70 |Todo por la familia|
Skylar estaba completamente aturdida, sumida en un profundo estado de shock al ver a su "amigo" Christopher herido y en una situación tan crítica. Su mente daba vueltas, tratando de conectar los puntos, pero todo parecía confuso. Había pasado la noche con él, compartiendo risas y secretos, y ahora se preguntaba cómo podía estar relacionado con Lucien, un personaje que había traído tanto caos a su vida. La idea de que pudiera estar involucrado en la desaparición de su hermana la llenaba de angustia y desconfianza.
Mientras sus ojos marrones se encontraban con los azules de Christopher, buscaba respuestas en su mirada. Esa conexión intensa que alguna vez le había brindado consuelo ahora se sentía como una trampa. ¿Podría él explicarle lo que estaba sucediendo, o era solo otra pieza en un rompecabezas mucho más grande y peligroso? Las preguntas se agolpaban en su mente, y cada respuesta que imaginaba parecía más aterradora que la anterior, dejando una sensación de desasosiego que se instalaba en su pecho.
—¿Que haces aquí? —preguntó intentando mantenerse seria, pero la vulnerabilidad en su mirada la delataba.
—Puedo explicarlo, Sky —se apresuró a responder, con nerviosismo.
—Explicalo entonces.
—Mi hermano y yo estamos vinculados mágicamente, y si uno muere el otro lo hará también.
—¿El es tu hermano? —La tensión era palpable mientras Skylar se acercaba a el vampiro, con el corazón acelerado y una mezcla de emociones explotando dentro de ella.
—¿Se conocen? —interrogó Elijah con curiosidad al notar la cercanía con la que se hablaban.
—¿Así que todo era una mentira? —La furia en su voz era innegable y no pensaba responder a la pregunta de su amigo.
—Sky, por favor, déjame explicarte…
—¡¿Explicar qué?! —lo interrumpió, dando un paso hacia él, su mirada era fulminante—. ¿Qué me utilizaste? ¿Qué fingiste ser mi amigo para luego… para...?
—Klaus me quitó todo hace mil años, pero tú… tú no eres parte de eso, Sky. Lo que pasó entre nosotros fue real.
Skylar soltó una risa amarga, sin creerse ni una palabra. Se sentía totalmente estúpida, ¿Cómo había podido confiar en el?
—¿Real? ¿Cómo puedo saberlo? Me mentiste desde el principio. Me usaste, Christopher.
El enojo de Skylar empezó a mezclarse con su magia, esa energía azul característica de su naturaleza Trihíbrida. Al principio, era apenas un destello en sus ojos, pero rápidamente comenzó a rodear sus manos como una señal de que sus emociones estaban descontroladas.
—Sky, no… —Christopher retrocedió ligeramente, reconociendo el peligro. Sabía lo poderosa que era, y también que no podía enfrentarse a ella porque perdería.
—¿Ahora tienes miedo? —preguntó ella sarcásticamente—. No te preocupaste cuando jugabas conmigo. ¿Pero ahora que sabes de lo que soy capaz…?
De repente, lanzó un disparo de magia directamente hacia él. Christopher lo esquivó por poco, sorprendido por la fuerza del ataque. Sabía que debía detenerla, pero no quería lastimarla. No más de lo que ya lo había hecho.
—¡Sky, por favor! —suplicó con un tono que delataba su desesperación—. No quiero pelear contigo, ¡No es lo que quiero!
—¿Y qué es lo que quieres? Además de mentirme y utilizarme, claro.
—¡Que me escuches!. No fue solo un plan, te juro que importas de verdad —dijo con la voz ronca, pero ella simplemente le dio la espalda.
—No quiero oír más mentiras. —Skylar susurró, sus manos temblaban mientras intentaba reprimir su magia azul eléctrica—. Te dije cosas que nunca había dicho a nadie, confié en ti, y todo el tiempo pensabas en vengarte de Klaus.
Christopher dio un paso hacia ella, pero esta vez, no pudo detener lo que venía. Skylar hizo a Lucien gritar de dolor porque sabría que lo sentiría también y así fue. Ambos hermanos soltaron un chillido desgarrador.
