58 |En busca de la bruja|

Skylar se encontraba de pie en la sala de estar en el piso superior de la mansión Mikaelson junto a Marcel y Hayley, observando cómo Klaus buscaba algo frenéticamente dentro de una caja extraña, ubicada en una de las estanterías. Murmuraba para sí mismo frases como «¿Dónde se supone que está?» «Yo lo deje por aquí» mientras los otros lo miraban sin entender qué intentaba encontrar.

La Trihibrida solo debió adentrarse en su mente para poder terminar con la exhaustiva búsqueda y, con ayuda de sus poderes, hizo flotar hacia el un par de esposas especiales que evitaban que el brujo o bruja que las llevara puestas hiciera magia.

—Gracias, amor —dijo con una sonrisa ladeada, a lo que ella le guiñó un ojo—. Espera, ¿pudiste darmelas todo este tiempo?

—Era divertido verte buscar de un lado al otro. Estuvieron frente a ti todo el tiempo. —Su burla contra su persona hubiera sido suficiente para que cualquier otra persona muriera al instante, pero como se trataba de ella, el rubio solo rió mientras negaba con la cabeza.

Sin borrar su expresión de satisfacción, Klaus se acercó a paso rápido hacia el antiguo rey de la ciudad, quien las tomó inmediatamente. Aunque, era obvio por la mueca en su rostro que no lograba comprender sus intenciones.

—Creo que ya no las guardaré, siempre hay un miembro de la familia o amigo que necesita ser encadenado. —La observación de Nik tenía mucho sentido para Skylar, ya que en esa ciudad siempre había que estar alerta.

—Explicale lo que necesitas que haga porque el pobre Marcel está muy confundido —pidió la castaña al notar que el vampiro solo se dedicaba a dirigir su mirada desde las esposas hacia Klaus.

—¿Que no es obvio? ¿Para que piensas que te pedí que vinieras? —interrogó con una ceja alzada—. Bueno, no importa... encuentra a Rebekah, Eva o quien sea. Utiliza eso para evitar que use magia y por sobre todas las cosas no la hieras. Lo poco de no-psicotica que tiene en su interior es aún mi hermana.

—No seré el único que la busque, asesinó a niños brujos —comentó con obviedad recordando lo que le había dicho Vincent la noche anterior

—Tiene razón, tenemos que encontrarla lo más pronto posible porque no dudarán en asesinarla —concordó Hayley con preocupación—. El trato de veinticuatro horas que logró Elijah con el aquelarre se terminó a media noche. Todas las brujas de la ciudad la buscarán.

—Bien, ve con Elijah y pídele que obligue a las brujas que detengan su cacería. —Klaus se volteó a ver a su cuñada con seriedad mientras evaluaba la situación y ella le dedicó una mala mirada porque, al igual que a su hermana, no le gustaba que le den órdenes—. Bueno, creo que todos tienen una tarea. Así que... ¡A trabajar!

—¿Y cuál se supone que es mi tarea? ¿Ayudo a Marcel a buscar a Rebekah? ¿Hago de diplomática con Elijah? ¿Mato a toda bruja que quiera eliminar a mi amiga? —cuestionó Sky de mala gana. Cruzó sus brazos mientras lo observaba con molestia porque se sentía excluida de la misión de salvar a Rebekah, y tenía razón.

—Tu te quedarás aquí con Hope, dónde estés protegida por mi y el ejército de hombres lobo de Jackson. —La forma en que lo dijo irritó muchísimo más a la chica, que no podía comprender que esperara que ella lo obedeciera con tranquilidad, sabiendo el peligro que corría su mejor amiga—. Lo de anoche no puede volver a repetirse.

Estaba escondiendo el profundo miedo que le provocó siquiera pensar en que si ella moría la noche anterior, tendría que pasar el resto de la esternidad completamente solo porque no pensaba enamorarse de alguien más. Ella era todo para el y lo que le preocupaba aún más era, ¿cómo le diría a su hija que su madre murió porque el no pudo protegerla?. Suponía que Hope lo odiaría y eso potenciaría la miseria de su vida.

La noche anterior había sido un infierno porque recordó que se rumoreo por siglos que si la Trihibrida transformaba podía morir como los vampiros normales. En ese momento eso lo alegró porque sabía que en ese caso sería muy fácil poder eliminar a la mujer que amenazaba a su familia. Ahora esa era una de sus mayores preocupaciones porque, aunque sabía que no había nadie más poderosa que ella, era una debilidad que no dejaría pasar.

