57 |Coma mágico|

Al llegar al hogar de Marcel, los dos hermanos y Skykar ingresaron en ese con el fin de saber qué información había recolectado el ex rey de New Orleans. Esto con el fin de poder conocer un poco más el pasado de la chica a la que esta poseyendo Rebekah.

—¿Tienes algo? —cuestionó la Trihibrida hacía el vampiro que negó frustrado.

—El tal Vincent se niega a hablar, he probado con torturarlo, amenazarlo y nada parece funcionar —se quejó con irritación.

—¿Quieres que lo intente yo? Mis técnicas podrían ser más útiles. —Su cuñada lo miró con frustración, esperaba que fuera un poco más inteligente y no que solo pensara en torturar a un pobre hombre que perdió muchos meses de su vida—. ¿Que sucede, Skylar? ¿Vas a regañarme como a mi hermano?

—Estas insufrible últimamente. —Era algo que todos sabían y tenía que ver con su corazón roto, pero Sky no pensaba tolerar que el se comportara de ese modo con ella—Por hoy me harté de regañar a los Mikaelson, al final siempre terminan haciendo lo que quieren.

—Tiene razón —afirmó Bekah con sinceridad.

—Lo que iba a decir es que ese hombre ha pasado por mucho. Tal vez solo necesita que alguien se siente, le pida "Por favor" y se disculpe con el porque Finn le arrebató la vida durante meses.

—Concuerdo completamente con Sky, ustedes los hombres solo piensan en tortura física. Nosotras pensamos en grande —dijo orgullosa la bruja—. Ahora, por favor encárgate de ese brujo triste.

Caminó con Marcel hacia la sala de estar donde veo al verdadero Vincent Griffith, que al verla se queda en un completo shock. La chica le dedicó la sonrisa mas amable que pudo para que se sintiera cómodo, pero eso pareció empeorar todo porque se tomó la cabeza con sus manos mientras el recuerdo de su falsa cita pasaba por su cabeza.

—Te voy a dar una última oportunidad de compartir tus conocimientos, habla con mi amiga que parece tener mucha más paciencia de la que yo tengo —dijo el vampiro con una completa seriedad que aterraria a cualquier persona—. Asi que se amable con ella o te haré sufrir y mucho.

—Disculpalo, no siempre se comporta de esa manera —afirmó algo avergonzada antes de tomar asiento en el sofá justo frente a el brujo que la observaba con una mezcla de desconfianza y curiosidad—. Tu eres Vincent Griffith, te conozco. Mi nombre es...

—Skylar Jones, la Trihibrida. Crecí teniendo visiones sobre ti —afirmó levantándose de dónde estaba sentado para mantener la distancia, aunque ella podría aniquilarlo en un segundo sin importar cuanto se alejara—. Escucha, esto no funciona. Yo no me doblego ni ante vampiros ni caras bonitas.

—Que bueno, la última vez parecia que estabas obsesionado conmigo —comentó aliviada en un intento de captar su atención.

Ella sabía que eso lo haría comenzar a preguntar cosas como: “¿Que clase de relación tenías con la persona que me poseyó?” y eso llevaría a que ambos tuvieran una conversación un poco más relajada.

—Conocías al tipo que me hizo esto, ¿No es así? —Skylar sonrió, había logrado lo que deseaba.

—Si, te contaré si quieres.

El brujo la observaba sin estar muy seguro si debía creerle o no, pero algo en los ojos de ella le indicaron que estaba siendo sincera. No era como el resto de los vampiros que conocía que en su mirada se notaba que no eran honestos, e incluso parecía que su humanidad había desaparecido. Eso fue lo que lo llevó a tomar la decisión de confiar en ella y sentarse de nuevo en su lugar.

—Desperte anoche sin saber dónde estaba ni cuánto tiempo había estado ahí. Sin mencionar que perdí nueve meses de mi vida —se quejó preocupado. Era una tortura no saber que había pasado con su cuerpo el tiempo que había sido habitado por otra persona—. Marcel dijo que quién me poseyó, el tal Finn, hizo muchos enemigos. ¿Que hizo?

Sky suspiró, intentando encontrar las palabras para poder decirle la información de modo en que no entrara en crisis.

—El aterrorizó la ciudad, amenazó y manipuló a sus enemigos, sin contar que trato de robar a una bebé inocente para sacrificarla en un ritual... A mí hija —confesó haciendo que la mirara con tristeza, porque el jamás hubiera hecho algo así y menos a una niña—. Tuve que esconderla y fingir su muerte por meses para que no la asesinara. Y finalmente, mató a sangre fría a mi mejor amigo.

