꒰ O16 ꒱
━━━━━━━━ ꒰ ♡ ꒱ ━━━━━━━━
Como era de esperarse en una noche de semana hábil las autopistas estaban atestadas de gente, el centro y también los vecindarios colindantes porque todos acabaron sus actividades y deseaban ir a casa.
Isabela Madrigal no era una excepción, ella también iba rumbo a su casa a través de la autopista que conectaba los suburbios con el centro de la ciudad, la diferencia radicaba en que ella tenía una reunión de trabajo importante en menos de una hora y su descanso tan ansiado tendría que esperar. Mientras tanto inocentemente dejaría a Mariano Guzmán, su novio, a cargo de su hermana Mirabel y su primo Camilo hasta que sus respectivos padres los pasaran a buscar a su apartamento, a donde estaban conduciendo.
─ Oye Isa─ llamó Mirabel a su hermana después de un rato en silencio una al lado de la otra─ nos interrumpiste el baile. Qué manera de cortar el rollo, ¿ah?
E Isabela se volteó con clara indignación en su rostro.
─ ¿Yo?, por favor─ contestó meneando su larga melena oscura─ Yo le hago el favor a mamá de irte a buscar y tú te pasas de hora y media bailando reggaeton. No hice nada malo.
─ ¡Pero nos estábamos divirtiendo!─ chilló Mirabel en tono lastimero─ Finalmente podíamos bailar otra cosa que no sea kpop...─ y lo último lo dijo más por su primo que por ella.
─ Bailan en mi casa, odio que me hagan esperar─ cortó su hermana sin cambiar su porte elegante que casi siempre desquiciaba a Mirabel.
─ Tú fuiste la que se tardó─ replicó la otra con claros ánimos de ofender.
─ ¡Me avisaron de imprevisto! ¡¿okey?! ¡No fue mi culpa!─ y sin comerla ni beberla Isabela se dejó llevar por las provocaciones de Mirabel.
Era como un superpoder: Mirabel sabía exactamente qué decir para volarle los patos a su hermana.
─ Bueno, tampoco nuestra.
─ ¡Tú-!─ gruñó─ ¡Mirabel!
Isabela apretó los puños conteniéndose de saltar como gato a su presa y estrangular a su hermana.
¿Cómo lo hacía?, nadie tenía idea, pero Mirabel conocía por instinto las maneras exactas para que a Isabela le chirriaran las juntas.
─ Tienes suerte de que estemos en el auto de Mariano...─ siseó la mayor.
─ Sí, la tengo.
Bailando reggaeton...
Mariano juraría que había una canción que le gustaba y decía eso.
Ahora bien las dos hermanas se calmaron durante un largo trecho, lo cual fue agradecido por Mariano que no estaba acostumbrado a lidiar con tanto bochinche, pero aquel ruidoso pleito había evitado que Camilo pensara en lo cerca que estaba de Mariano que casi podía oler su colonia, por lo tanto Camilo tuvo que lidiar solo con sus pensamientos intrusivos sobre Mariano sin voces externas que le ayudaran a no pensar al respecto.
─ ¡Oh, McDonald's!─ exclamó Mirabel de repente─ ¡Isa, paremos a comprar algo!
La aludida le dedicó una mirada de "¿enserio?" pero Mirabel no parecía captar el significado.
─ Bien─ suspiró Isabela─ Mariano, ve al automac.
─ Oki─ sonrió él. Entonces diligentemente Mariano viró, puso el auto en la fila y aguardaron unos minutos nomás.
─ Bienvenido a McDonald's, ¿qué le sirvo?
Mariano, Camilo y Mirabel ordenaron e incluso Isabela (que iría a un restaurante de sushi odiando el sushi), y excepto por ella nadie comió en el auto de Mariano, en vez de eso esperaron a llegar al apartamento de la mujer para comer. Una vez allí Isabela buscó unos tacones sanos, se los cambió, lavó sus dientes y luego tomó prestado el auto de Mariano por unas cuantas horas en las que él vigilaría a Mirabel y Camilo.
─ Vuelvo a las nueve─ dijo en el umbral del apartamento─ mi mamá vendrá por Mirabel y luego mi tía vendrá por Camilo. Te llamaré cuando termine la reunión y podrás irte a casa.
─ Entendido. Suerte─ la despidió Mariano con la mano.
─ Gracias. ¡Y ustedes dos no hagan nada estúpido!─ exclamó ahora dirigiéndose a su primo y su hermana─ ¡Si me entero que se aprovecharon de Mariano le diré a sus mamás!
─ ¡¿Quiénes te crees que somos?!─ chilló Mirabel y su hermana alzó una ceja escéptica.
