Acto seis.
Italia, Año 1936 - 1937.
"Él vive en un pueblo, yo en otro;
Las montañas son altas, los ríos profundos y largos caminos.
Posiblemente un día montañas y corrientes cambien de lugar
Y los dos pueblos sean uno."
(*)
"Sabes... Los pájaros no le temen a las alturas.
Ni nosotros a la muerte.
Vivamos juntos y juntos moriremos.
Entonces seremos un par de pájaros. "
(*)
"Mi inquieto corazón arde por ti.
Al fin has llegado.
Es verdad, mi amor te idolatra.
Eres mi loto dorado,
Aquel en el cual me quiero deslizar bajo un cobertor de seda.
Mientras la batalla de amor no cesa,
Eres mi loto dorado."
(*)
"Soy para ti.
Como esas parejas de pájaros en el bosque;
Porque te amo tanto."
Semanas atras Junmyeon recibió más cartas del dichoso Lay. Que hasta ahora tuvo la oportunidad de leer, a pesar de que él aún no ha podido tener la dicha de responderle sus cartas. Y cuando intentaba no le salían las palabras, o simplemente se bloqueaba.
| Flashback
Junmyeon respira profundamente. Posteriormente el comienza a escribir en su libreta.
Señor Lay o Lay, vaya no se como dirigirme hacia usted, incluso no tengo ni la mas mínima idea de como vaya a quedar esta carta
El joven coreano niega la cabeza y comienza a borrar lo que escribió anteriormente. Juega unos instantes con su lápiz para que sus ideas fluyan. Junmyeon nuevamente respira y de nuevo comienza a escribir.
Estimado Señor Lay por medio de esta carta le hago saber que estoy sumamente desconcertado. Por que jamás en mi vida me han escrito, y saber que un completo desconocido lo hace es totalmente extraño que me causa temor. ¿Por qué lo hace? ¿Cómo supo de mi? ¿Me espía? Sabe que lo puedo denunciar, ¿verdad? No tengo intenciones de conocerlo, por..
Junmyeon suspira pesadamente y destroza la hoja. ¿Por qué le esta haciendo una carta? Si no le interesa conocerlo es obvio que no necesita responderle.
―Te estresas por nada Junmyeon. ―se dice a si mismo
Fin del flashback |
Sus mejillas se tornaron de un color rojo carmesí luego de finalizar la lectura de las cartas. Ese hombre es sumamente apasionado con las palabras. Y por esa misma razón es que su corazón bombea de forma acelerada porque jamás tuvo la oportunidad de que alguien se expresara así de él hasta este momento.
La puerta de su habitación fue tocada y al instante permitió el acceso a la persona que estaba detrás de ella.
―Joven Junmyeon
Como un correcaminos escondió las cartas. Mientras que Yixing sonrió ampliamente. Lo atrapo leyendo sus cartas.
―¿Qué sucede?―pregunto.
―Antonella quiere saber si le gustaría ir al mercado con ella a comparar cosas para el festival
―Si, ¿ quién más va ir?
―Yo. La señora Antonella me lo ordeno para ayudarle con las compras. ―argumento. ―Ya que el trabajo de la mañana esta completo.
―Esta bien voy con ustedes. ― dice tranquilo. ― Además necesito comprar algunas cosas para mis dibujos. ―comento.
―Bien lo espero junto a la señora Antonella en la camioneta.―responde el chino.
Sin más abandono la alcoba. Junmyeon puso una sonrisa en su rostro ante la presencia del chino en la ida al mercado. Esta es su oportunidad saber de él, y armarse de valor para tener una conversación más larga y duradera. Fue en busca de su mejor ropa para la salida; una camisa de cuadros de color gris, junto con unos pantalones negros y zapatos es perfecto para la ocasión. Posteriormente se dio una ducha rápida.
Minutos mas tarde estando ya arreglado de manera adecuada dio como ultimo retoque el peinar su cabello y salió de su alcoba.
Mas tarde los tres ya iban de camino hacia la cuidad mientras que Antonella le dictaba a Junmyeon lo que iban a comprar para decorar la casa y por supuesto los ingredientes para los platillos que ella misma junto con las chiquillas iban a preparar.
