65 |Viajando por el tiempo|
Elijah miró a Skylar para que creara un portal y ella lo hizo sin quejarse, enfocándose en la energía de su hija. Ambos cruzaron hacia el otro lado, encontrándose a Klaus y Dahlia en el suelo y a Freya que sujetaba a Hope, quien había estado llorando hasta que vió a su mamá y le sonrió. La Trihibrida miró a su pequeña y se dió cuenta que era lo único que la hacia sentir algo, por lo que decidió no acercarse más. La estaba confundiendo.
—Bueno, se confirmó mi teoría: nada bueno pasa en el medio del bosque —intentó bromear la rubia.
—Nada bueno pasa cuando mi hermano está cerca, con una excepción —comentó mirando a su sobrina y luego a su cuñada que se encontraba a unos metros de ellos teniendo lo más parecido a una crisis existencial para alguien con poca humanidad—, ¿cómo está ella?
—Es una Mikaelson, es fuerte —aseguró viendo los cuerpos en el suelo—. Cuando desperté estaban así. Rebekah me dijo que Klaus tiene un plan para matar a Dahlia y que sabía que el nuestro no funcionaría.
—Si, teníamos los ingredientes incorrectos—resumió con seriedad—. Klaus se infiltró en la mente de su tía querida y yo en la suya, así que descubrí que no fuiste quien rompió su corazón. Tampoco eres la bruja que más amó, ese lugar lo tiene Esther.
Skylar miraba a cualquier parte menos a su hija y por un momento se sintió mal. Una voz en su cabeza, o mejor dicho su conciencia, le dijo: “Te estás comportando como tú padre que te ignoraba cuando eras niña” y esa pequeña fracción de su humanidad la hizo sentir culpable.
—Necesitamos su sangre entonces... —Comprendió la mayor de los Mikaelson—. Pero eso será imposible porque yo la maté.
—Tienes razón, tu mataste a la encarnación de tu madre, pero ella técnicamente está viva.
—Explicate, por favor.
—Klaus esperaba que la revivieramos, ¿pero para que hacerlo si podemos ir a otro tiempo a buscar su sangre? —murmuró pensativa—. Voy a viajar a alguna época en la que esté viva y le voy a sacar sangre.
—Pero tienes que tener cuidado, si haces algo mal modificarías toda la línea temporal y eso podría ser catastrófico —dijo Freya mirando a su hermano para que entendiera a qué se refería.
—Tu plan es bueno, Skylar. —Elijah la observó con determinación antes de agregar: —Pero no irás sola.
—Bien, viajemos en el tiempo.
Luego de que Elijah y Skylar rescatarán a Freya y Hope, la Trihibrida creó un portal hacia la mansión Mikaelson. Una vez allí la rubia dejo a su sobrina en la cuna y bajó a ver los cuerpos de Klaus y Dahlia que se encontraban tirados en el suelo de la sala de estar.
—Nik está demente si esperaba que revivieramos a nuestra madre. Su otra opción es mejor, pero sigue siendo demasiado trabajo.
—En lugar de viajar en el tiempo, deberíamos cavar un agujero y enterrar todos nuestros problemas dentro —comentó Elijah haciendo sonreír a Skylar.
—Sugiero la opción más permanente: encontremos la estaca de roble blanco, matemos a Klaus y Dahlia se irá con el.
—Si, y también yo y todos los vampiros que ha creado —dijo molesto Marcel por la sugerencia de Freya.
—La daga —murmuró Skylar viendo que había comenzado a derretirse, por lo que se acercó y la congeló con su magia—. Dahlia es poderosa, pero yo lo soy más. Aunque esto no durará mucho porque está luchando con todas sus fuerzas. Así que decidan que quieren hacer ahora: podemos matar a Klaus o ir a buscar a Esther.
—Vamos a buscar a mi madre, tenemos que terminar la tarea que Niklaus empezó. No hay tiempo que perder.
—Bien, pero como somos dos está vez y nunca he hecho esto necesito que te encargues de visualizar el lugar dónde vamos a encontrar a tu madre. Yo me encargaré del resto.
—Si, lo haré.
—Otra cosa, Elijah: no me sueltes o podrías perderte en el tiempo.
