꒰ O15 ꒱
━━━━━━━━ ꒰ ♡ ꒱ ━━━━━━━━
(aka: diálogos en italics significan que el personaje está hablando en español y no en inglés que es el idioma que se supone que hablan los personajes en esta historia.)
Aunque sonara triste, la vida social de Mariano se basaba en salir obligado con Isabela y luego olvidarse de ella abrazando a Camilo, pero como Camilo estaba castigado indefinidamente el olvidarse de Isabela por un par de horas ya no fue posible y Mariano se vio orillado a sufrir al lado de la mujer que había aceptado como su novia meses atrás.
Sólo que no podía decirlo en voz alta porque Mariano jamás decía lo que pensaba.
─ Y... ¿el hospital está muy ajetreado ahora que empezará el otoño?─ inquirió Isabela intentando romper uno de los múltiples silencios que solían presentarse.
─ Sí, sí, eso creo...─ y Mariano respondió levantando la vista de su taza de té de jazmín─ últimamente no tengo que hacer guardia con tanta frecuencia porque contrataron más médicos, y eso está bien, supongo.
─ Ya veo─ fue lo único que Isabela atinó a contestar.
De dicha forma el silencio ocupó un espacio entre los dos nuevamente y Mariano e Isabela se miraron incómodos.
No había nadie más en la cafetería a esa hora, eran ellos (como pareja) evitando mirarse a los ojos porque les avergonzaba el nivel de falsedad que manejaban.
Es más, Mariano e Isabela sabían mejor que nadie que no les interesaba en absoluto la vida del otro pero ninguno pensaba ceder, ser digno y terminar esa relación que no llevaría a ningún lado puesto que ambos tenían sus razones egoístas para continuar dicha farsa, y para ellos era suficiente para seguir sonriéndose aunque ni siquiera pudieran mirarse a la cara.
Así la pareja se calló otra vez sin palabras corteses o preguntas estúpidas que hacerse, después de todo Mariano e Isabela sólo querían marcharse, y se limitaron a beber de sus tazas en silencio. Al terminar se levantaron al unísono, se dijeron "hasta mañana" y procedieron a ignorar al otro hasta su próxima cita obligada como si nada de lo anterior hubiese pasado.
Sólo faltó estrechar sus manos y eso había sido una reunión de negocios.
Mariano despidió a Isabela para después ir en dirección contraria, se montó en su auto, golpeó su cabeza contra el volante varias veces luchando contra el arrepentimiento y, como eso no solucionó nada (ni lo dejó amnésico mínimamente), decidió dar un par de vueltas por el centro para intentar provocar el mismo efecto de amnesia que su lindo doncel le prescribía.
¿Porqué el destino le quitaba a Camilo cuando más lo necesitaba?
Su vida era un asco sin el precioso joven que se reía de cualquier pendejada.
Mientras tanto el sol caía sobre la ciudad atareada.
Ya que las tiendas seguían abiertas atendiendo la marea de gente que llenaba el centro de la ciudad, Mariano se bajó del auto, se fijó en las vidrieras que la avenida Jordan ofrecía, con precios inauditos obviamente, y pensó en Camilo por cada pequeña cosa mínimamente relacionada a él que encontraba, desde ropa deportiva hasta unos auriculares amarillos de vincha y bluetooth que estaba seguro que Camilo amaría.
─ Buenos días─ lo saludó la dependienta de la tienda de electrónicos.
─ Buenas─ contestó Mariano con una bonita sonrisa.
─ ¿Busca algo en especial?─ inquirió ella acercándose a Mariano que buscaba de nuevo los auriculares amarillos en los estantes.
─ Sí─ dijo él muy seguro─ los auriculares amarillos de la vitrina─ y la dependienta asintió.
Ella fue a la trastienda, volvió trayendo consigo los auriculares y los puso en el mostrador lista para la reacción que todos tenían con ellos.
