63 |La cazadora de originales|

De vuelta en la realidad, Skylar no lograba entender qué demonios había pasado. Estaba a punto de ganar el juego de cartas, y de repente, una figura borrosa apareció frente a ella. Se levantó del ataúd, escuchando la voz de un hombre que no reconocía, y tuvo que sujetarse de la pared para mantenerse en pie, pues se sentía más débil que nunca. Un dolor terrible recorría su cuerpo mientras comenzaba a dar pasos lentos.

—Mientras más te esfuerces, peor será. —Esta vez, reconoció la voz y, con furia, golpeó a Elijah en el rostro, haciendo que su nariz sangrara. Era obvio que el golpe le había dolido más a ella, dado su estado, pero no iba a quedarse quieta solo porque él se lo pedía—. ¿Podemos hablar de forma civilizada? Te traje esto.

—No, los voy a hacer sufrir a ti y a Hayley de forma nada civilizada. —Lo miró con odio antes de tomar la bolsa de sangre que él le extendía y lanzarla contra la pared. Elijah suspiró, sabiendo que sería más difícil razonar con ella de lo que pensaba. La Trihibrida extendió su brazo hacia él, intentando provocarle un aneurisma, pero nada sucedió—. Te lo voy a preguntar una sola vez: ¿Dónde está mi hermana y qué le hicieron a mi magia?

—Tu magia no va a funcionar hasta que te hayas recuperado por completo, y para eso, tienes que comer. —Elijah evitaba su pregunta, lo que la enfureció tanto que se olvidó del dolor que tenía en cada músculo y articulación. Sentía su sangre circular por su cuerpo con pesadez, como si se hubiera convertido en piedra. Era peor de lo que había podido imaginar—. Hayley tomó a Hope y se fue con Jackson al pantano. No podrás encontrarlos a menos...

Esa frase terminó de enfurecerla. Skylar reunió fuerzas y comenzó a golpearlo repetidamente, para luego morderlo en el cuello y alejarse rápidamente al sentirse extraña.

—Espero que la pases muy mal estos días. Dicen que la mordida de un licántropo duele tanto como un puñal en la espalda. —Lo miró con una sonrisa falsa antes de patearlo lejos de ella.

Elijah sabía que era fuerte, pero no podía creer que le hubiera dado tal paliza estando tan débil. Se llevó la mano a su cuello, sintiendo el dolor en la zona, mientras la veía irse.

La Trihíbrida, totalmente enfurecida, salió de la mansión Mikaelson, viendo la luz del día, lo que le indicaba que no habían pasado tantas horas desde que Elijah y Hayley la habían "dormido". Corrió hacia un callejón, donde se encontró con una pareja besándose apasionadamente.

—Hay muchos moteles en Nueva Orleans; podrían hacer eso en un lugar más higiénico —dijo, asqueada, haciéndolos separarse. Se acercó a paso firme y tomó a uno de cada brazo para hipnotizarlos: —No griten ni se muevan.

Con una sonrisa de satisfacción, clavó sus colmillos en el cuello del hombre y succionó hasta la última gota de su sangre. Esperaba poder detenerse antes de matarlo, pero no lo logró y tuvo que hacer lo mismo con la chica que lloraba en silencio.

—No era necesario que hicieras eso. —Skylar se volteó, encontrándose con el original trajeado que la fulminaba con la mirada—. Y no me refiero a matar a esa gente, porque sé que cuando te clavan la daga, luego no puedes controlarte. Hablo de morderme en el cuello.

—Tampoco era necesario que me apuñalaras por la espalda... Literal y metafóricamente. —Extendió su mano hacia su amigo, poniéndolo de rodillas en el suelo con sus poderes, y comenzó a hacerle sentir todo lo que había sentido al ser traicionada de ese modo, tanto sus emociones como su dolor físico.

Elijah, en un ataque de adrenalina, se lanzó sobre ella, sujetándole las manos con las suyas para poder aprisionarla contra el suelo y lograr que se calmara.

—¡Ya basta, Skylar! —Skylar le propinó un cabezazo antes de imitar la acción del hombre y sujetarlo del cuello con fuerza contra el pavimento.

