𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙨𝙚𝙫𝙚𝙣
" — I feel rebel."
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RASCO SU CABEZA pensativa volviendo a
separar el lápiz de la hoja de papel abrumada.
Tenía al menos veinte minutos en la misma
situación en la que intentaba escribir palabra
alguna pero rápidamente se arrepentía o no
encontraba la manera adecuada de relatar
ideas pésimas. Era su primer "cuento" profesional,
o algo así, tan profesional como lo pueda ser
un periódico escolar pero al menos no debía
ser una historia apta para todas las edades
y merecedora de un diez enmarcado. Era algo
más casual.
Hastiada de no tener una buena idea mordió
su labio inferior pensativa hasta que tomó
la botella de agua sobre su escritorio y tomó
un sorbo para después ver las gotas que resbalaban
por el plástico a causa del frío de la misma.
Y cuando recién noto que realmente no hacía
nada con su tiempo bufó irritada.
— Necesito salir de aquí. — Susurro para si
misma restregando su cara.
Se dirigió decidida a la puerta cuando una loca
idea atravesó su mente. Estaba intentando
separarse de su antigua yo ¿No es así?
Podían decirle obsesiva o lo que sea pero aquella
prueba de actitud la dejo marcada de una forma
que ahora solo pensaba y anhelaba de destruir
esa imagen tan correcta y dura que todos tenían
de ella. No quería ser una aguafiestas.
Tampoco sería una idiota... Pero quería
salirse de la rutina.
« ¿Quién necesitaba la puerta?
¿Quién necesitaba permiso? »
Miro de reojo su ventana semi-abierta y sonrío
traviesa mientras sentía como sus manos
sudaban y su estómago hacía estragos en su
interior presa de los nervios. Trago saliva
ansiosa dirigiéndose al lugar pero al abrirla
a la mitad de arrepintió y la cerró de golpe
sintiéndose estúpida masajeando su frente.
Acto seguido tomó una banda de su buró para
recoger su cabello a la vez que salía de su
habitación vociferando el nombre de su
progenitor y así pedirle permiso para salir
a dar una vuelta a la cuadra para poder inspirarse.
Paseaba aburrida por la acera pateando una
pequeña roca hasta dar vuelta a toda la
manzana sin haber encontrado algo interesante
por el lugar y poco antes de llegar a su hogar
recayó en la descuidada morada junto a ellos.
Torció los labios. ¿Cómo es posible que
teniendo tremendos personajes como
vecinos, no se le ocurría algo para escribir?
Abrió los ojos con sorpresa teniendo una idea.
Podría hablar sobre un chico con serios problemas
no diagnosticados pero más que obvios, como
que le guste ver sufrir a los demás y ser el
causante de dicho sufrimiento mientras vive
en un vecindario promedio con sus hermanos
y padres que siempre están reprendiéndole.
Suspiro decepcionada. Seria muy obvio de
quien hablaba y si agregaba los detalles
de las propias conclusiones a las que llegó al
poco tiempo de conocer al mayor de los
Wilkerson sería peor.
De igual manera, sin nada que perder,
se adentró por el jardín lateral pasando
por varias hojas secas que no habían recogido
seguramente desde el invierno pasado hasta
llegar a la ventana de la habitación de su objetivo.
Toco tres veces llamando la atención del castaño
que hacía su tarea con suma concentración
haciendo que esté la viera confundido y sorprendido
por su presencia para luego abrir su ventana
dándole paso a la pelirroja.
— ¿Estas ocupado? — Preguntó inocente a lo cual
el chico rodó los ojos divertido.
— Herckabe cree que es buena idea dejar
tarea extra a los ex krelboynes y que así no
se nos "atrofie" el cerebro . — Hablo sarcástico
pero igual con un deje de molestia.
Robin negó levemente en desacuerdo con
el mandato del rector. Aún no tenía el placer
de conocerlo pero por todo lo que decían sus
amigos de él quisiera pasar la preparatoria sin
topárselo.
Sin más que decir entró a la recámara
de los tres hermanos, sentándose en una
silla giratoria justo a lado de Malcolm
esperando que esté dijera algo interesante
que la pudiera hacer crear aunque sea un
cuento de ficción pero el ojiazul no mentía
cuando decía que su antiguo maestro se
las arreglaba para seguir siendo su tormento,
por lo que no le quedó otra más que verlo
hacer cientos de cálculos matemáticos
en su libreta igual de aburrida que en su
propia habitación, pero viendo el lado
positivo al menos estaba acompañada.
Soltó un suspiro mientras rodaba en aquella
silla recorriendo el cuarto con la mirada hasta
que sus ojos encontraron algo emocionante
en uno de los burós.
