64 |El plan de Klaus|

Skylar y Elijah no tardaron en regresar a la mansión Mikaelson, ahora con todos los ingredientes para realizar su plan que salvaría a Hope y a todos los originales. Una vez que ella tuvo la parte principal del hechizo realizada, colocó la pócima en una jeringa y caminó hacia la planta de abajo, más específicamente hacia la entrada de la casa, donde se encontraban hablando Elijah y Freya, quien también había hecho su parte.

—El hechizo ya está listo, Dahlia no podrá entrar en la casa sin ser mortal —informó la rubia con seriedad—. Ahora, ¿dónde está la niña?

—Si vamos a usar su poder para traer a Dahlia, necesito que me jures que mi hija no saldrá herida. —El original escuchó con intriga el tono de voz que había utilizado para pronunciar aquellas palabras, sabía que estaba planeando algo y no creía que fuera nada bueno porque lo veía en sus ojos.

—Dahlia no se le acercará a Hope. No podrá herir a ningún niño nunca más. —Skylar la observó fijamente antes de clavarle la jeringa en el cuello y transferirle el hechizo para convertirla en el señuelo.

—Espero que eso sea verdad, porque ahora eres el señuelo —añadió con una sonrisa que le inspiró miedo.

Y debía tenerlo porque no se veía nada como ella: el marrón en sus ojos y cabello se había transformado en negro, su piel había adquirido un tono completamente pálido y sus ondas naturales se habían alisado por completo. Además, su rostro no tenía casi expresión y sus venas estaban comenzando a volverse oscuras como las de una bruja cuando utiliza magia negra. Ya casi no era Skylar.

—¿Qué me hiciste? —inquirió sin entender.

—La sangre de Hope, junto con un hechizo que imita su magia, está en ti. Por lo tanto, Dahlia te encontrará a ti, solo necesitaba un latido de corazón.

—Y aunque cuestionamos la pureza de tu corazón, el palpitar está bien —agregó el trajeado, comprendiendo la situación.

—No, si Dahlia se da cuenta de que es una trampa...

—Me aseguré de que funcione, así que no cuestiones mi magia. —Sus ojos se volvieron de color azul eléctrico por algunos segundos y Freya pensó que sería atacada, pero solo la miró.

—No soy tu enemiga, Skylar.

—Lo sé, pero en este preciso momento no podrías importarme menos. —Era cierto, pero no por eso dolía menos que lo dijera con esa frialdad—. En fin, solo quiero evitar ser asesinada y tal vez salvar a mi descendencia.

Skylar decidió ir hacia la vinoteca que tenían en la casa para comenzar a beber una botella de bourbon. Su teléfono sonó en ese momento, revelando una llamada de Caroline, quien planeaba decirle que había recuperado su humanidad, pero no estaba de humor para atenderla.

Algunos minutos después entró Elijah, que la observaba con cautela. Necesitaba ver qué tan mal estaba la situación.

—¿Cómo te encuentras? —decidió ser cuidadoso para hablar con ella porque ella se encontraba muy impredecible y él estaba algo asustado de eso. Sin contar que se sentía culpable porque él fue quien le clavó la daga.

—Con ganas de beber hasta la última gota de tu sangre, pero no puedo hacerlo. —Se sentía fatal, ya que la sangre de los humanos no estaba haciendo ningún efecto sobre ella. Había matado  a al menos cinco personas y nada.

—Bebe entonces. —Elijah le extendió su muñeca y ella negó con una sonrisa—. Vincent dijo que morirás pronto si no bebes mi sangre.

—No eres mi tipo, en realidad. —El original negó con la cabeza, sintiéndose avergonzado de lo que acababa de sugerir, por lo que tomó un vaso y mordió su muñeca, dejando caer su sangre dentro de ese—. Cuando Elena Gilbert se convirtió en vampiro, bebía de la sangre de Damon y eso hizo enojar mucho a Stefan. Así que paso, muchas gracias. No estoy muy segura de que significa eso, pero no me quiero arriesgar a descubrirlo.

