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Jisu caminó hacia su salón de historia, el hecho de que compartiera clase con Yeji la hacía suspirar día y noche.

Se sentó en su asiento habitual casi en el fondo y espero su llegada.

Todos entraban y se ubicaban pero por alguna razón Yeji no había llegado.

Jisu decidió no distraerse por eso.

El profesor llegó y paso la lista para finalmente levantarse de su asiento y comenzar a explicar la importancia de los patrimonios históricos y culturales de la ciudad.

—Bueno chicos, les daré una tarea muy fácil.—Sonrió el profesor haciendo que varios se quejaran.—Trabajo en parejas.

Jisu no podía ocultar su desesperación.

No quería hacer trabajo con los flojos y tontos del salón, pero claro siempre se llevaba la peor parte simplemente porque nadie quería hacer trabajo con ella.

No tenía nada de malo.

Pero así eran sus lindos compañeros.

—Pero hoy los escogeré yo.

—¡Si!—Susurró para si misma.


Luego de unos minutos el profesor había designado todas las parejas pero ella por alguna razón había quedado sola.

Eran veintiuno en su curso por lo que había contado recién.

Suspiró triste y luego su tristeza se convirtió en felicidad al ver a Yeji cruzar el umbral de la puerta.

Se veía increíble con una falda a cuadros blancos y azules, una camiseta blanca con un pulóver a juego de cuadros de los mismos colores. Su cabello suelto y cayendo hacia sus hombros. Todo en ella era especialmente maravilloso a sus ojos.

Con una sonrisa tímida miró al profesor que sonrió para chocar sus palmas entre sí y dirigir la mirada a Choi Jisu.

—¡Listo! Choi Jisu y Hwang Yeji harán el trabajo juntas.—Señaló a lo que Yeji la miró sonriente.

Por primera vez su mirada fina y pura se fijaba en ella.

Jisu la miró como una colegiala de película.

Yeji se acercó a ella y luego se sentó en la mesa de al lado.

—Hola, ¿Choi Jisoo?—Preguntó tratando de no equivocarse.

—Jisu.—Corrigió la pelinegra con una sonrisa.

—Bueno, ¿de qué trata el trabajo?—sonrió Yeji ubicando sus cosas en la mesa.

—Tenemos que hacer una exposición sobre algún lugar histórico o cultural de la zona.—Le explicó acomodando sus lentes.

Yeji la miró con atención.

Jisu estaba tan enamorada de ella que ya todo a su al rededor parecía inexistente.

Era la hora del receso.

Yeji nunca había conocido a esa chica y sin embargo había algo en ella que le resultaba familiar.

En ese mismo instante estaba hablando con la chica mientras se dirigían a sus respectivos casilleros.

Para despedirse finalmente.

Ah era viernes por fin y con emoción Hwang reviso su casillero.

La sonrisa ilusa de la chica desapareció al notar que no había rastro del tal J.

“¿Donde estás J?” pensó sonriendo triste.

Sintió el tacto de una mano en su hombro y se giró de nuevo para encontrarse a la chica unos cuantos centímetros más alta que ella.

—Minju.—Dijo en voz baja.

—¿Qué tipo de saludo es ese?—Preguntó la pelinegra quien hizo una mueca.

—Olvidalo.

Minju pensó por un momento.

—¡Ay, estás así porque no recibiste una carta de tu enamorado!—Sonrió sabiendo que estaba en lo cierto.

Yeji posó una mano en su frente y asintió.

Lamentaba mucho que eso le afectará pero era la verdad.

—Creo que me hice muchas ilusiones.—dijo finalmente para perderse por los pasillos dejando a su amiga con las palabras en la boca.

—Realmente estás mal Yeji.—Murmuró Minju para si misma.

Oh no Choi Jisu.

Jisu estaba teniendo una crisis nerviosa al mirar la carta aún en su bolso.

No podía salir tan bruscamente del salón de teatro, mucho más cuando era la encargada de entregar el guión de la obra.

—Iré al baño.—Dijo a una de sus compañeras quien sólo asintió.

Tomó su bolso y se encaminó al casillero de Hwang para finalmente poder dejarle su carta.

Al llegar allí sin pensarlo la dejó adentro y se fue rápido.

Posiblemente los chicos estuvieran preocupados por ella y...

No quería ser descubierta por Yeji.

Con pasos cortos y rápidos llegó al salón donde el club de teatro estaban reunidos.


—¿Hasta cuando vas a seguir así?

La pregunta de Minju la hizo suspirar cansada.

Yeji nada más pensaba en J y que probablemente se haya cansado de ella.

—Solo déjame.

Tomó sus cosas y salió del salón de educación física donde realizaban sus coreografías.

Al salir de allí solo pudo caminar sin ubicación exacta hasta que chocó con alguien.

Jisu estaba al frente de ella y sus lentes cayeron rápidamente haciendo que no pudiera reconocer casi nada por la borrosidad de su vista.

—Lo siento mucho de verdad.—Yeji se disculpó agachándose para entregarle sus lentes.

El suave roce de sus manos hizo que Jisu se sonrojara rápido.

—¿Yeji?—Dudó mientras se colocaba nuevamente los lentes.

Yeji asintió.

—¿Estás bien?—Preguntó Hwang sonriendo amablemente.

Jisu solo negó.

—Ah creo que podemos aprovechar el encuentro para empezar a hablar del trabajo.—Dijo en su lugar.

Yeji pensó y vio la hora en su reloj.

—¿A mi casa a las 4?

Jisu solo pudo asentir.








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