—Lo que pasó entre nosotros no tiene nada que ver con esto, deja ir a Lucien.
Skylar lo miró con rabia y decepción. Las palabras de Christopher solo la enfurecían más y sabía que aunque se llevarán mal, lo primero siempre sería la familia.
—¿Que lo deje ir? —repitió incrédula—. Fingiste todo este tiempo, me manipulaste, ¿y ahora vienes a pedirme que lo deje ir?
—Lastimar a Lucien no te dará las respuestas que buscas. —Christopher dio un paso más cerca, su tono ahora era mucho más serio—. Te lo ruego, Sky, esta no eres tú. No es la persona que conocí.
—¿La persona que conociste? —La risa amarga de Skylar resonó por la habitación—. ¿Realmente piensas que me conoces?
Antes de que pudiera decir más, el brillo azul comenzó a intensificarse. Estaba perdiendo el control de sus emociones y por lo tanto de sus poderes.
—Sky, por favor —rogó él, arrepentido de haberla herido tanto—. No quería que esto pasara. Nunca fue mi intención lastimarte.
—¡¿Y qué pretendías?! —gritó ella, su voz quebrada por la traición—. ¿Manipularme más tiempo?
—Necesitamos hablar, pero si me lo permites quisiera que sea a solas —pidió al notar la mirada fija y molesta de cierto vampiro original sobre él.
Antes de que Christopher pudiera responder, el aire alrededor de Skylar cambió. Una energía oscura la rodeó, haciendo que su magia se debilitara por un momento y antes de que pudiera reaccionar, desapareció por completo, siendo teletransportada por una fuerza ajena a ella.
Los tres hombres en la sala quedaron inmóviles, y un segundo después, Elijah se abalanzó sobre Christopher, empujándolo con fuerza contra la pared.
—¿Qué le hiciste? —preguntó furioso—. Si la lastimas, te aseguro que no habrá lugar en este mundo donde puedas esconderte.
—No fui yo, Elijah. —Pronuncio aquellas palabras con dificultad porque el tenía la mano fija en su cuello—. No sé quién se la llevó, pero te juro que no fui yo.
Elijah lo miró con desconfianza, pero algo en los ojos de Christopher le indicó que al menos en eso, estaba diciendo la verdad. No bajó la guardia, pero tampoco lo atacó.
—Escúchame bien —advirtió mirándolo de una forma que lo hizo temblar—. No te acerques a ella nunca más. Si lo haces, no tendrás que preocuparte por qué mi hermano te asesine porque lo haré con mis propias manos. Y será de una forma lenta y dolorosa.
Christopher asintió, tragando con dificultad. Pero antes de que pudiera decir algo más, añadió en voz baja:
—No la lastimaria, lo prometo.
—Ya lo hiciste. —Sin una palabra más, Elijah lo soltó, dejándolo caer al suelo.
Y mientras se alejaba decidido a encontrar a Skylar y Hayley antes de que fuera demasiado tarde, Lucien, que había estado observando todo desde su posición en la pared, soltó una risa suave.
—Siempre tan protector, ¿eh? —murmuró divertido—. Hay cosas que nunca cambian, al parecer... Cómo ustedes dos metiéndose con las mujeres de Nik.
—Necesitaran la sangre de mi hermano o la de la chica que acaba de desaparecer para curar eso —dijo intentando no perder el control por lo que estaba sugiriendo—. Así que les recomiendo buscarla porque ella es la única que sería lo suficientemente compasiva para no dejarlos morir.
—¿Que vamos a hacer? —preguntó el castaño claro a su hermano, que caminaba hacia su habitación, dónde tenía escondido dentro de un cofre frascos con distintos tipos de venenos y agujas mágicas.
—El veneno de una Trihibrida es lo suficientemente fuerte como para matar a un original en cuestión de horas, es útil tenerlo considerando que estamos en una guerra entre linajes. —Lucien extrajo el veneno de su herida y lo colocó en el vial con una sonrisa de victoria, posteriormente se inyectó otra aguja con otro tipo de veneno que lo curó al instante—. Ahora, hermano, estamos protegidos de todo vampiro que quiera asesinarnos. Un poco de esto y... Adiós.
