21 |El rescate|
Skylar
—Hola, Sky—Escucho al otro lado de la línea la voz de Elena y ruedo los ojos por que su voz me recuerda a el dolor que me provocó la muerte de la persona que tanto deseo poder olvidar, necesito sanar y que ella me llame por mi apodo con esa falsa dulzura remueve todo lo que me prometí dejar encerrado en mi corazón
—Hola y adiós, estoy ocupada y no tengo tiempo para hablar contigo, no eres mi persona favorita por si no lo recuerdas—Digo irritada, en un intento de ocultar todo lo que me generó el escuchar su característica voz de doppelganger, sonó igual que Katherine a pesar de que esta tenía una voz un poco más ronca que le daba un atractivo natural
—¿Tan rápido superaste a tu mejor amiga? Me siento ofendida-Finge indignación y me quedo helada por el tono de voz en el que lo dijo
—No finjas ser ella, tú jamás serás Katherine—Digo completamente seria
—Elena jamás podría ser yo, es demasiado aburrida y no tiene nada de estilo—Bufa irritada y siento mi corazón acelerarse en mi pecho porque esa frase confirmó lo que pensé cuándo la oí por primera vez—De verdad soy yo
—¿Cómo es posible?—Pregunto incrédula
—Tú me dijiste que luchara por sobrevivir un poco más y lo hice, Nadia me ayudó a implantar mi espíritu en el cuerpo de Elena—Resume rápidamente, dejándome sorprendida y muy feliz de que me hiciera caso—Convertirme en Elena Gilbert es la mejor cosa que me pasó en la vida: Soy vampiro otra vez, soy joven, hermosa y todos me aman
—Suena asombroso, me alegro muchísimo de que estés bien, pero ten cuidado, si haces algo mal van a darse cuenta de que algo no anda bien y no dudarán en matarte, por suerte Elena es muy predecible y fuimos amigas por 18 años, así que se todo sobre su vida, si necesitas algo no dudes en pedirmelo.
—De hecho... Si necesito algo, Tyler Lockwood mordió a mi hija y sé que tú sangre cura la mordida de un hombre lobo, ¿Podrías venir o enviarla?—Pregunta suplicante—No te lo pediría si no tuviera otra opción, sé que has hecho demasiado por mi, pero no puedo perder a Nadia otra vez
—No puedo ir porque Klaus y Rebekah fueron secuestrados y debo ayudar a salvarlos, pero haré que alguien te lleve la cura lo más pronto que pueda—Digo firme mientras observo a Hayley teclear algunas cosas en la computadora, ella me hace una seña y rápidamente entiendo que encontró algo relacionado a lo que le pedí que buscara—Debo irme, ¿Hablamos después?
—Sí, muchas gracias por todo—Se despide antes de finalizar la llamada, cosa que aprovecho para acercarme a mi hermana
—¿Encontraron algo acerca de Clara la bruja misteriosa?—Interroga Marcel con curiosidad llegando a nosotras
—No mucho, era enfermera en el sanatorio Le Feur de Lis, ¿La reconocen? La segunda a la fila a la derecha—Nos pregunta señalándola en la foto y negamos, mientras que Marcel se aleja de la pantalla con nerviosismo, ha estado extraño desde que escuchó el nombre de la bruja y me preocupa
—¿Marcel? ¿Debo recordarte que Niklaus y Rebekah están sufriendo horrores? Si sabes algo habla—Ordena Elijah con seriedad
—En el sanatorio, ahí los encontrarán.
—¿Estás seguro? ¿Cómo lo sabes?—Pregunta confundida la ojiverde
—Solo lo sé.