—Soy la Trihíbrida, Elijah. ¿Por qué provocas una guerra que no vas a poder terminar? —interrogó con una sonrisa aterradora—. Ahora, ¿por qué no me dices dónde está Klaus?

—De alguna forma, logró quitarse la daga y huyó; probablemente, está planeando cómo hacernos sufrir a todos. —Skylar no lo demostró, pero le dolía pensar que Klaus la había dejado pudriéndose en ese ataúd—. Lo lamento, ¿sí? Solo trataba de hacer lo mejor para Hope y ahora está a salvo con Hayley y Jackson. Sabía que no dejarías que se escondieran en el pantano porque no quieres estar alejada de ella, pero encontraron una forma de reprimir su magia para que Dahlia no la encuentre.

Skylar aflojó su agarre, cosa que Elijah aprovechó para cambiar la posición y volver a sujetarla como antes.

—Pudiste decírmelo, pero decidieron actuar a mis espaldas y traicionarme. —Lo miró con tristeza, haciéndolo sentir realmente mal. De todas formas, él no se arrepentía porque amaba con toda su alma a su sobrina y haría lo que fuera por ella.

—Sé que en este momento estás furiosa y dolida, pero te necesito. Klaus desapareció y no creo que quiera ser encontrado. —La soltó, viendo en sus ojos que no iba a volver a lastimarlo, y se separó lentamente, extendiéndole la mano como un caballero para ayudarla a levantarse. Ella no la tomó y se levantó por sí sola, lo que hizo que Elijah suspirara frustrado—. Tenemos que luchar juntos contra Dahlia. Y necesito que convenzas a mi hermano de dejar sus rencores atrás. Si no hubiera matado al lobo...

—Klaus no mató a Aiden. —Sus palabras lo hicieron sentir muy culpable—. Él pensaba que si lo admitía, Hayley cuestionaría a la manada y evitaría que yo aceptara irme con ella.

—¿Por qué pensaría algo así? —Elijah no podía creerlo, pero había desafiado la ira de su hermano por nada, porque esta vez, era inocente.

—Se echó la culpa solo porque un loco dictador decretó que todo el mundo le temería.

—Sin embargo, si lo hubiera disculpado, el ejército que protege a Hope se hubiera revelado.

—Pero no debiste hacerle algo así cuando nuestra hija está en riesgo. Lo lastimaste y eso no te lo perdonará... Al menos en el próximo siglo, y lo sabes.

—Por favor, tus sentimientos por mi hermano nublan tu juicio.

—No, ¿sabes qué nubla mi juicio? El hambre feroz que tengo, que no parece saciarse con nada.

—Y por eso te traje tu desayuno, con el fin de que pudieras perdonarme o al menos convivir conmigo por un rato.

En ese preciso momento, una mujer castaña apareció, y Skylar se acercó a ella. Clavó sus colmillos en su cuello y al probar su sangre no pudo detenerse, por lo que Elijah la alejó, curó a la chica y la hipnotizó para que olvidara todo.

—Estoy muy hambrienta, pero la sangre no me satisface por completo.

—¿Quieres que traiga a alguien más?

—No, es como si necesitara otra cosa, porque todavía no me siento recuperada. Ayudó, pero no estoy mejor. —Ninguno de los dos entendía qué le sucedía, pero nadie jamás había puesto a dormir a una Trihíbrida, así que supusieron que sería algo normal—. Solo dime qué necesitas.

—Sígueme. —Skylar utilizó su velocidad vampírica para desplazarse hacia el bar que evitaba que las brujas utilizaran magia, y se adentraron en el lugar.

—¿Cómo es posible que un bar de jazz no tenga jazz? —oyeron a Rebekah quejarse mientras se acercaban rápidamente, asustando a la bruja que tenía un cuchillo en la mano. Sin pensarlo, ella intentó atacar a su hermano mayor con el "arma", pero este fue más rápido y puso la mano en su camino.

En el momento en que Skylar vio la sangre gotear de la palma de Elijah, entró en un trance. Sus ojos se tornaron de un azul eléctrico y las venas se realzaron bajo sus ojos.

—¿Skylar? —Elijah se arrancó el cuchillo de la palma, observando confundido cómo la Trihíbrida lo miraba como un cazador a una presa.

