02
ᴵ ᵈᵒⁿ'ᵗ ˡⁱᵏᵉ ʰⁱᵐ ᵃⁿʸᵐᵒʳᵉ
DESPERTÓ GRACIAS A LOS RAYOS DEL SOL filtrados por las cortinas produciendo una sensación molesta para sus ojos, agradecía poder estudiar en su casa y no tener que ir a una molesta escuela, pero eso no significa que estudiara menos, al contrario, debía estudiar más de lo común ya que al finalizar el mes tenía un exámen virtual de cada materia.
Terminar el verano significa iniciar a estudiar de nuevo, algo que no le disgustaba tanto pero no es como si le agradará estudiar sobre elementos químicos que realmente no le interesaban.
Se levantó de su cama, miro la hora en su celular dándose cuenta de que todavía tenía más de una hora para iniciar su clase, así que con pereza se levantó de la cama para dirigirse al baño y darse una corta ducha.
En un corto trayecto de 20 minutos salió del baño ya bañada y con ropa nueva.
Mientras bajaba las escaleras oía el ritmo de una pegajosa canción de Bonnie Tyler.
Su madre sonrió alegre de verla, extrañaba las mañanas matutinas con ella mientras su padre trabajaba.
—Buenos días, que hermoso volver a ver tu hermoso rostro en las mañanas.—sonrio su madre y ella soltó una risa sintiéndose avergonzada.
—También te extrañaba, mamá.
—¿Sabes quién más te extrañaba?—la chica la miro con curiosidad sin saber de quién hablaba.—Malachi.
Priscilla soltó una carcajada sin creerle, cosa que sorprendió a su madre ya que la esperaba saltando de un lado a otro.
—Dime otro chiste, mamá.
Malachi no la extrañaría ni en un millón de años, él se lo había repetido unas mil veces.
Pero bueno, ahora ya no importaba mucho.
—¿No te alegra?—pregunto su madre confundida.—Pensé que te gusta y te alegraría oír eso.
—Gustaba.—corrigió.—Ya no.
Su madre abrió su boca incrédula.
—¿Ya no?
Priscilla negó, su madre aún no podía creerlo pues, desde niñita la pequeña Priscilla andaba detrás de Malachi.
—Bueno, de todas formas él estuvo preguntando por ti casi los dos meses que te fuiste.—comentó su madre mirando atenta a su hija, esperando alguna reacción enamoradiza, pero nada.
Priscilla frunció el ceño, eso no era posible ni en mil mundos, estaba segura de que su madre iba delirando sobre Malachi, conocía la intención de su madre al comentar ello pero no le emocionaba realmente saber que Malachi pregunto por ella, después de todo eran amigos, no tan cercanos pero lo eran.
Alzó sus hombros restándole importancia mientras miraba a su madre. Su celular en el bolsillo sonó nuevamente, aún no lo había prendido, pues después de aquella bienvenida quedó completamente dormida, apenas si había desempacando.
Lo saco de su bolsillo y prendió la pantalla, una regla estricta del campamento era el uso de celular que estaba completamente prohibido así que obligadamente lo había dejado en su casa. Alzó sus cejas con sorpresa, tenía muchos mensajes de amigos y algunos eran recientes.
El chat de sus amigos casi tenía trescientos mil de mensajes, le sorprendía que el celular no explotará o algo así, eran mensajes viejos, había olvidado avisar que no se podía llevar el celular al campamento, bajando encontró el chat con Malachi 💘, definitivamente debía sacar aquel corazón de ahí pero más le sorprendió encontrar más de dos mil mensajes, todos donde decían que la extrañaba, que esperaba que ella volviera.
«¿De que carajos me perdí?»
Nunca pensó encontrar mensajes de Malachi diciendo que la extrañaba cuando el día anterior no había actuado como si la hubiese extrañado tanto, hace dos meses leer ello la pondría a saltar de un lado a otro mientras sonreía de la alegría, pero ahora solo le causaba extrañeza ver esos mensajes.
Finamente había acabado con sus clases y podría salir con sus amigas, tenía tantas cosas que hablar con ellas. Minutos antes estuvo hablando con Alice y Ethan esperando que la semana entrante pudieran verse y salir juntos a algún lugar que no sea el campamento, ahora la esperaban Ariana y Lucy, sus mejores amigas desde niñas.
Bajo del auto y se despidió de su madre, se adentro en una cafetería pintoresca buscando a sus amigas.
—¡Pri!—Ariana levantó su mano para que la viera, sonrió enorme al verla.
Se sentó a un lado de ella y de Lucy.
—Dios mio, extrañaba tanto esto, las tres juntas.—suspiro Lucy ganándose un abrazo por parte de ambas.—Tenemos tantas cosas de que hablar.
—Si, ni me lo digas.
Cada una bebía su batido mientras hablaban y reían, cada una tenía una experiencia nueva que contar en sus vacaciones.
Priscilla comento haber aprendido a hacer fuego con ramitas, a pescar, hacer nudos y muchas cosas más al estilo scouts. Lucy se había ido de vacaciones al extranjero por unas semanas y Ariana había conocido a un chico durante una tarde en la playa.
—Van a conocer a mis nuevos amigos, Alice y Ethan, ellos realmente van a caerles bien son muy divertidos.—contó ella con emoción.—Me encantaría pasar una tarde con todos mis amigos juntos.
—Hablando de amigos...—Lucy y Ariana sonrieron.—¿Has hablado con Malachi?
Rasco su nuca incómoda, ¿cómo le diría a sus amigas que en dos meses se olvidó románticamente de el chico que la traía un poquito enamorada desde niñas?
—Bueno, no mucho.—contesto dándole un sorbo a su batido.—Ayer hablamos un poco.
Sus amigas emitieron un sonido emocionadas.
—Y antes de que griten o algo; Malachi ya no me gusta.—admitió Priscilla.
Ambas amigas se miraron entre si antes de comenzar a reír escandalosamente.
—¿Tu que?—Ariana noto que no bromeaba, frunció el ceño.—¿Tu hablas en serio?
—Si, hablo en serio.—afirmo.
—Okey, ¿que?—Lucy aún no se la creía.
—Es que esos dos meses en el campamento me mantuvieron ocupada, conocer más gente, hacer actividades y no estar pendiente a él me alivio, ya no quiero seguir detrás de alguien que no me mira de la misma forma que yo.—conto con sinceridad, sus amigas asintieron comprensivas.
Omitió la parte donde decía que dolía porque si que lo hacía. Tantos años como niñita detrás de él y que él no se volteara ni a verla le dolía.
Lucy carraspeo nerviosa, ambas miraron a la peli-negra sabiendo que algo había pasado.
—¿Te ocurre algo?—pregunto Ariana mirándola.
—Bueno...Walker viene hacia aquí...acompañado de Malachi, era una sorpresita.
Priscilla soltó un suspiro, bueno, no era la gran cosa.
—Esta bien, no pasa nada.
—¿Segura?
—Oigan, en serio no pasa nada, Malachi ya no me causa nada y él siempre actúa como si nada conmigo.—aseguro.—Ya no me gusta Malachi y no volverá a hacerlo.
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