—No lo haré, ya te di mi palabra de eso una vez.
Ambos se tomaron de la mano para poder realizar la primer parte de su plan. Skylar comenzó a enfocar toda su energía en abrir un portal mientras Elijah visualizaba en su cabeza a dónde quería ir.
La puerta hacia otro tiempo se abrió de color azul eléctrico y ambos cruzaron tomados de la mano. Una vez del otro lado su apariencia física cambió completamente: Elijah volvió a tener el pelo largo y su vestimenta se basaba en un pantalón de cuero marrón oscuro, una camisa blanca utilizada en la época que encima tenía un chaleco de la misma tela y color que su pantalón. Skylar, en cambio lucía su cabello recogido en una parte y ondulado (que había adquirido un color negro al perder sus emociones casi por completo), un brial o vestido celeste largo hasta el suelo muy pegado al cuerpo y sobre este un corset de cuero azul.
Habían aparecido en el año 1001 un poco antes de que fueran transformados en vampiros. Elijah miraba el bosque con nostalgia, recordando cuando su hermano Klaus se escapaba para correr por allí.
—Te vez muy gracioso con el cabello largo —Lo miró fijamente antes de soltar una carcajada que ocultó con una tos falsa—. No puedo creer que usaras esto... Es raro.
—De hecho, yo no utilizaba está ropa. Las personas adineradas eran las únicas que podían adquirir este tipo de prendas. Es lo que me hubiera gustado usar —comentó con una sonrisa porque Skylar en cierta parte acababa de cumplir uno de sus sueños de pequeño que era vestirse elegante como en la actualidad—. Y tú estás vestida como una reina.
—Eso es porque lo soy, mi querido amigo —Le dedicó una sonrisa presumida y se acomodó el pelo.
—No en serio, eso es demasiado. A partir del siglo nueve el azul se convirtió en un color para escenificar la majestad de los soberanos o prelados. El color azul era considerado luz y tenía un valor celestial. —Skylar intensificó su sonrisa al oír eso porque en el fondo le gustaba sentirse adorada y alabada. Ambos avanzaron hacia donde de encontraba la población y les pareció que había una fiesta—. Aparentemente que hay una celebración, todo el pueblo debe estar aquí.
—Así es. —Elijah le extendió el brazo con caballerosidad y ella entrelazó el suyo al de el. De esta forma, ambos se acercaron e inmediatamente todas las miradas se posaron en ellos—. Todos nos observan, Elijah.
—Ya recuerdo esto. —El la miró asombrado y ella con una ceja alzada porque no entendía que le sucedía—. Es Samhain, la celebración que dio origen a Halloween. Se creía que está noche las almas de los muertos regresaban a sus hogares, por lo que la gente se disfrazaba, se ponía máscaras, y encendía hogueras para ahuyentar a los malos espíritus.
—¿Y recuerdas algo importante de esta noche?
—Solo que se corrió el rumor que me habían visto con otra chica. Creo que se trataba de nosotros... Pero los actuales.
—Esto se vuelve casa vez más confuso... ¿Que pasó después?
—Tatia se molestó conmigo, no me habló en una semana y se paseaba con Niklaus por el pueblo. Todos creímos que lo elegiría y que se casarían.
—Es una perra, igual que las otras doppelgangers. —Rodó los ojos ocultando los celos que le producía pensar que Klaus se podría casar con otra y el moreno le sonrió porque había notado su reacción—. Odio a las personas que hacen sufrir a otros de ese modo. Así que... —Los ojos de Skylar se iluminaron y una sonrisa malvada adornó su rostro—. Baila conmigo, hagamosla sufrir.
—Bien. —Elijah no estaba seguro de por qué había accedido, pero le agradaba la idea de darle a aquella mujer que tanto había amado su merecido. Se acercaron a la fogata y el le indicó los movimientos que debían realizar para bailar esa canción lenta tarareada por las mujeres con mejor voz del pueblo—. Mis padre y hermanos nos miran.
—Rebekah siempre ha sido hermosa, podría ponerse una bolsa y lo seguiría siendo —comentó al notar que a pesar de estar vestida con ropa no tan elegante, seguía viéndose preciosa—. Finn siempre fue un idiota aparentemente, y Kol... Reconocería esa sonrisa con la que escondía sus travesuras en cualquier lado.
