71 |Visiones y noche de chicas|

Skylar se colocó la ropa que había preparado y byajo, encontrándose a Elijah hablando con su hermana que ya no sostenía a Hope porque la habían dejado en su habitación. El moreno desvió la mirada al notar que la Trihibrida los miraba y se limpió las lágrimas que caían por su rostro.

—Todo está listo, Elijah nos consiguió un lugar dónde vivir cerca de ustedes y Jackson está reuniendo a la manada para decirles que vuelvan a sus familias —comentó la ojiverde con nerviosismo.

—¿Estás bien? —interrogó a su Hayley que asintió con una sonrisa, y esa pequeña acción la hizo darse cuenta que todo lo que había hecho la noche anterior había valido la pena.

—Ire a preparar mis cosas —dijo alejándose hacia la salida, no sin antes mirar una última vez a Elijah.

Los dos amigos caminaron hacia la vinoteca, con el fin de poder charlar a solas, pero se encontraron a Freya que lucía algo triste y adolorida.

—Supongo que estaba equivocada al creer que el regreso de Hayley aliviaría las tensiones de esta casa —murmuró con una pequeña sonrisa mientras sostenía un hielo en su cabeza.

—Equivocada, delirante y refrescantemente optimista —aseguró el castaño mientras la chica se acercaba a curar las heridas de su amiga.

—Eres nueva en esta familia, Freya, ya descubrirás que los dramas familiares nunca se acaban, pero de alguna forma todos logramos convivir.

—¿Dices que está crisis pasará? —preguntó no muy segura.

—Hace tres años ideamos un plan para asesinar a Niklaus, y nos salió a la perfección. Skylar lo debilitó a tal punto en que si le arrancaba el corazón, moriría realmente. Sostuve el corazón de nuestro hermano en mi propia mano y cuando lo ví a los ojos no pude matarlo.

—Y yo tuve muchas oportunidades para asesinarlos tanto a Klaus como a Elijah y tampoco pude. Incluso sin recuerdos o sin humanidad, tus dos hermanos lograron salvarse —fingió quejarse y ella río—. Necesito preguntarte algo... He estado teniendo visiones aterradoras acerca de la caída de su familia, y cuando mordí a Lucien, las visiones de la bruja profética que también vió Klaus llegaron a mi mente. ¿Hay alguna forma de comprobar si es verdad?

—Si, sígueme. —Freya comenzó a preparar los ingredientes que necesitaba para realizar el hechizo. Estos eran un tazón grande, varias velas, hiervas que permitían abrir la mente de alguien y los nombres de sus tres hermanos en vikingo.

—¿Que es todo esto? —interrogó Klaus acercandose.

—Vamos a descubrir si la profecía es real —dijo la rubia—, pero como solo Skylar la ha visto de cerca y tiene en su sistema la sangre de Lucien Castle, que ha consumido la de la bruja, solo ella puede realizar el hechizo.

—¿Entonces solo debo pronunciar esto? —interrogó recibiendo un papel con el hechizo detallado mientras dejaba caer su sangre en el tazón.

—Si, eso debería funcionar.

Skylar comenzó a realizar el hechizo que tenía una modificación para poder transmitirle a los hermanos lo mismo que ella vería.

No tardaron en ver las mismas imágenes como el cuadro de Elijah manchado de sangre, una persona a la que no se le veía el rostro con colmillos afilados bañado en sangre. Pero está vez Skylar logró ver algunas cosas más acerca del futuro.

«Todos los Mikaelson caerán: Uno por un amigo, otro por un enemigo, y uno más por un miembro de la familia. Y la Trihibrida... Ella lo hará por amor» resonaba en la cabeza de todos los presentes.

—No puedo vivir sin ti…

—Si puedes y lo harás porque me he asegurado de desvincularte de mi linaje para que no mueras conmigo. —Logró sacar una de sus manos de las vendas para entrelazarla con la chica—. Te amo, has sido la mejor hermana que pude tener y aunque esperaba tener toda una vida a tu lado, el tiempo se nos acabó. Quiero que sepas que siempre te voy a cuidar a pesar de que ya no puedas verme.

