Giselle resopló por milésima vez en la noche, su mejor amiga, Stella logró convencerla de ir a un club, pues su ex la había terminado y no pensaba pasar
una noche de Sábado encerrada en el hotel en el que se hospedaban, mientras que justamente esos eran los planes de Giselle.

Cuando se aseguró de que todas sus amigas desaparecieron de su vista, tomó su bolso y salió del club, sintiendo algo de remordimiento por dejar a sus amigas que probablemente ya estén borrachas, pero sus deseos de salir de ahí eran enormes.

Incluso sintió que respiraba mejor fuera de aquel lugar.

Sacó su celular y se dispuso a pedir un Uber, pero alguien chocó con ella y le tiró este. Sé agachó para recogerlo y maldijo por lo bajo.

Se volvió para encontrarse con un chico moreno, algunos centímetros más alto que ella y de rasgos medio asiáticos. Él chico apestaba a alcohol y tabaco, y parecía estar a penas consciente.

— L-Lo siento —balbuceo él.

— Hey, ¿estás bien? —le preguntó la chica, sintiéndose estúpida pues era obvio que no lo estaba.

Él chico asintió con dificultad y cuando se dispuso a dar un paso lejos de ella, sus pies se enredaron y de no haber sido por la chica, se hubiese golpeado la cara contra el suelo.

— Uhh —Giselle pensó unos segundos que decir—. ¿Quieres qué te lleve a tu casa? —se atrevió a preguntar. Aunque lo hacía más por educación que por otra cosa.

Él chico negó y volvió a tambalearse cuando Giselle lo soltó.

— Podría...

— ¡Calum! —escuchó a alguien gritar.

Un chico rubio demasiado alto -casi como un rascacielos, pensó la actriz- se posó frente a ellos y rodó los ojos al ver el estado de su amigo.

— Te hemos buscado por todas partes —habló él rubio cuando estuvo más cerca, entonces Giselle notó el bonito y eléctrico azul de sus ojos—. Estábamos a punto de regresar al hotel sin ti.

Luke tomó a Calum del brazo para ayudarlo a estabilizarse.

— Eres tan aguafiestas, Luke —Calum arrastró las palabras—. Estaba conversando con mi amiga de lindo cabello.

Fue entonces cuando Luke se percató de la presencia de Giselle y se quedó estático donde estaba, viendo a la chica de una manera que la incómodo un poco.

— Y-Yo simplemente me topé con él —habló ella algo nerviosa ante la mirada del rubio—. Soy Giselle, por cierto.

Oh, por supuesto que él sabía exactamente quien era.

— Yo soy australiano —comentó él de rasgos asiáticos, probando una vez más que estaba demasiado ebrio.

Giselle rió ante el comentario y Luke no pudo evitar sonreír de lado.

— Y-Yo soy Calum, él es Luke... No, digo, él es L-Luke y yo... —Luke resopló. Estaba haciendo el ridículo frente a su amor platónico—. Yo soy Luke y él es Calum.

La actriz volvió a reír y él rubio temió que pensara que era un tonto, pero realmente a ella le causó ternura.

Por unos instantes reino el silencio. Luke pensando que justo cuando la vida lo ponía en frente de la chica de sus sueños, él la tenía que cagar.
Y Giselle pensando simplemente en regresar a su hotel lo más pronto posible.

— Bueno... Yo tengo que irme —hablo por fin ella—. Me imagino que ustedes también. Fue un gusto conocerlos.

— Sí, nosotros también debemos irnos.

Ambos se pusieron nerviosos al no saber como despedirse, y después de vacilar varias veces, la castaña simplemente agitó su mano en despedida y siguió su camino.

Luke suspiró y sonrió mientras veía a la chica alejarse.

— ¿Soy yo o esa era Emma Winchester? —comentó Calum.

Luke negó con la cabeza y rió.

— Esa claramente era Emma Winchester —se mofó el rubio antes de tirar de su amigo para que caminara.