—¿Y averiguaste un estimado de con cuántas personas debemos pelear? Es la original del linaje más fuerte existente. Puede crear híbridos y herejes.
—Esperaba poder eliminar a la que moriría para defenderla, su hermana, pero no la encontraron mis cazadores. Después tenemos a un híbrido que se enamoró de uno de los de Klaus, pero son irrelevantes porque están viviendo en un pequeño pueblo muy lejos de aquí, ellos planean casarse y adoptar muchos niñitos... Traducción: son patéticos. —Determinó con una sonrisa, pensando en Liam y Jason, que se habían retirado de todo tipo de batallas mágicas y simplemente se habían mudado a una granja en medio de la nada—. Y por último tenemos a un sanguinario hereje que asesinó a sus hermanos y que ama su nueva vida inmortal.
—¿Todos están vinculados a ella?
—No, la muy tonta hizo que sus híbridos, incluida su hermana, rompieran el vínculo señorial. Pero le faltó uno.
—¿El hereje? —preguntó preocupado—. Va a venir si se entera que si Skylar muere el lo hará también, ¿Sabes dónde puede estar?
—Está en Londres disfrutando de los conciertos de una banda de chicos muy famosa, los está siguiendo a lo largo del mundo solo para estar en primera fila de todos sus shows una y otra vez. —Christopher rió ante eso, sabía que los chicos de esa banda eran muy buenos y que estaban volviendo locas a todas las adolescentes del mundo, pero no esperaba que también a un hereje que había estado atrapado años en un mundo prision—. Lamentablemente debemos matarlo antes de que siquiera sepa que le pasó.
—¿No podemos dejarlo que siga a esos cinco chicos y sea feliz?
—No, hermano. Lo siento, pero es un riesgo que no podemos correr.
Del otro lado de la ciudad, en el cementerio Lafayette, se encontraba una híbrida y una Trihibrida atrapadas mágicamente en círculos mágicos.
—Hayley... ¿Estás bien? ¿Que te pasó? —interrogó preocupada, aunque a simple vista parecía estar bien porque solo estaba sentada en el suelo con una ropa elegante y una mueca de aburrimiento.
—Si, aunque estoy de un muy mal humor porque tú queridísima amiga Davina nos encerró aquí para ofrecernos un trato a cambio de romper la maldición.
—¿Y que quiere?
—Hola, chicas —saludó la bruja acercandose a ellas, quienes la miraron sorprendidas.
—Davina, déjanos salir de aquí o te juro que te mataré —amenazó la ojiverde con molestia—. Tengo media hora antes de que salga el sol y no quiero desperdiciarla estando atrapada aquí.
—Podrías tratar de matarme o podríamos tener una conversación amable. —Le dedicó una sonrisa que pretendía ser inocente, y ella rodó los ojos—. Ya me di cuenta que no tienes las agallas suficientes para matar a nadie, por eso traje aquí a Skylar.
—¿De que se trata esto? ¿Me hablas de amabilidad, pero me ignoraste por tres meses y ahora nos secuestraste mágicamente? —se quejó con indignación—. Te pedimos con Elijah que rompieras la maldición y dijiste que no.
—No pueden ver a la regente de los brujos haciendo favores para los Mikaelson, pero podemos ayudarnos entre nosotras. —aseguró dandoles una bolsa de sangre a cada una. Hayley se la terminó al instante y Skylar le lanzó la suya porque sabía que la necesitaba más—. Tengo acceso a los ancestros y puedo canalizar el poder que hechizó a la manada, así que puedo liberarlos.
—No vamos a ser tus sicarios, Davina, ya te dije que hay formas mejores de lidiar con tus problemas.
—Si no piensas ayudar e intentas estropear mi plan para que Skylar lo haga, te enviaré de vuelta al pantano y correrás en cuatro patas por el resto de tu vida —amenazó extendiendo su mano hacia ella para que sus huesos comenzaran a romperse.