—No sigas, por favor…

—Cuida a mi hija, recuérdale todos los días que tuvo una madre que la amó cada minuto desde que supo que estaba embarazada y que lo hará por siempre. Se lo más parecido a una madre para ella porque te va a necesitar, perdonala por sus errores y asegúrate de decirle cada día que la amas y estás orgullosa de ella… nadie me dijo eso a mí —comentó soltando sollozos de dolor al saber que no podría criarla ni verla crecer.

—Te prometo que no voy a dejarla sola nunca, y que le hablaré de ti.

—Dile a Caroline que escuche su mensaje, que la amo y aunque no lo sepa fue quien me salvó la vida cuando éramos niñas. Fue mi hermana y estuvo conmigo cuando no tenía a nadie. Dile a Elijah que fue el mejor amigo que pude tener y que lo perdono por clavarme la daga, se que solo estaba protegiendo a su sobrina y debe seguir haciéndolo. Dile a Rebekah que le agradezco por amarme tal cual soy y que merece todo lo bueno del mundo, que me hubiese gustado ayudarla a cumplir sus sueños como le prometí. Dile a Freya que aunque al principio desconfiaba de ella, es una gran amiga y una persona muy importante para la familia. Quiero que le prometas a Marcel que no pudo hacer nada para evitar que esto sucediera, que no me arrepiento de haberlo salvado y que es una buena persona.

—¿No olvidas a alguien? —intentó bromear para quitarle tanta intensidad al asunto.

—Estaba dejando lo mejor para el final… Dile a Klaus que a pesar de que estuvimos algo distanciados el último tiempo, lo voy a amar por siempre. Conocerlo a los trece fue una de las mejores cosas que me pasó en la vida y no me arrepiento de todo lo que vivimos. Intente negarlo y alejarme porque estaba curiosa por lo que te hizo, pero es un gran padre y no es el monstruo que todos creen. Asegúrate de que sepa que no lo hubiera abandonado voluntariamente y que en esto no tengo decisión.

Una persona ingreso al lugar en el que habían estado reteniendolas en contra de su voluntad y Skylar supo que ya había llegado su hora.

—Que hermosa demostración de amor, parece que realmente te enamoraste de la bestia —comentó furioso el desconocido—. Pensaba matar a tu hermana, ¿pero no sería mejor que te arrancará el corazón y se lo entregara al amor de tu vida en una cajita? —Le decía la persona que tenía su mano dentro de su pecho, mientras oía los gritos de terror que emanaban del pecho de Hayley—. Te llevaste su corazon y arrancaste el mio en el proceso. Así que, como dice el dicho: Ojo por ojo, diente por diente y... Corazón por corazón.

—¡No! ¡No, por favor!

El corazón de Skylar fue arrancado de su pecho mientras su hermana gritaba aterrorizada. Ella estaba atada en una silla, de un lado estaba Jackson muerto y del otro la Trihibrida.

Entregale esto a Niklaus Mikaelson junto con esta adorable nota que les va a encantar. —La persona con voz distorsionada hipnotizó a un humano luego de meter el corazón en una cajita.

—Jack, lo lamento tanto. No debería haber metido todo esto en tu vida, fui tan egoísta —susurro Hayley entre lágrimas volteando a ver a su esposo fallecido antes de dirigirse hacia su hermana—. También te amare por siempre, nunca tuve a nadie que estuviera para mí del modo en que lo hiciste. Y te prometo que voy a cuidar a Hope, que voy a permanecer al lado de Klaus y los demás para asegurarme de que no se desmoronen ahora que no estás.

—La profecía es cierta —aseguró Skylar finalizada esa última visión, abrió los ojos y vió a las tres personas frente a ella llorando.

—Amor... —Klaus no sabía cómo reaccionar a todas las palabras que ella le había dedicado, ya que había admitido que aún lo amaba y que solo estaba furiosa por su hechizo contra Hayley.

—¿Has estado soñando con eso por tres meses? —interrogó Elijah limpiándose las lágrimas y ella asintió—. Escúchame bien, no vamos a dejar que eso pase.