—No te sugería que bebieras de la vena, pero como tu humanidad está desapareciendo, tu cabeza parece estar dada vuelta. —Le extendió el vaso y ella intentó negarse, pero simplemente no pudo y terminó arrancándoselo de las manos para beberse todo el contenido de un trago. Lo observó como un cazador a su presa, deseando obtener más. Pero no logró siquiera acercarse porque Rebekah apareció gritando.

—¡Lo logré! —chilló muy feliz la morena, quien estaba parada junto a Marcel y Freya—. Me desvinculé de esos niños, los aquelarres están muy agradecidos y le ganamos a la lluvia.

—Confío en que Davina hará su parte. —Fue lo único que pudo aportar Sky a la conversación, estaba de un muy mal humor porque aún tenía mucha hambre.

—Sí, en contra de mi buen juicio —se quejó el vampiro.

—Deja de ser tan sobreprotector. Si Davina se convierte en la líder de los aquelarres, podrá revivir a Kol y con su influencia unirá a las brujas a nuestra causa.

—Eres completamente irritante, te mataría si pudiera —soltó Skylar, rodando los ojos. Todos los presentes la miraron sorprendidos—. No empieces a festejar. Dahlia dijo que vendrá por Hope y llega una tormenta de la nada, ¿crees que es coincidencia? Necesito destruirla pronto o todos los vampiros desaparecerán de la tierra, comenzando por Elijah.

—Por fortuna, tenemos un arma. —Elijah aclaró, refiriéndose a la creación de su hermana mayor que volvería a la bruja mortal.

—No te ofendas, ¿pero realmente vamos a poner todos los huevos en una misteriosa cesta? —inquirió el moreno, no muy convencido.

—Te aseguro que estoy muy motivada a matar a Dahlia —aseguró con un tono filoso, demostrando su molestia—. En especial ahora que Skylar me convirtió en el señuelo.

—No fue personal, cariño, pero ahora mismo para mí tu existencia es igual que la de cualquier otra persona. —La forma en que le hablaba le dolía, ya que a pesar de no conocerla mucho, le tenía cariño—. Por si no lo entendiste: no me importas. Todos ustedes me parecen patéticos.

Rebekah dejó escapar un suspiro de tristeza antes de acercarse a cerrar la ventana porque había comenzado a llover, pero al hacerlo se encontró con que había sangre en esta.

—¡Elijah! —El nombrado se acercó a ver lo que ella observaba y ambos corrieron hacia el lugar en el que debería estar el cuerpo de Klaus.

—¿Qué sucedió? —El original no obtuvo respuesta porque se acercó a observar el ataúd vacío en el que solía estar Klaus—. Se ha ido.

—Pensé que había escapado esta mañana, pero veo que me mentiste. —Ambos hermanos esperaron una explosión de ira, pero ella solo comenzó a reír—. Soy una buena actriz, ¿cierto? No me importa en lo absoluto en este momento, pero fue divertido. Debieron ver sus caras.

Momentos despues, Elijah y Marcel comenzaron a buscar como locos al híbrido en la casa, mientras que Skylar fue a seguir bebiendo bourbon y Rebekah a intentar apelar a su humanidad.

—Klaus no está en ningún lado —comentó para llamar su atención, pero no lo logró—. Si tuviera que adivinar, diría que está planeando una larga lista de castigos crueles y extraños para sus hermanos traicioneros.

—Y tendría razón en hacerlo.

—Teniendo en cuenta que hay una bruja a la que matar, esperaba que hablaras con él antes de que se enfurezca.

—Estoy halagada, creo. Pero mi humanidad casi desapareció por completo. Así que no sabría muy bien qué decirle.

—Solo llámalo y finge que aún lo amas. Lo que sea es mejor que nada viniendo de ti, eres la única persona a la que escucha.

—Tu hermano es un inestable, narcisista, paranoico, con problemas de temperamento y cero control de impulsos. Está furioso porque las personas que más ama literalmente lo apuñalaron, que es su peor miedo. —Rebekah sabía que era verdad, pero eso no calmaba su angustia en lo absoluto—. ¿En serio piensas que escucharía a una Trihibrida que casi no siente nada? Porque si es así, eres una idiota.