—¿Cómo lo sabes?—Insiste el Original
—Si tengo razón, deben saber exactamente dónde se están metiendo, hicimos algo Rebekah y yo, creo que las brujas intentan usarlo en su contra, es algo que no les gustará—Murmura con la mirada gacha, debe ser algo muy malo para que reaccione así—En 1919 Klaus no dejaba de interponerse en nosotros, no nos dejaba amarnos ni ser felices juntos, así que Rebekah y yo decidimos traer a Mikael a New Orleans con ayuda de Genevieve para que lo hiciera huir y poder estar juntos, pero no salió cómo esperábamos y...
—Llevo casi un siglo preguntándome cómo hizo para encontrarnos, que error cometimos para tener que huir del único sitio que fué nuestro hogar, no lo recordaba con exactitud, pero cuándo mis recuerdos volvieron me fué mucho más difícil entender cómo fue posible a pesar de que Kol le enseñó a Skylar a hacer un hechizo protector en nosotros para que jamás nos encontrara, él logró hallarnos y perdimos a la única persona que lograba mantener nuestra familia unida y en paz, Niklaus sin Skylar causó caos y me hizo creer que lanzó a nuestra familia al océano, ¿Sabes que incluso me culpé por un tiempo, Marcellus?
—¡Elijah!—Exclamo en advertencia al verlo estamparlo contra la pared con furia, entiendo completamente su frustración, pero no creo que sea el momento de desquitarse por cosas que no se pueden cambiar porque sucedieron hace casi un siglo
—Niklaus te trató cómo a un hijo y Rebekah...
—La amaba, aún la amo, solo queríamos estar juntos, pero con Klaus cerca eso nunca pasaría, pero supongo que no sabías nada de eso, ¿No?—Interroga con dificultad por el agarre en su garganta y eso hace que lo suelte
—¿Sabes quién si lo sabía y se pasó meses intentando que Klaus dejara su estupidez para que pudieran estar junto? Yo fuí—Afirmo molesta—Esa noche en el teatro finalmente lo había convencido y si hubieses esperado un poco cómo te pedí pudieron haber estado juntos y no habría tenido que borrarles la memoria, yo siempre estuve de su lado y los apoyé ante todo, pero prefirieron actuar a mis espaldas y hacer que la perra de Genevieve llamara a Mikael
—Cuándo Niklaus se entere su ira no tendrá fin y no dejaré que mi hermana sufra esa ira.
—Entonces hay que encontrarlos antes de que sepa la verdad.
—Ven con nosotros, eres lo único que asegura que no va a matarnos o a Rebekah.
—¿Me vas a dejar ir al sanatorio dónde están esas tres brujas locas sin tener que rogartelo y recordarte que puedo protegerme a mi misma?—Pregunto asombrada y Elijah asiente
—Sé que el que te lo niegue no cambiará nada, irás de todos modos y es más seguro que vengas conmigo que sola.
—¿Puedo ir? Puedo ser de utilidad si es necesario y me preocupa Skylar, quiero asegurarme de que va a estar bien—Pide la licántropo y él vuelve a asentir, los cuatro salimos de la casa luego de verificar la dirección del antiguo sanatorio y con nuestra gran velocidad nos transportamos hacia el gigantesco lugar que parece salido de una película de terror de las antiguas, esas que podían causarte completo pánico con solo una imagen o una música—Es enorme, ¿Cómo los encontraremos?
—Marcel revisa el segundo piso, Elijah el primero y nosotras el de abajo, si alguno los encuentra llame a los otros—Ordeno y cada uno asiente, los dos hombres desaparecen con su velocidad vampírica y mi hermana intenta ingresar en el enorme establecimiento, pero la detengo al ver salir a Sabine/Celeste de ahí, con ayuda de una rama que encuentro en el suelo, me acerco de manera lenta e inaudible y le doy un golpe en la cabeza dejándola desmayada—Hola, perra bruja, tú y yo vamos a tener una linda charla luego de salvar a mis amigos de mi novio
—¿Por qué hiciste eso? ¿Fué en venganza o quieres que la secuestremos?