─ Son bluetooth, ajustables, marca Sony, con su cargador usb y salen 109,99─ soltó como si lo hubiera dicho mil veces (y así fue). Los ojos de la señorita se clavaron en Mariano aguardando por una reacción digna del precio y él simplemente sonrió.
─ Perfecto, ¿aceptan tarjeta?
Para su sorpresa él no dudó comprarlos ni un momento.
─ Eh, c-claro.
─ Gracias.
Y Mariano se llevó los auriculares imaginándose la cara que pondría Camilo al recibirlos. Quizás hasta le daría un beso como cuando le hizo el favor de no decirle nada a la mamá de su amigo.
Eso sería hermoso... pensó Mariano con las mejillas sonrosadas.
Se estaba emocionando de más por volver a ver a su persona favorita en todo el mundo pero era inevitable, Camilo siempre lo hacía sentir como si estuviera en las nubes a diferencia de Isabela.
Como era de esperarse Camilo empezó a disfrutar danza junto a su prima Mirabel en el grupo en el que sus papás equivocadamente lo anotaron. Sin embargo eso no significaba que Camilo se hubiera olvidado de su primer, único e inamovible objetivo: ver a Mariano, si no que buscaría otra manera de alcanzarlo.
Quizás podía saltarse la escuela.
Al principio las chicas del grupo estaban un poco reacias de tener un varón entre sus filas, la mayoría de los chicos que se anotaban a danza era para ligar, pero ellas cambiaron de opinión y fueron más amables con Camilo cuando Mirabel le dijo que él no se interesaba en ellas y que lo habían obligado a estar ahí, e incluso más cuando se enteraron que Camilo era doncel y jamás se fijaría en una chica.
Por su parte Camilo no había ido a hacer amigas entonces su relación con sus compañeras se mantuvo como un hola y adiós.
A causa de las dos o tres semanas que Camilo llevaba castigado su relación con Mariano se basó en mensajes y llamadas. Ambos extrañaban mucho al otro, especialmente Mariano a Camilo, y sabían que un par de semanas separados no harían que el cariño que se tenían desapareciese, sin embargo la situación se estaba tornando más insostenible con el correr de los días entre que Mirabel vigilaba a Camilo, Pepa y Félix no lo dejaban salir ni para comprar el pan e Isabela los iba a buscar a danza, y ellos no creían soportar más sin estar uno con el otro.
Camilo
OLA
pero no ola de mar si no ola de saludo
🤾🏾♂️
ahí te la dejo mi rey
❤️ Mariano ❤️
😂😂😂
hola Milo ❣️
¿cómo estás? ¿dormiste bien?
hoy no me deseaste buenos días, eso me dolió
Camilo
CIERTO
qué mala persona que soy
no deseándote buenos días a las cinco de la mañana cuando te putas levantas
soy un asco
❤️ Mariano ❤️
???
me levanto a las ocho
Camilo
cinco dije-
❤️ Mariano ❤️
ya entendi, es muy temprano para ti
Camilo
zy
por eso te amo Mariano
tú me entiendes bien
❤️ Mariano ❤️
imagina que te abrazo ❣️
Camilo
lamentablemente a este ritmo es lo único que puedo hacer, mi mamá no parece querer dejarme salir
está loca
❤️ Mariano ❤️
se preocupa por ti, Milo
le preocupó cuando no llegaste
yo creí que le habías avisado
Camilo
me olvidé
es culpa tuya
❤️ Mariano ❤️
¿mía porqué?
Camilo
porque me haces olvidar de todo y d3 todos
a la próxima se menos lindo
NO SÉ
trato de ser tierno
recibe mi cariño carajo
❤️ Mariano ❤️
🤭 está bien, lo recibo
yo también te quiero Milo
💌👋🏽
Camilo
así me gusta
¿y qué es eso?
❤️ Mariano ❤️
¿qué cosa?
Camilo
eso, lo de la carta y la mano
❤️ Mariano ❤️
te estoy dando una carta de amor ???