—No pienso quedarme aquí sin hacer absolutamente nada sabiendo que eres perfectamente capaz de cuidar a Hope y que el edificio es completamente seguro. —Negó con seriedad comenzando a caminar hacia la salida, pero el apareció frente a ella, impidiéndole el paso—. Klaus, déjame ir. Ambos sabemos que lo único que puede proteger a nuestra hija es sacar a Rebekah de esa asesina serial y ponerla en su cuerpo original.

—¿Y si te ataca otra vez? —preguntó preocupado, temiendo que pudieran arrebatarse la de su lado.

Skylar bufó frustrada sabiendo que lo que había sucedido la noche anterior lo dejó tan atemorizado que ahora estaba extremadamente sobreprotector. No negaba que en ciertas ocasiones le parecía adorable que la cuidara, pero está vez no le agradaba del todo porque eso implicaría perder su autonomía completamente y que la encierre en la mansión.

Al presentir que estaba a punto de formarse una pelea, Hayley y Marcel comenzaron a salir muy lentamente hacia la salida. Observaron todo con curiosidad hasta que debieron cerrar la puerta tras ellos.

—¿Crees que la deje ayudar? —cuestionó el vampiro en un susurro mientras bajaban las escaleras.

—El no debe “dejarla” porque ella no permitirá que le diga que hacer —aseguró la híbrida con orgullo.

En la sala de estar, ambos seguían mirándose con un firmeza y determinación que habría doblegado a cualquiera. En este caso, era obvio que ninguno tenía la intención de ceder.

—Puedo defenderme sola, Klaus. —Le acarició la mejilla con cariño y eso suavizó su expresión—. Su magia no es nada comparado a la mía porque no logró canalizarme por tanto tiempo. Además, no puedes obligarme a quedarme aquí.

—Si puedo, de hecho —aseguró levemente ofendido, a lo que ella lo miró con una ceja alzada—. Pero no lo haré porque eso solo haría que me odies.

—No podría odiarte, aunque lo quisiera —afirmó haciéndolo sonreír—. ¿Puedes confiar en que todo va a salir bien?

—Tienes que entender, amor, que no puedo perderte...

—No me perderás, Nik, pero tienes que dejarme tomar mis propias decisiones —pidió suplicante utilizando el apodo que le decía cuando eran niños sabiendo que amaba cuando lo llamaba así. Él la observó con resignación antes de dejar un dulce beso sobre su frente sabiendo que cuando ella quería algo no paraba hasta conseguirlo.

—Bien, ve a ayudar a tu hermana —accedió sabiendo que no podía seguir discutiendo con ella porque siempre lograba convencerlo.

—Mientras tanto, ¿tu que harás? —interrogó con curiosidad porque no se creía que iba a estar encerrado en la mansión cuando Rebekah corría un gran riesgo.

—Yo haré el trabajo más sucio, como siempre —respondió frustrado—. Creo que Freya y mi madre merecen un reencuentro, ¿no es así?

—Solo procura tratarla con delicadeza, tu hermana ha sufrido mucho y necesita contención.

—Todos hemos sufrido mucho, así que su pobre corazón roto no es de mi interés. —Fingió no preocuparse por su hermana mayor, esto hizo que Sky suspirara pensando que negaba demasiado sus emociones.

—Nos vemos luego. —Dejó un corto beso en sus labios y el se movió para dejarla pasar. Ella abrió la puerta y se volteó a verlo con una sonrisa.

—Suerte con tu misión, amor. —Le dijo en un suspiro, intentando despreocuparse un poco.

—Suerte con la tuya. —Skylar se despidió antes de dirigirse hacia la puerta de entrada de la mansión, dónde se encontraba Hayley que lucía  bastante nerviosa observando con atención el logo con la letra "M" de Mikaelson que se encontraba en la pared principal.

—¿Vamos? —preguntó Hayley, saliendo de su trance al ver a su hermana a su lado, escribiendo un mensaje en su teléfono a cierto vampiro original.

Para: Elijah 👔

Tenemos que reestablecer tu trato
con las brujas para poder evitar
que lastimen a Rebekah.

Si no estás ocupado, veme en diez
minutos en la casa de Josephine La Rue.


—¿Estás bien, Hayley? —interrogó guardando su teléfono nuevamente el bolsillo trasero de su jean luego de haber enviado los mensajes.