—Ya lo has dicho, pero cada vez es más claro que no hay forma que evites mi muerte.

Skylar utilizó su velocidad vampírica para desplazarse fuera de la mansión. Llegó al bosque y comenzó a llorar porque no deseaba que ese sea su final, ella quería que su hija creciera con una madre real y no que le contarán acerca de ella. Quería que estuviera segura de que realmente la amaba y no le quedaba tanto tiempo para eso.

Cuando ya se había desahogado, compró varias botellas de bourbon en Rousseau's y se quedó ahí, triste, bajo la mirada de Camille que no sabía cómo ayudarla porque le había contado lo que le iba a pasar.

—No tienes que luchar sola, me tienes a mi. Aunque sea solo una humana, voy a estar a tu lado.

—Lo sé, pero es muy difícil.

—No es fácil afrontar la muerte para un humano, debe ser aún peor para una persona que esperaba vivir por siempre. Si me pides un consejo, te diría que aprovecharás el tiempo que te queda con tu familia.

—¿Y como hago eso si se que no voy a poder siquiera criar a mi hija?

—En primer lugar: reconciliate con su padre porque sabes que el se arrepiente de lo que hizo y solo sigues alejándolo para que no sufra por tu muerte. —Skylar la miró asombrada, no podía creer que fuera tan buena en su trabajo como para que la analizara de ese modo—. En segundo lugar, disfruta a tu hija y asegúrate de que sepa que la amaste, podrías escribirle una carta, tal vez. Luego has lo mismo con el resto de personas que tienen una parte de tu corazón: Hayley, Elijah, Rebekah, tus amigos de Mystic Falls.

—¿Entonces dices que en vez de quedarme aquí compadeciendome por mi misma debería estar aprovechando el tiempo que me queda? —interrogó confundida.

—Algo así. Quiero que sepas que te voy a extrañar mucho y que estoy muy orgullosa de haber tenido una amiga tan asombrosa. —Le colocó una mano sobre la suya, y aunque en ese momento la rubia no lo supo, la había hecho sentir bien y mal a la vez.

La había hecho sentir bien porque estaba a su lado acompañándola, pero la había hecho sentir mal porque la había visto morir como un vampiro recostada en una cama.

—Gracias, Cami eres una gran persona y una muy buena amiga. —Beso su mejilla y desapareció a velocidad vampírica, dejándola asombrada.

Skylar regresó a la mansión esperando que todos durmieran, pero solo Hope lo hacía, ya que los hermanos estaban bebiendo una botella del whisky caro que les gustaba. Ella intentó pasar desapercibida, pero no pudo y notó las miradas tristes de ambos sobre ella.

—¿Estás bien? —cuestionaron al unisono y ella negó sentándose en el sofá justo en medio de ambos.

—Todo lo que dije en esa visión, realmente lo siento y... Ya no quiero alejar a las personas porque se que voy a morir y no quiero que les duela. —Eso último lo dijo mirando de reojo a Klaus, que no dejaba de pensar lo mismo que su hermano: que debían salvarla cueste lo que cueste—. A menos que les borre la memoria, imagino que me van a extrañar.

—No te atrevas a hacer eso —negó el castaño sabiendo que no era solo un comentario—. Prefiero vivir con la tristeza de haberte conocido a olvidarte y volver a tener que vivir otra vez con un vacío en el pecho.

—Luego de que nos borraras la memoria la noche en el teatro, mi vida se vino abajo y no entendía por qué tenía un vacío en el pecho como dijo mi hermano —comenzo el rubio, pensativo—. No voy a dejar que mueras, no podría vivir sabiendo que no estás.

—¿Y si te borrara la memoria?

—¿Por qué aceptas esto con tanta naturalidad? —preguntó, molesto—. No va a suceder, Skylar.

—¿Por qué tú no lo aceptas? Será más fácil, podrás dormir por la noche —mintió porque aun la aterraba dormir y pensar que el día siguiente podría ser el último—. Si esto sucede, necesito que me prometan que no van a separarse. Tienen que estar más unidos que nunca por Hope. Sean la familia que se que son.