—Ambas—Me limito a responder observando con ira a la mujer en el suelo, admito que una oscura y repugnante parte de mi desea con toda su alma seguir golpeandola hasta que muera, pero la que es semi descente y calculadora sabe que no sería adecuado para lo que planeo
—¿Por qué? ¿No es mejor dejarla ir? Ella no va a servirnos de nada y menos en ese estado.
—Brynne Deveraux fué quién hechizó a los lobos del pantano y adivina quién tenía control de su cuerpo en ese momento—Digo señalando el cuerpo interte de la morena—Celeste es la única que puede romper la maldición, así que llévala al pantano, Jason está esperándonos, le pedí que nos ayudara a obligarla a hacer el hechizo, yo los alcanzaré luego de asegurarme de que Klaus está bién y que no va a matar a todos, si despierta antes de que llegue vuelvela a golpear
—Eres una genio, Sky—Halaga impresionada y yo sonrío presumida—Te veo luego, cuídate
—Tú igual—Pido antes de adentrarme en el sanatorio, recorro todo el primer piso hasta que escucho un fuerte golpe y gritos, así que subo al segundo piso tan rápido cómo mis pies me lo permiten, dónde me encuentro a una débil Rebekah corriendo con Marcel por el oscuro y aterrador pasillo que parece interminable—Bekah, bebe—Ordeno extendiéndole mi muñeca al ver las mordidas de licántropo en sus brazos y ella niega
—Tengo mucha sed, no podré controlarme, las mordidas pasarán.
—No seas terca, bebe—Tomo un pedazo de vidrio del suelo y corto un poco mi muñeca, ella no se resiste al ver el líquido rojo salir y clava sus colmillos en esa área, en un principio es suave, pero parece querer más, por lo que aparto mi brazo con rapidez
—Lo siento, no he comido en mucho tiempo—Se disculpa apenada—Me siento mejor, gracias
—No pasa nada, ahora corran tan lejos cómo puedan y no miren atrás, intentaré retener a Klaus y su ira tanto cómo pueda.
—Creo que Elijah ya se encargó de eso—Murmura Marcel antes de desaparecer a velocidad vampírica con la rubia, corro por todos los pasillos con preocupación y confusión hasta que llego a una especie de bodega, dónde me encuentro a Klaus desmayado en el suelo y a su lado a Elijah, quién lo observa con seriedad y culpabilidad
—¿Qué demonios pasó aquí?—Pregunto preocupada
—Es una larga historia—Dice suspirando—¿Dónde está Hayley?
—Es una larga historia—Repito sus palabras arrodillándome a su lado para ayudarlo a levantar a Klaus—Ella está bien, está con Jason en el pantano, pero le prometí que iría con ella tan pronto cómo pudiese
—¿Qué está haciendo con Jason en el pantano?—La seriedad en su tono de voz me hace darme cuenta de que no es solo preocupación, sino celos y en cualquier otra situación dónde mi novio no estuviera inconsciente me habría burlado
—Explícame que demonios pasó y yo te diré que está haciendo para que pueda ir a asegurarme de que va a estar bién si la dejo ahí sola.
—Vé a asegurarte de que Hayley está bien, llevaré a Niklaus a casa, ten mucho cuidado—Pide antes de pasar el brazo de Klaus sobre su hombro para luego hacer uso de su velocidad vampírica para llevarlo a algún lugar, dejándome sola en el aterrador sanatorio abandonado.
Salgo del establecimiento rápidamente con algo de temor y frustración para asegurarme de que mi hermana está bien con la duda de que fué lo que pasó ahí que dejó a Klaus de ese modo y la preocupación de no saber cómo está y el por qué Elijah estaba actuando de forma tan extraña, cómo si ocultara algo y supiera que decirme iba a causar un caos.
[...]