Ella sabía porqué Isabela lo decía, Mirabel solía crear planes intrincados para salirse con la suya y sin dudas usaría el despiste natural del pobre Mariano para hacer lo que se le entrara en gana, siempre lo hacía con su tío Bruno. No obstante ninguna de las dos hijas de Julieta estaba realmente al tanto de que Camilo era el único que sonreía imaginándose cómo aprovecharse de la inocencia de Mariano.
─ Como sea. Te veo luego, Mariano─ se despidió Isabela sin siquiera mirarlo a los ojos.
─ ¡Hasta luego!─ pero a Mariano no pareció molestarle, todo lo contrario, sonó emocionado. Agitó su mano con fuerza y cerró la puerta rápido casi en la cara de su dichosa novia.
Creo que me pasé pensó Mariano temeroso de Dios espero que ella no lo haya notado sin embargo probablemente lo haya hecho, Isabela era muy perspicaz.
Aún así Mariano no podía contener su emoción de pasar, FINALMENTE, tiempo a solas con su Milo. Sí, estaba Mirabel de por medio, pero se le ocurriría una idea para distraerla.
Es más, Mariano no era el único emocionado, la sonrisa que tenía en su rostro no pasó desapercibida para Camilo y, aunque éste también quería pasar tiempo con Mariano más que nada en el mundo, lo que hizo a Camilo verdaderamente feliz fue ver lo ansioso que estaba Mariano por estar a su lado.
Ocho de la noche en punto.
A pesar de que habían pasado semanas, largas y tortuosas, en las que Mariano, médico de profesión y novio de Isabela Madrigal, y Camilo, primo de Isabela y Mirabel, no pudieron verse, ninguno de los dos había reducido la distancia de dos metros que existía entre ambos desde que se vieron aquella tarde porque en el mismo departamento estaba también Mirabel, la hermana menor de Isabela y cuñada de Mariano, bailando en frente de ellos.
─ Vamos Camilo, ¿no piensas practicar?─ dijo Mirabel volteándose a ver a su primo sentado en una punta del sofá─ como dice Luisa: la práctica hace al Jimin.
─ ¿Al qué?
─ Al Jimin. Qué, ¿no escuchas BTS?
─ ¿Tengo cara de que me gustan los bities?
─ Mmmmmm no.
─ Bueno, ahí tienes tu respuesta.
Mirabel lanzó un suspiro y continuó practicando en silencio porque a los vecinos de su hermana les jodía la música.
─ Arriba, derecha, izquierda, ¡giro!
A ella personalmente no le complicaba bailar sin una guía, lo hacía cada tanto cuando practicaba fugazmente al estar aburrida en cualquier sitio, no obstante el silencio en el departamento comenzaba a joderle y ni su primo ni su cuñado parecían dispuestos a romperlo.
Bueno, obviamente se dijo aún bailando ¿de qué hablarían ellos dos?, ni se conocen, y son tan diferentes...
Dentro de la cabeza de Mirabel tenía sentido.
Mariano no tenía relación alguna con Camilo, según ella, como para charlar de forma casual y tampoco tenían cosas en común, según ella, por lo tanto Mirabel simplemente continuó con sus prácticas en silencio ajena a lo que realmente existía entre los dos hombres a sus espaldas.
De verdad que no tenía ni la más pálida idea.
─ ¡Y salto!
Por su parte Camilo desvió sus ojos hacia la figura de Mariano leyendo plácidamente en la otra punta del sofá.
Se ve tan lindo leyendo... pensó por inercia y su cabello se ve tan brillante cayendo por la gravedad. Incluso le entraron ganas de escribir en el cielo todo lo que le quitaba el aliento de Mariano pero sinceramente se quedaría sin espacio, tampoco era dotado en la escritura. Y es que cada detalle existente en Mariano se grababa en la memoria de Camilo a fuego.
Desde su cabello lacio, oscuro y brillante hasta la forma en la que movía nerviosamente sus manos al explicar algo. Mariano era un deleite para Camilo en toda su extensión.
Al recordar aquellos mínimos detalles le faltaba el aire, sentía un cosquilleo en el pecho y se ponía inquieto. No sabía porqué, tampoco quería saber el porqué, simplemente disfrutaba sentirse así con Mariano como jamás lo había hecho con nadie.
Pero no estaba seguro si Mariano se sentía de igual manera para con él.
¿Qué estará leyendo?
Irónicamente Mariano no estaba leyendo en absoluto el libro que casualmente tenía en su morral cuando Isabela lo fue a buscar al hospital (el cual era un libro sobre los cuidados geriátricos), si no que sus ojos releían el mismo párrafo de "El envejecimiento es un proceso dinámico, progresivo e irreversible en el que intervienen múltiples
factores biológicos, psicológicos y sociales. Se lo ha definido como un deterioro progresivo y generalizado de las funciones que produce una
pérdida de respuesta adaptativa al estrés y un mayor riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con la
edad" una y otra vez porque no paraba de reproducir en su cabeza el cuerpo de Camilo moviéndose al son de Daddy Yankee.
