Yukari, Ishizaki, Kisugi, Izawa y Taki fueron a comprar algo en la cafetería de la escuela, aprovechando a que esa hora no hay nadie. Solo quedaron Tsubasa, Sanae y Kumi, pero el primero ha estado serio por varios minutos.

─Tsubasa, ¿qué tienes?─ le pregunta Sanae al verlo tan dubitativo y callado.

─¿Eh? Ah, lo siento, Sanae, es solo que esa chica me llama mucho la atención, no sé cómo explicarlo...

─¡Noooo!

Los dos se voltean a ver a Kumi, responsable de esa exclamación.

─¿Entonces estás enamorado, Tsubasa?─ pregunta con algo de desesperación.

Y es que Sanae no es la única que tiene sentimientos por Tsubasa. Kumi es otra que no puede dejar de mirarlo.

─¡No, Kumi! ¡No es amor! ¿No les parece que esa chica esconde algo?

─¿Por qué lo crees? No la conoces a profundidad aun, apenas es su primer día de clases en este colegio.

─Ya sé, tal vez es solo mi imaginación, pero algo me dice que hay algo detrás de ella, el otro día en el ascensor, casi no me habló, y ahora tampoco nos dirigió demasiado la palabra.

─Debe ser porque es muy tímida─ sugiere Kumi.

─Puede ser, pero lo que estoy diciendo es que probablemente ella es así porque debió haber pasado algo en su vida, nadie es así de introvertido nada más porque sí.

─¿Vas a intentar hablar con ella?

─Pues alguien tiene que hacerle un tour por la escuela, o sino se perderá, ¿no?─ se encoge de hombros.

─Supongo. Entonces te interesa saber qué hay detrás de ella, por eso no dejas de mirarla, ¿o me equivoco?

─No, Sanae, estás en lo correcto. La verdad es que yo también estoy sorprendido, no me suelen interesar así las personas, solo cuando son jugadores excepcionales, ojo, tal vez ella lo sea...

─¡Ayyyy, te acaban de brillar los ojos, Tsubasa!─ vuelve a exclamar Kumi.

─Realmente amas todo lo que tiene que ver con fútbol, Tsubasa. En ese caso, si me vuelvo futbolista, Tsubasa me amaría...

─Veo que pensamos igual, Sanae.

─Sí... E-espera, ¡¿cómo me escuchaste, Kumi?! ¡¿Acaso eres telepática?!

─¿Por qué hablas en voz alta?

─... ¡Uy noooo! ¡Qué vergüenza!─ Sanae se cubre el rostro con ambas manos.

Tsubasa se ríe levemente, en eso, se da cuenta de que está totalmente cubierto el cielo, y eso que hace un par de minutos estaba parcialmente soleado.

Mira hacia arriba, y se encuentra con que Kaede está en la azotea.

─¿Qué hace ahí?

─¿Acaso daban lluvia para hoy?

─Yo no vi que dijera eso la aplicación del estado del tiempo, pero viste cómo es el clima últimamente.

Tsubasa se separa de las chicas y entra al edificio principal del colegio.

─¿Tsubasa?

─¿A dónde vas?

No tuvieron respuesta, puesto que él ya se había ido.

El castaño llega a la azotea, donde se encuentra a la rubia dibujando algo en un bloc. Ella gira los ojos para mirarlo a su costado, pero solo dura unos segundos y vuelve a su dibujo.

─Ho-hola, Kaede.

Luego de unos segundos de silencio, ella le habla.

─¿Por qué?

─¿Por qué... qué?

─¿Por qué hablas conmigo? ¿Por qué estás tan interesado en mí?

─E-es que de alguna u otra forma llamas bastante la atención...

─¿Es porque soy rubia?

─No, no es solo por eso, o sea, sí, pero...

─Mi abuela es alemana, nacionalizada japonesa, de ahí saqué los ojos claros y el cabello rubio; no es teñido.

─Ah, ya veo, con que de eso se trataba. Bien, sigue sacándole tema de conversación, así sabrás más sobre ella─ piensa, totalmente en confianza─. O-oye, Kaede, ¿de dónde vienes?

─Fui transferida del colegio Otomo, ahí he hecho primaria y secundaria, pero por motivos personales me transferí al Nankatsu.