—Sí, es solo que... —La ojiverde suspiró y la miró con tristeza, recordando a quien tendría que ver en unos minutos—. Elijah y yo no nos hablamos. Él me evade y ahora siempre está con esa vampira que parece tenerlo hipnotizado..

—¿Hablas de Gia? —cuestiono enarcando una ceja y ella asintió con irritación al escuchar ese nombre—. ¿Que es lo que esperas de el, Hayley?

—¿Disculpa? —Se cruzó de brazos, mirándola con seriedad.

—Él te ama y te lo dijo, pero decidiste casarte con Jackson cuando podíamos haber encontrado otra solución para el problema con los lobos —le recordó intentando no perder la paciencia debido al modo en el que le había hablado anteriormente—. Sé que estás celosa y que eres mi hermana, pero Elijah es mi mejor amigo. Y cada vez que parece que va a poder ser feliz, algo pasa: alguien mata a su novia, Klaus se la roba o, como tú, se casa con otro.

—¿Crees que estoy siendo egoísta al esperar que al menos conteste mis llamadas? —preguntó molesta, recibiendo un asentimiento de parte de su hermana, ya que Skylar no pensaba mentirle.

—No creo que estés siendo egoísta, sé que si —determinó, ganándose una mala mirada que habría puesto incómoda a cualquier persona que no fuera su familia—. Soy sincera, Hayley. Soy su mejor amiga y lo amo, así que creo que debes dejarlo ir... a menos que decidas divorciarte y dejar de lastimarlo.

—Sabia que dirías algo así, solo vamos a buscarlo.

El teléfono de Skylar sonó, interrumpiendo la conversación, y al mirarlo, vio que era la persona de la que estaban hablando.

De: Elijah 👔

"No estoy ocupado, siempre hay tiempo para la familia. Te veo en el lugar acordado en cinco minutos, por favor no faltes e intenta tratar con respeto a la señorita La Rue."

—Es elegante hasta para escribir un mensaje de texto —se quejó con diversión mientras la ojiverde rodaba los ojos pensando en lo mucho que le gustaba esa característica del vampiro—. Elijah dice que nos verá en la casa de la bruja.

Hayley, bastante molesta, utilizó su velocidad vampírica para desplazarse hacia el hogar de la mujer que podría impedir que algo malo le pasara a Rebekah. Inmediatamente fue seguida por la otra castaña y, al llegar, ambas se toparon con una escena que no le agradó nada a la híbrida: Elijah siendo besado con ternura por Gia, que al notar que tenían público les dedicó una sonrisa avergonzada.

—Hola, chicas. Iré a ver si puedo encontrar a Josephine —murmuró Gia, incómoda, antes de entrar rápidamente en la casa.

—Hola, Sky—saludó el Original con una pequeña sonrisa, ignorando completamente a Hayley que parecía querer asesinarlo.

—Hola, Elijah. —Al pasar a su lado palmeó su hombro como forma de desearle suerte antes de ingresar en la casa tal y como hizo la vampira para poder darles una mínima privacidad, aunque pudiera escucharlo todo desde adentro.

—Así va a ser ahora, ¿me ignoraras? —Sky escuchó que dijo con molestia la híbrida y posteriormente el suspiro del Mikaelson trajeado.

—Hayley...

—Es por ella, ¿cierto? Ya veo por qué no contestabas mis llamadas —se quejó realmente molesta y Skylar pudo imaginandosela cruzada de brazos con la misma expresión que usaba con ella cuando la regañaba—. Tengo curiosidad, ¿acaso te sigue a dónde sea que vayas?

—Josephine La Rue puede ser muy renuente. Sin embargo, le encantó la gracia musical y el espíritu desenfrenado de Gia.

—¿Entonces la bebe vampira es la encantadora de brujas? —inquirió con molestia mientras la Trihibrida sacaba su teléfono para revisar algunos mensajes que había olvidado responder—. Me alegra que encontraras a alguien tan talentosa para pasar el tiempo.

—¿Que es exactamente lo que quieres de mi? —preguntó, harto de ser juzgado por seguir con su vida.

Skylar no pudo evitar hacer una mueca al oír la seriedad en la voz de Elijah, una seriedad que claramente ocultaba su dolor. Era más que evidente para ella que la forma en que Hayley estaba actuando no era justa. ¿Cómo podía pretender que quisiera estar junto a ella como antes después de haberle roto el corazón casándose con Jackson? En su opinión, si ella había tomado la decisión de avanzar con otro, también debía dejar que Elijah lo hiciera. No tenía derecho a seguir confundiendolo de esa manera, y eso solo aumentaba su indignación.