—No me pidas que viva en un mundo sin ti, porque no estoy dispuesto a hacerlo. —Klaus la miró dolido antes de salir de la habitación, dando un fuerte portazo.

—Tampoco yo, Skylar. —Y luego Elijah salió de la habitación de la misma forma que su hermano.

Después de abandonar la vinoteca, la Trihibrida comenzó a escribir cartas de despedida para evitar quedarse dormida porque ya no le gustaba tener esas horrorosas pesadillas en las que veía lo mismo una y otra vez. La estaba volviendo loca no saber cuando sería, así que decidió que debía prepararse mentalmente y dejar todo listo para su muerte.

No tuvo que hacer mucho esfuerzo porque puso un pedacito de ella misma en cada carta, literal y figurativamente, ya que utilizó su magia para que cuando alguien las tocara tuviera sentimientos positivos y no la extrañara.

En medio de la noche, recibió un mensaje de Caroline como era costumbre, debido a que en el día ambas estaban ocupadas. Ella solo escribió "Whitmore College" y supo lo que debía hacer. Utilizó su magia para crear un portal color azul eléctrico y este fue cruzado por su mejor amiga. Ella le sonrió al verla y le mostró una botella de bourbon que estaba bebiendo.

—¿Mala noche? —cuestionó la rubia señalando la bebida.

—Mala vida —bromeó, mientras realizaba un hechizo para que nadie las oyera y su amiga rió.

—Yo tuve las dos y necesito distraerme, así que cuéntame... ¿Cómo está todo por aquí? ¿Que tal ese chico que conociste? ¿Ya se acostaron?

—¡Caroline! —Fingió indignación—. Bueno... Tal vez.

—¡Cuéntame! —pidió emocionada—. ¿Estuvo bien?

—Muy bien —aseguró con una breve sonrisa—. Fue una gran noche, pudimos charlar de distintas cosas en Italia y es bueno en la cama, pero...

—No es Klaus y no lo amas —finalizó y ella bajó la mirada.

—No solo es que jamás voy a poder sentir lo mismo, sino que es un maniático de mil años que odia a Klaus —se quejó frustrada—. No sé que hacer, Care. Siento que estoy desperdiciando mi tiempo.

—Nunca pensé decir esto, pero si fuera tu me quedaría con Klaus —murmuró, con una mueca que reflejaba incomodidad y asco—. Es el papá de tu hija a pesar de también ser un maniático de mil años, y te quiere de verdad.

—Hablemos de otra cosa mejor —pidió en un intento de desviar el tema de conversación—. ¿Cómo va todo en Mystic Falls?

—Todo es raro... Stefan y yo estamos juntos, pero su primer amor Valerie apareció para complicar las cosas, Elena sigue durmiendo y eso significa que mi otra mejor amiga sigue viva, tuvimos que evacuar el pueblo para que esos malditos herejes no mataran a todos, y Alaric intenta resucitar a su esposa muerta que cargaba en su vientre a sus hijas.

Esa noche que Skylar habían decidido no ir a la boda, aparentemente la madre de Stefan había encontrado una forma de sacar a los herejes del mundo prisión en el que estaba encerrado Kai gracias a Damon y a Bonnie. Uno de ellos llamado Malcom se apareció en la boda y asesinó a Jo, la esposa de Alaric. Además de esto, obligó a uno de los herejes a vincular a Elena con Bonnie y asesinó a Kai para hacer permanente el hechizo.

Skylar no había podido despertarla aunque lo intentó para que Damon no sufriera y Kai, que se había convertido en hereje con ayuda de la sangre de la Trihibrida, vagaba por Europa conociendo el nuevo mundo. Aunque lo negaba y no respondía las llamadas de nadie, tenía el corazón roto por haber perdido a su hermana y a toda su familia cuando fue asesinado. También estaba triste porque se había perdido el linaje Parker y todos lo odiaban aunque no había hecho nada malo está vez.

—Te diría que vinieras a vivir conmigo a New Orleans, pero se que dirías que no. Aunque no entiendo por qué me has estado ignorando estos últimos dos días. —Caroline se recostó a su lado en el sofa, pero cuando tocó la piel de su amiga, ella sintió como se quemaba—. Care, ¿hay algo que hayas olvidado mencionar?