— Increíble... — Se puso de pie yendo por aquel
objeto — Tienes un walkie-talkie. — Sonrió
mientras que el chico pausaba aquel
problema matemático para prestarle atención
— George y yo igual tenemos un par — Habló
en tanto revisaba el modelo y aunque lucía
algo viejo no creía que tuvieran problema
en enlazarlo con el suyo — Lo usábamos como
monitor de bebe, — Rieron leve — pero
después de la boda y de mudarnos juntos
son raras las veces que los encendemos...
— El par debe estar por aquí, — Señaló a su
alrededor — escondido entre la ropa
sucia o juguetes de Dewey.
Robin forzó una sonrisa ignorando la
incomodidad que le causaba encontrarse
en un lugar tan poco higiénico y bastante
desordenado.
— Si, bien... Es que... — Jugó con sus manos
con cierta vergüenza — Suelo tener insomnio.
— Confesó con la cabeza gacha — De pronto
las noches son muy largas y bueno, ya sabes...
No quiso alargar el tema y hacer tan obvio
su problema. No quería que la viera como
una loca obsesiva igual que sus padres y
George. Tampoco buscaba profundizar su
pequeño desliz nocturno, pues la mayoría
de las noches era difícil pegar el ojo con
pensamientos sobre si limpio bien cierta
área de la casa o si no quedó lo suficientemente
limpio, entre otras cosas.
Malcolm igual asintió entendiendo,
eran jóvenes y por su edad tenían mucha
energía, el insomnio era algo común en
ciertos adolescentes.
— Yo... Me preguntaba si ¿Está bien
que cuando eso pasara pueda hablarte...? —
pregunto — Por los radios, obviamente. —
río ansiosa y Malcolm sonrío comprensivo.
— Claro, y-yo, por mi esta bien — Respondió
rápido — Es decir, si, claro, cool...
Robin soltó una leve carcajada.
— Gracias. Significa mucho para mi.
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┏ ┓
" STAIN "
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TERMINÓ DE SECAR los trastes y de guardarlos en la alacena de forma perfecta y ordenada soltando un suspiro agotador mientras echaba un último vistazo verificando que todo estuviera impecable y limpio.
Estaba por ir a su cuarto pero al último instante se regresó poniendo desinfectante en un trapo para después pasarlo por todas las superficies que se cruzaban en su camino, de no hacerlo no podría dormir en paz y aquella sensación de que los gérmenes invadían su hogar mientras ellos descansaban.
La pelirroja usualmente se encargaba de la limpieza en su hogar y no era una tarea pesada puesto que lo hacía con todo el gusto del mundo ya que no se sentía en paz al saber que alguno de sus padres o hermano hiciera dicha tarea ya que lo más seguro es que no lo hicieran bien igual que ella. Pero no se quejaba, el hacer todo eso la libraba de otras tareas como ir por mandados o cosas más elaboradas como arreglar el jardín — cosa que detesta; ella y la tierra no se llevaban muy bien — , pintar la cerca, reparaciones, entre otros muchos etcéteras.
Cuando todo termino rechinando de limpio, la chica finalmente se fue a dormir tranquila.
Al día siguiente, en la casa de a lado. Los hermanos Wilkerson tomaban sus almuerzos mientras oían las amenazas y quejidos de su madre sobre que no quería volver a ser llamada por el señor Herckabe por ninguna u otra razón.
Pero poco o nada de caso le prestaban a la castaña siendo que la mente de ambos rondaba en la imagen de una pelirroja de pecas que justamente vivía en la vivienda continua.
Malcolm podía estar un noventa por ciento seguro de que su hermano mayor tenía cierto interés en Robin por lo que le había dicho anteriormente sobre ella pero igual para Reese, Malcolm parecía gustarle Robin por cómo la defendía de sus ataques además de pasar tanto tiempo con ella, más ninguno de los dos se animaba a preguntar o hablar del tema.
Pero el más bajo tenía tanta curiosidad que no podría aplacar su lengua por mucho tiempo. Por lo que con una mirada de sospecha siguió al mayor con cuidado, hasta que en la entrada de su hogar, antes de encontrarse a los hermanos de la casa de a lado. Malcolm detuvo del cuello de la camisa a Reese y antes de que este pudiera girar y mirarlo de mala forma junto con una amenaza por su tacto, el castaño más bajo hablo.
— ¿Qué te traes con Robin? — Lo soltó por fin, quitándose un gran peso de encima.
— ¿Yo? — Se señaló a sí mismo el más alto — ¿Qué no eres tú al que le gusta?
— No me gusta.
— ¿Entonces qué te molesta? — El de camisa de cuadros por primera vez no supo que acatar.
— No estoy molesto. — Se encogió de hombros luciendo ofendido — Es patético que no admitas que te atrae o algo así. — Lo señaló acusadora mente recordando sus palabras.
« Me gustaba pelear con ella »
Eso, en idioma Reese debía significar algo.