―Aquí en Italia somos muy amantes del baile así como tú lo eres. ―agrego dirigiendo hacia el chino ―Vivieras una experiencia increíble.―dijo y agrego una sonrisa.
"¿Cómo sabe Antonella que le gusta el baile? ¿Lo habrá visto bailar? No importa tengo otro dato para mi libreta. ¡Gracias Antonella!
―Y... ¿a usted le gusta el baile joven Junmyeon? ―expreso Yixing sin mirarlo.
―Me gusta, a pesar de tener dos pies izquierdos.―le respondió sin mirarlo también.
―¡No seas mentiroso hijo! ¡Eres bueno en el baile!
El coreano se ruborizó para posteriormente negar.
―¡No digas tonterías Antonella!
―¡Tu eres el que dice tonterías! Tienes cualidades que te niegas a mostrar. ―informo seriamente. ―Estoy mas que segura de que el mundo estaría mas que encantado de ver esas cualidades que tanto temor te cuesta sacar a la luz.―agrega compresiva la mujer.
Luego de lo dicho por Antonella, el trayecto fue tranquilo hasta llegar a la cuidad en donde la mujer y Suho se adelantaron mientras el chino buscaba un lugar donde estacionarse. El coreano iba a cargo de la bolsa mientras que Antonella arrasa con uno que otro puesto que se encuentra en el camino. Por otro lado Suho está mas que al pendiente en sentir la presencia de Yixing pues posiblemente el no conozca tanto la cuidad como él y Antonella.
A unos cuantos metros Lay estaba en busca de la mujer mayor y el joven Junmyeon de la misma forma que admiraba el mercado y de paso se compro una manzana para matar el hambre que se cargaba. Su tranquilidad perduro muy poco debido a que escucho bullicio en cierto lugar del mercado por lo cual no dudo en ir a investigar.
En cuanto llego a la escena pudo visualizar a unos hombres intentando robar las pertenencias de una familia; la cual estaba conformada por la madre y una indefensa niña. No le importaba ir a la cárcel, a él lo único que le interesaba era hacer justicia, y lo haría por esa pequeña familia.
―¡Hey tú!―exclamo.
Aquellos hombres ante un llamado alejaron su vista de la familia para poseerla en la persona que recibirá una paliza.
―Porque no te metes con alguien de tu tamaño.
Y sin más se armó la contienda de los golpes. Unas cuantas personas también se involucraron junto con Yixing. Millones de insultos se podían escuchar en ese pleito. Instantes después aterrizaron al caos Junmyeon y Antonella junto con la policía que afortunadamente detuvieron el arguende. Los hombres al igual que el chino salieron con golpes. Pero al menos Yixing tenía la satisfacción por haber salvaguardado la integridad de esa familia que lo único que buscaba era tener una comida deliciosa.
El lado maternal de Antonella salió a flote al ver a Lay golpeado. Junmyeon de igual modo estaba preocupado por él, solo que no sentía capaz de demostrarlo, no frente aquella mujer. Mientras tanto Lay tenía una sonrisa llena de ternura ante la mortificación de la mujer a lo cual solo se limitó a besar los nudillos de ambas manos y acariciar sus cabellos.
―Estoy bien, solo son unos diminutos golpes. ―agrego sin importancia.
"He pasado por cosas más desafortunadas que esta"
―¡Ningún estoy bien!, ¡vamos a casa a curar esos golpes! ¡Malditas ratas!―exclamo furiosa Antonella.
Yixing asintió y estaba dispuesto a llevar el mandado pero el coreano huyo rápidamente. No iba a permitir que se lastimara más. Con eso le demostraba el coreano lo angustiado que estaba por él. Al aterrizar en casa luego de dejar las cosas en la cocina para que Alessia y Bianca se hicieran cargo del acomodo. Antonella fue por lo necesario para curarlo seguido por Junmyeon.
―Antonella...
―Si, ¿Qué pasa joven?―pregunto.
―Si quieres yo lo curo.
Ella volteo a verlo. ―¿Estás seguro? Pensé que no te llevabas con él.―dijo para luego sonreir.
