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Camilo Madrigal era un jovencito tan difícil de descifrar que Mariano Guzmán se volvía loco tratando de hacerlo. Parecía un acertijo, y Mariano odiaba los acertijos.
Pero irónicamente le agradaba Camilo.
La pregunta era "¿porqué?", y a Mariano le gustaría saber la respuesta.
Cuando estaba con Camilo se sentía cómodo, los frecuentes chistes del jovencito y su tono descarado al parlotear eran muy entretenidos. Camilo parecía el sol por cómo brillaba con luz propia siendo totalmente opuesto a su prima Isabela, y quizás por eso le agradaba tanto a Mariano. Quizás.
Aunque, actualmente, ambos estaban yendo a la preparatoria de Camilo y ninguno hablaba.
Curioso, puesto que rara vez Camilo se callaba.
─ Y...─ comenzó Mariano ya extrañando la voz del menor─ ¿qué clase tienes ahora?
─ De verano─ dijo Camilo en tono pausado─ son para las materias que reprobé.
─ Vaya, ¿son muchas?
─ Bastantes.
─ Ya veo.
Lo que en general era un cacareo en el auto de Mariano gracias a los chistes irreverentes de Camilo, se había convertido en un funeral desde que Mariano le había abrochado el cinturón al chico.
¿Será que lo hice sentir incómodo?
Fue lo primero que se le pasó por la cabeza.
Mariano era alguien sumamente empático, si había hecho sentir mal a alguien sin dudas surgiría la culpa.
─ Camilo─ dijo firmemente y el aludido apenas levantó la cabeza dando a entender que lo oía─ ¿te incomodó lo que hice antes?
Camilo abrió la boca para responder pero la cerró enseguida y negó.
─ Pues yo creo que sí, ¡ni siquiera te dignas a hablarme! Y si yo hice algo que te incomodara por favor dímelo y no se repetirá, te lo juro.
Es muy adorable.
A Camilo se le escapó una pequeña sonrisa imaginándose la cara de tristeza que estaría haciendo Mariano mientras hablaba.
─ Dímelo...
Le echó un vistazo al mayor sólo para confirmar sus sospechas pero...
¡Dios! ¡Está haciendo los ojos de cachorro!
Mariano le parecía estúpidamente adorable.
─ Ah...─ suspiró Camilo─ No, Mariano, no me incomodaste, es que yo no estoy acostumbrado a que me digan esa clase de... cosas.
Detrás del sarcasmo, malos chistes, una peligrosa seguridad en sí mismo y actos dudosos de atrevimiento, se encontraba el verdadero Camilo: un chico que odiaba todo de sí mismo y no sabía cómo actuar frente a ciertos sentimientos, especialmente los que Mariano Guzmán le provocaba.
─ ¿Qué cosas?─ preguntó el mayor con su acostumbrado tono de inocencia. Algunos creerían que Mariano se hacía el tonto, pero los que lo conocían sabían que no se hacía, él era tonto.
─ Ya sabes, todo lo bonito que dices sobre mí.
─ ¡Pero es verdad, Milo! ¡Eres el chico más bonito del mundo!─ exclamó Mariano y Camilo negó.
─ No, no lo soy, no mientas.
─ Bu-bueno...─ le sonrió el mayor─ tal vez no del mundo entero, pero sí de MI mundo entero. Y eso debería valer algo, ¿no?
El doncel hizo un gesto de confusión.
─ No entiendo─ susurró.
─ Tú me haces feliz, Milo, la paso muy bien contigo y creo que tú también conmigo. Tal vez no todos te consideren el más bonito o el más agradable, pero yo lo hago, y sabes que, al menos cuando estás conmigo, eres el más bello de todos y no quiero estar con nadie más.
¿Alguna vez alguien había preferido estar con él y con nadie más?
No, pero me alegro que el primero sea Mariano pensó Camilo con sus mejillas pintadas de rojo.
Era lo más hermoso que le habían dicho en su vida y Camilo podía contar con los dedos de una mano las ocasiones en las que una persona lo hizo sentir tan especial como Mariano en aquel momento.
─ Mariano...─ susurró el menor en una sonrisa apenada.
Sin embargo la cara recia e inamovible de Isabela apareció en su mente y de repente se removió incómodo.
─ ¿Porqué pones esa cara, Milo?─ no podía evitarlo, se sentía muy mal si recordaba a su prima.
─ Es que yo-.
¡Si te he fallado te pido perdón de la única forma que sé... abriendo las puertas de mi corazón para cuando decidas volver~♪!