—Se están acercando —murmuró nervioso al notar que al terminar la canción lenta, sus tres familiares se acercaron con curiosidad—. Padre —saludó con seriedad a Mikael que no comprendía en que momento su hijo había conocido a la morena.
—Elijah, queremos conocer a tu amiga. —la rubia estaba entusiasmada porque no le agradaba Tatia para ninguno de sus hermanos. Su padre la miró mal, por lo que bajo la mirada.
—Mi nombre es Mikael, ellos son mis hijos Finn, Kol y Rebekah —afirmó observándola con intriga—¿De dónde vienes? Me resultas familiar.
—Mi nombre es Skylar Labonair. —Modificó su apellido por el de su abuela paterna para no despertar sospechas—Un placer conocerlo, señor. Es reciente mi llegada, vengo de muy lejos. Llegué con la intención de lograr hacer de este lugar mi hogar.
—Noté que te dejaste ver con la señorita Labonair en público, ¿Significa que planean casarse? —Skylar miró a Finn con la boca abierta, le pareció horroroso siquiera pensar en eso.
«Di que si, no me hagas quedar mal delante de mis hermanos. Seré el motivo de burla el siglo siguiente si niegas esto» rogó en su mente el moreno.
«Bien, pero quiero que sepas que moriría ahora antes de casarme contigo» aseguró asqueada.
Ambos se sonrieron antes de responder por las palabras de Skylar, algo que para Rebekah fue un gesto muy romántico.
—Si, planeamos casarnos el mes siguiente —dijo la chica de ojos negros y piel pálida con una sonrisa divertida.
—¡Voy a tener una cuñada muy hermosa! —chilló la ojiazul con una sonrisa antes de tomarla de la mano—Vamos, busquemos algo de beber.
Skylar miró horrorizada a Elijah al ser arrastrada por Rebekah que la llevó hasta un lugar donde había una especie de fuente para darle un vaso de lo que parecía ser agua. Cuando se llevó el vaso a la boca logró no escupir el contenido que le quemaba la garganta.
—¿Que es esto? —interrogó a pesar de que ya sabía la respuesta.
—Te de aconito, es delicioso, ¿No te parece? —La morena asintió con una mueca recordando que solían beber eso porque alguien había esparcido el falso rumor de que los protegería de los hombres lobos.
La castaña agudizó su oido para poder escuchar lo que hablaba Elijah con sus hermanos, ya que Mikael había desaparecido.
—¿Cómo es que estás vestido de ese modo? —preguntó Finn con claros celos en su voz.
—La señorita Labonair me lo obsequio.
—Es adinerada... Eres muy astuto, hermano —aseguró Kol con diversión—. El amor no existe, hay que encontrar una muchacha que tenga dinero. De otro modo seguiremos aquí por siempre.
Rebekah se disculpó antes de alejarse a hablar con una pelirroja, mientras que la Trihibrida comenzó a caminar para encontrar a Elijah, chocando con un hombre que reconoció al instante. Cuando sus ojos se encontraron con aquellos de color celeste como el cielo, no pudo evitar sentir mariposas en su estómago.
—Lo lamento —susurró con nerviosismo, intentando volver a esconder sus emociones.
—¿Te conozco? —Quiso decirle que si, pero no lo hizo porque habría sido desastroso.
—No. Debo irme. —Practicamente corrió al otro lado del lugar para evitar sentir más cosas.
La castaña se distrajo un momento de su misión de encontrar a Esther cuando volvió a ver a Klaus junto a una mujer cuyo rostro era idéntico al de muchas otras. El le susurró al oído "sígueme, quiero mostrarte algo" y tomados de la mano se alejaron hacia el bosque. La pelinegra no pudo con sus sentimientos encontrados y decidió seguirlos.
—¿A dónde vamos, Nik? —Su voz le pareció aún más irritante que la de Elena Gilbert y eso era demasiado para Skylar—. ¿Que vamos a hacer?