Ella se acercó lentamente hacia él, pasando su dedo por la palma de su mano antes de llevárselo a la boca y saborear la sangre del original.

—¿Qué demonios está pasando aquí? —Camille se encontraba tan confundida como el resto de las personas en la habitación.

—Cálmate —rogó Elijah, seguro de que había entendido lo que le pasaba a su amiga.

—Ojalá pudiera. —Skylar no resistió su impulso y lo tomó con fuerza, clavando sus colmillos en su cuello y succionando su sangre, que aliviaba todo el dolor que sentía en su cuerpo. Era eso lo que necesitaba.

Rebekah, que no entendía lo que sucedía y pensaba que Skylar quería castigar a su hermano con la mordida (sin saber que ya lo había hecho), rompió una silla de madera y clavó un pedazo en el vientre de la Trihíbrida, que cayó al suelo junto con Elijah.

—Te ves terrible. —La humana rubia comentó, observando al original que se sentía bastante moribundo.

Skylar se arrancó la madera confundida, hasta que lo que acababa de suceder volvió a su memoria.

—Lo lamento, no sé qué me pasó. —Se acercó rápidamente al original que estaba a su lado y le extendió la muñeca para que se curara de las mordidas que le acababa de ocasionar.

—Está bien, creo saber qué es lo que te sucede —dijo el moreno mientras ambos se levantaban del suelo—. Eres la Trihíbrida, como bien me recordaste, fuiste creada para matarnos.

—¿Dices que trataba de matarte? Yo no lo haría...

—No de forma consciente —intervino Vincent Griffith, que había presenciado la situación en completo silencio—. Al clavarte la daga, te devolvieron a una versión más primitiva de ti misma.

—¿Dices que me reiniciaron de fábrica? —inquirió con sarcasmo.

—Sí, algo así. Por lo que te recomiendo que no estés cerca de ningún vampiro Mikaelson mientras sangra.

—¿Por cuánto tiempo estaré así? —preguntó preocupada, ya que no deseaba lastimarlos.

—Es un efecto secundario. Pasará pronto, supongo. Pensé que te lo dirían sus ancestros, esa es su misión: advertirte sobre posibles escenarios cuando volvieras a la vida.

En el Duayda, Kol fulminaba con la mirada a Duncan, quien deseaba que Vincent se callara porque sabía que había metido la pata.

—Genial, otro problema más —se quejó molesta, deseando que el vampiro se lo hubiera dicho para poder estar preparada, porque ahora que había probado la sangre de Elijah, todo lo que deseaba era beber hasta su última gota.

—Por favor, no me mires así —pidió el trajeado con incomodidad, sintiéndose una presa cada vez que la chica dirigía su mirada hacia él.

—Lo siento, pero en este momento necesito escribir tu nombre en un muro —se burló, refiriéndose a Stefan. Solo Rebekah rió, ya que era la única que comprendía su chiste—. Tanto que me burlé de Stefan por ser un destripador, y ahora estoy a un paso de convertirme en él.

—Podrías comenzar a escribir en un diario.

—¡Ay, sí! Será divertido; podría escribir algo como: "Querido Diario, mi hermana me ha traicionado, al igual que mi mejor amigo. Ahora tengo que salvar a mi hija de una bruja psicótica y descubrir cómo evitar comerme a Elijah en el proceso". —El nombrado suspiró, bajando la mirada, mientras que la morena soltó una carcajada.

—Bien, solo te faltó decir que tu hermano te robó la novia y que te hará sufrir por toda la eternidad.

—Lo bueno de que Hayley sea mi hermana es que jamás nos pelearíamos por un hombre, tiene un terrible gusto en ellos. —Sus palabras hicieron sonreír al original, porque aunque ella trataba de ofenderlo, lo había divertido—. Con respecto a lo otro, yo soy la hermana mala. Así que Hayley será la que deberá escribir eso en su diario cuando la encuentre.

—Me agrada que también tengas un Damon en tu interior —comentó la morena, guiñándole un ojo—. Así es más divertido. ¿Te consideras más Damon o más Stefan? ¿Damon con humanidad o sin humanidad? O si eres Stefan, ¿eres el destripador o el aburrido?

—Hay preocupaciones más importantes que saber qué tipo de Damon o Stefan es —dijo con seriedad el original.

