirando al local.

—Lo se, Pipi.—le sonrió él.—Por eso comeremos aquí, ¿pensaste que no recordaba que es tu lugar favorito?

Para ser sincera si, las pocas veces que salieron anteriormente en el pasado solo iban a los lugares favoritos de Malachi, a los cuales Priscilla aceptaba ir aunque el lugar o la comida le parecía un asco.
Le daba pena recordar todo lo que aguantaba solamente por no decepcionar a Malachi o ver una sonrisa de él.

Borro ese recuerdo penoso de su mente, Malachi bajo del auto con prisa y le abrió la puerta.

¿Desde cuándo hace eso?

Pensó Priscilla, mh, de todas formas no era algo que le disgustara, quizás estaba poniendo en práctica sus modales para su próxima conquista, no sería algo nuevo por parte de Malachi.
Sonrió y bajo del auto caminando junto a Malachi, el buen clima atribuía demasiado a el buen humor de la muchacha, después de comer habían acordado conocer a dos grandes amigos que Malachi formó en el set de zombies 4 y que insistía con emoción que Priscilla conociera, como si para él fuese realmente importante.

Ordenaron y esperaron pacientes a su comida.

—¿Recuerdas esa vez que fuimos a el parque de diversiones con Ari y Walker?—recordó el chico con alegría.—Ese día en el que casi te desmayaste en la montaña rusa.

—Ni lo recuerdes, odio esa atracción y nunca quise subir a una luego de ver destino final.—rió Priscilla recordando ese momento con un poco de temor.

Recordaba perfectamente como Walker corría de un lado a otro buscando un puesto de dulces mientras Ari y Malachi la asistían casi desmayada.

—No lo entiendo.—confesó Malachi un poco confundido.—Tu habías dicho que amabas esa atracción.

Menuda mentira dije por ti.

—Menti.—admitió.—Tu querías subir y yo solo quería acompañarte.

Bueno, no le daba tanta pena admitir eso en voz alta, Priscilla sabía que Malachi siempre estuvo consciente de su pequeño crush con él.

—De haberlo sabido habría elegido otro juego, entre en pánico cuando te vi caminar media pérdida.

Ambos rieron un poco, Malachi se pregunto, ¿cómo había sido tan idiota para no notar todas las cosas que Pipi había aguantado por él? Tenía tantas ganas de darse una bofetada a si mismo por ciego, ¿cuántas cosas Pipi habría echo solo para gustarle?
Se sentía realmente mal.

La mesera se acercó con sus pedidos, era una joven de rizos hermosos, se notaba un poco mayor a ellos y sonreía en dirección a Malachi, por primera vez el chico no había coqueteado con una mesera joven, algo que no paso por alto por Priscilla.
Apenas si la había volteado a ver, aunque claro, no fue sorpresa para ninguno encontrar el número de la muchacha anotado en un pequeño papel al lado de el pedido de Malachi.

—Malachi —llamo la castaña preocupada.— ¿Te sientes bien?

No era dramatismo, era demasiado serio que Malachi no estuviera coqueteando con la mesera o apenas hubiera volteado a ver el número a su lado, él estaba actuando extraño y le preocupaba a Priscilla.

—Si.—afirmo confundido ante la pregunta.—¿Por qué?

—Olvidalo, por nada.

Bien, quizás él ya estaba saliendo con alguien y no era de su incumbencia meterse en la vida amorosa de su amigo ya no crush.

—Dime, —hablo él. —¿hay otras cosas que no te gusten y yo no sepa?

Malachi estaba interesado en ello, quería saber cuántas cosas eran las que le disgustaba a la muchacha, a pesar de ser amigos desde hace años no conocía profundamente las cosas que le disgustaban a Pipi.

—Odio el pescado.

Y ella lo había acompañado varias veces por sushi.

Idiota.

Se dijo a si mismo.

« Odio los lugares pequeños, los lugares llenos de flores, soy alérgica a la mayoria, odio las montañas rusas y el helado sabor menta, odio el patinaje sobre hielo desde que me esguince el tobillo a los 8 años, odio cuando la gente conduce a velocidad rápida, odio a la gente que habla mientras mira películas, odio el invierno...»

Entonces Malachi se dio cuenta de que no sabía nada sobre ella, ¿Por qué no se había molestado en saber algo de eso antes?
De haber sabido que a Pipi no le gustaba la gente que hablaba en las películas se habría forzado a cerrar el pico cada vez que veían una película, habría conducido en una velocidad más reducida, pero no, solamente le importaba él y no era consciente de que Priscilla había aguantado cosas que odiaba para gustarle.

Cuando pago la cuenta ni siquiera se molestó en tomar el papelito con el número de la mesera, aún iba con la mente ocupada y realmente se sentía como un bobo.

Caminaron a un parque cercano donde logro ver a sus amigos, sonrió emocionado.

Priscilla se sentía aliviada de decirle las cosas que odiaba a Malachi, había echo la mitad de las cosas que odiaba solo por él y le alegro ciertamente el interés de él en saber sobre las cosas que odiaba.
Volvió a la realidad repentinamente cuando sintió la mano de Malachi tomar la suya mientras la guiaba a caminar con un poco más de prisa, logro divisar a dos muchachos saludar a Malachi, era fácil asumir que eran los amigos que quería presentarle.

—Pipi, —sonrió Malachi sin soltar su mano.— Él es Julian —el mencionado le sonrió haciendo un gesto de saludo con su mano, recordaba su rostro de algún lugar...era un actor, quizás lo había visto en alguna película.— y él es Mekonnen.

El moreno le sonrió alegre.

—Finalmente conocemos a la gran Priscilla Bradford.—sonrió Julian.—Malachi no hablaba de otra cosa que no fueras tu en el set.

¿Que?

Mekonnen soltó una risita mientras Malachi abrió los ojos de par en par.

—No es cierto, Pipi. Bueno si, pero no hablaba tanto de ti, era porque te habías ido y...

—Es un placer poder conocerte Priscilla.—interrumpió el moreno tratando de salvar a su amigo.—Freya dijo que la próxima vez vendría, estaba emocionada por conocerte pero le surgió algo.

Oh, le esperaba un largo día a Malachi si su amigo Julian no cerraba la boca.
Priscilla por otro lado comenzó a pensar lo que su amiga había dicho en la mañana deseando que no fuera así.

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