Camino por el complejo con rapidez debido a que Elijah me llamó hace unos minutos pidiéndome que viniera urgentemente, por lo que dejé a Hayley con Jason y una encadenada Celeste, ella en serio tenía miedo de que la matara, así que comenzó a hacer el hechizo para romper la maldición de los licántropos en cuanto le mentí y le dije que encontré una forma de encerrarla en su cuerpo y que no pueda cambiar a otro, de modo que si moría lo haría de verdad.
—Hola, ven conmigo—Pide el Original guiándome por la casa
—No tengo tiempo para juegos ni secretos, Elijah, debería estar con Hayley porque la misión que le encagué es peligrosa, te recomiendo hablar y decirme que sucede lo más pronto posible.
—Mi hermano tiene un dispositivo de tortura místico en el pecho y Hayley está en alguna parte del pantano haciendo quién sabe qué con ese amigo tuyo, así que te aseguro que no tengo tiempo para juegos tampoco—Dice serio—La daga mística de Papa Tunde está dentro de su cuerpo y cada segundo que está ahí le causa a Niklaus un dolor inexplicable
—¿Quién lo apuñaló?—Pregunto preocupada
—Yo fuí y ahora se la voy a quitar.
—Por eso ayer evadiste mis preguntas y actuabas extraño, porque sabías que iba a enojarme si me enteraba—Digo suspirando—¿Por qué hiciste una estupidez cómo esa?
—Da un paso atrás—Ignora mi pregunta y obedezco no muy feliz por su actitud, él se acerca a su hermano y utiliza un cuchillo para cortar su pecho, luego mete la mano dentro de su cuerpo y quita la daga—Escucha, Skylar, de todas las personas de la ciudad eres la única que no va a matar, además habla contigo con un extraño grado de respeto y te escucha, veo que lo desafías a verse a si mismo y a mos demás con otros ojos, una habilidad maravillosa que me será util dentro de poco, verás, Niklaus estará debil mientras se recupera, así que cuídalo y alimentalo con las bolsas de sangre que guarda en la cocina, quizás también puedas utilizar el tiempo para convencerlo de no asesinar a su hermana pequeña
—Y a Marcel por participar en eso y a ti, que lo apuñalaste con esa cosa—Murmuro cruzándome de brazos mientras lo observo limpiar la sangre de su mano con una toalla
—Niklaus, no era mi intención causarte dolor, pero no permitiré que lastimes a Rebekah, ahora temo que Sabine esté planeando una movida contra nosotros, voy a encontrarla y terminar con esto.
—Elijah...—Susurra debil y el moreno se acerca para poder escucharlo mejor—Pagarás por esto
—Sabine está con Hayley y Jason en el pantano porque la secuestramos anoche, mi plan era rescatar a Klaus y Rebekah y torturarla hasta que rompa la maldición de los lobo, pero decidiste hacer justicia por mano propia y ahora ellos están ahí solos, ve y cuida a mi hermana y yo cuido al tuyo—Él asiente mientras posa su mano en mi hombro cómo despedida y luego sale de la habitación, cosa que aprovecho para acercarme a Klaus, me siento a su lado y acaricio su rostro con una pequeña sonrisa de alivio porque está bién y ahora que no tiene esa cosa dentro de su pecho no va a sufrir
—Lamento interrumpir, Elijah me pidió que trajera las bolsas—Informa Diego ingresando en la habitación, él deja las bolsas de sangre y antes de salir se voltea a verme, cómo queriendo preguntar algo—Sé que no es el momento indicado, pero todos nos hemos pasado el día entero buscando a Klaus y Rebekah, ¿Nadie va a ganar el premio?
—Ustedes no los encontraron, yo lo hice—Le recuerdo y el suspira triste—Dile a los demás que valoro muchísimo su preocupación y ayuda, van a ser recompensados de una forma u otra, pero no cómo les prometí porque nadie los encontró, no se preocupen, van a haber muchas oportunidades para ganar algo, todo aquél que sea leal a mi puede contar con mi total apoyo para lo que sea
—Yo soy leal a ti y no solo por los premios o recompensas, por si te interesa saber.