?lo hice mal?
creí que estaba bien, quizás me equivoqué de emoji
Camilo
NONONO
TA BIEN
es que no había entendido
<3
acepto tu carta Mariano uwu
❤️ Mariano ❤️
te quiero Milo 😚
Camilo
yo también persona que se pasea gratis por mi cabeza a toda hora
❤️ Mariano ❤️
😳😳😳
Camilo
ARCHIVO.MP4
te hablo dps de danza
bai ❣️
❤️ Mariano ❤️
suerte <3
Lamentablemente un "te quiero" y "suerte" no conseguían expresar todo lo que sentían Mariano y Camilo el uno por el otro, pero se intentaba. Y aunque recibir videos de Camilo bailando era un privilegio que Mariano no cambiaría por nada, necesitaba verlo en persona y pronto.
¿Pero qué podía hacer Mariano desde su posición como novio de Isabela?
La respuesta llegó a su persona un día como cualquier otro luego de mensajearse con Camilo.
El otoño estaba llegando a la ciudad, incluso rodeado de palmeras y arena uno notaría al viento fresco asomarse en octubre, y Camilo había ido a danza como hacía cada lunes, miércoles y viernes sin falta (porque era eso o aguantar los desvaríos de su madre), se había alistado con unos shorts de ciclismo negros, una camiseta blanca muy suelta y sus deportivas blancas porque a él el frío se la pelaba, luego Pepa dejó a su hijo en el club antes de irse a su segunda jornada en el noticiero en que trabajaba y él se llenó de paciencia durante el viaje para tratar con el grupo de chillonas que tenía por compañeras.
No es que le cayeran mal pero Virgen del Carmen, eran abusivamente escandalosas.
─ ¿Están listas, chicas?─ exclamó una a punto de poner su lista de spotify para bailar─ ¡Y uno, y dos, y un, dos, tres, va!
Por inercia Mirabel se paró al frente como siempre hacía cargando las expectativas de ser la hermana de Luisa, osea que tenía que ser la mejor, pero la verdad es que ella no quería serlo y por eso le permitía a Camilo estar a su lado y lucirse como la estrella que era.
Camilo se deslizó de un lado a otro en la pista como si hubiera hecho esas coreografías cutres y copiadas de tiktok mil veces en su vida aunque sólo las había practicado dos veces. E incluso así él demostraba ser el mejor bailarín allí.
Donde pisaba Camilo brillaba, era natural en él, sin embargo a él no le interesaba ser la estrella de ese grupo de baile, su estadía allí era sólo un pequeño tropiezo en su plan de ver a Mariano de vuelta.
Después de unos interminables minutos se acabó la lista de reproducción de kpop (que Camilo no votó), el grupo tomó agua y de pronto los parlantes volvieron a encenderse para sorpresa del grupo con una canción que Mirabel puso sin consentimiento de nadie porque sabía que le gustaría a él y al espíritu latino de su primo.
Oh sí, de repente comenzó a sonar "Gasolina" de Daddy Yankee.
¡Te amo, prima! pensó Camilo que creía que su día terminaría en coreano y con subtítulos al inglés.
─ De nada─ respondió ella leyéndolo en su cara.
Camilo se lanzó a bailar junto a Mirabel sin importarle nada, ambos se sabían la coreografía de Gasolina y habían pasado años desde la última vez que la bailaron, no obstante era imposible para ellos olvidarla.
Las chicas detrás intentaron seguir al par de primos en la coreografía que no era complicada, pero eran movimientos demasiado sensuales para lo que ellas estaban acostumbradas a bailar, por ende rápidamente las chicas se quedaron atrás y fueron sólo Mirabel y Camilo bailando reggaeton.
Aparte las chicas se habían sentado a admirar los pasos de los Madrigal que claramente estaban en su elemento. Incluso sintieron envidia.