―No es eso. ―dijo mientras se rascaba la cabeza. ― Bueno solo un poco, pero he comprendido que no debo ser tan indiferente.
―Lo entiendo. Y bueno te diste cuenta de que no es tan malo, a pesar de que sigues pensando que es un casanova. ―expreso. ―Tal vez es solo una fachada que él quiere aparentar. Pero la verdad es que él es una persona tan buena y humilde que no te has dado la oportunidad de conocer. ―concluyo y le dio el botiquín. ―Conócelo, háganse amigos.―sonríe.
Sin decir nada mas Junmyeon fue con Yixing. Al estar por cerca de la cocina pudo percibir la voz de Jinki saludándole tan alegre.
―Vaya que dieron una gran golpiza . ―argumento con preocupación al observar los golpes.
―No es nada. ―argumenta.― No sé porque se angustian tanto. ―soltó para luego agregar una ligera risa.
―Tal vez porque Antonella sabe de lo que son capaces esos hombres.―responde serio.
―Tal vez, pero no paso nada. ―dice sin importancia. ―¿Sucede algo joven Jinki? ―pregunto.
―No soy tan joven como crees, solo dime hyung. Así como lo hace Junmyeon. ―sonrió ampliamente.
―De acuerdo.
―¿Quieres venir esta noche a tomar algo?―dice.― De pura casualidad di con un pequeño bar.
―¿Por qué me invita? ¿Y el joven Junmyeon?―pregunto.
―Él no es de beber, en cambio tu sí.―expreso sonriente.― Además que tiene de malo será al final de tu jornada, ¿te incomoda?
―No, no claro que no. ―dijo rápidamente. ―Acepto su invitación hyung. Y la verdad es que desde que llegue solo le salido por cosas para sobrevivir. ―agrega avergonzado.
―¡Perfecto Yixing! ―exclama con una sonrisa. ― A las ocho de la noche nos vemos. Te espero en la salida de la granja.
―Me parece bien.
Sin más que agregar el mayor salió de la cocina. A los pocos instantes se encontró con su amigo por lo cual le regalo una sonrisa y siguió su camino. Por otro lado Junmyeon hablara mas tarde con su hyung para saber ver que se trae entre manos con esa dichosa invitación. Una vez dentro de aquel lugar saludo al chino y le explico el porque estaba aquí. Yixing estaba sentado en una de las sillas del comedor donde comía junto con sus demás compañeras.
―Solo son unos insignificantes golpes. ―comento él. ―No tiene por qué hacer esto.
―Deja de ser tan terco y orgulloso. Te voy a curar y punto.―dijo seriamente.
Sin objetar el chino dejo que el coreano lo curara.
―¿Qué es lo que va aplicarme?―pregunta curioso al ver un diminuto bote en las manos del coreano.
―Un remedio casero, ungüento a base de extracto de cebolla.
―Que asco. ―murmuró haciendo una mueca.
―Búrlate pero es efectivo.
Ante el primer toque hecho por las manos de Junmyeon y pasar por el rostro Yixing, el chino sintió una sensación tan agradable y placentera pues los dedos de Junmyeon son tan suaves. El deseo de recorrer con sus propias manos su piel tan tersa crece en su interior. Y es que no cabe duda de que el coreano hizo una especie de magia en él porque no pudo borrarlo de su mente desde la primera vez que lo vio. Es mas en una carta que le escribió a sus padres les habla de él.
Aterrizo de nuevo en la realidad cuando escucho a Junmyeon hablándole.
―¿Por qué Italia?―pregunto Junmyeon sin mirar a Yixing.
―¿Perdón? ―expreso el chino sin entender el porqué de su pregunta.
―O sea, ¿Por qué aterrizaste aquí?―pregunta curioso.
―Porque una carreta me trajo.―sonríe.
Junmyeon lo observo con cara de "¿en serio?" Y al parecer Yixing se dio cuenta de ello por lo que soltó una risa incomoda.
―Lo siento eso no era lo que quise decir. En realidad había visto por España algunas fotos de Italia y pues ahí fue cuando dije "¿Por qué no ir? Y aquí estoy. ―sonrió. ― Además admiro mucho el mundo, me gusta.