De cierta forma admitió que no le desagradaba la pelirroja y por su último enamoramiento con la chica porrista a la que le hizo el último mes el más difícil del semestre y de su existencia, pensó que con Robin podría ser igual, pero era ridículo, ya no tenían doce años. Además estaba todo el esmero que ponía en que volviera a dirigirle la palabra.
— Deja de decir idioteces. — Lo alejó con un empujón — La cabeza de menstruación y yo ni siquiera nos caemos bien. ¿cómo podría gustarme? ¡Esta loca!
— Si, claro, — Aseguró sarcástico — no podrás convencerme de lo contrario, pero desde ahora te advierto que no eres su tipo.
Reese frunció el ceño molesto con ello y la forma en la que se lo decía, adoptando una postura defensiva.
— ¿Qué importa ser su tipo o no? — Malcolm solo rodó los ojos ante su insistente negativo.
— Solo harás el ridículo.
Antes de que el mayor pudiera responder con algún insulto, su padre salió de la casa mirándolos levemente sorprendido.
— ¿Aún no se han ido? — Pronunció observando su reloj — Mmm vamos, los llevaré yo, ya es algo tarde. — Habló apresurado tomando la camioneta con su hijo, el superdotado, siguiendo de cerca sus pasos.
— ¿Ah, si? Veremos quien hace el ridiculo — Susurro el que se quedó atrás para sí mismo, sacando de su mochila aquel chocolate que había querido guardar para el almuerzo
Intento pasar por todo el montón de estudiantes sin que la tocaran pero los empujones eran solo una consecuencia más de haber llegado tarde. George incluso le recriminó todo el camino hacia la escuela por su inusual impuntualidad, siendo que la mayoría de días era ella la que le gritaba desde la puerta de su hogar que se apurara aunque faltará casi media hora para entrar a clases si llegaban en diez minutos.
Y es que aunque el plan de ser un poco más desordenada y despegarse de su rutina tan rígida iba bien, dando frutos, por así decir. Odiaba las consecuencias de estos, llegar tarde la hacia tener que estar apresurada corriendo hacia su locker por los libros que necesitaría para su primera clase y lo peor de todo es que probablemente el lugar que tanto le gusta ya debió ser ocupado.
Casi como un rayo saco lo que necesitaba sin hacer ningún tipo de desorden dentro de su casillero para después correr hacia su aula pero a mitad del camino se encontró con un tranquilo castaño ojiazul andando como si aquel pasillo lleno de adolescentes con acné fuera un paseo en el parque.
Estaba por acercársele y saludarlo pero en ese instante el chico giró terminando su conversación con Stevie, que iba junto a él, y Robin por desgracia noto un pequeño gran detalle en su pantalón. Por lo que en el momento en el que Malcolm regreso la vista, Robin ya estaba a milímetros de su nariz con expresión preocupada.
— Deberías ir al baño. — Comentó en un tono preocupado.
— Estoy bien y ya casi inicia la clase. — Retrocedió dos pasos alejándose de ella aún con la discusión con Reese fresca en su mente.
— En serio, hazme caso, ve. — Indicó con un tono serio poco usual en ella.
Malcolm la miró confundido pidiendo una explicación a su insistencia pero Robin no podía soltarlo así como así por la pena del asunto.
Al ver que no diría nada siguió firme en su posición.
— No tengo ganas de ir.
— Es qué, hay...
— ¡Oh por Dios!, ¿ese chico tiene una mancha en el pantalón? — Expuso una chica cerca de ellos.
Ante aquel llamado de humillación pública, él chico miró a todos lados buscando al sujeto de la burla, pero, en el proceso notó que las miradas iban hacia él y su cara cambió a una de terror hacia la pelirroja.
— ¡Se hizo popó en el pantalón! — Aseguró otro tipo por igual señalándolo.
Asustado, Malcolm intento mirar su trasero pero le era imposible ver la bendita mancha sin un espejo detrás.
— ¡No! No, no. — Negó rápidamente — ¡E-es chocolate! ¿Lo ven? — Tomó un poco estirando lo más que pudo la tela dando con la bendita mancha para después lamer su dedo logrando que todos soltaran exclamaciones de asco
El ojiazul observo con pena e impotencia a los chicos a su alrededor que se burlaban de él notando uno en especial. Reese resaltaba entre los otros con esa sonrisa de maldad que lo caracterizaba cada que se salía con la suya y Malcolm apostaba en que esa fue su venganza por la insinuaciones que le hizo sobre Robin.
— Yo... Ah, tengo que ir a clase... — Dijo en voz baja la ojiazul junto a él evitando su mirada sintiendo pena ajena.
Reese soltó una última carcajada acercándose hacia su hermano.
— Suerte el día de hoy, Mancha. — Le extendió la envoltura del chocolate que ahora tenía en su pantalón.