La castaña escuchó el eco de unos pasos y, al levantar la vista, observó cómo una figura familiar se acercaba lentamente hacia ella seguida por Gia. La mujer pronunció de una forma que le generó satisfacción:

—Señorita Mikaelson.

Aquella simple frase resonó en su mente. "Señorita Mikaelson". La calidez de esas palabras la inundó por completo, y aunque sabía que no era cierto, decidió no corregirla. Sonaba demasiado bien, demasiado tentador. Elijah apareció a su lado sin que ella lo notara, con una sonrisa leve y cómplice que solo él podía esbozar. Él la conocía más que nadie. La había visto amar a Klaus con una pasión que sobrepasaba siglos, y sin necesidad de escuchar el ritmo acelerado de su corazón, supo lo que esa frase significaba para Skylar. Su mano sobre su hombro, un gesto breve pero firme, era suficiente para que ella entendiera que él estaba ahí, como siempre.

—Madame La Rue —murmuró Skylar, con una voz cargada de respeto y contención.

—Señor Mikaelson —pronunció con desden—. ¿Regresó para impresionarme de nuevo con el talento de la joven Gia? ¿O tiene otra cosa en mente? ¿Para que trajo a la Trihibrida?

Elijah, como siempre, no perdió la compostura y respondió con ese tono noble y orgulloso que lo caracterizaba:

—Es mi familia, madame. Es una Mikaelson, como bien dijo. —Aquellas palabras hicieron que el corazón de Skylar se inflara de orgullo, y una sonrisa sincera volvió a asomarse en su rostro. Aunque la situación era tensa, el apoyo de su amigo y la reafirmación de su lugar en la familia Mikaelson la reconfortaban. Madame La Rue asintió, su atención desviándose momentáneamente hacia Hayley—. Y ella es su hermana, así que, de cierta forma, es familia también.

«¿De cierta forma? Es un idiota»

En ese momento, los pensamientos de Hayley retumbaron en su cabeza. El resentimiento y la incomodidad de ser considerada a medias parte de la familia era evidente, pero Skylar no pudo evitar responder a esos pensamientos de inmediato, sin filtro, enviando una recriminación silenciosa a través de su mirada.

«No es un idiota, lo lastimaste como nadie lo ha hecho en siglos» Recriminó, lanzandole una mala mirada.

—Sal de mi cabeza, no te quiero ahí para que sigas juzgandome. —Hayley susurró, apenas lo suficientemente fuerte para que solo los oídos sobrenaturales pudieran captar sus palabras.

Elijah, siempre atento, las observó con una mezcla de confusión y precaución, consciente de la creciente tensión pero sin intervenir de inmediato. Sin embargo, su tono diplomático regresó cuando cambió el tema de conversación:

—Vinimos a pedir un favor... Eva Sinclair tomó el control del cuerpo en el que se encuentra atrapada mi hermana. —El rostro de Madame La Rue se ensombreció al escuchar su petición porque, aunque lamentaba la situación, sus prioridades como líder de las brujas estaban claras—. Necesito que detenga la cacería para que mi familia y yo solucionemos el problema de una forma en que todos salgamos beneficiados sin lastimar a Rebekah.

—Lamento lo de tu hermana, pero si Eva tomó el control nuevamente deben dejar que las brujas derrotemos ese cuerpo. Eva matara a tu hermana como hizo con los otros.

—¿Los otros? —cuestionó Hayley con intriga.

—Eva era una belleza, practicaba magia salvaje, pero como era feliz con Vincent los dejamos ser.

—Y entonces los niños comenzaron a desaparecer, ¿no es así? —preguntó la Trihibrida recibiendo un asentimiento como respuesta.

—Primero fue una niñita llamada Amelia Dupres de Algiers, luego Lu Ann Hughes de la novena, luego Nicolas Alsace de Tremé, después otros tres niños. Todos brujos prodigios, desaparecieron en el aire. —La bruja narró la historia con una voz que temblaba de miedo reprimido y rabia acumulada. Skylar observaba atentamente, sintiendo el horror crecer en su interior al escuchar los detalles de los niños que habían sido víctimas de Eva—. Asi que Vincent reunió una cuadrilla de todos los aquelarres, pero el asesino escondió a los niños de los hechizos localizadores, y por su tenacidad logramos encontrarla. Ella al ser descubierta le rogó tomar tres niños más.

