Si pasa más de un siglo, mi único deber será seguir fiel a la leyenda y protegerla.
Leyenda, abre tus ojos y despierta.

Aliento de la leyenda, mirada fija al cielo azul aceptando el destino que a ambos nos espera.

Leyenda, del camino que llevas, déjame seguirte aun si fracasaremos.

Leyenda, si te cansas de caminar, déjame ser tus piernas.
Si te cansas de escalar, déjame ser tus alas.
Y pierdes fe de todo, déjame ser tu esperanza. Porque, oh, leyenda, sin esperanza tu historia queda inconclusa al vacío y no deseo que te olviden, debes seguir adelante.

Leyenda, déjame ser tu fuerza, déjame ser tus anhelos, tus temores, tus sueños, tus metas. Dame ese peso a mí y lo cargaré con tal de que seas feliz y cumplas tu destino.

Aliento de la leyenda, tus negras alas cual cuervo desplegarás y alzarás el vuelo.
Y dime, oh, leyenda, ¿cuánto tiempo pasará antes de que nuestros destinos se vuelvan a cruzar?