—¿Podrías hacerme un pequeño favor? Te deberé una si llevas este frasco a Mystic Falls a una chica llamada Elena Gilbert—Digo entregandole el frasquito que llené anteriormente con mi sangre y él asiente
—Lo haré, no te preocupes.
—Muchas gracias—Digo sincera y él me sonríe antes de salir de la habitación, cosa que aprovecho para acercar mi muñeca a Klaus—Estás debil y estas bolsas tienen verbena por orden de Elijah, bebe de mi
—Amor, no...—Niega apartando mi mano—Trae las bolsas, no he comido en demasiado tiempo y lo que sea me viene bien, no quiero lastimarte—Bufo frustrada sabiendo que es igual o más terco que yo y le llevo la bolsa de sangre a los labios, él comienza a beber desesperado y se la acaba en solo unos segundos
—¿No te quema la verbena?—Pregunto extrañada
—Aún te falta entender, amor, que la linea entre lo que nos hace daño y nos mantiene con vida es mucho más delgada de lo que se imagina.
—¿Hablas de la sangre o de tu necesidad de cazar a las personas que más amas?
—Estoy demasiado debil para una de tus charlas ahora mismo.
—Es tu hermana, ¿Cómo puedes querer hacerle esto?
—Porque me ha hecho lo que nadie más ha podido hacer en mil años: Destrozó mi corazón—Murmura dolido y yo hago una mueca porque verlo así de destrozado me duele más que cualquier otra cosa en el mundo—No tenían derecho a hacer lo que hicieron y tú lo sabes, estuviste ahí el día que accedí a que tuvieran su relación, ¿No estás molesta?
—Claro que lo estoy, pero la muerte no es la solución—Klaus cierra sus ojos para descansar porque aún se encuentra débil y en su mente se repite el recuerdo de su platica con su hermana hace un siglo, suspiro recordando ese día:
—Mira a esos dos, fingiendo estar separados cuándo es claro que están muy unidos—Dice irritado Klaus observando a Rebekah y Marcel fingir tener una discusión, él se bebe su vaso de bourbon e intenta levantarse de su lugar, pero lo tomo del brazo para impedir que haga una estupidez
—Klaus, ahora no, ¿No puedes dejarlos en paz cómo te pedí?—Me quejo frustrada—Dijiste que frustrabas los intereses amorosos de Bekah porque no querías que sufriera cuándo tuvieran que huir, Kol me enseñó esta mañana a hacer el hechizo para evitar ser encontrados por Mikael, ya no tienen que huir, ¿Qué sentido tiene prohibile a dos personas que se amen? ¿Te gustaría que Rebekah, Kol o Elijah se opusieran a nuestra relación y no nos dejaran ser felices?
—Si eso pasara los pondría a dormir una linda siesta en sus ataúdes—Dice obvio y Elijah, quién está sentado a mi lado, suspira negando con la cabeza—Tienes razón, amor, ya no tenemos que huir, gracias a ti encontramos un hogar—Klaus se para de su asiento chocando dos vasos con suavidad para llamar la atención del resto, dedicándome una sonrisa en él proceso de pura gratitud y la música y plática de detiene—Quiero aprovechar esta oportunidad para llamar la atención de dos personas que se han visto juntas a mis espaldas todos los días, según mi hermosa novia, a medida que avanzamos hacia una nueva era, nosotros requerimos actitudes más progresivas, entonces: Por mi querida hermana y mi mano derecha y mejor amigo, Marcel, que tengan una gran dicha el uno con el otro... Basta de hablar, música—Todos levantamos nuestros vasos y bebemos por sus palabras, segundos luego la fiesta continúa y Klaus se acerca a una shockeada Rebekah, él le dice algo que la sorprende y luego besa su mejilla con un fraternal cariño antes de alejarse
—He intentado convencerlo de eso por mil años y solo se necesitaba que tú se lo pidieras—Comenta Elijah con una sonrisa de incredulidad—Eres afortunada, lograste lo imposible
—Tal vez solo está de buen humor—Digo encogiéndome de hombros
—No es solo eso y lo sabes, estoy muy feliz y agradecido de que hayas aparecido en nuestra vida y que ayudes a Niklaus a ser mejor persona, lo cambias para bien de un modo que jamás imaginé que sería posible.