—¿Por qué tres? —preguntó con curiosidad la reina de New Orleans.

—Para completar el rito de los nueve.

—¿El que?

—Eva creía que si sacrificaba un niño de los nueve aquelarres crearía una nueva orden de brujas en New Orleans. Hubiera sido más poderosa que los ancestros y que las chicas de la cosecha.

—¿Por qué niños? —intervino el Original.

—Porque su magia está nueva, es pura y fácil de robar.

Esa frase hizo que se tensara, no solo por la crueldad de Eva, sino también por el temor que la historia evocaba en relación a Hope. La sola idea de que alguien pudiera hacerle daño a su pequeña hija era insoportable.

—Por eso quería llevarse a mi bebé —murmuró preocupada recordando lo que había sucedido en la mañana—. Eso no explica por qué intentó canalizar mi magia.

—Eres la Trihibrida, si te canalizara no necesitaría matar más niños porque sería más que suficiente —respondió como si fuera lo más obvio del mundo—. ¿Y te imaginas lo que haría si tomara a Trihibrida que no puede pelear? La mataría y canalizaría sus poderes para convertirse en una de las criaturas más poderosas que existen.

—Por Dios... —Las voces se desvanecieron en un eco en la mente de Skylar, mientras los recuerdos de las últimas amenazas contra su hija volvían a inundarla. El peligro era constante, siempre acechando, y la historia de Eva solo lo reafirmaba.

Los niños, esos pequeños seres indefensos, habían sido usados como herramientas de poder. La simple idea le revolvía el estómago.

—Esos pobres niños... Nunca pudimos encontrarlos, murieron sin ser consagrados ni poder unirse con los ancestros. Usados como una fuente para la magia de Eva.

—Ayudanos a encontrarla, antes de que tome más vidas. Incluida la de Rebekah —suplicó intentando apelar a su culpa por no haber evitado esas muertes—. Ayudame a detenerla.

—Concuerdo, tenemos que detenerla. No más muertes de nuestros niños. Es por eso, señorita Mikaelson, que no extenderé el trato ni un minuto más. Ahora la cabeza de Eva Sinclair tiene un precio.

—¡Condenaría a mi hermana a su muerte! —exclamó horrorizado el castaño.

—No me gusta el término "daño colateral", pero lo es. Si uno o dos caen para poder capturar a Eva para siempre, que así sea.

—Le aseguro, madame La Rue que defenderemos a sus brujas con todas nuestras fuerzas —dijo en un intento desesperado de que aceptará.

—Tiene el don de las palabras, en serio. Su cadencia es placentera. En otra ocasión lo escucharía todo el día, pero estoy cansada de esto. No he cambiado mi decisión.

Skylar, frustrada y cansada de ser tan razonable, interrumpió con una furia contenida, generando que sus palabras resonaran en la sala:

—¿Es en serio? Ella le mostró su talento, puso a todos los vampiros de la ciudad a besarle el trasero, ¿Y su última palabra es "púdranse"? —La indignación en su voz era palpable, y el silencio que siguió hizo que su comentario fuera aún más potente—. Pensé que era honorable

—Skylar... —intervino la vampira con temor de que se desatará una guerra en esa sala.

—No te metas —dijo rabiosa Hayley dando un paso hacia ella, lo que la hizo retroceder—. Cuida tu tono con mi hermana o te las verás conmigo .

Elijah suspiró al mismo tiempo que Skylar, sabiendo que eso no había sido específicamente para defenderla, sino para amenazarla por celos.

—Vinimos aquí a honrar la alianza entre nosotros. Si es algo que desea anular, que así sea —determinó Sky con frialdad antes de alejarse hacia la puerta.

—No se atreva a venir a mi casa a amenazarme, yo no soy quien los necesita, señorita Mikaelson. Son ustedes los que nos necesitan o pronto lo harán —aseguró antes de tomarla de las manos y verla fijamente a los ojos de una manera bastante escalofriante, mientras diversas palabras y sensaciones pasaban por su cabeza.  Skylar sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero no dejó que la bruja viera su miedo. —. Una tormenta se avecina, querida, y tus demonios más obscuros aparecerán. Cuando pienso en tu futuro veo una oscuridad que debe atemorizarte.

—Yo no le temo a nada. —Mantuvo su expresión fría y respondió con una arrogancia que escondía su incomodidad.