Malcolm solo lo miro con furia y evito hacer un escándalo que los metería en algún problema más grande con su madre, pero quiso grabarse su cara de estúpido victorioso porque se la arrancaría con su próxima venganza.
El más alto, sintiendo que ya había hecho bastante desastre tras sus pisadas, se fue de la escena del crimen en la misma dirección que Robin siendo que su salón también estaba por ese camino.
Muchos pasos por delante, Reese observaba aquella inconfundible melena pelirroja que quería alejar de sus pensamientos, por lo que desvió su mente hacia otra parte comenzando a caminar más rápido, rebasándola, pasando desapercibido para así disfrutar del placer que le produjo hacerle aquella jugarreta a Malcolm ignorando también el porqué lo hizo.
Aún más adelante de aquel par. En el infinito pasillo, se encontraba Kieran junto a su compinche más fiel, Willy, recargados en los lockers mientras hablaban sobre temas tribales hasta que una chica de muy baja estatura y anteojos caminaba frente a ellos a duras penas pudiendo con el peso de sus gruesos libros
Willy la observó con diversión y codeó a Kieran llamando su atención junto con aquella mirada de maldad que lo incitaba a hacer alguna de sus fechorías, cosa que el de cuero captó de inmediato comenzando a negar dudoso.
— Vamos, "hay que alegrarle el día". — Insistió el de rulos en tanto el otro chico seguía negando ahora con más firmeza haciendo que el otro lo viera de manera extraña. — ¿Estas enfermo? ¿Drogado? — El pelo negro siguió moviendo su cabeza de forma negativa. — ¿Entonces?
— No creo que eso le guste a Robin. — Murmuró mirando el suelo.
— ¿Y qué importa lo que ella piense?
— A mi me importa. — Respondió rápido, algo molesto por su comentario — Creo que de verdad puedo llegar a gustarle.
El de rizos rodó los ojos y estaba por bajarlo de su nube, pues él más que nadie había estado presente en los múltiples rechazos de la pelirroja hacia su amigo, solo estaba perdiendo el tiempo, no comprendía porque ensañarse con una sola niña — que ni le daba la hora — cuando en esa escuela había hasta para escoger o incluso salir con varias a la vez.
» — Ya se lo que dirás, pero mira... — Tomó una mejor posición para contarle — Estos últimos días ha estado al pendiente de mi ¿Sabes? — Su amigo negó haciendo a Kieran bufar — Hablo de que ya está teniendo iniciativa conmigo, se acerca y charlamos entre clases y a la salida. — Respondió con emoción sin poder contenerse mucho — Incluso ayer almorzamos juntos.
Willy estaba por replicar diciendo que eso tal vez no signifique nada más que simple amabilidad pero el chico continuó alardeando sobre la pelirroja más bella de la ciudad, según él.
Pero antes de que Kieran pudiera soltar otro intento de poema hacía la chica de sus sueños, un maestro paso a su lado lanzándole una mirada de advertencia esperando que él chico de chaqueta de cuero no volviera a llegar tarde al aula como acostumbraba. Por lo que sin más, se despidió de su amigo y se fue detrás del profesor.
Cuando este estuvo a un par de pasos de distancia, otro de sus amigos se acercó al de rulos saludándolo y preguntando sobre qué hablaba con Kieran con intenciones de charlar y perder tiempo de clase.
— Robin. — Suspiró agotado — No se porque le gusta, ni siquiera lo mira y ¿La has visto? Es muy rara. — No tardó en mostrar su desagrado hacía ella, amenazaba con cambiar a su amigo y no toleraba esa idea — Se junta con todos los tontos de los krelboynes.
— Unos fenómenos. — Asintió de acuerdo con lo último él otro chico.
Entonces, sin preámbulo, el de cabello rizado sintió un fuerte jalón en su hombro para después ser azotado en los casilleros sintiendo el dolor extenderse por toda su espalda. Miró al culpable aturdido pero cuando lo enfocó y vio su mirada furiosa apenas y pudo ocultar sus nervios.
— ¿Qué dijiste? — Musitó lento, apretando su puño en la camisa del matón que habló mal de Robin.
— No es de tu incumbencia. — Recuperando un poco de valentía, respondió aquello de manera déspota, solo haciendo que Reese se molestará más.
Por lo que en un movimiento rápido, el pelinegro empujó la cabeza del chico haciendo chocar la parte trasera de su cabeza contra los lockers aturdiéndolo aún más y finalmente el chico Wilkerson se alejó de la escena del crimen sintiendo unos pasos apresurados detrás de él. Se tensó pensando que el de rizos volvía por una revancha pero la voz que lo llamó no sonaba como la de aquel idiota.
— ¡¿Qué te pasa?! — Miró de soslayo notando como Robin lo perseguía con una expresión molesta.