—Me clavaste una daga por la espalda, así que al menos deberías tener la decencia de dejarme divertir —sus indirectas no desaparecían, y eso hacía sentir culpable al original—. Pero si no queda otra, prosigue.

—Parece que la desconfianza de Niklaus hacia Freya no estaba tan errada. Nuestra hermana quiere usar a Hope de señuelo para atraer a Dahlia a una trampa.

—Y asumo que le dijiste que está completamente loca —habló Rebekah, robándole las palabras de la boca a Skylar.

—Tengo otra idea. Hope es como una especie de faro para esta guerra y ahora que está oculta, tal vez podríamos usar algo más para atrapar a Dahlia —dijo, acercándose hacia algunos artefactos que había traído Cami—. Estos objetos encantados generarán poder para crear una carnada de alguna forma.

—¿A dónde vas? —cuestionó la Trihíbrida al brujo que estaba comenzando a irse lentamente.

—Acorde, Rebekah, a romper el vínculo con esos niños. Cuando quieran volver a eso, avísenme. —Vincent intentó seguir su camino, pero fue detenido por el trajeado que apareció frente a él.

—Ahora mismo necesito las mejores mentes y los brujos más poderosos de la ciudad. Señor Griffith, ¿tiene alguna idea del peligro que enfrenta mi sobrina?

—Le deseo lo mejor, en serio, pero acabé con la magia y esta no es mi lucha. —Elijah, indignado de que no se preocupara por Hope, lo estampó contra el muro mientras lo sujetaba del cuello.

—No lo toques. —Skylar empujó a Elijah y vio el agradecimiento en los ojos del brujo antes de que este partiera con rapidez—. Tú definitivamente necesitas una lección de cómo tratar a las personas que te quieren o te ayudan, como Vincent. Al lastimarlo, rompiste cualquier tipo de confianza que tenía en ti, pero como lo salvé, ahora confía en mí. Es simple, de hecho, solo tienes que evitar traicionar a las personas que confían en ti.

—Sé que te lastimé y no me justifico. —Ambos salieron al exterior del bar para poder mantener esa conversación sin ser escuchados por las chicas que se acercaron a la puerta para poder escuchar de todas formas—. Me arrepentiré de eso por toda la eternidad e intentaré recompensarte.

—Pobre Elijah, siempre el mártir —intentó alejarse de él, pero él la tomó del brazo, haciendo que se volteara a verlo—. ¡No me toques!

—¡Damon y Stefan Salvatore te han herido de formas mucho peores, pero, sin embargo, los perdonaste! ¿Qué debo hacer para que me perdones?

—¿Quieres saber la diferencia entre ellos y tú, Elijah? Yo no los amaba tanto como a ti ni les hubiera confiado mi vida o la de mi hija. —Quería lastimarlo y eso iba a hacer, comenzando por sus sentimientos por él—. He estado para ti cuando todos tus hermanos te dieron la espalda, cuando te sentías solo y nadie se preocupaba por siquiera preguntar cómo estabas, ¿y qué me gané? Una daga en el corazón.

—Skylar...

—¡No, ahora es mi turno de hablar! —Muy posiblemente, toda Nueva Orleans los estaba escuchando y no le importaba; estaba muy dolida y, sin poder evitarlo, comenzó a llorar—. Hace tres años, cuando ninguno tenía memoria, Rose y Trevor me secuestraron para poder entregarme a ti. Luego, me llevaste a una casa porque dijiste que necesitabas hablar conmigo. Yo intenté huir de ti y me dijiste que no era necesario, que me ibas a dejar ir y solo querías hablar. Luego, Damon y Stefan te clavaron esa estaca en el corazón y pensé que estabas muerto. ¿Quieres saber lo que sentí? Lloré por horas sin poder entender por qué estaba tan triste por ti. Incluso sin memoria, te amaba tanto o más que a Rebekah y Kol, y sentí que moría también cuando pensé que estabas muerto.

—Lo lamento tanto.

—No todo se soluciona con una disculpa, Elijah. Porque yo jamás haría nada para lastimarte; hubiera intentado convencerte. Pero me clavaste una daga para que mi hermana huyera con mi hija. Te metiste con la vida de Hope, y eso no puedo perdonarlo tan fácilmente.