—La ex novia hereje de Stefan hechizó mi piel para que ningún vampiro pueda tocarme luego de que me mantuvieran prisionera. No quería evitarte, pero no podía hablarte.

—¿Por qué todas las novias de Stefan están locas? —inquirió confundida—. Lo solucionare en un momento.

La Trihibrida cerró los ojos, visualizando en su mente lo que deseaba hacer hasta que notó que el hechizo había sido eliminado.

—Gracias —susurró emocionada, antes de lanzarse sobre ella y darle un fuerte abrazo—. Extrañe tanto esto, poder tocar a las personas... Poder abrazar a mi hermana.

—Tambien te extrañe, he tenido unos meses terribles —aseguró, con una sonrisa.

—Y yo tuve unos días terribles, con todo esto de Valerie y su relación con Stefan. Cuando me secuestró me dió esto. —La vampira se separó, antes de sacar de su bolso un diario muy antiguo—. Imagina que te obligarán a escuchar todo un día acerca de la primera vez del hombre que amas. Si logras contarme algo peor que eso, te voy a dar un premio.

—Imagina no tener humanidad, viajar en el tiempo con Elijah hace mil y luego ser obligada a ver al amor de tu vida junto a una doppelganger tener su primera vez junto al mismo río al que solía llevarte cuando se conocieron.

—Bueno... Tu ganas —murmuró divertida—, Klaus es un idiota. ¿Por qué no dejamos de hablar de el y salimos de aquí? Leí sobre un bar que es genial.

—Me parece un buen plan. —Necesitaba distraerse y esa le parecía una gran opción.

Comenzaron a avanzar hacia la puerta, pero está fue abierta por cierta híbrida que observó confundida a la vampira. Caroline le sonrió y la abrazó porque le agradaba saber que estaba bien y la ojiverde correspondió la muestra de afecto con sorpresa.

—Hayley, que bueno que te encuentres bien —le dijo divertida—. ¿Venías a hablar con Sky? Puedo irme si desean estar solas un rato, se que no se han visto en un tiempo.

—En realidad no tengo ganas de hablar, necesito alejarme un rato de todo y beber. Apenas han pasado unas horas desde que volví a ser humana y pelee con Jackson.

—¿Por qué pelearon? —interrogó con curiosidad a su hermana.

—Está celoso de que ahora vivamos frente a la casa dónde vive Elijah, pero no entiende que no accedí a vivir ahí por el sino por Hope y tú —se quejó rodando los ojos—. Entonces, ¿salimos o no?

—Por supuesto, iré a llamar a Freya —accedió la Trihibrida antes de ir a buscar a la bruja a su habitación. Tocó la puerta y al recibir una invitación a pasar, ingresó en la habitación—. Freya, deja ese estúpido libro sobre profecías. Vamos a tener una noche de chicas con mis hermanas y no acepto un no como respuesta.

—No quiero que nada te pase ni a mis hermanos, tengo que... —No logró finalizar su oración debido a que Skylar lanzó con su magia el libro lejos de ella y la miró con una sonrisa que podría convencer a cualquiera. La bruja suspiró y supo que no podía negarse, era encantadora y tal vez un poco manipuladora—. Bien, saldremos, ¿pero debo usar algo en específico?

—No, estás hermosa así. —Freya se sonrojo, pero logró disimularlo.

Nadie había sido tan amable con ella a lo largo de su vida. Es por eso que cuando Sky le decía cumplidos como ese con tanta naturalidad y sinceridad, se sentía plenamente feliz. Ella había sido la primera en aceptarla como una Mikaelson y se lo agradecería el resto de su vida.

—Vamos, entonces —dijo con una gran sonrisa mientras caminaban por el pasillo de la parte de arriba de la casa—. Espera, ¿dijiste hermanas? ¿en plural?

—Si, su nombre es Caroline. No compartimos sangre, pero nos criamos juntas y la considero mi hermana —explicó mientras se acercaban al dúo de chicas que solían llevarse muy mal—. Freya, te presento a la chica de la que te estaba hablando.