— No es de tu incumbencia. — Respondió imitando la frase de aquel tipo al que acababa de golpear, aun molesto por sus comentarios sobre la pelirroja.
Aumentó la velocidad de sus pasos dejando a la pecosa atrás con la palabra en la boca, a lo cual, ella tampoco insistió y se volvió para preguntarle a Willy si estaba bien después de lo que Reese le había hecho.
Por otro lado, Reese llegaba a su salón aún más confundido que nunca. No supo escoger las palabras adecuadas aquella vez con Malcolm, no es como si estuviera deseoso de que la pelirroja le gritara, de ser así, solo haría una travesura muy obvia para que su madre lo hiciera por horas, pero no era el caso. Era raro, solo era un movimiento desesperado por su atención. Molestaba al azar con el fin de hacerlos infelices un rato pero a la mayoría no les prestaba la suficiente atención, no recordaba si quiera las caras de la mayoría, solo hasta que le daban miradas de temor recordaba que les había hecho alguna maldad aunque no supiera con exactitud que, pero con Robin era distinto, pues ella de cierta forma se le enfrentó y sus roces eran descuidados y temperamentales y eso lo divertía, a fin de cuentas era él y su forma de diversión era poco usual.
Aunque, viendo por otro lado el malestar por el que paso hace rato. Robin dejo de fingir que no existía.
Se paseaba aburrida a la hora del almuerzo por el patio de su escuela buscando algo interesante que hacer. Malcolm no tolero que lo nombrarán "Mancha" y se encerró en el salón de cómputo, según él, para adelantar varias tareas, pero por propias palabras de Stevie, el chico estaba de un humor infame y preferían darle su espacio. Kieran, por lo visto estaba castigado, pues no se encontraba con su grupo usual ni rondando por los alrededores. George tenía una junta con el equipo de basketball y el resto de sus amigos hablaban de cosas inteligentes que sin Malcolm presente no lograría entender y por ende se aburriría.
Se detuvo a tomar agua cuando notó a cierto pelinegro recargado en uno de los pilares del patio mientras comía yogurt. Hizo una mueca ante su presencia pero de inmediato la curiosidad sobre el porqué golpeó de la nada al amigo de Kieran la invadió.
Hasta ahora el mundo tenía suerte que ese par de tontos no se hayan encontrado ya en el camino del otro, ya que, había dos grandes posibilidades que salieran de allí, podría iniciar una guerra sobre quién era más malo o aún peor, se volverían amigos y estos regarían el mal por toda la escuela. De cualquier manera, el par de opciones le daban escalofríos.
De igual modo se alegraba de que Kieran aún no supiera — por lo que parecía — sobre el choque que tuvieron Reese y Willy. Pues aún estaba a tiempo de pedirle a Kieran que no se entrometiera para no meterse en problemas.
Estaba llevando a cabo el plan de Lois, que bien, nunca fue darle falsas esperanzas, solamente como ella dijo, se mostraba "interesada" en lo que hacía, esperaba y a la larga su esfuerzo brindiera frutos. No lo hacía por el gusto de ser niñera y llevar un orden en la vida de otra persona — bueno, tal vez un poco — , sino porque esperaba hacerlo entender que había otras formas de sobrellevar el problema con su padre y no desquitándose con terceros.
Le dio una última mirada de molestia a Reese antes de acercarse luciendo relajada, pues si llegaba con gritos la mandaría por un tubo. Más cuando estuvo más cerca del chico se percató que este igual que Kieran y sus compañeros, era otro admirador del tal Brad, el cual parecía ligar con una rubia.
Hizo una mueca de asco sabiendo las intenciones del chico de tercer grado que soltaba piropos baratos ganándose a chica.
— ¿Qué haces? — Fingió no saber la respuesta exacta.
— Shh, estoy en clases. — Siseó distraído con un movimiento de mano alejándola haciendo que ella frunciera el ceño confundida para luego rodar los ojos al entender la situación.
« Agh, hombres » pensó con fastidio alejándose.
Miro la hora en el gran reloj, faltaban pocos minutos para que sonara el timbre y las clases se reanudarán por lo que sin prisa se dirigió a su locker buscando sus cosas teniendo en mente que llegaría temprano a Literatura, pero igual fue positiva creyendo que tal vez el salón le diera la inspiración suficiente para poder comenzar su relato para el periódico, seguía sin tener una buena idea.
En tanto, la situación con el tal sexo-adicto de Brad retumbaba en sus oídos, no comprendía porqué los chicos lo tenían en un pedestal como alguien muy cool. El sexo no era la gran cosa, bueno, no había puesto en práctica dicha acción para asegurarlo, pero el concepto que todos tenían de él no era para tanto.