—Skylar, necesito que me escuches.

—No quiero hacerlo. Damon y Stefan podrán haber sido unos muy malos amigos, pero nunca los consideré mi familia. A ti en cambio... Te amé a pesar de todo y ni siquiera te importó. —Se limpió las lágrimas y lo observó con algo de enojo—. Así que si quieres que te perdone, evita que tu tía se lleve a Hope. Porque si tu plan de sacarnos del juego a Klaus y a mí falla, y algo le pasa a mi hija, me voy a volver la cazadora de originales que siempre debí ser.

Al notar que iban a volver a entrar en el bar, Rebekah y Camille corrieron hasta la otra punta, fingiendo mirar la pared.

—¿Ya dejaron de gritarse como idiotas? —fue lo primero que dijo Rebekah para romper el hielo, pero la tensión en el ambiente se podía notar a kilómetros—. Tenemos que estar unidos en esto.

—Dahlia exigió a Hope a medianoche, así que el tiempo es oro. —Incomodo, Elijah desapareció a velocidad vampírica, mientras Skylar caminaba hacia la salida, seguida por las mujeres que cargaban con los objetos oscuros.

Rápidamente, creó un portal hacia el cementerio para poder investigar junto a Davina, que era una de las brujas más inteligentes y poderosas que había conocido. Camille y Rebekah, al adentrarse en la cripta, le explicaron rápidamente a la castaña la idea de Elijah, mientras Skylar observaba los artefactos que poseía, buscando algo que le sirviera.

—Sí que lograste catalogar todo esto —comentó la ojiazul mientras pasaba las páginas del libro que contenía todos los objetos oscuros junto con una breve descripción de lo que hacían, escrito por nada más ni nada menos que la mesera rubia—. ¿Ya te diagnosticaste como obsesiva compulsiva?

—Muy graciosa. Es mi herencia familiar, así que creo que tengo que dejar de fingir y aceptarlo.

—A no ser que haya algo en ese libro que nos diga cómo clonar a una bebé Trihíbrida, estamos perdidas —se quejó Bekah, rodando los ojos mientras observaba uno de los grimorios. Lo cerró con fuerza al no encontrar nada y se acercó hacia una tela blanca que ocultaba algo bajo.

—¡No toques eso! —La ex vampira original no obedeció y levantó la manta, dejando a la vista dos palomas muertas dentro de un círculo de sal.

—¿Qué estás tramando? —cuestionó con una ceja alzada.

—Un hechizo de resurrección para Kol —explicó con molestia—. Lo recuerdan, ¿cierto? ¿El hermano que juraron salvar?

—He amado a Kol por más vidas de las que tú has estado sobre la tierra, en épocas mucho más distintas que esta y tanto en mi vida como en mi muerte. —Sky se refería a cada vez que había viajado en el tiempo y las veces que había pasado por el Duayda.

Todas las veces había amado a los hermanos Mikaelson, tal y como le había recordado a Elijah hace unos minutos.

—Lo siento. —Era obvio que Skylar estaba de mal humor, porque ella jamás le hablaba de ese modo, siempre había sido extrañamente amorosa y maternal con ella.

—Así que no te atrevas a cuestionar mi lealtad hacia él o mis deseos por revivirlo. —Estaba molesta y era consciente de que se estaba desquitando con Davina, pero ya no podía detenerse—. Ni siquiera habías nacido cuando él jugaba a lanzarme piedras para que las hiciera flotar hace mil años, o cuando jugábamos a las escondidas hace quinientos años. Incluso cuando pintábamos los trajes de Elijah de rosa para molestarlo, escondíamos los maquillajes y vestidos de Rebekah o hacía magia para hacer caer a Klaus, entre diversas cosas para irritarlo.

—Ya entendió —dijo la morena para evitar que siguiera lastimando a la chica—. Enfoquémonos en lo importante.

—Cuando Kol intentaba encontrar la forma de no morir, usó magia representativa —A Skylar se le acababa de ocurrir una idea asombrosa, por lo que se acercó a tomar el golem junto con el artefacto extraño que le había dado antes de morir, el cual le donó a Davina para que investigara para qué servía y si podía revivirlo.

