103 || black
— ¿Segura que estás bien? Mi amor, no te hemos visto desde hace una semana, nos preocupas.
— Estoy bien, mamá. Simplemente he tenido mucho trabajo, los ensayos de la gira ya empezaron.
— Hija, te la vives trabajando, date un respiro —Giselle rodó los ojos aprovechando que su mamá no podía verla.
— Ma, en este momento no puedo darme un respiro —miró a sus bailarines que se encontraban descansando—, es más, en estos momentos debo volver a ensayar.
— Está bien. Piensa en lo que te dije, y ven a vernos, por favor —Giselle asintió aunque no podía verla—. Te amo, hija. Cuídate.
— También te amo, ma. Nos veremos pronto, lo prometo.
Los bailarines vieron a Giselle colgar el teléfono y comenzaron a levantarse para colocarse en sus posiciones.
La castaña sintió un leve mareo cuando hizo el intento de volver a su lugar para ensayar. Se sostuvo de la pared a la espera de que pasara y sintió como su cabeza empezaba a punzar, acompañado de un molesto pitido. Los bailarines se dieron cuenta y se acercaron a la chica.
— ¿Estás bien? —preguntó un chico.
Giselle sólo asintió repetidas veces, mientras se incorporaba, como si todo estuviera bien.
— Todo bien. La nueva desde el inicio —dio la indicación Giselle y todos volvieron a sus posiciones junto con la cantante.
La música comenzó a sonar y Giselle ignoro el pitido en su cabeza por el resto de esa y las coreografías que le siguieron.
— Creo que deberíamos hacer Love Myself desde el inicio otra vez, hay algo que no me convence —dijo la cantante mirando a sus bailarines cansados.
— Ya casi es hora del almuerzo, ¿no podemos hacerlo llegando? —habló una chica mirándola suplicante por un descanso.
— Tendrán mucho tiempo para descansar, chicos. Vamos, desde arriba.
Todos comenzaron a acomodarse en sus lugares y otra vez Giselle sintió a su cuerpo marearse de nuevo, pero lo ignoró. Su vista se nublo unos segundos y tuvo que cerrar los ojos y abrirlos de nuevo cuando la música comenzó, aunque no ayudó de mucho.
El malestar en su cabeza comenzó a ser más fuerte, causándole dolor que intentó ocultar. La música comenzó a sonar cada vez más lejana y su vista volvió a nublarse, cuando su voz comenzó a sonar por los altavoces, su sistema le hizo una mala jugada. Sintió como el aire abandonaba sus pulmones y sus piernas dejaron de sostener su cuerpo.
Y todo se volvió negro.
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