No podría detener a su cerebro ni aunque quisiera, y no quería.
Camilo observaba a Mariano sin miedo de que Mirabel se diera cuenta, total ella estaba en su mundo, pero lamentablemente Mariano tampoco lo notaba, estaba ensimismado en sus pensamientos cuando Camilo se moría de ganas de hablarle.
Ya que se habían reunido gracias al destino no se creía capaz de contenerse más, Camilo extrañaba todo concierne a Mariano y se aguantó por semanas, ¿qué más quería el universo de él? ¿era una prueba?
Camilo sentía un vacío al recapitular sus semanas lejos de Mariano.
Sin buscarlo realmente él ya se había convertido en una parte importante de la existencia de Camilo a pesar de los intentos del jovencito para mantener a Mariano a raya.
"Es que eres el novio de Isabela, debes tratarla bonito a ella, no a mí" había dicho Camilo un mes atrás.
Aquella dolorosa frase funcionó un tiempo para evitar que Mariano se colara en su corazón, de una forma macabra y masoquista Camilo pudo poner un alto a el cálido cariño que Mariano siempre le dedicaba amorosamente sólo a él.
Así fue hasta que Mariano le contó la verdad detrás de su noviazgo y Camilo no pudo poner en palabras la felicidad que le generó oír los verdaderos sentimientos de Mariano hacia Isabela.
¿Estaba siendo egoísta? ¿malvado? ¿estaba bien ponerse feliz porque Mariano no sentía nada por su prima?
Quizás sí estaba siendo egoísta y posicionando sus sentimientos antes que las razones, fueran cuáles fueran, de esos dos para mantener su relación en vez de simplemente romper (lo más sano), pero una voz muy en el fondo de su ser le decía que Mariano era feliz a su lado.
Con eso en mente Camilo no se alejaría de Mariano, la sonrisa del mayor no tenía precio y Camilo era feliz si Mariano lo era. Pero el hombre sólo sería feliz si su adorable doncel estaba con él.
¿Era egoísta entonces?
─ ¿Alguien va a usar el baño?, me daré una ducha.
Mirabel sacó un par de cosas de su bolso de gimnasia y se encaminó al baño.
─ Yo no─ contestó Mariano levantando su vista del libro por primera vez en toda la noche.
─ Yo tampoco─ agregó Camilo.
Y Mirabel asintió metiéndose al baño, abriendo la ducha, dejando al fuerte sonido del agua tapar sus oídos y a su cuñado a solas con su primo.
¡Finalmente! festejaron los dos hombres en sus cabezas.
Habían esperado la tarde entera para que Mirabel desapareciera de escena y ellos pudiesen ponerse al día. Luego voltearon a verse y se sonrieron el uno al otro sin saber por dónde empezar a hablar.
─ ¿Milo?─ carraspeó Mariano con un ligero sonrojo mientras cerraba su dichoso libro.
─ ¿Sí?─ y Camilo sonrió aún más ante los ojos oscuros de Mariano mirándolo a través de la longitud del sofá que compartían.
Ellos lucían igual de adorables y comprensivos como el día en el que Camilo le rogó a Mariano ayuda en el pasillo del hospital.
Estaba claro que jamás podría olvidarlos ni dejar de extrañarlos.
Y que nadie lo había mirado con semejante ternura antes.
─ ¿No te parece que han pasado años?─ inquirió Mariano.
Por supuesto que sí pensó el menor.
Años, siglos y milenios. El tiempo lejos de la única persona que lo hacía sentir especial fue una tortura medieval en toda la extensión de la frase.
Ni siquiera Camilo entendía cómo hizo para continuar vivo lejos de Mariano. Pero soportó como un campeón.
─ Por lo menos─ se rió por lo bajo.
Mariano acompañó la risa del jovencito y se quedó viéndolo embelesado hasta que Camilo relajó las comisuras de sus labios.
Sus húmedos, brillantes y finos labios.
─ ¿Hm? ¿Perdiste algo, Mariano?─ preguntó en tono divertido.
Sin embargo el otro negó sin cambiar su postura o su expresión endulzada por la presencia de Camilo.
─ ¿Porqué me miras entonces?─ se atrevió a preguntar.
─ No puedo evitarlo─ susurró Mariano con sus ojos clavados desvergonzadamente en Camilo─ es mil veces mejor apreciar tu carita en vivo que a través de una pantalla.
