—No es lo que parece...

—¿Oh? No sé qué es esto, pero será mejor que lo expliques— Momo habló, un poco asustada y perturbada por el estado actual de sus compañeras. Nayeon tragó saliva, usando su manga para limpiarse la boca antes de ponerse de pie. Dahyun y Tzuyu pronto se unieron a Momo en la puerta, sus reacciones fueron las mismas que las de la bailarina.

—No pueden alterarse— Mina dijo, uniéndose a Nayeon en sus pies y envolviendo un brazo reconfortante alrededor de la cintura de la mayor. La cabeza de la azabache estaba un poco agachada, casi avergonzada de haberse dejado descubrir. —Somos vampiros— Mina terminó, su mano frotando suavemente la espalda de Nayeon arriba y abajo. La pobre niña temblaba de ansiedad. El hecho de que Mina estuviera allí la ayudó un poco.

—¿Estás bromeando? —- Tzuyu preguntó, sin esperar una respuesta tan extraña.

—No. — Nayeon dijo antes de inclinar su cabeza ligeramente hacia el techo. Luego abrió la boca y reveló sus colmillos. Las tres se estremecieron un poco, mirando a Nayeon bajo una luz completamente nueva por un momento.

—Ustedes no... lastiman a la gente, ¿verdad? — Dahyun cuestionó, preguntándose si bebían sangre de extraños o tenían intenciones maliciosas.

—No, Dios no. Estás demasiado enganchada a las películas de vampiros, Dahyun— Mina se rió entre dientes, haciendo que el estado de ánimo se aligerara un poco.

—-Esto va a tomar algún tiempo para acostumbrarse—. Momo dijo, mirando a la pareja frente a ellas.

—Entendemos, solo que no puedes decirle a nadie—. Mina respondió, sus ojos suaves, confiados. Las tres asintieron, acordando que esto no era algo para el público.

—Lo siento si las hicimos sentir incómodas— Nayeon estaba triste mientras hablaba, avergonzada de sí misma. Las tres parecían culpables de sus reacciones al darse cuenta de que las hacían sentir muy poco humanas. Que no lo eran, pero aún sentían emoción y parecían uno.

—No, no te disculpes. Está bien, solo inesperado es todo. No te sientas mal—. Momo brotó.

—Sí, además, tener dos vampiros en un grupo de chicas parece genial— Dahyun dijo, con sus ojos brillantes.

—No podemos decirle a nadie, tonta— Tzuyu empujó a Dahyun juguetonamente. Causando que todas se rían.

Fue agradable poder quitarse el peso de encima. No tener que ocultar su secreto a sus amigas más cercanas.

—¿Son ustedes como una pareja? —- Dahyun dijo, realmente asimilando la ubicación de la mordedura.

—Bueno, sí. — Respondió Mina, viendo a Nayeon sonreír al suelo. Las tres parpadearon, pero luego asintieron como si no estuvieran sorprendidas.

Charlaron un poco antes de irse a la cama, Mina salió a escondidas de la habitación de Jeongyeon y de la suya para ir a la de Mina. Acarició directamente a la más alta, respirando su esencia y suspirando.

—¿Crees que podrán mantenerlo en secreto? —- preguntó Nayeon, su voz cansada y tranquilizadora.

—Probablemente, si no, quienquiera que esté arriba sea un vampiro se encargará del control de daños. Tendrán que hacerlo—. Mina respondió, Nayeon sintió que sus palabras vibraban en su pecho.

—Buenas noches, te amo—- Nayeon dijo, apretando los brazos un poco más fuerte por un momento.

—Yo también te amo, buenas noches.

Luego soñaron con los días venideros en los que no tendrán que esconderse en su propia casa. Donde pudieran amar en su espacio, y eso es exactamente lo que hicieron.

Fin.