Finalmente era la hora de salida, por lo que salió de forma apresurada de su aula — sin hacer mucho desorden — y cuando cruzó la puerta sintió el aire fresco entrar en sus pulmones después de dar una larga inhalación. Lo peor de las últimas clases es que la mayoría de hombres, por alguna extraña razón, regresaban oliendo fatal de los recesos, creía que aquella costumbre terminaría cuando iba en sexto grado pero comenzaba a creer que era algo con lo que tendría que vivir el resto de su existencia.
Dejó varios de sus libros en su casillero y tomó otros necesarios para poder hacer sus deberes cuando cerca del estacionamiento notó a lo lejos a Cinthya y Malcolm teniendo una acalorada discusión, seguramente del chico quejándose de su nuevo sobrenombre y su miserable existencia.
Suspiró tomando camino hacia la pareja de castaños justo cuando escucho algo que la dejo helada.
— ¡Estoy harto de que no me tomen en serio! — El ojiazul explotó lanzando sus brazos al aire — ¡Se burlan de mi porque Reese arruino mi vida!
Robin se posicionó a lado de la otra chica de cabello ondulado mirando atiborrada a Malcolm gritar.
— ¿Qué pasa?
— Mancha. — Respondió simple su amiga y la de pecas asintió satisfecha sabiendo que tenía razón.
— No quiero oír ese apodo en lo que me queda de vida. — Habló el chico en un tono más bajo señalándolas.
No fue hasta que otro chico paso por el lugar saludando a Malcolm con toda la confianza del mundo.
— ¿Qué hay mancha? — Musitó con burla a lo cual el ojiazul lo miro queriendo matarlo para luego mirar furioso a ambas chicas.
— ¿Saben qué? — Dijo en un tono cansado — Me voy de aquí.
Robin suspiro dejando caer su cabeza hacia atrás, planeaba esperar a George e irse juntos pero seguramente el de camisa de cuadros querría hablar y desahogarse.
— Te acompañó. — Estaba por emprender marcha pero el siguiente comentario de su vecino la frenó.
— No me refiero a mi casa. — Aquello junto con su sonrisa malvada saco de órbita a ambas chicas.
— ¿Entonces adónde? — Frunció el ceño la morocha.
— De la escuela, de la ciudad ¡del país si es posible! — Ambas rodaron los ojos ante su dramatización.
— Ajá — Se cruzó de brazos escéptica la ojiazul — ¿Y cómo planeas hacer eso?
Ella no lo sabía pero aquella tarde, se arrepentiría de haber retado al chico y hacerlo tener aquel momento de "lucidez".
— Francis. — Respondió simple y ahora fue turno de Robin de fruncir el entrecejo al no reconocer ese nombre mientras que Cinthya abrió los ojos de más, angustiada.
— ¿Irás a Alaska?
Robin se sentía fuera de contexto, pero aún estaba muy al pendiente de aquella charla, si es que se podía llamar así.
— No, solo tomare su ejemplo. — Siguió con aquel tono calmo que solo alteraba los nervios de las femeninas.
Sin más, el castaño a paso determinado se adentró más en el estacionamiento con el par detrás de él empezando a entrar en pánico.
» — Haré algo tan malo para que me envíen a una escuela militar. — Comentó su plan acelerando su andar — Lejos de Reese, ¡lejos de todo!
— ¿¡Estas demente!? — Soltó la pelirroja agobiada.
— No, es una idea perfecta. — Expresó aún con extrema calma notando como un rubio salía de su automóvil dejando este abierto y con las llaves puestas colándose rápidamente dentro de este.
— ¿¡Qué rayos estas tramando?! — Cuestionó Cinthya espantada.
— No quiero ser quisquilloso pero este auto no tiene la calcomanía del estacionamiento. — Mencionó Loyd junto a Cinthya.
Robin se sorprendió por su presencia pero al fijarse bien vio que el resto del grupo también los había seguido. No supo en qué momento todo se estaba volviendo tan grande.
— Chocaré este auto y mis padres enloquecerán que no tendrán más opción que mandarme lejos para no tener que lidiar conmigo. — La voz de Malcolm volvía a sonar molesta y eso les confirmo que solo actuaba por impulso.
— ¿Te volviste loco? — La histeria de la chica no la dejaba pronunciar algo para detenerlo.
— Malcolm, sal de ahí en este instante. — La más alta en cambio parecía querer tomar las riendas antes de que el chico se descarrilara a ese grado — Esa no es la manera.
— ¡Es una salida a todos mis problemas, iniciaré de nuevo en otro lugar!
Sus gritos comenzaban a llamar la atención de los demás estudiantes y Robin miró a su alrededor nerviosa mientras Cinthya seguía intentando hacerlo entrar en razón.