—Si, lo creo porque te ama más que a nadie en el mundo. Si vieras cómo te mira, no te quedarían dudas de que siempre va a escucharte. —Sus palabras resonaron en su cabeza y la morena pudo jurar que por algunos segundos sus ojos brillaron del color marrón que solían tener—. Te extraño, ¿sabes? A mi mejor amiga.

—No insistas, Rebekah, porque no dudaré en romperte el cuello. —La nombrada simplemente bajo la mirada, dolida de que la persona que más necesitaba la tratara de esa forma tan cruel.

—Marcel y sus hombres buscarán en la ciudad —comentó Elijah ingresando nuevamente en la habitación.

—Suponiendo que Nik no los mate. Sabes tan bien como yo que está declarando la guerra. Y tengo que preguntar, ¿cómo fue que despertó?

—Fue Dahlia, fue todo parte de su plan. —Freya apareció frente a ellos, cruzada de brazos—. Sin duda ella mató a Aiden, esperando que culparan a Klaus. La familia se dividiría y uniría a Klaus a su causa.

—Eso es absurdo, Nik jamás se aliaría con Dahlia.

—Sigues defendiéndolo.

—Nik mataría a quien intentara robar a su hija.

—¿No es Hayley quien se llevó a su hija? —cuestionó con obviedad, y eso sí tocó un punto débil para Skylar.

—Es mi hija también, y sí, se la llevó gracias a tu adorado hermano —le dedicó una mala mirada a Elijah, que había comprendido luego de su reacción que su amiga aún tenía esperanza—. No olvidemos que Dahlia es el verdadero enemigo.

—Qué bueno que terminé el hechizo, entonces. Los ingredientes en los cuadros, combinados con mi sangre, harán a Dahlia vulnerable. En cuanto pase entre los cuadros, será mortal. —Le tendió el cuchillo de Mikael, con el que Klaus solía hacerle figuras con la madera de los árboles, y eso la hizo sentir vulnerable por algunos segundos—. Puedes matarla usando eso.

—El cuchillo de nuestro padre —comentó el trajeado.

—Lo creí apropiado.

—Ya coloqué una pequeña porción de mi magia en el golem, y lo hice de una forma que iguale a mi hija —les dijo con seguridad—. Todo depende de Rebekah ahora.

—¿Estás segura de que esto funcionará? —interrogó el original.

—No nos enfoquemos en la palabra "segura" —murmuró nerviosa la nombrada.

—Tonterías, cada día eres mejor con la magia y el hechizo es impecable —aseguró Freya—. Aunque me hubiera gustado que Skylar me preguntara antes de convertirme en el señuelo.

—No me pienso disculpar. —Se encogió de hombros, irritada.

—No importa, tenemos todo lo que necesitamos: Rebekah llevará a cabo el hechizo usando mi latido y el golem para crear la ilusión de la presencia de Hope. Luego cuando Dahlia entre en el lugar, Skylar hará lo necesario para poder matarla, y si ella no lo logra, lo hará Elijah.

—Estás calmada, considerando que hay un millón de formas en que este plan se caiga a pedazos.

—Lo admito, estaba molesta con Elijah y Skylar cuando ignoraron mi plan en favor del suyo. Están tan determinados a proteger a Hope a toda costa que tal vez estoy celosa. Nadie nunca luchó con tanta fuerza para protegerme —comentó con tristeza—. Luego recuerdo lo que me mostraste: el día en que juraron estar juntos por siempre y para siempre. Ese voto tiene mucha fuerza.

—Puedo asegurarte que no ha sido fácil.

—Si me preguntas, ese voto causa más problemas de lo que vale —se quejó Rebekah.

—Pero aquí estás, demostrando mi punto. La familia te define, aunque tengas que sacrificarte. —Con tristeza, se acercó a tomar las manos de su hermana—. Por lo menos es mejor vislumbrarlo peleando contra la muerte que corriendo de todo sin saber nada de la familia.

Luego de la conversación entre los hermanos, cada uno se fue a su posición porque Dahlia estaba en camino. Rebekah se quedó en la parte de arriba para realizar el hechizo, Freya en la entrada con el golem que ahora lucía como Hope, y Elijah y Skylar escondidos cerca de la entrada, listos para atacar a la bruja.