—Lo lamento tanto...

El moreno sabía que no había sido el que había realizado esas acciones, pero también que había dañado a la mujer que tenía enfrente separándola de su bebé y asesinando a su mejor amigo. No soportaba pensar que su cuerpo había sido utilizado para realizar esas atrocidades.

—Señor Griffith, Vincent. Lo que experimentaste fue una violación de una naturaleza muy personal y lo que sea que estés sintiendo, estoy aquí para escucharte —aseguró intentando transmitirle confianza.

—¿El te...? ¿Yo te lastime? —interrogó con preocupación recordando brevemente una de sus sesiones de terapia con Skykar—. Porque no dejo de tener algunos recuerdos contigo en los que me siento culpable por engañarte. Creo que el hombre que me poseyó tenía sentimientos por ti.

—Estas verdaderamente demente si piensas eso. El único sentimiento que ha experimentado Finn a lo largo de su vida ha sido el deseo de destruir a toda su familia —aseguró con irritación—. Escuchame, Vincent, tu no hiciste absolutamente nada malo y sin importar lo que sea que haya pasado, ahora solo puedes seguir con tu vida.

El asintió no muy convencido antes de levantarse de su lugar y caminar hacia la ventana, perdiéndose en sus pensamientos por algunos minutos.

—A veces olvido lo hermosa que es la ciudad, en especial con todo el horror que trae con ella. —Se volteó a verla, apartando todo el bullicio de su mente.

—¿Siempre viviste aquí? —cuestionó con curiosidad.

—Naci y crecí en Tremé. Viví sus altibajos, como el problema con los vampiros. Renuncie a ser brujo y me aleje de mi aquelarre. Creo que por eso fui presa fácil de tu amigo Finn.

—El definitivamente no es mi amigo —aseguró y eso lo hizo sonreír. Le parecía una mujer encantadora y amable.

—Marcel preguntó por Eva Sinclair y dijo que una amiga suya está poseyendo su cuerpo, dile que hay algo que necesita saber —murmuró haciendo que tan solo un minuto después, el nombrado que estaba escuchando toda la conversación apareciera con Elijah y Rebekah.

El brujo observó totalmente asombrado a la mujer morena mientras recuerdos de su boda con ella atravesaban su mente. Eso hizo notar a Skylar que Vincent la conocía muchísimo mejor de lo que cualquiera podría pensar.

—Bueno, por tu cara parece que conocías a la anterior dueña de este cuerpo. Solo que ahora soy Rebekah Mikaelson —se presentó la ex vampira con amabilidad—. ¿Quien eres tú? Ahora que ya no eres mi hermano Finn.

—Vincent Griffith —comentó molesto—. Diría que a tu servicio, pero eso implicaría tener voz y voto.

—Es chistoso, fantástico —se burló la morena—. Escuche que tienes información para mi.

—Solo dame un segundo —suplicó consternado sin dejar de verla antes de acercarse lentamente hacia ella—. Cuando mandaron a Eva a la Cabaña Fauline, no creí volverla a ver.

—¿Cómo es que conocías a la señorita Sinclair? —interrogó el Original con confusión.

—Era su esposa —afirmó causando que el brujo desviara su mirada hacia la Trihibrida—. Lo lamento, es que leo mentes.

—¿Pudiste sacar de mi cabeza la información todo este tiempo? —preguntó confundido recibiendo un asentimiento como respuesta—. ¿Entonces por qué fuiste amable conmigo?

—Porque eres una buena persona, puedo verlo. Y nadie merece que se adueñen de tu cuerpo de la forma en que lo hicieron.

—Eres más noble y amable de lo que pensaba, para haberte enamorado de Niklaus Mikaelson —afirmó sorprendido, haciéndola reír brevemente.

—Me lo dicen seguido —dijo divertida guiñándole un ojo.

—Escuchen, voy a decirles todo lo que se acerca de Eva Sinclair, pero si ella vuelve no quiero tener absolutamente nada que ver con ella.

—Estas asustado —afirmó la Trihibrida con preocupación.

—Comienza a hablar —exigió Elijah con irritación.

Skylar no estaba equivocada al decir que estaba bastante suceptible últimamente. Había perdido su característica paciencia.