Al cabo de un rato más canciones en español que conformaron la infancia de los Madrigal hicieron eco en el club Davenport para deleite de sus cuerpos latinos, tampoco "Gasolina" fue la única que tuvo una coreografía atractiva por así decirlo, también "Rabiosa", "Lovumba", "El Taxi" y demases eran bailes atrevidos y provocativos donde movían principalmente la zona baja de su cuerpo muy lento o muy rápido, con movimientos sensuales, bien pensados, enfocados en las largas piernas de Camilo o su trasero bien redondo que sabía cómo menearlo.
Pues bien Camilo amaba bailar y especialmente bailar reggaeton, bachata, salsa (que era lo que enseñaba su padre) y vallenato, siendo el último un baile que su abuela apreciaba demasiado, tanto así que perdió la noción del tiempo con las palabras de Daddy Yankee en sus oídos y ¿quién podía culparlo?, hacía rato que Camilo no bailaba con tanta pasión en un espacio diseñado exactamente para eso.
Se hicieron las siete pm en la ciudad y por consiguiente la hora de terminar de bailar se estaba acercando, entonces pronto Isabela aparecería a recoger a su hermanita y a su primo pero asimismo las canciones no parecían acabar y ni Camilo ni Mirabel se dieron cuenta de esto.
─ ¡Adiós chicos, los vemos el viernes!
Tampoco se dieron cuenta que sus compañeras se habían ido ya y los únicos dos en el gimnasio del club eran ellos.
Isabela bajó del auto acomodándose un tacón entre insultos a Mariano, a sus asientos extraños que se trabaron con sus zapatos y a la reunión de negocios que tendría en una hora.
─ ¡Puta madre!─ exclamó en español siendo Mariano el único que la entendió─ ¡se rompió esta vaina!─ refiriéndose a su tacón─ iré a cambiarme los zapatos, tú ve a buscarlos─ luego a su primo y a su hermana y Mariano asintió.
─ Okey─ contestó Mariano.
Isabela se quedó en el auto para cambiarse los zapatos mientras su novio iba por los dos jóvenes que seguían bailando como si nada más les importara, como si el cansancio no existiera.
¡No puedo esperar a ver a Milo! pensaba Mariano a medida que caminaba.
La música se podía oír a través de las paredes del gimnasio.
El calor que hacía dentro no tenía comparación.
¿Milo?
Y "Limbo" de Daddy Yankee sonaba en las bocinas sólo para Mirabel y Camilo.
Eso captó por completo la atención de Mariano.
Él no recordaba que su lindo y tierno Milo tuviera una figura tan llamativa, tan... atractiva, y sinceramente Mariano jamás se había fijado en eso pero de pronto era lo único que podía ver, al igual que con los videos que Camilo le mandaba, y que quería ver.
Lo tenía hipnotizado.
Camilo echó el culo para atrás, pasó sus manos por sus piernas llevándolas a su cadera y luego la meneó de izquierda a derecha hasta llegar a el suelo.
Eso no era de Diosito, no señor, aunque los pensamientos que Mariano comenzaba a tener de golpe, y que había estado suprimiendo viendo los videos de baile de Camilo durante esas semanas, tampoco.
No tenía sentido que Camilo fuese tan erótico de golpe. Cada movimiento suyo estaba despertando el deseo de Mariano y eso no era bueno en absoluto.
Tienes novia, tienes novia se repetía Mariano sin despegar sus ojos del cuerpo sudoroso, flexible, delgado y moreno de Camilo.
¡Mierdaaaaa! y cuánto más se forzaba a quitar la vista de su chico favorito más rápido la regresaba a él y sentía satisfacción por verlo moverse muy lento o muy rápido.
Mariano se preguntó cómo no había notado antes lo atractivo que era Camilo más allá de su bonito rostro, y ya que lo hizo presintió que sería un viaje sólo de ida.