—¡Espera! —pidió Sky desesperada y ella se detuvo—. Solo dime a quien quieres muerto a cambio de que liberes a la manada del hechizo y lo haré sin dudarlo.
—Hay una bruja en el noveno distrito que odia que yo sea regente e intentó matarme. Si contraataco comenzaré una guerra civil y no quiero hacerlo. Te anoté todo en este papel, pero para asegurarme de que cumplirás con tu parte del trato, Hayley se quedará aquí en su forma humana. —Davina dejó ir a Skylar y le entregó un papel, pero ella solo corrió a estamparla contra una pared—. Te prometo que la liberaré.
—Debiste pedirme ayuda desde el principio porque pensé que eramos amigas. Te quejas de Klaus, pero no dudaste en amenazarnos y manipularnos para que te ayudemos. —La soltó, fulminandola con la mirada—. Si no cumples con tu parte del plan, vendré por ti.
—Si, si, más amenazas. —Rodó los ojos con fastidio.
—Mi familia es lo más importante que tengo y voy a luchar para defenderla con mis garras, colmillos y poderes, ¿me has oído?
—Ya vete o el trato se cancela.
Skylar la soltó y le arrebató el papel de la mano antes de dirigirse con su velocidad vampírica hacia el caldero, lugar donde encontraría a la bruja que tenía que matar. Comenzó a seguir a la mujer que debía eliminar en la oscuridad hasta que estuvo sola, corrió a morderla y luego le rompió el cuello. Sonrió pensando que la tarea había sido fácil, pero al voltear vió a otras diez brujas que la miraban furiosas y tenían sus manos extendidas hacia ella.
Las brujas comenzaron a recitar un hechizo para provocarle un fuerte aneurisma, pero la Trihibrida fue más rápida y las asesinó a todas en tan solo un momento. Arrancó corazones, cabezas y extremidades con completa frialdad, sabiendo que ella debía hacer eso para ayudar a su hermana. Se quedó unos segundos viendo lo que acababa de hacer y cuando los primeros rayos de sol dieron contra su rostro, utilizó su velocidad vampírica para desplazarse hacia lo alto de una de las casas de aquel lugar para ver cómo un chico aparecía.
—¡Mamá! —su grito desgarrador resonó durante un tiempo en la cabeza de Skylar, que se había dado cuenta que aquellas personas tenían familia y no eran como los cazadores que habían realizado una matanza indiscriminada contra su gente. Esas brujas solo habían desafiado a Davina en el poder—. ¡No, por favor! ¡No!
—¿Por qué hiciste esto? —oyó la voz de Marcel tras ella y lo miró con los ojos vidriosos.
—Lo hice por mi hermana, y no me arrepiento.
—¿Que clase de monstruo podría despedazar a la única persona que me quedaba? —dijo el chico entre lágrimas y ella cerró los ojos con pesar.
—Tu no eres así, Sky, ¿a qué te refieres con que lo hiciste por tu hermana? —interrogó confundido.
—Preguntale a tu hija pródiga, ya que fue quien me extorsionó para defenderla. Intentó que Hayley lo hiciera primero, pero ella se negó y tuve que ser una buena hermana. —Se volteó a verlo con pesar y el se acercó a abrazarla porque la conocía, sabía que ella no era de esa forma—. Ser regente la está transformando en una persona muy oscura. Aunque yo no soy nadie para juzgar porque hoy asesiné a al menos veinticinco personas, y en su mayoría eran inocentes.
—Siempre fuiste muy protectora con la gente que amas, y lo que hiciste no sé justifica, pero fue por amor.
—Soy un monstruo, no lo niegues.
—No eres un monstruo, Skylar. Pero te estás convirtiendo en una Mikaelson y si sigues así terminarás muerta o aún peor —aseguró y ella asintió pensando en sus palabras—. Tu amor incondicional por ellos va a destruirte.
—El amor es lo que va a hacer que termine muerta —le dijo en un susurro mientras veía a más personas llegar y llorar por lo que había hecho.