─ Un momento, ¿sí?─ dijo Mariano y atendió su teléfono─ ¿Aló?
─ Sí, claro, tómate tu tiempo─ soltó Camilo en tono bajo y sarcástico─ yo espero
─ ¡Ah, ho-hola Isabela! Qué extraño que me llamaras, yo... eh, sí, sí, te veré esta noche, no te preocupes. ¿Recogerte dónde? Ah... claro, ahí te veo. Sí, le avisé a tu abuela. Aunque me gustaría que tú- eh, ¡no, no!, yo respeto tu decisión, jamás pasaría por sobre ti. Está bien, ten buena ta-. Me cortó... Bueno ¿decías, Milo?
Decía que adoraba su atención, pero le pertenecía a Isabela, no a él, y Camilo estaba muy incómodo recibiéndola teniendo completo conocimiento de que no debía ser así. Ese era comportamiento de novios y Mariano no era su novio, era el de Isabela, aunque Camilo no quisiera.
Y en el fondo de su pecho la envidia hacia Isabela por salir con un hombre tan maravilloso como Mariano que siempre le recordara lo bella que era y le prestara atención sólo a ella devoraba a Camilo. Él también quería a alguien así, y lo único que tenía era un almuerzo con Mariano.
─ Nada, tonterías─ se excusó antes de sobrepensar las cosas─ Conduce que llegaré tarde.
Mariano no le creyó pero tampoco siguió insistiendo.
En cuestión de minutos Mariano estacionó su camioneta en el estacionamiento de la preparatoria de Camilo, la misma a la que había asistido él con sus amigos y no había cambiado nada.
─ Vaya, sigue exactamente igual que cuando me fui, hasta con el mismo grafitti que hizo Charlotte hace quince años─ dijo viendo hacia el edificio─ ¿crees que sea porque no tienen presupuesto para pintura?
Camilo ni siquiera se dignó a contestar esa pregunta, en un periquete quitó el seguro de la puerta y corrió a la escuela antes de que se largara a llover de nuevo o que Mariano le dijera "hasta mañana".
Ah... debí decir algo molesto de nuevo, ¡qué tonto eres, Mariano! se reprendió el mayor en la soledad de su auto. Tenía la extraña sensación de que siempre metía la pata con Camilo desde que se conocieron, y que cuando trataba de arreglarlo sólo se hundía más.
Se parecía a lo que sentía cuando hablaba con Isabela, la diferencia radicaba en que no le importaba meter la pata con ella.
Así mismo Mariano se juró dejar de hacer lo que sea que molestara a Camilo y pronto, no vaya a ser que perdieran esa bonita rutina suya que hacía los días de Mariano más tolerables y traía luz a su triste consultorio.
─ En la página tres encontrarán el diagrama de los ecosistemas de estuario. Por favor señalen las partes que redacta el texto.
¿"Diagrama"? ¿"ecosistema"? ¿"estuario"? ¿De qué mierda está hablando?
Camilo abrió su libro de ciencias por primera vez en todo el año, que hasta tenía la cubierta de plástico aún, y exclamó.
─ ¡¿500 páginas?!─ sabía que biología era pesado pero él no leería todo eso─ ¡¿Tengo que estudiar 500 páginas?!─ era tan lento para leer que Antonio se quedaba con los libros que su abuela le regalaba.
─ No Camilo...─ suspiró el profesor de ciencias─ sólo llegamos a la 400 este año─ Camilo Madrigal no había entrado a clases en todo el año ¿y encima se quejaba?, increíble.
─ ¡¿400?! ¡¿Tengo que estudiar 400 páginas?!
─ Sí, o te repruebo.
─ Sí lo pone de ese modo...
Sí, reprobar no era una opción, especialmente porque muy clarito Pepa le dijo a su hijo que si repetía de año lo mandaría a una correccional. Lamentablemente Camilo era un espanto en ciencias y un peligro en química.
Toca intentar se dijo como última opción. Abrió su libro de ciencias en la página tres, leyó quince veces el texto de los ecosistemas de estuario y, efectivamente, no entendía nada Quizás sí debí asistir a clases durante el año pero no le servía de nada lamentarse.
Tampoco pediría ayuda a su profesor, él lo miraría feo por tener la desfachatez de preguntar cuando no se dignó a asistir a su clase.
Tengo que pensar en alguien que sepa de ciencias y me ayude con esto sin embargo sus compañeros ni siquiera contaban puesto que Camilo se llevaba mal con casi todo el mundo allí ¿Quién? ¿quién? ¿quién? ¡ah! ¡ya sé!