Escucharon pasos acercarse, y la Trihibrida vio a Dahlia caminar lentamente con una mueca de desagrado al notar a Freya allí.

—Vine hasta aquí para tomar lo que me pertenece, ¿y qué me encuentro? —preguntó molesta.

—Tía, por favor, escucha. Traicioné a mis hermanos para que pudieras encontrar a la niña. —Freya estaba visiblemente nerviosa, no solo se notaba en su voz sino también en el latido de su corazón—. Te la ofrezco ahora y a cambio solo te pido que me liberes de mi obligación contigo.

—Me sorprendes, traicionar a la familia que lograste convencer para que estuvieran de tu lado... ¡Qué despiadado! —respondió Dahlia con sarcasmo.

—Esperaba que me trataran como a una hermana, pero me equivoqué.

—Claro que sí, tontita. —Dahlia siguió avanzando lentamente. Skylar apretó el cuchillo con más fuerza, esperando para atacar cuando estuviera entre los cuadros—. Pensar que la descendencia de Esther se preocuparía por ti. Son conocidos por sus actos de violencia y preferiste buscarlos a ellos en lugar de quedarte conmigo. —Dahlia continuó acercándose hasta quedar justo frente a Freya—. Te ofrecí protección eterna, y me abandonaste. Y ahora eres tú quien está sola. ¿Quién amaría a una traicionera y mentirosa?

De repente, el golem que simulaba ser Hope se desintegró frente a las dos brujas. Ambas se miraron alarmadas: Freya, porque el plan había fracasado, y Dahlia, porque no entendía qué había ocurrido.

—No sé lo que pasó, lo juro —intentó mentir Freya, aunque en realidad no tenía la respuesta.

—¿Qué hiciste?

—¡Skylar, ahora! —gritó Freya. La rubia colocó a su tía en la posición adecuada, y Skylar corrió con su velocidad vampírica para atacarla, pero fue detenida por Klaus, quien la apartó hacia el pasillo superior.

Skylar le dio un golpe en el rostro y lo lanzó por los aires. Él se defendió, sin querer lastimarla, mientras ella continuaba atacándolo. Elijah apareció para ayudarla, pero notó que Skylar tenía la situación bajo control.

—Y así la rueda de la traición se completa una vez más —dijo Klaus con ironía antes de saltar sobre Elijah y golpearlo en el rostro. Elijah se defendió y lo pateó lejos.

—Te está controlando, tienes que luchar —le rogó Elijah, todavía con esperanza de que su hermano no estuviera completamente perdido.

—Lo único que hizo fue quitar la daga que clavaste en mi corazón —respondió Klaus con frialdad. Al comprender que no mentía, Elijah lo golpeó repetidamente y lo estampó contra una pared.

—Ustedes dos son realmente aburridos —intervino Skylar—, y ¿saben qué? Mis emociones acaban de desaparecer por completo. Verlos golpearse no me produce absolutamente nada. —Klaus la observó por unos segundos, recordando lo que Dahlia le había dicho sobre Skylar, y tuvo una idea—. Todo esto es una estupidez. Trajimos a Dahlia aquí solo para que este plan fallara.

Elijah no entendía cómo Skylar, que había estado tan decidida a matar a Dahlia, ahora lanzaba el cuchillo al suelo con indignación. Lo que claramente no sabía era que ella había estado escuchando la conversación de las brujas, donde se revelaba que Freya no era la persona más amada por Dahlia, lo que significaba que no podrían matarla.

—Ella se llevará todo lo que tenemos, Niklaus. Skylar debe matarla o...

—Tú te llevaste todo lo que teníamos cuando rompiste el voto y nos traicionaste a ambos —le respondió Klaus, con una mirada peligrosa—. Tal vez debería llevarme algo de ti. —Y con esas palabras, Klaus cortó a Elijah con el cuchillo de Mikael, sabiendo perfectamente el efecto que tendría.

La sangre comenzó a correr por el cuello de Elijah, y eso fue suficiente para que Skylar perdiera todo control. Su rostro apático se transformó en el de una Trihibrida hambrienta, y se lanzó sobre Elijah para beber su sangre con desesperación. El sabor se volvía más delicioso a medida que bebía, y no tenía intención de detenerse.