—No te preocupes por eso, vamos a hacer algo que te va a gustar mucho. —Esa frase hizo que la sangre de Sky hirviera por la molestia que le provocaba esa situación.
Los siguió por el bosque observandolos a una distancia prudente hasta un lugar en el que había estado hacía mucho tiempo: era el río en el que se encontraban cada día.
—Te ves tan hermoso bajo la luz de la luna. Tu no eres como tus hermanos, eres diferente... Tu belleza es única y aún mayor a la de ellos. —Las palabras de la morena que se había acercado a colocar sus manos en su rostro lo hicieron sonreír.
—Solía decirme lo mismo. —Elijah había aparecido a su lado y miraba la escena con indignación. Se sentía un estúpido por haber caído bajo los encantos de esa chica que ni siquiera se esforzaba por cambiar las palabras que le decía y se las repetía a su hermano.
—Klaus solía traerme a este río, era nuestro lugar... O aparentemente no porque la trajo aquí a ella también.
—Te amo, Nik, nunca había amado tanto a nadie y quiero estar contigo por el resto de mi vida.
—Dejame adivinar, ¿también te decía eso? —El vampiro bajo la mirada y ella supo que era así, por lo que su ira se incremento.
—Tambien te amo, Tatia, eres la mujer que más amo y que más amaré por el resto de mi vida.
El ojiazul la tomó por la cintura y la besó con pasión, sin notar que a la distancia dos personas veían con asco la situación. Skylar se alejó con brusquedad cuando se dió cuenta que eso terminaría en algo más y en el lugar donde se habían besado por primera vez. En su intento de irse, pisó una rama y la pareja se volteo a mirarlos.
—¿Elijah? —Klaus se había acercado a verlos confundido—. Tu...
—¿Quien es ella, Elijah? —interrogó recelosa la doppelganger—. ¿Y por qué está vestida de ese modo?
—Soy una reina.
—¿Y que haces en el bosque con ella? Pensé que sentías algo por mi. —La doppelganger fingió tristeza y eso generó un sentimiento de odio en el pecho de Skylar, odiaba que ambos hermanos la miraran con tristeza luego de pronunciar ambas palabras.
En un arrebató emocional, tomó a la mujer del cuello mientras su rostro normal se transformaba en el de una Trihibrida. Comenzó a quitarle el aire mientras Klaus le rogaba que se detuviera, pero no lo iba a hacer. Elijah la empujó lejos de la mujer que amó y les borró la memoria para que siguieran con lo suyo, por lo que entraron en trance algunos segundos antes de volver a besarse.
—¿Estás loca? ¡Ibas a modificar toda la línea temporal!
—Su voz era muy irritante, ya no la soportaba —mintió sin mirarlo a los ojos—. Además, te habría hecho un favor. Tal vez tu puerta roja jamás hubiera existido.
—Mi madre utilizó su sangre especial para convertirnos, casi haces que no existamos.
—¿Encontraste a Esther? —interrogó mientras comenzaban a alejarse de la pareja. No deseaba seguir hablando de lo sucedido.
—No, acabo de recordar que estaba de viaje este día con la bruja Ayana.
—Ni para elegir la época adecuada para encontrar a tu madre sirves —se quejó con molestia—. Debí hacerlo yo desde un principio.
La Trihibrida lo tomó de la mano y creó rápidamente otro de sus portales, pero está vez al año 2011. Al cruzarlo sus físicos cambiaron nuevamente: Elijah volvió a tener el cabello corto y perfectamente peinado, estaba vestido con un elegante traje negro. Mientras que Skylar pasó a tener el hermoso vestido azul que Klaus le había obsequeado para ir al baile.
—Debemos tener cuidado, cualquiera podría vernos y eso sería extraño porque no luces nada como cuando asististe al baile de mi familia.
—Lo se, no pueden vernos o terminaremos creando un caos en la línea temporal.
Habían aparecido en el largo pasillo de la mansión y lograron escuchar a sus versiones del pasado hablando sobre Esther en una habitación, por lo que se miraron sorprendidos y Elijah la metió a una habitación que estaba frente a la otra, más específicamente la de Kol y eso lo sabían porque tenía un vidrio especial que permitía ver hacia afuera, pero que nadie vea lo que sucedia adentrl.