¿Cómo no se le había ocurrido antes?
Camilo
Mi prima favorita... <3
Mirabela
No tengo dinero.
Camilo
no iba a pedirte, relájate
era por otra cosa, tú sabes
ciencias
Mirabela
¿me preguntas de ciencias a mí a esta altura?
ay no, reprobaste ciencias y estás en clases
¡no uses el fono en clases!
Camilo
cállate y ayuda a esta pobre alma en desgracia
¿no que muy buena?
Mirabela
te detesto tanto
pero no, yo no sé de ciencias, y mis apuntes se los di a una amiga para sus propias clases de verano, sorry
Camilo
mecachis
Mirabela
pero ven a casa, creo que tengo una idea
Camilo
súper, tysm
Mirabela
aún no agradezcas
Más contento (y relajado porque su prima la que siempre aprobaba lo iba a ayudar), Camilo salió de sus clases de verano por aquel día y caminó a paso tranquilo en dirección a la casa de su querida tía Julieta. Allí se topó con ella en la entrada.
─ ¡Camilo, qué sorpresa!─ exclamó Julieta y lo abrazó tan fuerte como pudo con los brazos cargados de bolsas de supermercado─ No me avisaste que vendrías, no te hice nada.
─ Ni te fijes, tía, vine a repasar ciencias con Mirabel─ le contestó Camilo─ ¿Te ayudo?─ aunque su tía pareció no oír su ofrecimiento.
─ ¿"ciencias"? ¿otra vez estás en clases de verano?─ sonaba un poco decepcionada.
─ Ejem, sí─ y con razón, Camilo era un chico muy listo pero no sabía administrar sus prioridades.
─ Tú no aprendes, ¿cierto?─ suspiró Julieta.
─ Claramente no─ y la aguda voz de Isabela habló desde el umbral de la casa─ Hola mami, ¿te ayudo?
─ Sí mi vida, gracias. Camilo, sabes que el colegio es tu responsabilidad, ¿porqué no le echas ganas?
─ No sé... cosas pasan y no pasa nada.
Isabela y Julieta se miraron sin saber qué más decir, era como si las cosas le entraran por un oído a Camilo y le salieran por el otro. Incluso desearían que se hiciera cargo de alguna cosa por primera vez en su vida para que aprendiera a responsabilizarse.
─ Tampoco me avisaste que vendrías, hija─ dijo Julieta guardando los víveres─ ¿quieres algo de comer?
─ Sí─ le sonrió su hija─ pero en realidad vine a darle tutorías a Camilo.
─ ¿Cómo dices?
─ ¿Cómo dices?─ y Camilo levantó rápido la cabeza de su celular con un gesto de horror en su rostro.
Julieta abrió la boca para hablar pero su hija se adelantó.
─ Mirabel me mandó un mensaje diciendo que necesitaba tutorías de biología, así que vine a ayudarlo. De nada.
¿"De nada"?, Camilo estaba a punto de estrangular a ambas primas.
La mirada de superioridad que Isabela le dedicó era de lo más repulsiva para él, detestaba que la gente lo viera así y especialmente su prima la perfecta, la que tenía el empleo del año y el novio que él quería.
─ B-bueno─ titubeó Julieta ante la obviamente tensa atmósfera─ si Mirabel cree que es lo más prudente... les llevaré algo en un rato, acomódense.
Los dos jóvenes fueron a la sala y se sentaron uno delante del otro en sillones paralelos, Camilo cruzándose de brazos y piernas e Isabela sentándose erguida como la princesa de España.
─ ¿Tienes ahí tu libro?
Tras un largo silencio Isabela se dispuso a comenzar sus tutorías.
Esperaba que Camilo dejara de verla feo pero parecía que eso no sucedería así que no le quedó de otra que tomar la delantera.
─ Sí, supongo.
─ Dime que al menos lo abriste alguna vez.
─ Sí.
─ Bien, es un comienzo. Dámelo─ el menor obedeció y entregó su libro de ciencias─ ¿por dónde empezamos?
─ Ecosistemas.
─ Sencillo.
Por supuesto, para ti todo es sencillo.
Desde niño Camilo había observado de lejos (al igual que su hermana) a Isabela conseguir lo que deseara sin esfuerzo, total era la favorita, la mayor y más bonita, lo cual implicaba, según él, ser una malcriada amargada que trataba mal a todos.
