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─ ¿Lo que yo quiera?

─ Lo que tú quieras.

Pobre Mariano. Se dio cuenta muy tarde de lo peligrosas que fueron esas palabras.

─ Ya que lo pones así...─ sonrió el menor con gesto malévolo.

Pero en realidad lo que pudiera imaginar Mariano no llegaba a ser ni la mitad de lo que Camilo quería pedirle. Es más, Camilo tenía una larga lista de cosas que pedirle al hombre delante suyo, desde dinero hasta favores extraños, sin embargo apenas Mariano dijo "cualquier cosa" hubo una sola cosa que Camilo deseó con fuerza.

─ Recuerda: nada ilegal.

─ Sí, sí, sí, con lo moral y el aburrimiento, ya sé.

La pregunta era si Mariano estaría dispuesto a cumplirla.

─ Quiero...─ dijo Camilo dejando un largo silencio dramático entre sus palabras─ quiero que me prometas que lo cumplirás sin importar qué.

─ ¿Qué?─ jadeó Mariano sorprendido por esa aclaración. ¿Qué clase de solicitud tenía?─ B-bueno... haré lo que pueda, Milo─ esperaba no arrepentirse─ pero trata de mantenerlo en lo posible, no soy mago.

─ Créeme, está entre tus posibilidades, pero no sé si querrás hacerlo.

─ Hum...─ sí, definitivamente Mariano se estaba arrepintiendo─ está bien, confío en ti.

─ Entonces quiero una sola cosa.

─ ¿Y cuál es?─ inquirió sonriente.
Aunque trataba de lucir tranquilo y le sonría al menor, Camilo estaba mirando serio a Mariano, asustándolo. Dios mío, porqué le dije "cualquier cosa", ¡¿PORQUÉ?!

Rara vez Camilo estaba tan serio como en aquella ocasión.

Sus ojos verdes podían ser penetrantes cuando se lo proponía.

Y habiendo demostrado de antemano que era capaz de cualquier cosa, fuera o dentro de la ley, Mariano podía esperar lo que sea de él.

─ Quiero que me trates como a Isabela por todo un día.

Menos eso.

─ ¿Qué?

Definitivamente jamás lo hubiera visto venir.

─ Lo que oíste: quiero que me trates como a Isabela por todo un día. Dime lo que le dices a ella, llévame a dónde la llevas a ella y abrázame como la abrazas a ella. Eso es lo único que te pido.

¿Y quién podría culparlo?, la solicitud de Camilo sonaba absolutamente inverosímil.

─ N-no entiendo...

De todas las cosas del mundo que Camilo pudo haberle pedido a un doctor bien remunerado, le pidió que lo tratara como a la persona que menos quería ver.
Sonaba hasta paradójico.

─ No hay nada que entender, Mariano, te pido que me trates como tratas a tu novia, ¿qué es lo difícil de eso?

Nada, pero ahí estaba el problema, Mariano comprendía perfectamente a qué se refería, lo que no comprendía era porqué.

─ Es que no entiendo... ¿porqué?─ preguntó esforzándose por entender─ ¿Porqué, Milo?─ ya que desde su punto de vista la solicitud de Camilo era un absurdo total, no tenía una puta lógica, carecía completamente de sentido.

¿Porqué Camilo, el adorable doncel que rondaba su cabeza 24/7, querría que él lo tratara como a la mujer por la que, si algún día moría, él no soltaría ni una conchuda lágrima?, Isabela ni siquiera le agradaba, su relación con ella era como un campo quemado que ocasionalmente podían pintar para que Alma creyera la mentira de que eran una pareja adorable, pero tanto él como Isabela sabían que aquel yelmo muerto era todo lo que habría entre ellos dos y nada podría cambiarlo.
¿Porqué Camilo querría imitar eso?
¿Porqué escogería, de entre todas las cosas del mundo, cambiar su hermosa relación con él hacia una que sólo daba pena ajena?

No, Mariano no se movería de ese sofá hasta que Camilo le respondiera y su respuesta lo satisficiera.

─ Sólo me da curiosidad─ le contestó restándole importancia al asunto─ llámalo "morbo" si gustas, pero me pica la curiosidad saber cómo tratas a mi prima, nada más.

Si era sólo eso, ¿porqué no simplemente le preguntó a Isabela cómo la trataba?, Mariano dudaba que ella le fuera a mentir.

─ No es cierto, dime la verdad.

─ E-es verdad─ dijo Camilo con la mirada gacha─ es eso... te lo juro...─ incluso la seriedad que Mariano estaba empleando para hablarle comenzaba a amedrentarlo haciéndole temblar la voz.

─ Entonces mírame a la cara cuando lo dices.

Sin embargo ni Mariano sabía porqué se lo estaba tomando tan a pecho, pudo simplemente haber accedido a tratar a Camilo como a Isabela y sanseacabó, pero no, algo en aquella solicitud le estaba jodiendo y no iba a dejarlo así como así.

─ Camilo.

Él necesitaba saber la razón, no se iría de ahí sin una buena explicación.

─ ¡Ya te lo dije! ¡Sólo quería saber cómo tratas a Isabela! ¡N-no tienes que hacerlo si no quieres!

¿Porqué Camilo quería experimentar la peor relación en la vida de Mariano? ¿acaso no le gustaba que se llevaran bien?

─ ¡Mentira! ¡Sabes que no es verdad!

A pesar de que Mariano se esforzaba en hacer especial cada momento junto a Camilo, hasta se atrevía a decir que lo trataba como Alma y su madre esperaban que tratara a Isabela, para él no era suficiente, y Mariano estaba empecinado en saber el porqué.

─ ¡¿Y porqué dices eso?! ¡Si no quieres hacerlo no tienes que ponerte a la defensiva!

