𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐈𝐓𝐑É𝐒
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𝐍𝐎 𝐏𝐔𝐄𝐃𝐎 𝐑𝐄𝐒𝐏𝐈𝐑𝐀𝐑. No puedo respirar. Joder, no puedo respirar.

Mis manos no retiran mi chaqueta lo suficientemente rápido. La tiro al suelo mientras intento desesperadamente encontrar algo que posiblemente me permita respirar en lugar de este maldito aire contaminado del exterior.

Estoy atormentada por la culpa y todo lo que quiero es gritar. Así que lo hago.

Presiono mi talón sobre el uniforme escolar que acabo de arrojar al suelo porque esta escuela hizo esto. Este Capitolio. Los líderes que suponía que debían protegerme, que se suponía que debían proteger a Mia.

Un grito que quema mi garganta y drena cada gramo de energía de mi ser se libera desde lo más profundo de mí mientras mancho y ensucio la chaqueta roja. 

Pero la cálida brisa primaveral me acaricia y trae otra tormenta de emociones a mi cuerpo, y las lágrimas corren por mi rostro mientras colapso en la parte superior de las escaleras. 

Mi cabeza está enterrada en mis manos mientras mi cuerpo entero tiembla con los sollozos torcidos que queman mi garganta. Son agrietados y crudos, representan todo lo que siento.

Soy un río de lágrimas y todo lo que quiero es liberar cada emoción en mi cuerpo, pero también quiero esconderme en una concha y vivir en un mundo de vergüenza y culpa por lo que he hecho.

Se lo prometí a Mia. Se lo prometí a su familia. 

Tenía hermanitas que ahora crecerán sin conocer a su hermana mayor. Nunca recordarán cómo sonaba su risa o cómo olía, a nada más que a lavanda y a calidez.

Ella será nada más que un recuerdo en sus memorias... y casi en su totalidad es culpa mía. 

Si hubiera estado allí, en esta habitación... podría haber enviado algún tipo de distracción, de la misma manera que Coriolanus envió ayuda cuando Lucy Gray estaba en peligro.

Pero ahora ya es demasiado tarde.

A partir de hoy, Mia Rowe no será nada más que un recuerdo en mi mente. 

A través de las delgadas grietas entre mis dedos que protegen mi rostro, puedo ver un par de zapatos junto a un par de escalones debajo del que estoy.

Levanto lentamente la cabeza de entre mis manos para ver a Sejanus mirándome.

Mi labio inferior comienza a temblar de nuevo mientras me levanto y lo abrazo con fuerza. 

Entiendo cómo se siente ahora, entiendo por qué actuó de esa forma al ver a Marcus en la pantalla. Siento exactamente lo que él había estado sintiendo y es algo que nunca quiero volver a sentir. Pero es importante que lo sienta ahora para que pueda entenderlo.

Y él también me entiende. Lo sé porque me abraza de nuevo y me lo dice.

© 𝑭𝑨𝑰𝑺𝑻𝑺𝑳𝑼𝑽𝑹𝑹