Y era verdad. Sonará rudo pero su prima le caía mal, el cómo miraba a todos desde su alto pedestal le hacía rechinar los dientes, sin embargo ese día en específico Camilo se sentía especialmente aversivo hacia Isabela y no entendía porqué.
Siempre tan linda, siempre tan perfecta con su cabello de propaganda, seguro todo el tiempo se lo dicen pero ella quiere escucharlo más porque es una maldita egocéntrica... pensaba Camilo sin quitarle los ojos de encima a su prima leyendo Yo no estaría comportándome así aunque tuviera a todo el mundo besándome las patas y un novio que me dijera lo hermosa que soy a cada rato.
De pronto el rostro amable de Mariano cruzó la mente del jovencito. La sonrisa maravillosa que le dedicaba a Camilo cuando lo visitaba al mediodía sumada a su voz llamándolo "Milo" fueron suficientes para que el menor se sintiera dulcemente agitado, no obstante también empeoró su imagen de Isabela.
¿Porqué ella tenía el derecho a tener un novio tan amoroso como Mariano y no él?, no se lo había ganado, Camilo admitía no ser un ángel pero sí decía ser mejor que Isabela, ¿entonces porqué él no había conseguido a alguien como Mariano?, no era justo.
Que Isabela no se lo merecía pensaba Camilo, que no era merecedora de la estupenda persona que era Mariano y Camilo no podía permitir que Mariano malgastara su vida con una mujer que no lo valoraba.
Él merecía a una persona que le prestara atención, se riera de sus anécdotas aptas para todo público y lo apoyara, no una mujer que siempre lo hacía sentir como un zoquete.
─ ¿Camilo? ¿Estás escuchándome?
Como su primo tenía la cabeza en cualquier lado Isabela cerró el libro bien fuerte y lo estampó en la mesita ratona que estaba entre su sofá y el de Camilo a ver si así le daba bola.
─ Oye, te estoy hablando, ¿no vas a prestar atención?─ replicó al menor.
─ No, creo que no...─ contestó él con cara de aburrido.
─ Hago esto por ti, sopenco─ e Isabela frunció el ceño tanto como sus gruesas cejas se lo permitieron─ necesitas ayuda.
─ Yo no te pedí ayuda─ soltó Camilo inspeccionando sus uñas pulcramente pintadas─ se la pedí a Mirabel.
─ No, pero lo hizo Mirabel, y eso hace la familia: ¡ayudarse!.
Ante su respuesta Camilo sólo alcanzó a rodar los ojos.
Era muy conocido, especialmente entre los Madrigal, que Isabela no era paciente ni con las cosas ni con la gente, y Camilo la estaba desquiciando, ella no podía creer que fuese tan malagradecido.
─ ¡Estoy gastando MI valioso tiempo en ayudarte!─ exclamó levantándose─ ¡Y tú no lo valoras!
─ ¡Pues YO no pedí tu ayuda, princesita! ¡No te necesito ni a ti ni a tus estudios universitarios! ¡¿Porqué no vuelves a tu castillo en Francia y te preparas para tu cita con tu príncipe azul, eh?! ¡Estoy seguuuro que él se mueeere por que le des un gramo de tu atención sobrevalorada!
─ ¡¿Pero qué-?! ¡¿Y eso qué demonios tiene que ver?! ¡¿Tú cómo sabes de mi cita con Mariano?!
Sólo después de que Isabela se paró a escasos centímetros de él fue que Camilo se dio cuenta que estaba discutiendo con ella sobre cosas que no tenían mucho que ver con el estudio o los ecosistemas.
─ Eh... y-yo...─ titubeó recuperando el aliento─ cr-creo que tengo que... um, irme.
─ Sí, mejor─ y sin más Camilo salió apresurado de la casa.
Se llamó un uber que lo regresaría a su hogar aunque sabía que en cuanto llegara su mamá lo atosigaría con preguntas de "¿porqué peleaste con tu prima?" "¿qué pasó?" "¿porqué no quisiste que te ayude con biología?" y "¿porqué reprobaste biología?" porque la conocía y Pepa adoraba inmiscuir en su vida.
Ella nunca fue una madre presente, ¿porqué lo intentaba durante su adolescencia?
Camilo aprovechó la media hora antes de que sus papás regresaran del trabajo para comer por la ansiedad que le causaba haber discutido con Isabela, reprobar sus materias y tener sentimientos cruzados hacia su prima y el novio de ésta.
Simplemente no entendía qué le estaba pasando esos días que tenía cero control de sus reacciones, entre otras cosas, y le costaba mantener la cabeza fría como nunca en su vida. Él no era así, ¿qué estaba pasándole?