Vincent comenzó a contarles su historia con la bruja, como se conocieron y lo más importante acerca de su relación. No entró en detalles acerca de por qué fue encarcelada en el manicomio y nadie quiso ahondar en ese tema porque parecía perturbarlo. Aún así, el dijo lo esencial: Que Eva Sinclair era una bruja muy poderosa y realmente peligrosa.

Después de la charla con el brujo y de que Marcel cumpliera su promesa de liberarlo, Rebekah fue acompañada a su hogar por su ex novio debido a que querían tener una charla a solas. Elijah decidió regresar a su residencia con su nueva distracción que resultaba ser una vampira recientemente convertida. Skykar, sin embargo, sentía que necesitaba tomar un respiro y disfrutar de una caminata por las calles de New Orleans, la ciudad que tanto ama.

Decidió hacer algo que no hacía nunca: tomar otro camino para volver a su casa porque realmente había estado muy estresada con todo lo que había pasado últimamente con Kol y Liz. Sin contar que una muy vieja y loca bruja deseaba llevarse a su bebé para robar su magia.

Sintió como alguien la seguía y al no poder descifrar de quién se trataba, tomó la decisión de esconderse en un callejón. Cuando vió a una mujer acercarse, corrió hacia ella y la tomó del cuello para luego estamparla contra una pared.

—¿Rebekah? —cuestionó confundida.

—¿No sé supone que somos amigas? —preguntó divertida, pero la Trihibrida sabía que algo no estaba bien con ella—. Ya suéltame, Skylar.

La observó con confusión intentando descifrar como llegó hasta ahi. Por un segundo se debatió el dejarla ir, pero la mirada sombría y la sonrisa siniestra la delataban y decidió intensificar su agarre.

—Tal vez no pueda matarte ahora, porque mi amiga está en tu cuerpo, pero no sería mala idea torturarte un poco —murmuró molesta, intensificando su agarre en la garganta.

—Lo mismo digo.

Eva la hizo volar lejos de ella con su magia. Skylar corrió hacia donde estaba para poder capturarla y llevarla hacia el complejo, pero extendió su mano hacia ella, logrando que su cabeza comenzara a doler tanto que ni siquiera logró pensar o enfocarse.

Lo último que vió antes de perderse en la oscuridad fue a la bruja clavándole un cuchillo en su frente mientras recitaba un hechizo.

Despertó en un lugar que conozcia de aquella vez que fue asesinada luego de dar a luz a su preciosa bebita. Recorrió el bosque azulado con aquella niebla característica que está en el suelo hasta llegar al mismo lugar que la última vez. Observó los portales con intriga, deseando saber dónde estaba la mujer que la cuidó por tantos años.

—Ella está en paz... Liz —susurró una voz tras ella y al voltear vió que se trataba de nada más ni nada menos que una doppelganger a la que reconoció inmediatamente.

—¿Katherine? —interrogó confundida y su respuesta fue nada más ni nada menos que una sonrisa ladeada. Feliz de poder verla al menos por un momento, se acercó a intentar abrazarla sin poder lograrlo porque su cuerpo la traspasó completamente. Se giró a verla confundida sin entender porque no podía tocarla—. ¿Que sucedió?

—Estoy muerta y no estoy en el Duayda en realidad. Estoy en uno de los portales, pero me apodere de ese lugar y por ende puedo teletransportarme hacia aquí.

—¿Estás en el cielo? —interrogó confundida.

—No hay un "cielo", Sky. Es solo una metáfora para que los humanos entiendan lo que es la paz. Y dejame decirte que debe ser un hermoso lugar para pasar la eternidad, rodeada de las personas que amas y viviendo los mejores días de tu vida.

—¿Entonces no estás ahí? —cuestionó con dolor.

—No, pero lo estaré si logro redimirme —Katherine se acercó a acariciar su rostro con dulzura mientras la miraba con un brillo en sus ojos que no estaba relacionado a un sentimiento amistoso.

Su sonrisa estaba siendo sincera, ya que nada la hacía más feliz que poder verla porque desde que murió no hacía nada más que pensar en ella.

—¿Por qué tú puedes tocarme y yo no?

—Porque no estás muerta, solo en un coma místico en el que te puso esa zorra bruja —exclamó totalmente indignada—. Vine a decirte algo...

—¿Que sucede? —cuestionó mirándola fijamente a los ojos tal y como ella está haciendo conmigo.

—Hice un trato con Duncan, el dijo que si te confieso lo que siempre he sentido me dejaría avanzar hacia la paz —susurró algo incómoda.