─¿Viene del Otomo? Eso quiere decir que conoció a Urabe, Kishida, Nishio y Nakayama. Podría preguntarle a ellos sobre ella para tener más información, hasta ahora se ha abierto bastante conmigo, ¿pero cuánto durará esa transparencia?─ se pregunta para sus adentros.

─Y dime, ¿te gusta el fútbol?

─Sinceramente no, la gente que juega fútbol es muy agresiva y engreída, y los que miran los partidos son personas muy inmaduras que se pelean con los demás por cualquier tontería que no tiene nada que ver con ellos mismos, por eso prefiero alejarme de todo lo deportivo, porque no es para nada lo que debería ser en realidad, solo se basa en gritar, insultar a otros y un montón de otras cosas desagradables.

─... Uy, no creo que te caiga muy bien, entonces. Es decir, yo no me peleo con nadie por el fútbol, pero lo amo tanto que puedo hablar por horas sobre las grandes estrellas del fútbol como Pelé o Maradona.

Ella simplemente se queda callada, con los ojos cerrados.

─Por cierto, ¿qué es lo que estás dibujando? Te gusta mucho dibujar, ¿verdad? a Kumi también le fascina...

─Odio hablar demasiado con la gente, ya me cansé─ desvía la mirada con algo de fastidio.

─Ay, no, por favor, perdóname, no quise molestarte, yo...

Ella se acerca al alambrado de la azotea, y mira el cielo oscuro.

─Este cielo tormentoso combina muy bien con la realidad que vive el país desde hace no mucho, aunque sea trágico, siempre se puede encontrar belleza dentro del caos.

─¿Q-qué? ¿A qué te refieres?

─La muerte es algo que nadie quiere enfrentar, pero nos va a terminar pasando a todos en algún momento, tarde o temprano. Lo ideal sería que fuese después de los noventa años, que podamos vivir todas las etapas de la vida plenamente, sin embargo, últimamente se han estado arrebatando un montón de vidas de maneras muy crueles. Ya no se puede confiar ni en los médicos ni en los policías. Nadie es capaz de decir qué pasó en realidad, todos esconden algo, por eso es que no me gusta la gente, espero que sepas comprenderlo, Tsubasa.

─Va-vaya, ya te aprendiste mi nombre, qué rapidez, jaja.

─Se va a venir una tormenta. Me encanta la lluvia, los días fríos y nublados, la escuela se siente más tranquila con este clima.

─Con este clima preferiría quedarme durmiendo en mi casa, jaja.

─Será mejor que vayamos al patio, deben estar por llamarnos a todos los grupos para ir a nuestros respectivos salones─ comienza a caminar hacia la puerta para bajar por las escaleras, pero no sin antes decir─: Ten mucho cuidado al salir a la calle, Tsu-ba-sa─ dice su nombre en sílabas.

─¿Eh?

Kaede ya se fue. Tsubasa queda solo en la azotea, tratando de asimilar todo lo que le dijo la rubia.

─Con que no debo hablar demasiado de fútbol con ella, ¿eh? Maldita sea, y yo tenía la esperanza de que al menos le interesaba un poquito...─ una gota cae en su nariz. El chico mira hacia el cielo y empieza a llover cada vez más─¡Ay, no puede ser!─ se apresura a entrar.

Ya en el salón, Kaede se sentó en el último pupitre de la última fila, contra la ventana, y Tsubasa en la fila de al lado, pero tres pupitres más adelante.

─¿Tan atrás se sienta? ¿Acaso puede ver bien desde ahí?─ se pregunta, un poco extrañado─Y me pregunto qué habrá dibujado, ah, ya sé, en el receso le escribiré a Urabe para preguntarle sobre ella, a ver si me da alguna pista. Y otra cosa que quiero saber es por qué odia tanto a la gente, ¿habrá sufrido alguna humillación, o traición o algo? Muy pronto lo sabré.

Para haber sido su primer acercamiento con Kaede Tsuchida, realmente logró sacarle bastante tema de conversación. Si ella no fuese tan hermética, le hubiera revelado su vida completa en ese mismo momento. Tsubasa tiene la corazonada de que la próxima vez descubrirá más detalles sobre ella, desde los más interesantes hasta los más escalofriantes...