─ ¡Mariano!
─ ¡Jajaja!─ pero el aludido se carcajeó. Milo es aún más adorable cuando se apena pensó─ Podría admirarte la vida entera sin cansarme, Milo...─ luego agregó entre risas─ cada día y cada noche de mi vida, te lo juro.
─ Mentira...─ se quejó Camilo a punto de sonreír de la felicidad─ Pero no te detengas─ aclaró con un brillo coqueto en sus ojos.
Sin más Mariano soltó una risa bajita, el jovencito siempre lo hacía reír con sus ocurrencias, para después acariciar repentinamente la mejilla de Camilo con ternura y decir.
─ Eres tan lindo, Milo...─ con una voz que el aludido jamás había oído antes─ y te extrañé demasiado... no tienes idea de cuánta falta me hiciste.
Entonces en aquel momento Camilo sintió cómo su corazón casi se le paró en un suspiro. Pero él no se sorprendió por sus propias reacciones, eso solía pasarle cada vez que su piel hacía contacto con la de Mariano, si no por Mariano mismo. Algo lucía diferente en él, sólo que no podía decir exactamente qué.
─ Hoy estás muy halagador, Mariano─ susurró como si eso lo ayudara a disimular el shock que le provocaba el mayor.
─ No─ negó el otro para su sorpresa─ sólo te estoy diciendo todo lo que no pude este tiempo.
─ ¿Hm? ¿a qué te refieres?─ y Camilo vió aquello como una oportunidad para aclarar sus dudas.
─ Bueno...─ le sonrió Mariano tiernamente mientras tomaba su mano derecha entre las suyas. Era tan delgada en comparación con las de él─ es difícil ponerlo en palabras, pero trataré.
Así, con movimientos lentos, Mariano acariciaba despacio el dorso de la mano de Camilo con su pulgar haciendo a los vellos del menor erizarse bajo su tacto en lo que buscaba las palabras adecuadas.
Al mismo tiempo Camilo sentía que se derretía, cuando las manos o los labios de Mariano estaban cerca suyo su cuerpo perdía el control total.
Sólo esperaba no descontrolarse antes de que Mariano terminara de hablar.
─ Es muy difícil para mí vivir lejos tuyo, Milo─ dijo Mariano en voz baja sin quitar la vista de sus manos sosteniendo la de Camilo─ nadie me entiende como lo haces tú, ni me hace reír, ni disfruta de las mismas cosas que yo, ni me hace sentir contento como lo haces tú─ y levantó la mirada clavándola en el doncel, haciéndolo estremecerse─ Eres de las mejores cosas que llegaron a mi vida y no quiero volver a estar lejos tuyo, es muy difícil renunciar a lo que me hace feliz. Y tú me haces feliz, Milo, mucho, no te das una idea pero... es demasiado.
─ Mariano...─ suspiró.
─ Me encantaría decirte más pero realmente no puedo ponerlo en palabras, es muy complicado. Sólo quiero que entiendas que significas mucho para mí y que no te cambiaría por nadie, eres irremplazable. Único en todos los aspectos. Y te extrañé horrores.
Eso fue un sincericídio.
También Camilo estaba a punto de desmayarse.
Sin más Mariano acercó su rostro al de Camilo, el chico temblando como una hoja, y acarició su labio inferior con el pulgar antes de perderse en los bellísimos ojos verdes del menor que siempre brillaban cuando él estaba cerca.
Quizás no había correlación entre sí pero Mariano disfrutaba pensando que sí, porqué no. Deseaba ser tan importante en la vida de Camilo como Camilo lo era en la suya.
Y Mariano no lo sabía, pero ya lo era.
Nadie excepto él hacía que el corazón de Camilo Madrigal latiera tan rápido que pareciera que le daría un patatús en cualquier momento, ni tampoco lo hacía sentir bello e interesante en contraste con lo fuera de lugar que se sentía en la escuela o en su casa. Mariano le prestaba atención a él y sólo a él como si Camilo fuera la persona más importante del planeta, y lo era, para Mariano lo era.
Lo que Mariano siempre quiso en una pareja lo encontró en el primo de Isabela.
Camilo sólo esperaba que se lo dijera.
━━━━━━━━ ꒰ ♡ ꒱ ━━━━━━━━
¡No olvides votar si te gustó! ⁽⁽ଘ( ˊᵕˋ )ଓ⁾⁾
Ay ya sé, como cuatro meses para actualizar, pero me re trabé con esto, quería que se notara que se extrañaron muchísimo y aún así no me siento satisfecho con el resultado, pero equis.
Trataré de actualizar esto más seguido porque ya quiero llegar al embarazo de Camilo, y está cerca, pero yo soy más lento que piropo de tartamudo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top