Si ella seguía haciendo las cosas de ese modo, la profecía de su sueño no tardaría mucho en cumplirse y eso lo sabía. Se separó de su agarre y caminó lentamente hacia la mansión Mikaelson, dónde estaban a punto de comenzar los problemas porque una híbrida muy molesta había llegado.
—¿Dónde diablos está ese bastardo? —pronunció furiosa hacia Jackson luego de lanzar a Freya contra una pared y desmayarla.
—Hayley, ¿Que pasó? —interrogó el lobo que estaba encadenado a la pared feliz de verla intacta.
—Hayley, ¿Viniste a disculparte por todas tus transgresiones? —Klaus se encontraba tras ella con una calma que la alteró. Rápidamente la nombrada comenzó a acercarse hacia el, furiosa.
—¿Tienes alguna idea de lo que me quitaste? —La ojiverde intentó golpearlo en el rostro, pero el lo esquivó y la empujó al suelo.
—Lo mismo que pretendías quitarme y a tu hermana, la oportunidad de ver crecer a Hope. Tus castigo se ajusta a tu crimen.
—Tu familia estaba arruinando su vida. —Klaus, furioso la estampó contra una pared, ya que estaba harto de que dijeran que era malo para su propia hija.
—¡Mi familia estaba salvando su vida mientras tú estabas jugando a las escondidas en el bosque! —Hayley se separó e intentó golpearlo, sin poder lograrlo nuevamente. Jackson se arrancó las cadenas y Freya, que acababa de despertar, utilizó su magia para evitar que se metiera en la pelea y terminara muerto—. Hay una pequeña lista de personas que trataron de quitarme a Hope y eres la única que aún respira.
—¿Eres tan delirante, Klaus? ¡Nos maldijiste a todos! ¡Cada lobo por el que luche, a todos los que cuidaron a tu hija los separaste de sus familias!
—¡Si, tu preciosa manada! ¡Esa "familia" que elegiste ante todos nosotros y al hacerlo elegiste sobre tu hermana y Hope!
—¿Eso es lo que planeabas decirle cuando creciera y preguntara por su tía? ¿Que la abandone?
—Una tia que ama a su sobrina jamás preferiría a desconocidos antes que a ella.
Para una persona que nunca había tenido una familia y que creyó pensando que sus padres la habían abandonado, eso fue el detonante de toda su ira. Hayley tomó un trozo de madera e intentó atacarlo, pero el volvió a esquivar el movimiento, se lo quitó e intentó golpearla con este, pero no pudo. La híbrida saltó hacia el pasillo del piso de arriba y el la siguió sin intención de lastimarla. Ella se acercó rápidamente y comenzó a intentar golpearlo repetidas veces, cosa que no lograba hacer porque el era más rápido y fuerte.
—¡Mis padres me dejaron! ¡Los tuyos te dieron la espalda! ¡Y la madre de Skylar la torturó cuando era solo una niña durante cinco años! ¡Míralos, ahora, Klaus!
—¡Niklaus! —chilló Elijah viendo la confrontación desde abajo. Intentó acercarse, pero una mano en su hombro lo detuvo. Era Skylar que estaba cubierta de sangre y tenía la mirada perdida, había comenzado a sentirse culpable cuando vió a un chico llorar sobre los pedazos de su madre—. Sky... ¿Que te pasó?
—No quiero hablar de eso ahora, Elijah.
—¡Ella se merece algo mejor que lo que los tres tuvimos! ¡Es todo lo que he querido para ella, algo mejor! —gritaba Hayley sin dejar de intentar enfurecer al híbrido para que la golpeara, ya que solo esquivaba sus movimientos— ¡Defiendete! ¡Defiendete!
—Hayley, basta.
La castaña le dió un fuerte golpe en el rostro y estuvo a punto de continuar con eso, pero sintió como una fuerza la separaba del hombre que miraba fijamente algo tras ella, y cuando volteó su mundo se hizo pedazos. Vió a su sobrina que la miraba con sus ojos que se habían tornado de color azul eléctrico, ella había defendido a su padre. Pero lo que más la sorprendió fue que había comenzado a caminar y eso significaba que se había perdido demasiado tiempo de su vida.
