Capítulo Tres.

03. el rey del rock

— ¡Hola chicos!— sonrió al trío de fantasmas viendo la puerta del garaje con terror— ¿habéis visto un fantasma?— bromeo.

— Peor, dos chicas llorando— susurró Luke.

— Oh, supongo que aquellas dos están en su momento emocional— se apoyó contra una pared— prefiero no interrumpir.

Los tres suspiraron tranquilos de que no tendrían una tercera chica llorando.— cantas muy bien— la alago Reggie.

— Gracias... espera— se giró confundida— ¿cómo sabes que canto bien?

Alex miró a reggie de mala manera, los habían descubierto y sin duda algo les decía que la rubia no quería que la escucharan anoche.

— ¡Habéis ido a mi casa anoche!— les reclamo.

— Perdón, Julie nos contó sobre tu madre y solo queríamos decirte que lo sentíamos— explicó nervioso Luke.

La chica, suspiró, no tenían malas intenciones y realmente no es como si hubieran hecho algo mala. Le habían dado un cumplido y realmente le gustaba que alguien reconociera su talento.

— Yo... está bien chicos, pero no creo que volváis a escucharme — acomodo su mochila cabizbaja.

La música siempre había sido un temor para Kat, no por algo como pánico escénico o miedo a no lograrlo, todo lo contrario. Hayes no quería ser como su padre, terminar tan enredada en el mundo de la fama que olvidaba a su propia familia y amigos.

— Ningún buen músico desaprovecha un talento así, Julie canta otra vez también — trato de convencerla Alex.

— ¿Julie canto otra vez?— abrió los ojos en total shock.

Los tres asintieron y esto fue todo lo que necesito la chica para salir corriendo dentro del garaje—¡Cantante!— se lanzó sobre la morena causando la risa de sus dos amigas.

— Una abajo falta otra— la señaló Flynn— blondie, tienes que volver a la música— hizo un puchero.

— Estoy totalmente de acuerdo— le siguió Molina— podríamos tratar de convencer a la señorita Harrison de que nos acepte a las dos.

Por un minuto lo pensó, de verdad lo hizo tal vez con amigos como los que tenía no se perdería en el mundo horrible de la música y aparte su madre querría que persiguiera aquel sueño... pero no podía.

— Tal vez el próximo año— sonrió de lado y ambas chicas asintieron, presionando a Kat nunca se conseguía nada.— ¡Otro día en el infierno!—salió lista para ir a la escuela y tratando de levantar el ánimo de sus amigas.— ¡Adiós!— se despidió de los chicos al mismo tiempo que Julie los saludaba llevándose una mirada extrañada por parte de flynn.

— ¡Adiós, Hola, Adiós!— canturreo Molina— ¿no escuchaste la canción? ¡Es genial!

— ¿Okay?— le resto importancia Flynn mientras que seguían su camino a la escuela.












— my lady— el conocido acento del pelinegro se hizo presente en el aula de ciencias.

— uno de estos días, mientras estés durmiendo tranquilamente, voy a entrar por tu ventana y quemar toda tu colección de zapatos— le sonrió en respuesta.

— llevas desde que te conozco amenazándome de aquella manera— señaló con obviedad— mis zapatos siguen igual de hermosos que siempre.

— oh créeme que si sigues llamándome my lady cumpliré con aquella amenaza— le guiño un ojo.

— das miedo, en un cambio de tema, ¿algo que contar?— le extendió un lápiz sabiendo que esta nunca llevaba a la escuela.

— gracias, nada nuevo— mintió, una gran mentira.

— vale, me mientes — golpeo su hombro ligeramente— llevas las uñas más cortas, te las quitas cuando pasa un cambio importante.

— me conoces demasiado— tuvo que pensar por unos segundo que decir— ¡Volví a tocar!— era aquello u "Oye, ya que unos fantasmas han aparecido en el garaje de Julie, por cierto son músicos y solo nosotras podemos verlos"

— ¡Eso es estupendo!— grito el chico llevándose malas miradas de toda la clase— lo siento, me callo.

— Ha sido cosa de una vez— le resto importancia.

— Claro que no, como que me llamó Calum Parker que vas a volver a cantar— sonrió — será mi meta para el 2020.

— Sueñas.















— Un día de estos voy a matarlo, puedes estar segura— bromeó la rubia abriendo la puerta de la habitación de Julie.

— Calum es un amor, Kat. Un día de estos vais a... ¿Qué estáis haciendo en mi cuarto?— le reclamó a los tres chicos allí.

— ¡Hola chicos!— sonrió Hayes recibiendo una mala mirada por parte de su mejor amiga — ¿Qué estáis haciendo en su cuarto?

Los tres se miraron buscando una excusa razonable— ¿No es la cocina?— respondió Luke, sacándole una risa a Kat.

— Esto sí que no, eh. Da mal rollo, ¡Levanta de mi cama!— señaló al pelinegro.

— Oye Julie, ¿qué tienes en la caja?

— Prohibido tocar.

— Vale, cosas de chicas— se burló el castaño.

— Sé que estáis muertos, pero estáis buscando que julie os mate otra vez— se sentó junto a la computadora de la chica.

— Sé que sois mejores amigas, pero ¿Por qué Kat está siempre aquí?— pregunto el rubio— ¡No quiero ofenderte! Solo que con esa casa en la que vives pensaría que pasarías más tiempo en ella.

— Estoy de acuerdo, ¿eres rica o algo?— continuo Reggie.

— Su padre es Syd Hayes— explicó Julie, causando que la rubia golpeara su frente al ver la reacción de los otros.

— ¡Syd jodidamente Hayes es tu padre!— gritó Luke lanzándose sobre la cama.

— Tu padre es como el rey de rock— tartamudeo Alex mientras Reggie solo continuaba con la boca abierta.

— Si si sí, es un genio de la música y blah blah blah— sonrió forzadamente la rubia.

— Esperad, ¿cómo sabéis como es la casa de Leen?

— Anoche aparecimos mientras cantaba— le resto importancia Alex, causando que la chica una vez más golpeara su frente.

— ¿Cantaste? ¡Cantaste!— la abrazo una muy emocionada Julie— ¿y no me dijiste?

— No es nada del otro mundo, Jules. No volverá a pasar— explicó.

— Ustedes tres— los señalo la morena— ¡Fuera! Necesito una charla de chicas.

Por la manera en la que lo había dicho, los tres chicos no dudaron en salir corriendo.

— que la psicóloga en esta amistad soy yo— bromeo Kat tratando de aliviar el ambiente.

— cambio de roles hoy— ambas se sentaron en la cama.— tienes su apellido, pero no eres él.

Sabía que hablaba de su padre, estaba más que claro y también sabia que tenía razón.

— Me regaló la guitarra de mama— sonrió comenzando a jugar con sus propias manos nerviosa— es como si quisiera que tocara y cantara.

— pero no sabe como decírtelo— apretó su mano Julie haciendo que la chica dejara de jugar— mamá, solía decir que tu padre se alejaba por la simple razón de que tenía miedo de no llenar los zapatos de tu madre, sé que piensas que la música te hará como él, pero que tal si te une más a él. No voy a obligarte hacer algo que no quieras, pero en mi experiencia nunca me sentí tan cerca de mi madre como cuando toqué ayer.

Kat tampoco se había sentido tan cerca a sus dos padres como cuando tocó ayer, era como los viejos tiempos y nunca se había sentido tan en casa desde la muerte de Delilah.

— Trataré.

— ¡Eso me gusta escuchar!— sonrió Julie— ahora, ¿por qué no le contamos esto a los locos de abajo junto a una sorpresa?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top