— Así no resolverás nada. — La morena tomó la puerta del auto evitando que la cerrara completamente — Serás "la mancha que estrelló un auto". — Ante aquel comentario la de pecas cerró los ojos sabiendo que eso solo empeoraría la situación, y dicho y hecho, solo alcanzó o oír cómo el chico finalmente cerraba la puerta de manera brusca y encendía el motor.
Su vecina se aterró, cada segundo que pasaba le confirmaba que Malcolm de verdad cometería esa estupidez.
— ¡Que alguien... con pies... lo detenga! — Stevie comenzó a toser por el esfuerzo de apenas y gritar lo dicho.
— ¡Espera, no puedes ponerlo en marcha! — Kevin hizo su intento — ¡Tu camisa se atoró con la puerta! — Un pésimo intento.
— ¡Llévame contigo! — A su lado, Dabney declaró aquel deseo con súplica, por lo que la pelirroja le lanzó una mueca molesta.
— ¡No! — Ahora fue turno de Robin tratar de entrar por la ventana del automóvil esperanzada en poder detenerlo — Malcolm, piénsalo dos veces. — Tomó el volante imposibilitando que este pudiera tocarlo pero él de un solo movimiento logró apartarla.
La chica mordió sus uñas ya sin saber que hacer cuando en ese momento apareció Reese interponiéndose frente al vehículo.
— ¡Espera! — Malcolm lo miro lleno de odio — ¡No te dejare hacerlo, prefiero morir antes que quedarme solo con mamá! — Robin chocó su palma con su frente, estaba rodeada de ineptos.
— ¡Hazte a un lado!
— ¡No, mejor arrollarme, no me interesa! — El ojiazul ya harto de la oposición de su hermano tocó el claxon con fuerza asustando en un santiamén a Reese logrando que este se quitara del medio.
Robin miró nuevamente a los alrededores dándose cuenta que muchos ya se habían acercado y estaban expectantes a lo que sucedería después, sintiendo la presión del momento tuvo una estúpida idea al caer en cuenta que él dueño del carro era el mismísimo Brad. En estos instantes odiaba a Malcolm pero también quería ayudarlo, sabía que para quitarle el sobrenombre ridiculo tendría que hacerlo ver cómo alguien "genial" en todo caso. Lo suficiente para que mínimo lo respeten hasta que se les olvide el torpe apodo.
— ¡Malcolm, si lo haces...! — Tomó una profunda respiración queriendo que la tragase la tierra — ¡No volveré a tener sexo contigo!
Lo siguiente fue que la mayoría de mirones quedaron estupefactos sumidos en un silencio sepulcral, en tanto, uno que otro murmullo asombrado por dicha confesión también llegó a filtrarse en sus oídos.
Reese estaba frió y pálido, entonces entendió el porqué su hermano soltó aquello comentarios por la mañana.
El chico detrás del volante quedó frió igualmente.
— ¿Qué?
Insegura de lo que acababa de hacer, solamente atinó a encogerse de hombros y antes de poder responder sintió el empujón de Brad abriéndose paso entre ella y Cinthya, para con su fuerza bruta sacar de una buena vez al castaño de su auto, a la vez que Herckabe se acercaba con cara de pocos amigos igual para seguramente llevarlo a dirección por armar tremendo alboroto.
Era jalado con fuerza y apuro por el prefecto, cuando a unos cuantos metros recayó en la mirada molesta de Kieran aproximarse hacia ellos, logrando que Malcolm colocará una mueca asustadiza.
Y ahora fue turno del matón de jalonearlo por la camisa lejos de las manos del ex profesor.
— ¡¿Cómo pudiste?! — Manifestó ofendido — ¡Después de compartir mis penas contigo!
— ¿Qué penas? — Balbuceó nervioso y confundido.
— Este no es asunto suyo, Lennox. — Herckabe arrancó al súper dotado de las garras de Kieran con voz autoritaria llevándoselo lejos, pero claro que logró oír las últimas palabras del pelinegro.
— Vas a pagar por esto.
Salió de la oficina del rector con un reporte en mano aún asombrado por lo que Robin hizo hace un par de minutos por él.
Ni siquiera presto atención en todo el regaño por parte de sus profesores, ni le preocupó el que recibiría al llegar a su casa.
No podía aclarar en ese momento si lo que sucedió fue estupendo o estúpido. Por una parte, mientras era arrastrado por Herckabe acogió varios cumplidos de sus compañeros y unos cuantos aplausos por parte de otros, definitivamente "Mancha" estaba fuera del mapa, pero por el otro ya podía asegurar una golpiza de Kieran, que si bien, muy dentro de él creía poder defenderse, más no estaba seguro.
Pero todo eso pasaba a segundo plano cuando pensaba en la pelirroja, era grandiosa ¿por qué dijo eso?
Frotó sus ojos aún perplejo, no se cansaría de decirlo, lo confundía bastante.