─ ¡No estoy a la defensiva! ¡Eres tú quien está poniéndose extraño haciéndome esas solicitudes raras para que te trate mal!

─ ¡¿De qué mierda estás hablando?!

Qué excelente pregunta.

─ ¡De esto!

De ese modo, entre medio de los gritos enojados de Mariano y Camilo sentados en el sillón de la sala del primero, Mariano se levantó a por su celular, lo desbloqueó rápidamente, abrió su chat con Isabela y, sin pudor alguno, le mostró a Camilo exactamente cómo trataba a Isabela.

Ya le daba igual si Alma se enteraba, Mariano le haría entender a Camilo que él no merecía ser tratado como Isabela, él merecía lo mejor.

─ ¿Q-qué? ¿qué es esto?─ inquirió Camilo con el teléfono en sus manos. Lo poco que alcanzaba a leer mientras intercalaba su atención entre la pantalla y el mayor le resultaba decepcionante─ ¿porqué me muestras esto?

─ Para que veas cómo nos tratamos Isabela y yo─ le contestó el otro cruzado de brazos─ lee.

─ Pero...

Pero las palabras escritas por Mariano e Isabela en su chat no era para nada como Camilo creyó que se llevarían, aunque a decir verdad él ya tenía sus sospechas de antemano, había que ser ciego para no darse cuenta cómo trataba Isabela a su novio.

─ ¿Ves?─ dijo Mariano aún con el enojo en su persona─ y tú quieres que te trate de ese modo.

─ Es que yo... y-yo supuse que, bueno, ya que ustedes salen...

─ Ay Milo...

Y a Mariano no le quedó más remedio que explicarle a Camilo qué era lo que realmente pasaba entre él y la Madrigal mayor.

─ Isabela y yo no nos gustamos─ confesó esperando la peor de las reacciones de parte del menor─ estamos saliendo porque tu abuela nos juntó pero ella no me gusta, ya habíamos sido novios en la preparatoria y no fue una buena idea, por eso terminamos.

─ ¿Entonces porqué sales con ella si no te gusta?─ y en cierto modo Camilo sonaba molesto, pero no por las razones que Mariano imaginó.

─ Es que... es complejo, Milo, yo ya estoy grande, y pronto estaré demasiado mayor para tener hijos, una familia y una esposa. Mi mamá también está mayor y yo quiero que conozca a sus nietos, así que cuando ella me dijo de salir con Isabela pues... accedí. No espero que lo entiendas.

Bueno no, Camilo no lo entendía, pero supuso que sería de esas cosas que con el tiempo comprendería.

─ Pero ella no te gusta, ¿no?

─ ¿Qué?

Por otro lado después de enterarse que Mariano e Isabela mantenían una relación arreglada y en medio no había más que deber para con sus familias Camilo se sintió genuinamente emocionado, notándosele en la voz.

─ Isabela, ella no te gusta, ¿no?

─ No, para nada, nada en ella me gusta. Quizás su inteligencia, pero a veces se pone muy pesada y es molesta.

─ Ya veo...

Mariano no estaba enamorado de Isabela, la mujer que lo maltrataba, de verdad, era simplemente un arreglo entre María Guzmán y Alma Madrigal, lo cual significaba que el corazón de Mariano no le pertenecía a nadie (aún) y por ende su relación con Isabela era un chiste, si no había amor de por medio ¿qué valor tenía la relación?
Camilo estaba que no cabía de su emoción, pero no sabía porqué.

─ ¿No estás molesto?─ se atrevió a indagar Mariano al no ver ningún reacción negativa de parte del menor.

─ ¿Porqué lo estaría?─ y Camilo contestó sin ya poder contener su emoción. Tenía una adorable sonrisa con la separaciones entre sus paletones frontales y le brillaban los ojos viendo directo a los de Mariano─ Me acabo de enterar que no amas a la mujer que siempre te trata feo, yo estoy contento.

─ ¿Y e-eso porqué?─ jadeó Mariano con un ligero tono emocionado.

─ Porque te mereces más Mariano, alguien que se preocupe por ti, quiera pasar tiempo a tu lado, que le parezcas interesante y que se ría contigo, no de ti. Osea, todo lo opuesto a Isabela.

Bueno, no era esa la respuesta que esperaba oír pero tampoco estaba mal, al menos Camilo comprendía exactamente lo que él necesitaba en su vida. Si tan sólo encontrar a su alma gemela fuera tan sencillo como hablar...

─ Lo sé, pero no puedo asegurar encontrar a esa persona. Por lo pronto me aferro a lo seguro y sigo con Isabela, con suerte algún día tendremos hijos y todo valdrá la pena─ dijo Mariano acompañando sus palabras con una sonrisa triste que Camilo odiaba ver en él─ discúlpame por eso, Milo.

Sin embargo, y a pesar de que Mariano había perdido todo ánimo existente, Camilo no se desalentó y estaba decidido a destruir aquella relación. Ya había aprendido que Mariano no albergaba emoción alguna por Isabela y eso le bastaba para tener fuerzas para meterse en medio de los dos, y quién sabe, tal vez ambos (Mariano e Isabela) encontrarían a sus almas gemelas lejos uno del otro, pero no lo averiguarían si alguien no daba el primer paso. Como estaba claro que ninguno, ni Mariano ni Isabela, romperían, Camilo tomaría la delantera y se dedicaría a destruir la relación entre los dos.

¿Con qué objeto?, no mucho, Camilo sólo quería que Mariano fuera feliz y él estar ahí para admirarlo.

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No olvides votar si te gustó, parece corto pero en realidad tiene 1715 palabras xd ⁽⁠⁽⁠ଘ⁠(⁠ ⁠ˊ⁠ᵕ⁠ˋ⁠ ⁠)⁠ଓ⁠⁾⁠⁾