—Él es una buena persona, yo no lo cambio, lo ayudo a entender que es perfecto tal y cómo es y que no debe reprimir su personalidad.
—Salud por eso—Elijah nos sirve más bourbon y ambos levantamos nuestros pequeños vasitos y bebemos
—Había bajado la guardia y cedido ante la felicidad, que estúpido fuí, resulta que ya me habían traicionado y habían traido a la ciudad al único ser del que he escapado por siglos: A mi padre—Vuelve a hablar el ojiazul, trayéndome de vuelta a la realidad
—Entonces estás consumido por una venganza que jamás vas a lograr, Marcel y Rebekah podrían estar en cualquier parte.
—No estoy tan seguro de eso, necesitaran un hechizo de encubrimiento y para eso necesitan una bruja, solo hay una lugar dónde pueden ir: A casa—Dice obvio y sé que tiene razón, si matan a las brujas que reemplazaron el hechizo de la cosecha, Davina volverá a la vida y ella los ayudará, Klaus intenta levantarse de la cama, pero al hacerlo casi cae al suelo, por lo que debo sostenerlo y obligarlo a acostarse
—Aún estás debil.
—Aún estoy hambriento.
—Ni siquiera puedes mantenerte de pié, así que se un buen niño y vuelve a la cama—Ordeno seria y él sonríe pícaro
—Si tuviera un dolar por cada vez que una mujer me dijo eso—Dice divertido
—Serías pobre—Digo obvia
—Permíteme discrepar, algunas mujeres me encuentran encantador... ¿O acaso no recuerdas lo que me dijiste y casi hacemos hace un siglo la mañana del día que te perdí?—Pregunta coqueto y yo me aclaro la garganta mientras lo cubro con la manta
—No lo recuerdo—Miento y él me sonríe de forma traviesa antes de colocar su mano en mi mejilla, cierro los ojos dejándolo entrar en mi mente y hacerme recordar:
—¿Siempre vas al grano, no es así, amor?—Interroga Klaus divertido al verme subirme a horcajadas sobre él y quitarle su remera y yo asiento mordiéndome el labio inferior, él me da vuelta de un simple movimiento quedando yo acostada en la cama y él entre mis piernas antes de besarme con desesperación, en medio del beso ambos sonreímos cómo tontos enamorados—¿Estás segura de esto?—Susurra sobre mis labios y en respuesta uno nuestros labios nuevamente, pero se separa y me mira fijamente a los ojos mientras acaricia mi rostro con tanta suavidad que pareciera que cree que me voy a romper—Dilo en voz alta, no quiero que te arrepientas después
—Estoy muy segura—Digo firme, pero mis palabras parecen no darle la certeza, porque no se mueve ni un centímetro
—Si quieres que me detenga o simplemente no te sientes preparada tienes que decirme, ¿Si? No haré nada que no quieras—Asiento e intento besarlo, pero nuevamente se aparta—Hablo en serio, amor, la primera vez es algo importante, prométeme que me lo dirás
—Lo prometo, si quiero que te detengas te digo—Esa respuesta si lo satisface, ya que une sus labios con los míos de forma lenta y tierna, baja sus besos a mi cuello mientras acaricia mi espalda, pero antes de poder hacer algo más la puerta se abre de golpe, ambos nos separamos rápidamente y nos acomodamos la ropa mientras Elijah nos observa divertido—Tienes dos manos y dos super oidos, por lo que puedes tocar la puerta o escuchar y decidir no molestarnos en lugar de entrar así—Digo irritada y él sonríe mientras que Klaus suelta una carcajada mientras se coloca la camisa nuevamente—No es gracioso—Me quejo y vuelven a reir, por lo que les lanzo una almohada a cada uno—¿No vas a decirle nada cómo que se vaya por dónde vino?