Katherine no estaba segura de querer confesarle sus sentimientos porque eso significaría que en su amistad habría un quiebre. A pesar de estar muerta, le importaba muchísimo y no quería arruinar todo.

—¿Lo que sientes? ¿Lo que sientes sobre que?

—Sobre ti, Trihibrida que no sabe captar indirectas —respondió frustrada antes de alejarse un poco para poder respirar, le estaba costando demasiado—. Esto va a ser más difícil de lo que pensaba... Bueno yo... Bueno tú... No puedo.

—¿Por qué no me dices las cosas de una vez? —pidió perdiendo la paciencia.

—Skylar Diana Jones, lo que yo quiero decir es que desde el día en que te conoci... —susurró como si deseara no decir absolutamente nada antes de suspirar—. Se que hace 500 años me viste estar con Klaus y Elijah.

—Creo que te odié en ese momento —murmuró con sinceridad—. Ahora puedo confesarte también que el solo verlo contigo me daban ganas de matarte.

—Lo se, se que estabas celosa. Ojalá lo hubieras estado de la forma en que yo lo deseaba. Quería que sintieras una mínima porción de los celos que sentía cuando Klaus te miraba.

—¿A qué quieres llegar? —cuestionó algo molesta, sentía que algo le estaba ocultando y eso no le gustaba—. ¿Sentías algo por Klaus? Pense que estabas enamorada de Elijah.

—No lo entiendes, ¡Nunca lo harás! —exclamó con ira debido a que estaba dispuesta a dejar todo su orgullo de lado, pero se había dado cuenta de que no era una tarea muy sencilla—. No me interesaban ninguno de los dos, toda mi vida he estado enamorada de...

Katherine no logró terminar de hacer su confesión porque una energía roja la consumió hasta que desapareció completamente, dejando  a Skykar bastante confundida. Escuchó unas risas tras ella y al voltear vió a Duncan y Kol que habían presenciado toda la escena.

—Eso fue muy divertido, molestarla alegra mis días —afirmó Kol con diversión.

—Y los míos también, eso te lo aseguro.

—Hola, pequeña brujita —saludó el Original con una gran sonrisa que le fue devuelta al instante debido a que Skykar no podía creer que lo estaba viendo—. ¿No me vas a abrazar?

—No puedo hacerlo, cuando lo intenté con Katherine...

—¿En serio piensas que termine en el infierno como esa perra? —preguntó totalmente indignado ganándose una mirada confusa—. ¡Abrazame de una vez!

Su exclamación fue lo único que necesitó para correr y abrazarlo con tanta fuerza que, si fuera humano lo habría matado por falta de aire. Se separó para verlo con una sonrisa sin poder creer que lo estaba viendo y que estaba bien.

—¿Entonces estás en paz? —preguntó intrigada

—No estoy ni en el infierno, ni en paz. Estoy aquí en el Duayda esperando que cumplan su promesa de revivirme.

—Lo lamento tanto, ¿En serio estás en este lugar? —preguntó con tristeza.

La culpa era un gran detonante en la vida de Skylar y cuando alguien que amaba sufría, ella inevitablemente también.

—No te preocupes, no es tan malo. Me divierto muchísimo molestando a Katherine y a las demás doppelgangers con Duncan.

Y era verdad, Kol estaba pasando muy buenos momentos con Duncan. Se habían vuelto amigos al tener personalidades bastante parecidas y cda vez que moría un ser sobrenatural, se burlaban de él un buen rato hasta que lo hacian llorar. También se divertían fastidiando a Katherine con recuerdos tortuosos y una ilusión en que Skylar le decía que la amaba, la besaba y luego la rechazaba.

—Obviamente te diviertes conmigo, soy asombroso —dijo presumido el que alguna vez había sido un vampiro—. Hola, bonita.

—¿Que hiciste con Katherine? —preguntó molesta evitando saludarlo.

—Ella no va a salir del infierno ni estar en paz sin importar lo que haga porque las cosas tienen que pasar de un modo. Tiene que revivir,  arruinar una boda y...

—¿Que no puedes mantenerte callado? —ee quejó Ayden apareciendo de la mano de su chica, no entendía porque el ojiazul siempre intentaba arruinar todo—. Si le cuentas su futuro, se volverá loca intentando cambiarlo, y sabes que eso no es bueno para la batalla que se viene. Necesita mantener su mente lo más estable posible.