—Es un placer. —Las dos rubias hablaron al unisono.

Todas las mujeres partieron hacia el bar, el cual
estaba lleno esa noche. Las luces tenues y la música alta creaban la atmósfera perfecta para olvidar los problemas. Skylar, Caroline, Freya y Hayley se acomodaron en una mesa cerca de la pista de baile. El sonido de las risas y las copas tintineando llenaba el aire. Caroline, con una sonrisa pícara, levantó su copa de bourbon.

—Por una noche sin chicos problemáticos y solo nosotras, divirtiéndonos —declaró, levantando su vaso en un brindis.

—¡Salud! —respondieron al unísono las demás, entre risas y el sonido de las copas al chocar.

Skylar sonrió, agradecida de tener a sus amigas cerca, aunque en el fondo su mente seguía dándole vueltas al caos reciente. No había sido fácil dejar atrás lo que había ocurrido en la casa de Lucien, especialmente lo que pasó con Christopher. La herida aún estaba fresca, pero esa noche no quería pensar en eso.

—Oye, Sky, ¿cómo va todo con Klaus? —preguntó Hayley de repente, mientras le daba un sorbo a su copa—. Necesito saber, no comprendo muy bien si desean matarse o besarse.

—Prefiero no hablar de Klaus esta noche —respondió mientras daba un largo trago a su bourbon.

—¿Has visto a alguien últimamente o estos meses te hiciste monja? —inquirió con curiosidad. Sky alzó una ceja, intentando no sonrojarse.

—No tengo tiempo para chicos —mintió, aunque todas en esa mesa sabían sobre Christopher.

Freya debido a que había oído a Klaus quejarse de eso con su otro hermano, Hayley debido a que Marcel (que aparentemente se enteraba todos los chismes del barrio) le había dicho, y Caroline porque ella había sido quien la había aconsejado para que siguiera con su vida.

—Vamos, Sky, todas sabemos que tuviste algo con Chris. ¿Es tan guapo como lo hacías parecer en la llamada? —preguntó Caroline, inclinándose hacia ella con una sonrisa traviesa.

Sky rió, aunque el tema la incomodaba un poco. La mención de Christopher le traía recuerdos encontrados.

—Está bien, lo admito —murmuró finalmente—. Es increíblemente guapo, pero las cosas no terminaron muy bien entre nosotros.

—Sky, por favor —insistió la rubia—, más detalles.

Antes de que Skylar pudiera responder, la puerta del bar se abrió y, como si el destino jugara una broma cruel, Christopher apareció. El murmullo de las personas alrededor pareció disminuir por un momento, y el grupo de chicas lo notó de inmediato. El caminaba con una postura que transmitía poder con un traje azul perfectamente planchado, su perfume era exquisito y estaba más hermoso que nunca.

—Sky, por favor dime que no rechazaste a ese hombre por mi hermano —pidió la bruja embelesada.

—Creo que nunca había visto a un hombre tan perfecto, es una obra de arte. —Caroline, que siempre apreciaba a un hombre atractivo, dejó escapar una sonrisa.

—Si no estuviera casada, te juro que aplicaría la misma metodología que Damon —aseguró Hayley con diversión.

—Tengo que decirlo, Sky, tu gusto es impecable —dijo la vampira—. Ese hombre es un monumento.

Skylar sintió un nudo en el estómago cuando los ojos de Christopher recorrieron el bar y se posaron en ella. No habían hablado desde lo ocurrido en la casa de Lucien, donde él le reveló sus verdaderos motivos, y aunque la atracción entre ellos era innegable, también lo era el sentimiento de traición que aún la atormentaba.

—¿Va a venir aquí? —preguntó Hayley, notando que Chris ya había empezado a caminar en su dirección.

—Asi parece —murmuró Sky, pero antes de que pudiera reaccionar, Christopher ya estaba de pie junto a la mesa.

—Hola, chicas —saludó con una sonrisa encantadora posando sus ojos azules en todas por unos breves segundos, su voz era grave y masculina y eso lo hacía aún más atractivo—. Skylar... ¿podemos hablar?

