𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐈𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐀 𝐘 𝐔𝐍𝐎
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𝐀 𝐋𝐀 𝐌𝐀Ñ𝐀𝐍𝐀 𝐒𝐈𝐆𝐔𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄, para sorpresa de nadie, el primer lugar al que fui fue el baño. Esta vez, fue diez veces peor que la última.

Era casi mediodía y acababa de despertar, pero Eliot estaba en proceso de preparar el desayuno. 

Podía escuchar a Janus balbuceando desde la habitación contigua, pero el sonido no duró mucho porque empecé a vomitar.

El vómito contra las paredes de mi garganta se sentía como si fuera ácido quemando y era algo que no había extrañado en absoluto desde que estuve embarazada de Janus. 

Las puertas en este ático no chirriaban como las de mi antiguo apartamento, por eso cuando Eliot apareció a mi lado, casi salto por el miedo inesperado.

Dos grandes manos acomodaron suavemente los mechones de cabello que caían sobre mi rostro y los recogieron en una cola de caballo que él aseguró con su mano. 

Eliot ni siquiera parpadeó. Simplemente, esperó allí pacientemente, cuidándome como si esto fuera algo que él hubiera anticipado.

Y si no hubiera estado borracha por la noche, también lo hubiera anticipado. Pero lo que sucedió la noche pasada es algo que nunca podría mencionar de nuevo.

Me giro, apoyando mi espalda contra la pared del mostrador con la cabeza en mi mano, mientras Eliot me acariciaba la espalda en círculos pequeños. 

─ Tal vez es una señal ─dice, con una risa insinuada en su voz.

Lo miré con curiosidad, sin saber a qué se refería.

Tiene esa suave y tímida sonrisa en su rostro y no creo que pretendiera que fuera tan reconfortante como lo es.

─ De no beber tanto ─termina su frase, provocando que yo ruede los ojos mientras escondo mi rostro nuevamente entre mis manos. 

Una risa suave escapa de sus labios mientras se inclina para dar un suave beso en la parte superior de mi cabeza. 

─ Estoy haciendo tostadas francesas. Sal cuando estés lista.

Cerró la puerta suavemente detrás de él, sabiendo que mi cabeza probablemente estaría martilleándome y mis oídos zumbarían pronto. 

Pero no había forma posible de que el zumbido fuera más fuerte que las voces en mi cabeza, diciéndome lo terrible que soy por lo de anoche, ni tan doloroso como la culpa que me consume.

© 𝑭𝑨𝑰𝑺𝑻𝑺𝑳𝑼𝑽𝑹𝑹