—Por favor, no le digas a Niklaus de esto, el suele ser bastante impulsivo y lo último que necesitamos es una masacre. —Escucharon hablar al Elijah del pasado.
—Y tenías razón —comentó la morena con una sonrisa.
—No diré nada, lo prometo.
Oyeron pasos alejarse y el original estuvo a punto de salir, pero la Trihibrida lo detuvo sabiendo que se venía la parte más horrible de la noche.
—Hola, niña—Era la voz de Elise, por eso el moreno la observo confundido—¿Te estás divirtiendo con los hermanos Mikaelson? Te he visto muy amorosa con el peor de todos, teniendo conversaciones con el que siempre está elegante que por alguna no se pueden escuchar aunque te pares frente a la puerta y también, bailando con el rarito hasta que se desaparecieron.
—¿Que insinúas?—Preguntó molesta
—Insinúo que deberías escoger a uno solo. El rarito es atractivo, pero sigue siendo muy extraño. El que siempre parece preparado para ir a una fiesta o un velorio es muy hermoso, pero demasiado bueno para ti y por ende, muy aburrido. Pero el híbrido… El puede jugar contigo y fingir que le interesas, pero ambas sabemos que será tu destrucción porque en el momento en que te permitas confiar en el te destruirá.
—Si, le pareces hermoso a mi madre —le susurró con asco al leer su mente—. No pienses en decir nada, Elijah.
—No iba a hacerlo.
—¡Voy a vomitar!
—Yo no necesito tomar ninguna decisión porque no estoy interesada en ninguno.
—Que mentirosa... terminaste teniendo una hija con mi hermano —se burló haciendola sonreír brevemente.
—Esta bien, entonces acuéstate con los dos. No serías la primera en hacerlo y eso demostraría que eres una zorra y no mereces los poderes que se te han dado porque aunque lo niegues, los quieres.
Vieron a la versión pasada de la Trihibrida tomarla del cuello y estamparla contra una pared.
—Eres una simple vampira, yo siempre voy a ser la Trihibrida y por lo tanto el triple de fuerte que tú. Te prometí que iba a llegar el día en que te iba a hacer sentir lo que me hiciste sentir y ha llegado porque ya no soy esa niñita asustada que te rogaba que dejaras de torturarme.
De un momento a otro, la situación se invierte y ella, con una mano Elisa la sujetaba del cuello y con la otra, absorbía sus poderes, haciéndola gritar de dolor.
—Eso en tus ojos, esa ira con la que cubres la tristeza es lo que me motiva. Siempre vas a ser la niña débil y triste aunque intentes ocultarlo. Me voy a lamentar toda la eternidad el haber tenido una hija como tú.
Vieron a una figura a la que distinguieron como Kol a una velocidad sobrehumana estampar a Elise contra una pared.
—Vuelve a tocarla y te juro que te voy a matar de la forma más lenta y dolorosa posible —amenazó el castaño de una forma que asustaría a cualquiera
—¿Entonces agregamos otro Mikaelson más a la lista? —cuestionó burlona—. Este tiene agallas, pero sigo pensando que el híbrido es la mejor opción para que sufras.
—¡Vete al infierno, Elise! —exclamó furiosa.
—Lo haré, no tengo dudas de eso. Pero te juro que te voy a arrastrar allí conmigo —la amenazó, haciendo que el original intensifique su agarre.
—Intentalo si te atreves, pero ella tiene el apoyo de toda la familia Mikaelson y no dudaremos en hacer que desees estar muerta.
—Eres una cobarde, refugiándote en las bestias que debías asesinar. —Fue lo último que dijo antes de empujarlo para liberarse y desaparecer a velocidad vampírica.
—¿Estás bien? —preguntó el vampiro acercándose hacia ella, quien asintió no muy segura—. No nos han presentado, mi nombre es Kol.
—Soy Skylar —dijo con una leve sonrisa—. Gracias por salvarme.
—No me agradezcas, no confío en ti porque eres lo único en la tierra que podría llegar a matarme. Pero mi hermano Nik lo hace porque lo salvaste y nadie había logrado eso antes.
—¿Si no te agrado por qué me salvaste?