—Vaya, vaya... ¿el guapo quiere hablar en privado? —bromeó Caroline, pero Skylar, visiblemente incómoda, se levantó.

—Vamos afuera —dijo, sin mirarlo directamente.

Las chicas intercambiaron miradas curiosas, pero dejaron que se fueran. En el exterior, el aire fresco era un alivio en comparación con el calor y la música del bar. Skylar cruzó los brazos y miró a Christopher, esperando a que hablara.

—Lamento lo que pasó —comenzó Chris, su voz era baja pero clara—. No fue mi intención que las cosas se dieran de esa manera. Lo que sentí por ti no fue una mentira.

Skylar lo miró, su expresión endurecida. Aunque su corazón quería creerle, su mente sabía que no era tan simple.

—Christopher, todo lo que pasó... tus razones, tu relación con Klaus... no puedo simplemente olvidarlo —respondió, con un tono que reflejaba todo el dolor que sentía.

—Lo sé —contestó él, dando un paso hacia ella, pero manteniendo la distancia suficiente para no incomodarla—. Pero quiero que sepas que lo que siento por ti es real. Sé que no puedes perdonarme, pero al menos quiero que lo sepas.

Skylar lo miró, sintiendo el peso de sus palabras, y de repente se le ocurrió una idea: necesitaba descubrir que hacía en su ciudad y para eso debia fingir un poco.

—Acepto tu disculpa, Chris —dijo finalmente—. Pero eso no significa que te haya perdonado.

Él asintió, entendiendo que sería un proceso. Luego, ambos se quedaron en silencio por un momento, observando la ciudad a su alrededor.

—Volvamos al bar —dijo la castaña, rompiendo el silencio—. No quiero seguir hablando de esto.

—Espera... En serio lamento todo lo que pasó.

Él se acercó un poco más, sus ojos llenos de una mezcla de culpa y deseo. Skylar sintió su corazón acelerarse cuando lo vio inclinarse lentamente hacia ella. Sabía lo que iba a suceder, y por un instante, la idea de ese beso la tentó. Pero algo dentro de ella se resistía, una parte que sabía que lo que sentía por Klaus era mucho más fuerte que cualquier conexión con Chris.

Justo cuando sus labios estaban a punto de tocarse, una voz familiar rompió el silencio.

—Espero no estar interrumpiendo nada... importante. —Klaus apareció, su tono era sarcástico y su sonrisa letal. Elijah estaba a su lado, cruzado de brazos, observando la escena con una expresión más neutral, aunque claramente atento.

Chris se congeló en el acto, sus labios a milímetros de los de Skylar. Ella dio un paso atrás, sorprendida por la aparición de los hermanos Mikaelson.

—Klaus... —murmuró Skylar, intentando recomponerse.

—Skylar. —Klaus le sonrió, aunque sus ojos estaban fijos en Christopher—. Me alegra haber llegado a tiempo. Elijah y yo estábamos por tomar unos tragos, pero parece que nos encontramos con... una situación interesante.

—Solo estábamos hablando —dijo el vampiro con nerviosismo—. Nada más.

—¿Es cierto? —preguntó con una sonrisa peligrosa—. Porque desde aquí, parecía que algo más estaba a punto de suceder.

Elijah, siempre el más diplomático, intervino antes de que la situación se volviera más intensa.

—Christopher, ¿por qué no nos acompañas un rato? Nos vendría bien ponernos al día. —Su tono era suave, pero la sugerencia no dejaba espacio para una negativa.

—Claro, Elijah. Vamos —respondió Chris, aunque estaba claro que no tenía muchas opciones.

—No te preocupes, amor, lo devolveremos en una pieza... si todo va bien. —Las palabras de Klaus estaban cargadas de una amenaza sutil.

—Diviértanse —respondió Skylar, tratando de sonar despreocupada, pero sintiendo que todo estaba fuera de control.

Klaus, satisfecho con la respuesta, dio una palmada en la espalda de Christopher. Elijah le dio una última mirada a Skylar, una mezcla de preocupación y advertencia, antes de seguir a los hombres por la calle.

Skylar se quedó sola por un momento antes de volver a ingresar al bar, su mente era un caos.

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