—Estoy de buen humor y tenemos todo un futuro en adelante, Elijah puede quedarse para que pueda mostrarle lo que compraste para nosotros cómo gesto de buena voluntad: Entradas para la obra "Les Hunguenots"—Dice tomando las entradas del cajón con una sonrisa, sin duda está de buen humor por mi regalo
—Yo no las compré, el vendedor me las regaló porque cree que soy muy hermosa—Pasé por el teatro en la mañana y uno de los vendedores me regaló las entradas porque según él "Una mujer tan bella debería ir a ver la obra", o al menos eso fue lo que él piensa—Tienen una soprano para morirse, te la presentaré si prometes no comertela
—Oh, Skylar, una buena soprano nunca es la cena—Dice divertido sirviendo tres vasos de bourbon, nos da uno a cada uno y sonreímos ampliamente los tres
—Dile a Rebekah que invite a Marcel y puedes decirle ahora, hermano mayor, tengo algunos asuntos que discutir con Skylar—Le da una mirada para que se vaya y yo sonrío divertida
—Le diré, pero me temo que tendrán que dejar sus asuntos para después porque nos prometiste a Kol y a mi que nos mostrarías lo del portal—Me recuerda y yo suspiro, había olvidado por completo que una vez al día Kol me enseña un hechizo diferente y Elijah a luchar, pero este parece estar mucho más interesado en descubrir cómo hago para viajar en el tiempo, sé que jamás va a decírmelo, pero entré en su mente por accidente y sé que tiene miedo de que me vaya, suele decir que soy la salvación de su familia, por muy irónico que suene
—¿Creen que Kol quiera venir a la ópera también?—Pregunto intrigada
—No invites a Kol, el si se comerá a tu amiga la soprano—Dice el moreno y yo río porque tiene razón—Además, él tiene una cita con una de las brujas que lo adulan
—Kol y su amor por las brujas van a hacer que se pierda la ópera con lo mucho que me costó ahorrar para comprar las entradas—Fingo estar triste ante la idea y ellos ríen
—¿Ahora recuerdas?—La ronca voz de Klaus me trae devuelta a la realidad
—Yo solo recuerdo que te gustaba la ópera—Digo divertida—¿Crees que el vendedor sabía que iba a pasar por el teatro porque quería regalarte algo especial y eso nos guió directamente a la trampa de Mikael?
—No fué tu culpa, ya sabes quién hizo todo esto.
—Si me hubiera quedado en casa esa mañana tal vez...
—Ningún tal vez, Mikael nos hubiera encontrado de todas formas.
—Nunca llegué a ver la obra, pero parecías tan emocionado por que lo hiciera—Comento con una sonrisa melancólica
—Bueno, siempre tuve una debilidad por Les Hunguenots, me gustaba la historia, era era un cuento de amor prohibido, cómo en Romeo y Julieta, él día en que debían casarse sus familias y un odio de años intervienen y miles son masacrados, un padre incluso mata a su propio hijo en el último acto, casi puedo apreciar la ironía—Murmura con la mirada gacha—¿No te recuerda a algo? ¿A nosotros, tal vez?
—Tal vez, nuestra historia es parecida, dos enemigos que se enamoraron, pero espero no creo que termine en desgracia, nosotros teníamos que odiarnos y yo debía matarte, pero sucedió todo lo opuesto y creo que al contrario de lo que pasó con mis padres, que provenían de familias enemigas que se mataron los unos la los otros por siglos hasta que nací y me convertí en la unión de ambas familias, este bebé va a unirnos aún más.
—Yo opino igual, amor.
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