—Esta caminando, ¿Cuando empezó a caminar? —sollozó acercandose a su sobrina para levantarla.
Hope, con una sonrisa, colocó una mano en su rostro y comenzó a reproducir momentos en su mente en los que Hayley reía con su padre, en un intento de transmitirle que no deseaba que peleen.
—Papa —señaló al rubio que miraba la situación completamente arrepentido y la mujer sollozó al escuchar su vocecita suave y dulce. Volteó a ver al híbrido bajo la mirada atenta de su sobrina y comprendió lo que le estaba intentando decir.
—Está bien, no volveré a lastimarlo... No vamos a pelear más —le susurró y la niña la abrazó porque había podido comprender lo que le había dicho—. Extrañe tanto esto... Echaba de menos todo.
Hayley bajo las escaleras con Hope siendo seguida por Klaus, y Elijah se intentó acercar a ella, pero Jackson fue más rápido y la abrazó con fuerza.
—¿Que pasó? ¿Se rompió la maldición? —interrogó confundido.
—Lo explicaré después, pero por ahora estamos bien.
—¿Y a ti que te pasó? —preguntó Klaus llegando hacia Skylar que parecía en un trance—. Amor... ¿Quien te lastimó?
—La sangre no es mía —susurró casi inaudible mientras sus ojos se llenaban de lágrimas al ver a su bebita.
—La mujer que mataste... Lo hiciste por mi y por la manada —dijo Hayley con seguridad, pero ella negó.
—Asesine a esa mujer y a once más. —La seriedad con la que lo dijo hizo que todos la miraran sorprendidos.
—Les prepararé a todos una habitación —comentó el rubio en un intento de desviar el tema de conversación.
—Solo me quedaría bajo tu techo si estuviera en un ataúd y Hope no va a vivir más contigo —negó la ojiverde molesta.
—Creo que podemos solucionar eso. —Klaus intentó acercarse para infundirle miedo, pero Skylar se interpuso—. Si crees que dejaría a Hope un segundo fuera de mi protección, estás equivocada. Los únicos capaces de decidir sobre su futuro somos sus padres.
—Lo que quieras no me importa, Klaus. Hope va a dejar de vivir aquí, vamos a irnos a casa de Elijah —aseguró molesta de que siguiera amenazando a su hermana—. Bienvenido a una batalla de custodia del siglo XXI. Las madres ganan ahora.
—¿Esperas que deje que mi hija sea criada por salvajes? —dijo irónico—. ¿Por Elijah, cuya puerta roja puede abrirse en cualquier momento? ¿Por ti, que según Lucien, has asesinado a casi todos sus humanos con mi hermano? ¿Y debo recordarte que doce brujas han aparecido muertas hace al menos media hora? ¿O por Christopher Castle, que ha vivido mil años en esta tierra odiandome y ahora jura estar enamorado de ti?
—No sabes de que hablas. —Le había dolido que le recordara lo que había hecho, pero sabía que tenía razón.
—Oh, si lo sé, ¿Piensas que no me enteré de tu escapada a Italia la otra noche con tu nuevo novio? No voy a dejar que ese sirviente se acerque a mi hija otra vez.
—¿Así que todo esto es por tus celos y paranoia? Tu siempre serás el padre de Hope y ella siempre te amara no importa dónde esté porque la conexión que tiene contigo no la tiene con nadie más. Cuando peleabamos el otro día te defendió y ahora hizo lo mismo con Hayley, pero como dices, ella no debería ser criada por salvajes que atormentan a sus hermanos. —Hizo brillar sus ojos de color azul eléctrico mientras se acercaba hasta quedar muy cerca de él—. Si, mate a más personas de las que puedo contar está noche, pero todo fue por mi hermana y lo volvería hacer las veces que fueran necesarias.
—Si me permiten... —Elijah se colocó en medio de ambos para evitar que ocurriera otra confrontación—. Recientemente renovaron los departamentos de enfrente, podría visitar a la administración para que Hayley y Jackson vivan ahi, ya que ellos no tienen pensado estar lejos de su sobrina y nosotros volveremos a la mansión. Saber que Hope no estara lejos tal vez podría mitigar tu paranoia incesante.