—No lo sé, simplemente necesitaba dejar de ver cómo te lastimaba —aseguró con sinceridad antes de que comenzaran a caminar de nuevo hacia la fiesta.
Luego de aquella escena que tuvieron que presenciar que removió algunos sentimientos de Skylar, ingresaron en la habitación en la que se encontraba Esther. La Trihibrida le rompió el cuello con su magia a Finn para evitar ser atacados. Hizo aparecer en sus manos las esposas que anulan los poderes de una bruja y se los coloco a la rubia.
Creó un último portal azul eléctrico para poder volver al presente y se llevaron a Esther que no dejaba de gritar preguntando que estaba pasando. De vuelta en la actualidad, la pelinegra dejó a su cuñado haciendole un breve resumen a su madre de los dos años que claramente no había vivido para alejarse hacia la sala de estar, dónde se encontraba Klaus bebiendo un vaso de bourbon.
—Amor, necesito tu ayuda para encontrar a Dahlia.
—"Hola, Klaus" "Hola, Skylar" "Muchas gracias por convencer a mis hermanos furiosos a unirse a mi plan maquiavélico" "Si, fue un placer" —Imitó lo que le hubiese gustado que sucediera—¿Que dices? ¿Que como estoy después de que me clavaste un fierro en el pecho? Ya me curé, muchas gracias por preguntar. Ahora, ¿Que decías?
—Tuve que fingir que no me importaba nada ni nadie para protegerlas, pero debes entender que cuando te hice daño me dolió tanto que sentí que no podría continuar —aseguró mirándola con tristeza, había odiado lastimarla y a sus hermanos del modo en que lo hizo—. Ustedes son lo que más amo en el mundo, hacerlas felices y protegerlas de los que intentan destruirnos siempre va a ser lo más importante para mi.
—La batalla aún no está ganada, encontraré a tu tía. —Sky intentó alejarse al sentirse abrumada por lo que la hacia sentir, pero el la tomó del brazo para que lo mire a los ojos.
—Lo lamento, amor. Encontraré la forma de compensartelo.
—Mas te vale. —Se soltó de su agarre y prácticamente corrió hacia donde se encontraban las dos personas hablando.
—¿Me secuestraron solo para torturarme? —se quejó la mujer.
—Querida madre, solo quiero tu sangre. Y tal vez utilizarte como distracción. Aunque creo que mereces sufrir, no prometo que no lo voy a disfrutar muchísimo.
—¡Madre! ¿Llegamos a tiempo para ver a Elijah quitarte la sangre? —dijo con falsa emoción el híbrido—. Por mucho que aprecio estar en primera fila, me temo que voy a tener que posponer tu muerte por ahora.
—Que buen humor tienes —murmuró molesto el moreno. No lo perdonaba por lo que casi le hace a Gia y lo que le hizo a Hayley.
—Por suerte para ti. Ya que salvaré el día.
—¿Eso crees? —cuestionó acercandose lentamente
—¿Por qué no? Mi plan funcionó.
—Tranquilo, Elijah —intervino poniéndose entre ellos—. ¿Pueden matarse luego? Tengo demasiada hambre para esto. —Los dos le extendieron sus muñecas para que beba de su sangre y ella negó fingiendo ser fuerte, pero la verdad era que deseaba saciar su sed—. Acabemos con esto de una vez, pero procuren no matarla ni herirla mucho porque hay que devolverla a su tiempo viva.
—Siendo claros, quiero su sangre, pero en esta espada que uni con tierra de la patria de Dahlia y cenizas vikingas. Además la necesitamos para que baje las defensas psicológicas de su hermana. Una guerra psicológica antes de acabar con ella.
—¿En serio esperan que los ayude con esto? Jamás haría nada voluntariamente que involucre algo que los beneficie.
—La participación voluntaria sería un extra, pero no es tan necesaria. De ser necesario, te arrastraría yo mismo.
—Si, querida madre, no tienes elección —dijo molesta Rebekah ingresando en la habitación—. ¿Por qué sería diferente contigo? Somos marionetas en el espectáculo de Nik. El dice cada movimiento que hacemos.