De la nada sentía que su vida era un asco.
Tal vez estoy pensando mucho las cosas se dijo atragantándose con un pan Ni siquiera sé que estoy haciendo de mí.
─ ¡CAMILO AUGUSTO MADRIGAL DE LAS PALMERAS GUTIÉRREZ!─ se escuchó desde la planta baja─ ¡BAJA INMEDIATAMENTE!
Era Pepa, y se oía más enojada de lo usual.
─ ¡VOY!─ contestó Camilo─ Ayúdame Dios─ esto último dicho bajito.
Como siempre su cena con Isabela fue intrascendente. Mariano regresó a su casa apenas dos horas de haberse ido y estaba listo para dormirse.
Antes de cualquier cosa decidió alistar su ropa para el otro día, su mamá le había regalado una camisa nueva y pensaba utilizarla en una ocasión especial, sin embargo lo único en su cabeza era hacer feliz a Camilo y ¿qué mejor que una camisa nueva que diera una buena impresión de él?
Mariano dobló la camisa sobre la cómoda para tomarla en la mañana y fue a escoger un pantalón que combinara.
─ Ops, creo que no lavé ropa esta semana─ dijo sorprendido de su descuido. A él nunca se le olvidaba la lavandería─ bueno, elegiré uno de los menos usados. A ver... ¿éste?, no... ¿negro y azul?, pareceré estudiante de enfermería.
Descartó el primero que encontró por razones modísticas, al segundo porque olía raro y al tercero porque vaya Dios a saber qué.
El cuarto pantalón de Mariano, que no lucía muy usado y ni arrugado estaba, era el que había utilizado el día del cumpleaños de Isabela: un pantalón blanco corte recto estilo marín que lo enamoró en cuanto lo vio en la tienda.
─ ¡Sí! ¡Perfecto!─ exclamó─ ¡Éste me quedará muy bien con la camisa! Acomodo los bolsillos y...
Y encontró un pequeño papel.
─ ¿Hah?
Mariano abrió el papel lentamente con miedo de que fuera algo importante que olvidó y bueno, no era importante como una cirugía o una cuenta sin pagar, pero para él fue el fin del mundo no haberse acordado que tenía ese papel que Camilo metió de incógnito en su bolsillo el día del cumpleaños de Isabela.
─ ¿Números?─ susurró desconcertado─ ¿Porqué Camilo me daría ocho... números...?
Bueno, había una explicación muy lógica para eso, lamentablemente pedirle a Mariano que la descubriera antes de los quince minutos sería demasiado.
─ ¿Será que...?─ le tomó su tiempo, pero la descubrió─ Es... ¡¿SU NÚMERO?!
En efecto, lo era, y Mariano se había olvidado de él.
─ ¡OH POR DIOS, MILO ME DIO SU NÚMERO HACE SEMANAS Y NO ME DI CUENTA!─ se culpó a los gritos tirando de su largo cabello y golpeando su cabeza contra el colchón─ ¡DEBE ESTAR ESPERANDO MI MENSAJE CREYENDO QUE NO QUISE HABLARLE! ¡DIOS, DIOS, DIOS! ¡QUÉ TONTO SOY!
Aunque no era tonto en absoluto, de antemano Mariano pensaba que estaba en malos términos con Camilo y el haber olvidado el papelito sólo empeoraba su culpa.
Quizás debía enviarle un mensaje para disculparse, algo como "siento haberme olvidado que me diste ese papel, Milo, no fue mi intención, si hubiera sabido te mandaba un mensaje ahí mismo apenas salir de la fiesta" tal vez sin sonar tan psicópata. No obstante si Camilo estaba enojado con él mandar un mensaje no sería el mejor movimiento.
Oh sí, de nuevo Mariano estaba en un dilema.
Por un lado deseaba hablar con Camilo, la impersonalidad de un mensaje por whatsapp podría ayudar a que se relaje el ambiente entre ellos dos, y por el otro lado estaba la inseguridad de Mariano diciéndole que era un idiota y no merecía la atención de Camilo.
E incluso si no la merecía Mariano seguiría buscándola, eso era lo que le decía su corazón y él siempre escuchaba a su corazón.
Excepto cuando se trataba de Isabela, ahí escuchaba a su madre.