—¿Que? —interrogó confundida la Trihibrida—. Elijah, no me parece apropiado.
—La casa es grande y podremos convivir sin la necesidad de hablar con Niklaus—aseguró, pero a ella no le convencía la idea—. Estos tres meses logramos vivir en paz y espero que eso siga así.
—Bien, pon el edificio de enfrente a nombre de Jackson para que puedan asegurarse de que Klaus no será invitado —determinó y la pareja asintió de acuerdo—. Encárgate de eso y si me disculpan, debo quitarme del cuerpo la sangre de bruja.
—Todo solucionado, entonces. —dijo el vampiro con seriedad.
Elijah partió con Hayley, Jackson y Hope hacia los departamentos de enfrente para resolver la situación como siempre. Mientras que Skylar subió a una de las habitaciones que había determinado que sería suya para poder ducharse. Tomó ropa que había dejado en ese hogar y cuando salió del baño se encontró a Klaus parado frente a la puerta.
—¡Klaus! —chilló jalando la toalla para evitar que vea algo que claramente había visto muchas veces antes—. Esto es invasión a la privacidad, así que si esperas que vivamos juntos como los padres separados que somos, la primera regla es que no te metas en mi habitación sin tocar la puerta antes.
—¿Lo amas? ¿A Christopher? —Fue lo primero que pregunto y ella lo miró sorprendida, sin decir una sola palabra porque sabía que la respuesta era un "No" y que eso complicaría las cosas—. ¿Sabías que lo consideré mi mejor amigo y deseabas lastimarme? ¿Por eso lo hiciste?
—No lo sabía —murmuró, dando un paso hacia él—. No sabía quién era en realidad, ni lo que significaba para ti. Si lo hubiera sabido, jamás...
—Pero lo hiciste —la interrumpió levantando la cabeza para mirarla a los ojos. Sus ojos brillaban de tristeza, y una lágrima rebelde rodó por su mejilla antes de que él pudiera detenerla—. Tú… te entregaste a él. Y a mí ni siquiera me diste una oportunidad.
Skylar sintió cómo su corazón se rompía al verlo así. Klaus, el hombre que siempre mantenía una fachada de fuerza y orgullo, estaba frente a ella, vulnerable y dolido como pocas veces lo había visto. Su mente volvía una y otra vez a la misma imagen: Klaus llorando por lo que había pasado.
—Lo siento, nunca fue mi intención lastimarte. Nunca quise que esto sucediera.
Klaus soltó una risa amarga, pasando una mano por su rostro para limpiar las lágrimas.
—Me dejaste aún cuando me prometiste Miles de veces que jamás lo harías y luego intentaste llevarte a nuestra hija para criarla con mi hermano—dijo, con tristeza—. Y ahora... te metiste con mi enemigo al que alguna vez quise. ¿Sabes lo que significa eso para mí?
Skylar se mordió el labio, intentando encontrar las palabras correctas.
—Lo que pasó entre Christopher y yo no significa nada, fue un error. —El híbrido sabía que ella no mentía, pero no podía evitar sentirse dolido al respecto—. No lo sabía… y jamás debí confiar en él de esa manera. Lo lamento de verdad.
—No podemos confiar en ninguno de ellos —dijo con una resolución que no aceptaba dudas—. Están aquí por una razón y dudo que sea por esa profecía que va a terminar con nuestra familia.
Skylar asintió, sabiendo que Klaus tenía razón. Había caído en la red de mentiras y manipulaciones de Christopher, sin entender lo profundo de las heridas que existían entre él y Klaus.
—No confiaré en ninguno de los dos, pero necesito que me prometas que no harás nada impulsivo. Tenemos que saber qué planean.
Klaus se giró para mirarla, su mirada aún dolida pero menos intensa. Finalmente, asintió con dificultad.
—Lo prometo, pero por ahora. —Y sin más, salió de la habitación, dejándola llena de dudas.
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