—¿Que batalla? —preguntaron Kol y Sky confundidos, pero no les respondieron. Simplemente se dedicaron miradas sugerentes.

—Escucha, Skylar. Nosotros somos los encargados de ver tu futuro para poder prevenirte sobre algunas cosas con visiones, pero eso no significa que debamos intervenir —dijo Danna con algo de pena—. Nosotros mantenemos a Kol aquí, sin permitirle pasar a ningún portal porque sabemos que ustedes van a revivirlo. Pero todo debe ser a su debido tiempo.

—¿Que pasará con Jackson? ¿Hay alguna forma de salvarlo? —cuestionó deseando que la respuesta fuera un "Si"

—No podemos decirte eso, lo lamento —se disculpó el pelirrojo con seriedad—. Ahora tienes que irte, mientras más te quedes a conversar. Más magia tuya canalizará Eva Sinclair y eso no es beneficioso para nadie.

—Y tu preciosa niña te está esperando, está muy preocupada por ti —agregó la morena con una sonrisa—. Ella cree que algo malo te pasó

—¿Cómo es eso posible? —cuestionó Kol con confusión—. Es solo una bebé.

—Cuando estabas viva y eras pequeña, ¿Nunca te pasó que amabas tanto a una persona en específico que podías determinar si algo malo le estaba ocurriendo?

—Con Caroline. —Recordó rápidamente que podía notar siempre que estaba herida—. Hasta el día en que se convirtió en vampiro, yo sabía si estaba lastimada o no.

—Como Trihibrida tiene esa habilidad. Aunque técnicamente estés muerta, ella te ama y quiere protegerte. Podras ayudarla a romper ese "hechizo" cuando crezca, no te preocupes.

—¿Pero sentirá si me torturan o me rompen el cuello? Porque me ha pasado y no quiero que crea que me voy a morir todo el tiempo.

—No, solo en ocasiones extremas como ahora que estás en un coma mágico o si mueres completamente —explicó el hombre lobo—. Tu hija tiene tus habilidades, las de Dahlia y las de la bruja original... Es prácticamente imparable y es por eso que debes protegerla.

—Tienes que evitar que caiga en las manos de Dahlia porque con su poder podría dominar el mundo.

—Nosotros siempre la protegeremos, Hope va a estar bien —aseguró el castaño preocupado de que todo eso sea cierto—. Ya vete, pequeña brujita.

—Lo haré, pero por favor dejen en paz a la pobre Katherine.

—"La pobre Katherine" —se burló Duncan entre risas antes de voltear a ver al original—. ¿Viste su cara cuando Skylar no entendía de que hablaba?

—¡Fue asombroso! —exclamó divertido mientras se acercaba para darle un abrazo fuerte y emotivo—. Nos vemos pronto, mi pequeña brujita. No sabes cuánto te amo y me alegro de que estés bien. Envíale saludos a mis hermanos y abraza mucho a mi sobrina favorita por mi.

—Tambien te amo, vampiro presumido —aseguró antes de lanzarse al agua como la última vez, con la diferencia de que en esta ocasión no estaba muerta.

Al abrir los ojos, Skykar descubrió que estaba en una casa vieja y destrozada que nunca antes había visto. Esta desprendía energía y por alguna razón la hizo pensar que no era lo que parecía, sino que tenía una historia que implicaba mucho más que solo mugre.

Se levantó del suelo tambaleando por la debilidad de haber sido herida mágicamente y en ese mismo momento recibió una llamada de Elijah, que aunque ella no lo sabía estaba muerto de miedo al otro lado de la ciudad.

—Skykar, ¿Dónde estás? —preguntó realmente preocupado mientras ella salía al exterior y observaba que el cielo, el cual de a poco comenzaba a iluminarse, ya que estaba amaneciendo.

Había estado desmayada por mucho más tiempo del que pensaba, debido a que todavía no anochecia cuando fue a atacada.

—No lo sé... —Su voz sonaba ronca debido a que tenía la garganta seca.

Ella escuchó un ruido del otro lado de la línea mientras comenzaba a caminar por esa área de New Orleans que no había visto antes. Le pareció llamativo que aquel espacio estaba lleno de casas completamente iguales que daban algo de miedo, pero a su vez eran preciosas.

—Amor, ¿Cómo estás? —Escuchó la voz preocupada de Klaus y suspiró con alivio. El la relajaba de una forma en que nadie más podía—. Te hemos estado buscando toda la noche, por favor dime donde estás y que te encuentras bien.