—¿Cuánto tiempo fingiras que no me necesitas?Ambos lucharon contra mi cuando pudieron, dejándome sin opción más que actuar solo. No somos extraños a los desacuerdos de batalla. Pero también tenemos una historia muy larga en hacer lo que sea para ganar una guerra.
—¿Y que con Gia? ¿O Hayley? —cuestionó acercandose amenazante.
—Daño colateral. —Sus palabras hicieron que Elijah le diera un fuerte golpe en la cara.
—¿Y afirmas que tus acciones son parte de un plan?
—Fue un castigo. —Era mentira y Sky lo sabía, era obvio que no le había agradado lo que tuvo que hacer. Pero era el único capaz de salvar a su familia.
—¿Un castigo? ¿Por qué?
—¿Quizá por la daga que clavaste en mi corazón? —preguntó irónico.
—Tu le has hecho eso miles de veces antes —señaló la Trihibrida ganándose una mala mirada de su novio.
—¿También estás de su lado? —interrogó dolido.
—No tomo partido por nadie porque no me interesa, es algo para las personas con sentimientos.
—Deja de negar tus emociones porque aunque desaparecieron en su mayoría, ambos sabemos que si sientes y no perdiste tu humanidad del todo —aseguró acercandose hacia ella—. ¿O quieres que te recuerde lo que sucedió en el río?
—¿Que río? —interrogaron Klaus y Rebekah al unisono al ver los ojos de la chica tornarse de color azul
—Cierra la boca, Elijah. No eres ejemplo de nada.
—¿Vas a volver a excusarte? No trataste de matar a esa pobre chica porque te "molestó su tono de voz" lo hiciste por celos.
—Era irritante, preferiría pasar todo un día con Elena Gilbert antes de volver a verla a la cara —aseguró irritada.
—Te mientes a ti misma, perdiste el sentido del bien y el mal, tal vez tus luz. Pero no puedes mentirme a mi, porque yo ví tu rostro. —Estaba enojado y trataba de hacer que su humanidad saliera a flore de nuevo, pero eso solo pasaba cuando se sentía molesta—. No solo te molestó el que la besara, sino que lo hiciera en ese lugar. Aquel en el que... —Elijah no pudo terminar de hablar porque la chica lo había estampado contra la pared—Solo digo la verdad.
—Dices un montón de estupideces. —Lo miró mal antes de soltarlo y tomar a Esther del brazo junto con la espada para finalizar el arma que les permitiría matar a Dahlia.
—¿De que hablabas? —preguntó vampira a su hermano—. Realmente la hiciste enojar.
—Skylar y yo nos confundimos de tiempo buscando a nuestra madre. Terminamos hace mil años, en el último Samhain que pasamos todos juntos como humanos y en familia.
—Ah si, recuerdo que mentiste diciendo que te fuiste a dormir temprano, pero todos te vimos bailando con una chica muy hermosa... ¡No puede ser! —exclamó asombrada—. ¿Cómo no lo noté antes? Ella dijo que ustedes iban a...
—No importa, el resumen es que casi mata a Tatia sin importar que eso hubiera ocasionado muchos problemas para la línea temporal.
—¿A Tatia? —preguntó el rubio confundido, pero después comprendió que se había ido antes de la fiesta con esa chica y tuvieron una apasionada noche juntos en el río. Esa era la parte que más recordaba, pero ahora le parecía que una mujer había aparecido con su hermana y casi asesina a la doppelganger.
—Solo espero que matar a Dahlia la ayude a volver a ser quien era.
—Tu la convertiste en eso, así que más vale que lo resuelvas y rápido.
—Eso fue culpa tuya, como siempre la arrastraste a tus conflictos personales —determinó con molestia—. Hemos peleado juntos por siglos, y siempre es para acabar con tus enemigos... Rompiste a la familia. Entiende esto, pase lo que pase está noche, no me volverás a ver de tu lado. ¿Quieres estar solo? Felicidades, te lo cumpliré.
—Encontré a Dahlia —informó Skylar ingresando en la habitación.
—¿Y la espada? —cuestionó Klaus evitando pensar en las palabras de su hermano.
—La absorbí junto a la sangre de su adorada madre, así que ahora soy el arma.
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