Junmyeon estaba apuntando mentalmente cada dato sobre él.
―¿Y tú como llegaste?―pregunto ahora él
―Soy mayor que tú, háblame como se debe.―dijo.
―¿En serio? ¿De qué mes es y año?
―Mayo 1910.
―Solo por unos meses, yo soy del mismo año pero soy de octubre siete.―informo.― Tiene razón, disculpe.
"¡Apunta eso! ¡su fecha de cumpleaños! , listo".
Suho negó y Yixing se dio cuenta de ello . Le pareció extraño pero a la vez tierno. Es tan linda su forma de ser.
―Mis padres murieron en un accidente y además Corea atravesaba por terribles condiciones económicas así que abandone mi país.
―Oh ya veo, cuanto lamento su perdida hyung.―expreso compresivo.
―No te preocupes, ya sano la herida.―comento sin importancia.
―Mmh... ¿Por qué tan prontamente charla conmigo?―pregunta curioso.
―No me gustan los silencios, son incomodos. ―agrega con simpleza Junmyeon.
―Oh entonces...¿le gusta el baile?
―Si, pero como dije anteriormente tengo dos pies izquierdos.
―Yo le puedo enseñar si gusta. ―dijo con toda disposición.
―No gracias, estoy bien así.
―Oh vamos hyung será divertido.
Yixing se fastidio de estar sentado además Junmyeon ya había finalizado su trabajo. Por otro lado la silla rechino dando a entender al coreano que el hombre se levantó así que como defensa comenzó nuevamente a retroceder pero le fue imposible porque el otro lo atrapo.
―Ya te dije estoy bien. No quiero Yixing.
―Solo será un momento, ¿tiene miedo Junmyeon hyung?
―¡No! ―exclamo para luego negar con la cabeza. ― pero por dios estamos en la cocina y no hay música.
―¿Y que tiene? No es problema. Puedo tararear algo simple.
Sin decir más lo acerco con cuidado a su cuerpo y como un imán Suho puso sus manos alrededor de su cuello. Su cerebro no lo obedeció cuando el claramente le dijo que queria huir de allí. Además toda esperanza murió cuando el chino comenzó a cantar una canción de Bing Crosby, lo sabía porque ese cantante estadunidense es la sensación en estos tiempos, además había escuchado unas cuantas canciones de él.
Y al oír al chino cantar algo de él es lo más maravilloso tanto que puede jurar que sus piernas tiemblan y por eso mismo Yixing afirmo más el agarre en su cintura sintiendo su aliento chocar en su rostro.
―Hyung, le han dicho que sus ojos son tan preciosos y que tienen un brillo tan divino?―informo agregando un tono suave a su voz.
―No...―murmuró quedito.
Yixing sonrió dejando a la vista dos hoyuelos. Suho se muere de ganas por tocar esos hoyuelos.
―Son tan precisos que es todo un placer divino perderse en ellos.
Su cerebro estaba hecho un caos, había pocas neuronas funcionando, Junmyeon prontamente se declararía perdido. ¡Que alguien que lo salve!
―Sus labios también son hermosos, quien se adueñe de ellos será tan afortunado.
"¡Aduéñate de ellos, por favor! ¡Hazlo!."
Es tan pequeña la distancia que los separa que por inercia Junmyeon cierra los ojos a la espera del beso aun moviéndose de un lado a otro. Su aliento es cada vez más cercano, el corazón de Junmyeon esta por estallar. Sus neuronas han muerto. Tristemente Yixing solo llega a rozar ligeramente los labios de Junmyeon ya que puede escuchar la voz de Antonella acercándose junto con Alessia y Bianca. Rápidamente se aleja. Por otro lado el coreano siente decepción, su corazón duele.
Antonella aterriza en la cocina junto con las chiquillas.
―¿Todo bien por aquí? ¿Lograste curarlo Junmyeon?―pregunta la mujer.
―Por supuesto. ―dice mostrando tristeza en su voz y sin más se aleja de la cocina.