Klaus la apartó violentamente al ver a su hermano debilitado. En ese momento, Gia, la vampira enamorada de Elijah, apareció llorando, bajo la hipnosis de Klaus, quien le había ordenado que se matara. Gia comenzó a sacarse el anillo lentamente mientras Elijah gritaba, y su piel comenzaba a quemarse.

—¡Sálvala! —Kol apareció frente a Skylar, quien, por alguna razón, aún confiaba en él. Aunque no tenía emociones, le rompió el cuello a Gia y la arrojó por un portal hacia la casa de Marcel—. Aún tienes salvación.

—No pienso morir, y confío en ti. Sé que puedes ver el futuro y que me amas. Sé que las emociones te hacen hacer locuras, pero también sé que no me harías daño —le habló Skylar a Kol, bajo la mirada confundida de sus hermanos.

Skylar le sonrió antes de dirigirse a Klaus y extender sus manos, pronunciando unas palabras que lo hicieron retorcerse de dolor. Klaus comenzó a vomitar sangre y su piel empezó a volverse grisácea.

—¡Lo estás matando! —Elijah la lanzó hacia el piso de abajo de la casa, cayendo sobre ella.

—Se llama instinto de preservación, idiota. Si no mato a un ser poderoso e inmortal, los mataré a todos y luego moriré lenta y dolorosamente porque me quedaré sin sangre de original. —Rodó los ojos y le metió un cabezazo para liberarse de su agarre—. ¿Por qué lo defiendes cuando acaba de intentar matar a tu novia?

—La culpa te mataría si le haces daño y sigue siendo mi hermano. —Dijo con firmeza. Segundos después, un recuperado Klaus apareció y le clavó al trajeado la daga mística de Papá Tunde.

—Eres mucho más malo de lo que pensaba. —Sky estaba sorprendida, y eso era mucho para alguien que no sentía nada—. Normalmente te gritaría o intentaría salvar al pobre Elijah, pero no me importa.

—Sigues repitiendo eso, pero sé que sí. —Tomó un pedazo de la escalera y la atravesó con él, clavándola contra una pared. La tomó con una mano del cuello para que lo mire y pronunció muy cerca de la boca de su novia las siguientes palabras—: Sabes tan bien como yo que no ibas a matarme, solo era un truco para distraer a Elijah. Sé que leíste mi mente, eres demasiado lista.

—Y tú tienes un muy buen plan que deberé seguir al pie de la letra porque sabes que quiero vivir. Tengo tantas personas que matar y muchos lugares por conocer. Dicen que las francesas son deliciosas. —Sonrió de forma malévola y Klaus no pudo evitar pensar que odiaba verla así. Físicamente estaba hermosa de una forma aterradora, pero no tenía el brillo en sus ojos cuando lo miraba y eso era lo que más le molestaba.

—Entonces sabrás que debo hacerlo creíble.

—Adelante, Nik. —Pronunció el apodo que le decía cuando eran niños para hacerlo sentir culpable y funcionó, pero eso no importo porque  sacó el metal de su estómago para luego clavárselo en el pecho a escasos centímetros de su corazón. La miró con dolor y rápidamente le rompió el cuello para que Dahlia, que se acercaba rápidamente, no desconfiara.

—¿Todo listo? —interrogó la morena y el rubio asintió, sin ser capaz de ver a su novia. Odiaba verla así de herida.

—¿Perdiste la cabeza? —cuestionó Rebekah, apareciendo, quien era sujeta por un hipnotizado Marcel.

—Mi cabeza está en su lugar, por eso decidí alejarla de traicioneros.

—¡Bastardo! ¿Cómo pudiste?

—De hecho, fue muy simple: recordé lo que Elijah me hizo y lo multipliqué por diez. Ten cuidado o te aplicaré la misma ecuación. —advirtió con seriedad antes de mirar a los ojos al moreno e hipnotizarlo—: Marcellus, mantén a Rebekah aquí. Si intenta huir, sé que valora su vida mortal, así que castígala quitándosela.

—Vete al infierno —pronunció con ira el nombrado.