Tomó la manija de la puerta pensando que solo se trataba de una bruja loca, pero volvió a hablar:

—Eres muy impulsiva y huyes de lo que te genera temor, eso es un gran defecto. Sabes tan bien como yo que tú mayor miedo es perder a tu hija.

Sky se volteó a verla y, furiosa de que haya decidido utilizar a Hope para intentar controlarla, en un pequeño ataque de ira intentó lanzarse sobre ella, pero fue detenida por Elijah, que la sacó hacia el patio delantero con su velocidad vampírica.

—¡No voy a dejar que nadie utilice lo que considera mi debilidad para intentar controlarme, Elijah! ¡Nadie! —chilló intentando soltarse de su agarre, cosa que no logró porque la tenía bien sujetada— ¡Ya suéltame!

—Controlate —suplicó haciendo más fuerte su agarre, por lo que dejó de luchar. Ambos notaron la presencia de las dos mujeres enamoradas de Elijah que observaban con preocupación la situación—. Matarla no servirá de nada, Skylar.

—Ya me calmé, no le haré daño... Te doy mi palabra —Al escuchar la frase utilizada y ver sinceridad en su rostro, decidió soltarla. Su teléfono sonó en ese instante y, al leer el mensaje que le fue enviado, su rostro fue adornado por una mueca de fastidio—. ¿Que sucede?

—Debemos ir a casa, Marcel dice que encontró a Eva y luego la perdió.

—¿Y ella tiene que venir? —se quejó Hayley al ver que Gia caminaba en la misma dirección.

—Estas comportandote como una idiota. Lo único que hizo Gia fue dormir con el hombre al que no elegiste —exclamó harta de escucharla ser una completa tóxica con el pobre Elijah que tenía el corazón roto—. Así que déjala en paz y enfócate en lo importante: encontrar a la psicópata que tiene prisionera a Bekah para poder salvarla, ¿Quieres?

—Si, su majestad —Utilizó esa frase, completamente furiosa antes de desaparecer a velocidad vampírica.

—Lo lamento, hoy no tiene muy buen humor —se disculpó con la morena que le dedicó una sonrisa incómoda.

—Esta bien, la entiendo. Me voy a... tu casa —le dijo a Elijah antes de irse tal y como Hayley.

—¿Por qué todas las mujeres de tu vida son complicadas? —se burló al verlo suspirar con frustración.

—No todas, ni tu ni mi sobrina son complicadas —aseguró con una leve sonrisa.

—Hope es un bebé y yo... soy todo menos sencilla —Se acomodó el pelo de forma presumida y le guiñó un ojos antes de desaparecer, siendo seguida por él.

Al llegar al complejo, los dos subieron hacia la parte de arriba, dónde vieron a Hayley que estaba cargando a su sobrina hablar con un Marcel que lucía muy decepcionado. Sky se acercó hacia su bebé que al verla se le extendió sus bracitos y comenzó a soltar risitas. Decidió levantarla y cuando Hope la miró a los ojos, todo el mal humor desapareció completamente.

—¿Que sucedió? —interrogó Elijah, por lo que Marcel les contó lo que le había pasado ese día: Logró localizar a la bruja con ayuda de su ex novio y luego la perdió debido a que este la libero.

—Genial, Eva sigue libre y ahora tiene un secuaz —se quejó la ojiverde.

—El encantado Vincent Griffith —murmuró el Original con pesar.

—Es peor, si Eva tiene a Davina eso significa que tiene a ocho de las nueve brujas que necesita para terminar el ritual. Solo necesita a una más —comentó Marcel viendo a Hope con preocupación.

—Si viene por mi sobrina, Rebekah o no Rebekah la voy a matar de una vez —afirmó muy molesta la hibrida mientras tomaba la mano de la bebé.

—Tu no harás tal cosa, ¿Me oíste? —negó Sky—. Si Eva viene, hay que capturarla.

—¿Capturarla? —preguntó con incredulidad—. Fue lo suficientemente fuerte para atacarte anoche, ¿Y tú, de entre todas las personas, me pides que no la asesine?

—No voy a perder a Rebekah, Hayley. —En su voz había un miedo desesperante—. Es mi mejor amiga y ha estado siempre para mí. No la pienso abandonar y no voy a detenerme hasta que logre traerla de vuelta.

—Bien.

—Reune a los lobos que tengas, con Vincent a su lado lucharán con una fuerza increíble.

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