—Hola, pequeña brujita —escuchó la voz de la persona en la que pensaba justo a su lado.

—¿Qué demonios?

¿Qué te pasa? —interrogaron al unísono las tres mujeres, que no comprendían por qué miraba hacia la nada.

—¿Cómo es posible que estés aquí? —cuestionó, pareciendo una loca a la vista de las tres chicas.

—Duncan está rompiendo todas las reglas y me está permitiendo esto, pero como eres la única que tiene una conexión directa con el Duayda, solo tú puedes verme —comentó, observando a Davina con nostalgia—. No la maltrates; ella no tiene la culpa de que mis hermanos sean unos idiotas.

—Lo siento —se disculpó, viendo a Davina—. ¿Realmente la amas, no es así?

Sí, así como tú amas a Nik. —Miró a la bruja con ternura y suspiró—. Duncan dice que el único modo de evitar que comiences a matar originales es que utilices tu poder para eliminar a alguien muy poderoso e inmortal. Como dijo Vincent, te reiniciaron de fábrica y vas a desear matar a todos, especialmente a Elijah, quien fue quien te clavó la daga. Tu comportamiento cambiará hasta que te conviertas en una cazadora sin ningún tipo de humanidad.

—¿Por qué demonios no me dijo eso antes?

—Sky... ¿estás bien? —cuestionó Bekah, acercándose lentamente hacia ella—. ¿Con quién hablas?

—Con Kol.

—¿Puedes verlo? ¿Cómo es posible?

—Luego les explico.

—Duncan olvidó decirte ese dato, así que me mandó a mí porque es demasiado cobarde. Ahora necesito que me escuches con atención porque el tiempo se me acaba: mata a Dahlia o terminarás masacrando a todos mis hermanos. Te volverás peor que Alaric Saltzman cuando mi madre lo convirtió. También necesito que le digas a Davina que la amo, que haga lo que le pedí con ese objeto y que la deje vivir encerrada en este cementerio, porque aún no es el momento de recibirme, pero será pronto.

—Dice Kol que te ama, que necesita que continúes con lo que te pidió con este artefacto y que dejes de estar encerrada en este cementerio.

—Dile que lo amo y que no voy a detenerme hasta que logre revivirlo.

—Él te oyó.

—Usa el golem para salvar a mi sobrina favorita. Es un buen señuelo.

—Tienes razón, si buscamos la forma de duplicar la fuente de poder de Hope y transferirla a la muñeca, tendremos el señuelo.

Dahlia no podrá ser engañada con un simple muñeco, necesitarás un latido, y para eso, sangre de Hope. Adiós por ahora, pequeña brujita. Suerte con Dahlia. —Y sin más, desapareció frente a sus ojos.

—Kol se fue, pero me dijo cómo salvar a Hope. —Skylar se distrajo al oír pasos provenientes de alguien que se acercaba al cementerio y fue hasta allí con su velocidad vampírica, encontrándose con Vincent—. Hola, volviste.

—Quería agradecerte por salvarme y darte esto: es para Rebekah, el hechizo que la desliga de los niños. Tiene todo, diagramas, pronunciaciones. Es muy específico, hasta para una bruja bebé.

—Eres bueno, Vincent. Serías un buen regente —aseguró, leyendo su mente—. Aunque, Davina también lo sería.

—Ahora que Josephine murió, los aquelarres son un desastre. Necesitan guía y no tienen a nadie. Como reina de esta ciudad, podrías postularte para eso.

—Jamás me aceptarían esos asquerosos ancestros; piensan que mi sangre está contaminada. Pero sí a ti o a Davina.

—No, ya terminé con la magia.

—Como digas. Ahora sí, me disculpas, debo volver adentro a salvar a mi bebé.

Skylar regresó a darle el hechizo a Rebekah, que le permitiría desvincularse de esos niños en caso de que algo malo sucediera. La ex vampira original le envió un mensaje a su hermano mayor explicándole el plan y lo obligó a decirle a la Trihíbrida dónde encontrar a su hija.

Por lo que ahora Elijah se encontraba caminando por el pantano junto a su amiga, que no dejaba de dedicarle malas miradas y, en algunas ocasiones, lo miraba como si quisiera comérselo.