—Si con "vete al infierno" te refieres a las traiciones de las personas que más amaba, ya estuve ahí y no me importó. —Intentó ocultar su dolor volviendo a utilizar su compulsión: —Haz lo que te digo.

—¡Por Dios! —El grito de la ex vampira resonó por todo el lugar cuando dirigió su mirada hacia Skylar, que estaba clavada en la pared y parecía muerta por lo pálida que estaba su piel, además de que el lugar en el que estaba el metal simulaba ser su corazón—. ¡¿Cómo pudiste hacerle eso a ella?! Entiendo que quieras torturarnos, ¿Pero la asesinaste? ¿A la persona que siempre te amó y defendió? ¿A la madre de tu única hija? A mi mejor amiga... ¡Esto no te lo perdonaré, Nik!

—Ella no significaba nada para mí, solo la quería porque era un recordatorio de que pude tener a mis pies a la criatura más poderosa del planeta. —El puño de la chica se incrustó en su rostro y casi se lanzó sobre él mientras lloraba en silencio, siendo detenida por Marcel.

—Nunca la mereciste.

—La magia de la niña sigue oculta —comentó Dahlia, sacándolo de sus pensamientos y extendiéndole su mano—. Necesito tu sangre para encontrarla.

—No... ¡Nik, no! —suplicó, pero eso no importó porque él se mordió la muñeca y dejó caer gotas de su sangre en la palma de su tía para que realizara el hechizo.

Marcel se llevó a la fuerza a Rebekah, que no podía parar de sollozar por todo lo que su hermano estaba haciendo.

—La encontré... Ya sé dónde está tu hija.

Klaus tuvo miedo por un momento, pero sin embargo, decidió seguirla para poder finalizar la segunda parte de su plan. Ya había hecho creer a todos que era un monstruo y se había ganado la confianza de Dahlia. Ahora solo le faltaba convertir a la manada Creciente en lobos permanentemente y hacer que su tía se vinculara con él para darles tiempo a sus hermanos y novia de encontrar los ingredientes para matarla.

Media hora más tarde, una Skylar que se sentía completamente adolorida arrancó con su magia la daga de Papá Tunde del pecho de Elijah, que despertó desconcertado.

—Elijah, levántate de una vez. Necesito algo de ayuda para quitarme esto. —El original la miró preocupado y corrió a arrancarle el metal del pecho con delicadeza para no matarla en el proceso.

—¿Cómo terminaste así? —interrogó confundido.

—Tu hermano. —Apartó la mirada al ver la sangre fresca en la camisa blanca de su amigo, inhalando y exhalando varias veces para poder contenerse—. Escucha, todo esto fue un truco.

—Te volviste loca... Él se volvió loco.

—No, me volví insensible, que es diferente. Klaus necesita que confíes en él para que pueda hacer lo que tiene que hacer. Él tiene un plan, pero tenía que hacerlo convincente... Sé su secreto: ya sé cómo matar a Dahlia.

—Skylar, mírame —pidió al verla cerrar sus ojos. Estaba cada vez más pálida, casi grisácea, y ambos sabían lo que le sucedía. La chica corrió hacia la cocina a tomar una bolsa de sangre de la heladera, que se la arrebató el moreno—. Deja de evitarme... Sé que no me lastimarás.

—No me hagas esto... Si te mato y luego recupero mi humanidad, sabes que eso me destruiría. —Negó repetidamente, volteándose para no verlo. Pero él se apareció delante y desabrochó el primer botón de su camisa para darle espacio para que beba de su cuello—. Elijah, por favor. Esto...

—Hazlo. —Su orden hizo que perdiera el autocontrol y lo jaló por los hombros para clavar sus colmillos en su cuello, disfrutando del sabor metálico de su sangre que tenía un toque dulce. Era algo adictivo, por lo que olvidó que no quería matarlo y comenzó a succionar con más fuerza hasta que él la apartó.

—Lo siento —susurró, sintiéndose recuperada. Su piel se veía muchísimo más blanca de lo usual, pero ya no parecía moribunda—. Olvidé que en algún momento me importaste.

—Yo creo que, aunque tus emociones no estén como antes, aún sientes cosas. De otra forma, me habrías matado hace mucho.