Amaba la sensación de placer que Camilo generaba con sus movimientos en él, nunca se había sentido así antes ni siquiera con sus anteriores parejas. El doncel tenía una silueta fina y esbelta y en consecuencia le picaban las manos por recordar cómo se sentía la piel de Camilo contorsionándose caliente bajo sus palmas.
Me voy a ir al infierno por esto se dijo sin más.
Sí, se iría. Pero aún falta para eso.
Mariano suspiró embelesado aunque también un poco acalorado, la sola idea de tener a Camilo con él y averiguar que más escondía de él estaba quemándole de adentro hacia afuera, sin embargo el corazón de Mariano se detuvo cuando sintió a Isabela tocándolo con su mano helada y lo llamó con su tétrica voz de fantasma de la ópera.
─ Mariano, qué haces aquí, te dije que fueras por ellos─ dijo Isabela oyéndose con claridad incluso a través de la música alta─ ¿te da igual que tenga el tiempo medido?
Mariano dudó un segundo antes de contestar cualquier cosa que lo llevara a un penal en Texas.
─ N-no, no─ negó nervioso─ no es eso, es que...
¿Cómo se lo decía sin sonar depravado?, "sí, es que estaba mirándole el culo a tu primo y se mueve rico, pero tu hermana tampoco se mueve mal."
MAL. Mariano valoraba demasiado su libertad como para condenarse de una forma tan estúpida.
─ Me da pena detenerlos─ dijo con su carita de "no rompo un plato"─ se nota que se están divirtiendo, ¿no podemos esperar a que acaben su baile?─ e Isabela se lo pensó un momento para su sorpresa, en realidad Mirabel si parecía estarse divirtiendo y ella en el fondo la amaba, era su hermana, pero el tiempo es dinero y podían seguir bailando en su casa.
─ No, que bailen después en casa, vamos─ respondió sin más.
Bueno, lo intenté. Todo lo bueno tiene un final.
Isabela fue a por el teléfono de su hermana, que obviamente se sabía el patrón, y le dio pausa a la música. El repentino silencio obligó al par de primos a ver hacia donde estaban Mariano e Isabela y a Camilo casi se le cae el corazón de un vuelco.
¡MARIANO! pensó Camilo sobrado de contento. Estuvo a punto de dar un paso hacia delante si no fuera que Mirabel habló.
No podía reaccionar estando cerca de sus primas o se darían cuenta que algo raro pasaba pero ¡mierda!, Camilo quería saltar a los brazos de Mariano y besarle toda la puta cara. Lo había extrañado horrores.
─ ¿Qué pasa, ya es la hora?
─ Era la hora hace como hora y media, pero me tardé porque tuve un contratiempo con el auto.
Mariano no dejaba de sonreír a Camilo y éste a él rogando que ninguna de las dos hijas de su tía se diera cuenta.
─ Le pedí a Mariano que me trajera y me prestará su auto para ir a una reunión que tengo hoy en Sushi House. Él los llevará a mi casa, ya le avisé a mamá y a la tía.
─ Oh bueno. Vamos por nuestras cosas.
Sin embargo era cuestión de tiempo para que apenas Mirabel apartara la vista Camilo y Mariano dieran rienda suelta a las ganas que habían acumulado esas infernales semanas separados.
─ ¿Vamos?
─ Vamos. Camilo, te toca en frente, el asiento de Mariano ya me rompió un puto tacón, no me arriesgaré a que me rompa el otro.
Ambos se sentían como animales enjaulados pero era peor para Mariano que había descubierto hacía relativamente poco una lujuria que no sabía que existía en él. Todo por culpa de esos videos de baile.
━━━━━━━━ ꒰ ♡ ꒱ ━━━━━━━━
No olvides votar si te gustó ⁽⁽ଘ( ˊᵕˋ )ଓ⁾⁾
Pa q mentir, ya venía con ganas de hacer un capítulo de longitud decente che, siempre con menos de dos mil palabras, les debía un buen pedazo de mi historia toda cutre que me olvidé de actualizar.
Tachín.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top