―¿Pudiste hacerte un poco mas cercano al joven?―pregunta Bianca.
―Si, creo que comenzamos a llevarnos bien. ―sonrió.
Ellas también sonríen.
Al llegar a su habitación la voz de Jinki lo asusta. Mientras que este ríe.
―¿Cómo estuvo el baile?―pregunta divertido mientras hojea el libro de literatura italiana.
―No sé de qué hablas. ―dice sin interés.
―Ay por favor, no seas tímido. ―ríe. ―Estabas tan perdido en sus brazos. Parecía que él te llevaba. Eras un trapo. ―ríe nuevamente.
Suho ladea su cabeza hacia otro lado para que su amigo no vea. Se siente tan avergonzado. Él no es así, fue solo un momento de debilidad. Yixing, hacia todo un caos en su cabeza.
―¡Eres un odioso Lee Jinki!
La risa de Jinki crece aun más. Se divierte viendo a su amigo en esas condiciones, cegado por el amor.
―Es perfecto para ti. ― afirma.
―¿Perdón? ¿Quién te crees para decir eso? .―dice un poco molesto.
―Tu amigo. ―dijo. ―Además ambos son tan tercos y orgullosos. Tus ojos tenían ese brillo especial cuando alguien está enamorado y encajas perfectamente en sus brazos.―responde.
―¡Estas loco! ¿¡Por qué no me invitaste a tomar?!
―Junmyeon, tú no eres de tomar y lo sabes. ―dijo seriamente.―Tranquilo me voy a casar con una mujer así que despreocupe por si piensas que te lo quiero quitar. No es mi tipo. ―dice divertido.
―¡Vete de mi habitación Jinki!
Con una sonrisa amplia en el rostro Jinki deja la alcoba de su amigo mientras que Junmyeon se maldice por ser tan débil con aquel muchacho de origen chino.
Al caer la noche Jinki y Yixing llegan al bar y piden birra. El bar tiene un buen ambiente debido a una guapa mujer que deleita al público con su voz. Posteriormente encuentran un lugar donde sentarse.
―¿Qué pretendes con Junmyeon? ―dice de la nada Jinki.
―Nada malo, solo quiero llevarme bien con él. Ser su amigo.
En ese instante las botellas de birra llegan a su mesa y ambos chocan estas para luego dar un trago.
―Por lo que vi en la cocina eso no da a entender el término "ser su amigo" ¿Estás seguro? ―dijo seriamente.
Yixing suspiro y de nuevo bebió de su birra. ―Está bien me atrapo. No quiero ser su amigo, la verdad quiero ser más que eso.
Jinki sonríe ampliamente y le da unas palmadas amistosas en los hombros a Yixing.
―Si es ser su novio vas por un buen camino. ―sonríe ampliamente que sus ojos se esconden.― Porque estoy cien por ciento seguro de que Junmyeon ha caído ante ti. ―agrega con seguridad en su voz.
―No está jugando, ¿verdad?―dice.
¡Pfff!, ¿por quién me tomas? ―dice fingiendo indignación. ―No por nada soy amigo de Junmyeon desde la infancia. Lo conozco a la perfección. Vas por buen camino Yixing, tranquilo. Prontamente él te confesara sus sentimientos.
Minutos más tarde el bar es todo una fiesta debido a Yixing, toda la gente de ahí esta bailando. Yixing saca a bailar a unas cuantas muchachas quienes se divierten ante su espontaneidad al momento de bailar quedando maravilladas.
Asimismo también el público canta en armonía con el chino algunas canciones mientras aplauden. Esa noche Jinki se dio cuenta de que Yixing es la luz que a su amigo le hacía falta en la vida. Su otro lado opuesto. En definitiva Yixing llego a Italia para alegrar los corazones de la gente.
Y a unos cuantos kilómetros en una habitación iluminada por la luz de una lámpara Junmyeon tararea la canción que su amado interpretaba hace unas horas atrás asimismo el estar entre sus brazos se repetía en su cabeza como una película
While I give to you and you give to me
True love, true love
So on and on it will always be
True love, true love
For you and I have a guardian angel .
Escrito: 29.10.21
Editado: 18.03.22
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