—Déjame en paz —ocultó que era cierto, intentando irse, pero él la tomó del brazo para que lo viera a los ojos, y eso hizo—. Mira, Elijah, mis emociones están completamente desastrosas y son casi nulas. Pero no soy un monstruo y en algún momento te amé... Te consideré mi mejor amigo y uno de los pilares que me ayudaban a sobrellevar esta vida. Todo eso se fue cuando me clavaste una daga en el corazón.

—Mientes, porque hay una pequeña parte de ti que aún me ama y no quiere hacerme daño. —Notó que la estaba haciendo enojar, pero quería hacerla sentir de vuelta a toda costa porque estaba harto de ver ese ser vacío que simulaba ser su mejor amiga—. Ahora que ya estás curada, ¿qué significa que Niklaus tiene un plan? ¡Nosotros teníamos un plan! Uno que destruyó él solo.

—Nuestro plan no hubiera funcionado, Elijah. —Rodó los ojos con irritación mientras lo veía beberse la bolsa de sangre y tomar otra—. Cuando peleaban, supe que fallaría, así que tuve que seguir el suyo.

—¿Cuál es su plan?

—Dahlia se vinculará a él.

—¿Mi hermano se vinculará con nuestra enemiga? Ella será indestructible.

—Dijo que te convenciera de que todo lo que debe hacer, lo hará solo. Teníamos los ingredientes erróneos para matar a Dahlia y él tiene que ganar tiempo para que encontremos los correctos.

—¿Y cómo piensa hacer eso?

—Va a clavarse la daga para quitarla del medio y, cuando lo haga, supongo que Freya volverá de su sueño profundo.

—¿Qué tenía que ver Gia en su plan? —cuestionó lo que llevaba rondando en su cabeza.

—¿Por eso estás tan molesto? Yo la salvé, tu mascota inmortal estará bien. Deja de ser tan dramático —pidió irritada, viéndolo llamar repetidas veces a alguien—. Mira, tal vez sus acciones pudieron ser diferentes, pero Klaus hará lo que sea por Hope.

—¡Klaus hará lo que sea que tenga que hacer por Klaus!

—No hay necesidad de gritar, eres tan insufrible. No entiendo cómo pude ser tu amiga —se quejó, cubriendo sus oídos.

—Ahora Hayley no contesta su teléfono, ¿qué se supone que hizo?

—No culpes al mensajero. —La defendió Rebekah, que apareció en su verdadero cuerpo junto con Marcel. Ella suspiró aliviada al ver a Skylar con vida, corrió a abrazarla con fuerza, y la chica se quedó estática en su lugar por algunos minutos hasta que decidió darle unas palmaditas en la espalda para que se aleje, y eso hizo—. Me asustaste mucho... Me alegra verte bien.

—Gracias —susurró, alejándose porque de a momentos ellos la hacían tener pequeños atisbos de sentimientos.

—En cuanto a Hayley... —murmuró el moreno, preocupado—. Cuando Klaus me atacó, robó el hechizo que usé con los lobos Crecientes.

—¿La condenaste a un cuerpo de bestia? —Molesto, Elijah intentó acercarse. Pero Skylar le puso la mano en el pecho y negó para que se quedara en su lugar, y eso hizo.

—Tranquilo, encontraremos a Hayley y la ayudaremos. Pero eso ahora no es importante, enfoquémonos en los que debemos matar hoy.

—¿Cómo puedes decir eso? Es tu hermana.

—Sí, pero no tengo casi emociones. Tú tienes las tuyas y de todas formas le clavaste una daga a tu hermano en el corazón.

—No es lo mismo y lo sabes. —Se volteó a verla directamente a los ojos con molestia—. Esta no eres tú, debemos salvarla ahora.

—Ahora soy así, tómalo o déjalo. Pero no te atrevas a juzgarme porque tú me volviste esto.

—Sí, y me arrepiento muchísimo porque odio esta nueva tú.

—Y yo odio no poder arrancarte la cabeza... O tal vez sí puedo.

—Basta —pidió Bekah, acercándose para quedar entre medio de ambos—. No es el momento... Freya llamó, Dahlia está incapacitada. Está a dos horas al norte, cerca del río Pearl.

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