Mariano
hola Milo
perdón por la hora, seguro estás durmiendo
Milo
no, estaba leyendo
Mariano
¿tú lees?
digo, no es que no crea que eres listo
pero me dijiste que no te gustaba leer
Milo
no me gusta, estoy haciendo tarea
le pregunto a desconocidos en internet sobre ecosistemas
Mariano
¡ciencia!
Milo
ajá
Mariano
yo sé de ciencia
estudié medicina porque me gustaba mucho la ciencia en la preparatoria
¡hice germinar un frijol! 😃
Milo
creí que lo estudiaste para ayudar a tu mamá
Mariano
también
¿necesitas ayuda?
Milo
¿porqué?
¿también vas a llamar a Isabela?
Mariano
sí, me enteré de eso
lo siento, no le diré a Isabela, yo sé de ciencias, no la necesito a ella
Milo
si lo pones así, sí
primera pregunta: ¿qué condiciones se necesitan para que un estuario sea un estuario?
segunda pregunta: ¿qué clima tiene?
tercera pregunta: ¿dónde se ubica? ¿porqué?
cuarta pregunta: ¿qué animales viven allí? ¿porqué esos específicamente?
quinta pregunta: ¿cuáles son las importancias del estuario para la preservación del medio ambiente?
Mariano
según mis libros de ecología de la universidad y lo que recuerdo, las condiciones deben ser que se reúnan agua salada y dulce en una zona pequeña a la costa del mar.
tiene clima de estepa.
en las costas de los continentes porque ahí está el mar.
crustáceos, peces de agua salada, nutrias y caimanes; los crustáceos por el agua salada, los peces del mar porque ahí desovan, las nutrias porque se alimentan de los cangrejos, y los caimanes en estuarios pantanosos por el clima tan particular.
allí habitan miles de especies de las que nos alimentamos, son grandes controladores de inundaciones por su ubicación estratégica, sirve como sitio de reproducción de muchísimas especies y, también por su ubicación, trae muchos nutrientes de los ríos y del mar a su zona enriqueciéndola.
Milo
vaya
tengo que cambiar algunas palabras para que el profesor crea que lo escribí yo pero gracias Mariano
no esperaba que le supieras
Mariano
agradece a mi trastorno obsesivo compulsivo que acumula libros
Milo
también le agradezco a él XD
Mariano
me alegra serte de ayuda, Milo ☺️
Milo
qué tierno eres cuando usas emojis
digo, nadie los usa excepto los de tu edad y mi tío Bruno pero eri tierno
Mariano
¡no me hagas sentir un viejo!
soy joven aún, tengo 33
todavía me queda una vida por delante
Milo
sí, como 33 años más XD
Mariano
¡no digas eso!
😭😭😭
Milo
¿y si te digo que ya encargué la pizza para mañana?
pedí la que querías, y me hicieron un descuento por el tamaño que pedí
era de esperarse, Tito sabe que siempre pido una pizza extra extra extra grande para mi solito
tengo muchos cupones para pizza
Mariano
te gusta mucho la pizza 🤭
Milo
me gusta más almorzar contigo
Mariano
🥺🥺🥺
Milo
¿sabes qué es lo más gracioso?
que tú sí haces esa cara cuando te digo algo bonito
Mariano
es que me pones blandito 🥺
Milo
no Mariano, tú ya eres blandito
eres como un malvavisco relleno con nutella o un flan de caramelo
lit no conozco nadie más blandito que tú
eres adorable
Mariano
bueno, yo creo que tú eres adorable, Milo
siempre eres tan tierno conmigo
y me gusta mucho almorzar contigo
Milo
entonces me iré a dormir o me quedaré dormido mañana y no habrá pizza para nadie
y yo no puedo vivir esa tragedia
Mariano
descansa
🥰🥰🥰
Milo
tú también
Eso había salido bien. Mariano se sentía satisfecho con su conversación y parcialmente realizado por haber ayudado a Camilo con su tarea.
Su consciencia estaba tan tranquila que le agarró mucho sueño de golpe.
Abrió la cama para acostarse a dormir, fue a lavarse los dientes, conectó el celular y se acostó listo para convertir aquella tierna conversación en recuerdos a largo plazo.
En eso, su teléfono timbró de nuevo.
¿Otro mensaje de texto? pensó preocupado. Si Camilo ya se había ido a dormir debía ser otra cosa, y si era así Mariano imaginó lo peor.
Desbloqueó su teléfono y leyó dos veces la notificación.
Milo
descansa 💕
Porque con una sola no podía creerlo.
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⁽⁽ଘ( ˊᵕˋ )ଓ⁾⁾
Les escribí 4k de palabras, no se pueden quejar.
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