—Llegamos. —Lo que confirmó sus palabras fue que comenzaron a volar hacia ellos flechas, las cuales atraparon rápidamente mientras veían acercarse a dos hombres lobo—. Niños, por favor. —En ese mismo momento, Jackson apareció, golpeando con todas sus fuerzas al vampiro, sin lograr hacerle nada. —Vinimos a ver a Hope.

—No pasará.

—¿Qué dijiste? —Skylar hizo brillar sus ojos color azul eléctrico mientras le mostraba su rostro vampírico y extendía su mano hacia él para ahorcarlo con su magia—. Huyes con mi hija, ¿y ahora quieres negarme verla?

—Déjalo, no vale la pena. —La intervención de su amigo hizo que lo soltara—. ¿Podemos evitar esta tontería? No te fue muy bien con mi hermano.

—Hay una diferencia entre ustedes y Klaus; no pueden matarme —aseguró con una sonrisa falsa antes de señalar a Elijah—. Tú esperas el día en que muera para tomar tu lugar inmortal al lado de Hayley. Y tú... —Señaló a Skylar—. Si me matas, perderás a tu única hermana.

—Y hablando del diablo —Sky vio a la híbrida acercarse confundida e intentó acercarse al ver a Hope en sus brazos, cosa que no logró porque Elijah la detuvo—. ¡Pero si es la hermana del año! ¿Te divertiste secuestrando a mi hija? ¿O fue mejor cuando decidiste pedirle a Elijah que me clave una daga en el corazón?

—Ya te desquitaste conmigo, Skylar, déjala. No tenemos tiempo para esto.

—Si no te apartas en los próximos cinco segundos, Elijah, voy a arrancarte la cabeza y se la daré a Gia de regalo. —El original sabía que no era una amenaza, porque la había visto luchar todo el camino con sus impulsos, pero al sentirlo cerca, todo su autocontrol había desaparecido—. No quiero tener que matarte.

—No lo harás, pero no tenemos tiempo para esto tampoco. —El original se alejó lentamente antes de volverse a ver a Hayley—. Tenemos otro plan: encontramos la forma de duplicar la magia de Hope para poder guiar a Dahlia hasta una trampa. Después de eso, la matará Skylar y, cuando nuestro hogar esté a salvo, podrás regresarla a donde pertenece... con su familia.

—Ahora, dame a mi hija o voy a matar a Jackson frente a tus ojos para que aprendas una muy importante lección: no hay nadie más poderoso que yo y no debes meterte conmigo porque tengo millones de formas pensadas para hacerte sufrir. —Tomó del cuello al hombre lobo y amenazó con clavarle en el pecho una de las flechas que se le había lanzado.

Era obvio para Elijah que Skylar poco a poco perdía su humanidad. Ella le había contado lo que Kol había dicho para que supiera lo que pasaría si no mataban a Dahlia pronto. A ese paso, terminaría sin humanidad para el día siguiente, porque notaba cómo cada vez eran más fuertes sus ansias junto a su extraño comportamiento.

—¿Qué te sucede? —preguntó dolida la ojiverde.

—Está sufriendo un efecto colateral de nuestro experimento con la daga. Su humanidad desaparecerá pronto y luego nos matará a todos si no logramos detener a Dahlia pronto.

—Y luego yo moriré. —Lo afirmó porque estaba segura de que necesitaba la sangre de Elijah para vivir por un tiempo, y si los eliminaba, ella moriría posteriormente. Después de todo, su única finalidad era asesinarlos y luego desaparecer.

—Tienen que darse prisa entonces. —Hayley los miró preocupada antes de tomar la aguja que le extendía Elijah junto con un pequeño vial. Ella pinchó el dedo de la niña y dejó caer una sola gota de sangre en el frasco que bastaba para que pudieran terminar el hechizo.

—Adiós, hermana traidora. —Soltó a Jackson, que cayó al suelo observándola furioso, y comenzó a caminar lejos de allí.

A Skylar ya no le interesaba tanto aquella lucha por la pequeña fracción de humanidad que le quedaba, la cual estaba desapareciendo a una velocidad extraordinaria.

—Debes ayudarla —pidió Hayley, viéndola partir—. No se comporta como ella.

—Lo haré, no te preocupes.

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