—Estoy bien, pero la perra de Eva Sinclair no lo estará cuando le quite a Rebekah de su mente —afirmó indignada—. Intentó canalizar mi poder con un hechizo, pero soy más fuerte que ella. Lo que me preocupa es que creo que ahora ella posee su cuerpo completamente.

—Amor, Rebekah está en casa con Hope...

Y esa frase fue lo que hizo que se recuperara completamente de todo su dolor, creando instantáneamente un portal hacia la mansión, más específicamente a la habitación de su bebé. Al cruzarlo, vió a la mujer de la que estaban hablando parada frente a la cuna con la intención de secuestrar a su hija, por lo que con su velocidad vampírica la lanzó lejos.

—¡Alejate de ella! —exclamó furiosa.

Ella le sonrió antes de extender sus manos hacia Skylar, haciendo que cayera al suelo por el aneurisma que le estaba provocando. Vió de reojo a Klaus ingresar en la habitación para poder defenderla, pero Eva utilizó sus poderes para herirlo también.

De un momento a otro, Eva comenzó a gritar llevándose las manos a la cabeza. Les dedicó una muy mala mirada antes de lanzarse por la ventana para escapar. Rápidamente se acercaron a Hope, quien los observaba con sus ojos azules brillando de color azul como los de Skylar en algunas ocasiones, tal y como una Trihibrida.

—Ella nos salvó, amor —murmuró entendiendo la situación. Skylar no podía creer que a su edad fuera tan poderosa—. ¿Que te hizo Eva?

—Solo me puso en una especie de coma mágico para extraer mi poder, pero no le funcionó. Estoy bien, Nik.

Claramente no le creía y se acercó a acariciar su rostro con una suavidad que la reconfortaba.

—Creí que te había pasado algo muy malo, que Dahlia te había... —confesó con la voz rota—No te puedo perder, amor.

Klaus había vivido una de las peores noches de su vida porque estaba convencido de que Skykar estaba muerta. Hope había llorado desconsoladamente sin parar con sus ojos iluminados en un color azul eléctrico y nadie sabía cómo calmarla. Así que tuvo que quedarse con ella mientras Elijah, Hayley, los lobos y vampiros la buscaban por toda la ciudad. No recordaba haberse sentido tan vulnerable.

—No lo harás, te lo prometo —aseguró antes de unir sus labios en un delicado beso que fue interrumpido por Elijah, quien ingresó en la habitación sin tocar logrando que se separaran.

—Estas bien —afirmó aliviado para luego acercarse a darle un gran abrazo que expresaba lo asustado que había estado.

También había tenido una pésima noche porque estaba seguro de que habían perdido al miembro de su familia más importante, al que los unia... a su única amiga.

—Vi a Kol en el Duayda, dijo que les mandaba saludos —afirmó causando que la miraran sorprendidos.

—¿Moriste? —preguntaron preocupados.

—Algo así, pero logré volver y estoy bien, lo prometo.

—No vuelvas a asustarnos así —suplicó el vampiro en forma de regaño—. Freya no podía encontrarte con ningún hechizo localizador, pensamos que algo terrible te había pasado.

—Estoy bien, no sé van a deshacer de mi tan fácilmente —aseguró con una gran sonrisa levantando a su bebé que soltaba tiernas risitas y estaba verdaderamente feliz.

—No dejo de llorar hasta hace al menos media hora —afirmó el híbrido con intriga al verla tan contenta—. Y no lo hacía como cuando tiene hambre, sino como que algo le doliera. Debiste vernos a Elijah, Marcel y a mí intentando todo para que se calmara.

—Marcel incluso le cantó —afirmó con diversión el trajeado, haciéndola sonreír—. Niklaus mandó a uno de sus vampiros a comprarle todos los juguetes que le parecieran interesantes y luego intentamos hacer que se calmara, pero no lo logramos.

—Creo que solo quería a su mamá —agregó Klaus mientras observaba a ambas de la misma forma en que lo estaba haciendo su hermano: Con alivio y alegría—. Era como si supiera que no estabas.

—Hope desarrolló una especie de vínculo conmigo con el que sentirá si algo malo me pasa como lo que me hizo Eva o si muero.

—No morirás —aseguraron al mismo tiempo

Skylar podía sentir la preocupación de ambos en su interior, por lo que se acercó para que pudieran abrazarse los cuatro.

Y esa simple acción logró reconfortarlos, al menos un poco.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top