Estaba por salir de aquel lugar, pero antes, en su vista se filtró la puerta con el nombre sobre escrito de "Revista escolar". Sonrió irónico conociendo que haga lo que haga no abandonaría su mente. Y sin más, entró al salón encontrando únicamente a la profesora encargada del taller ya recogiendo sus cosas lista para irse.
Tocaron su timbre de forma insistente y ante la negativa de sus padres y George por ir a atender, fue ella a la entrada encontrándose con un sonriente castaño.
Trago duro sin saber que decir, igual que hace poco más de una hora.
— ¿Por qué tan contento? — Fingió calma recargándose en la entrada de su hogar, aunque por dentro tuviera un zoológico entero queriendo escapar del cautiverio.
— ¿Recuerdas lo que dijiste? — Malcolm en cambio parecía ansioso al mover una de sus piernas con frenesí.
— ¿Qué, exactamente? — Se removió incómoda en el marco de su puerta, realmente no quería hablar sobre eso en ese instante, ni siquiera ella lo había procesado.
— El otro día, sobre la revista escolar. — Aclaró rápido igual sin estar seguro de tocar el tema y ella se relajó ante lo dicho — Que los editores eran unos tontos adolescentes que quieren verse profundos para embellecer su solicitud a la universidad.
— Ah si, — Recordó sin saber a qué venía el tema — ¿qué hay con eso?
— Este mes seré yo. — Asintió satisfecho con lo que acababa de hacer mientras que Robin abrió los ojos asombrada como una sonrisa creciente en su rostro.
Se lanzó a su cama agotada y feliz de que ese día de locos por fin terminara. Se estiró para apagar su luz de noche hasta que se percató de las hojas en blanco que estaría usando para crear su relato para la revista. Bufó terminando la acción anteriormente nombrada para después recostarse molesta consigo misma por no lograr escribir algo interesante. Ya era para el día siguiente y no pudo con aquella tarea, se removió buscando una posición cómoda para dormir pensando seriamente dejar el periódico y cuando estaba por cerrar los ojos una idea atravesó su mente casi como un flash logrando que volviera abrir sus ojos de par en par quitando cualquier rastro de sueño o cansancio para dirigirse rápidamente a su ordenador y encenderlo a máxima velocidad. Tuvo un día de locos pero al menos este logró hacerla trabajar su cerebro.
Pasó el resto de la madrugada tecleando palabras sin parar, pero, al leer el resultado final supo que valdrán la pena las feas ojeras que tendrá por la mañana.
Presionó el botón de enter que por fin mandaría el correo con su escrito a su maestra, solo esperaba que no fuera suficientemente tarde y aún pudieran publicarlo. Aunque ahora Malcolm estaba frente al equipo y bueno, le debía un gran favor.
Saco el aire de sus pulmones volviendo a recostarse pensando en el ojiazul. Admitía que fue un impulso muy bobo de su parte, pero ya no había marcha atrás, no era porque le daba vergüenza que los demás pensaran que ya había iniciado su vida sexual, sino porque aunque sabía de antemano que aquello haría a Malcolm bajar la guardia y así tener tiempo suficiente para sacarlo del auto de Brad, no esperaba que de verdad todo el mundo lo tomara tan a pecho. Es decir, sabía que el género masculino era tonto por naturaleza y se asombraba por una mujer tan "abierta", por así decir, pero no creyó tener ese impacto, aunque tenía sentido, para los adolescentes con hormonas alborotadas el sexo lo era todo.
Lunes por la mañana, todo parecía normal como de costumbre, claro, sin contar las miradas lascivas de varios chicos y como no, otras aterrorizadas por su cuento que parecían leer sin parar.
Creía que nadie le tomaba mucha importancia a aquella revista pero sentía una enorme felicidad de que lograra su objetivo inicial, un fuerte impacto.
Esto le hizo el día, con suerte y sería toda la semana.
Se encaminó a su locker cuando en el camino vió pasar a su grupo de amigos leyendo la revista, para después mirarla boquiabiertos por sus barbaridades escritas, pero Robin solo les sonrió autosuficiente y siguió con su camino. Si tuviera unos lentes de sol y una buena banda sonora de fondo haría mucho mejor el momento.
Cuando tomó sus cosas y fue a su primera clase, antes de concluir su recorrido, recayó en la presencia de Kieran acercándose con la revista en mano luciendo impresionado y perplejo.
Parecía seguir leyendo pero cuando se paró frente a ella le extendió el conjunto de hojas engrapado justo en la página de su historia viéndola conmocionado y con un tic en su ojo derecho.
— ¿Qué? — Buscó su mirada pero está estaba perdida en algún punto, parecía no poder verla a los ojos — ¿Te gustó?
Intentó aproximarse más a él, pero Kieran alzó su mano deteniéndola.
— Ahora no, roja — Se alejó un paso, aún tenía presente el tema con el krelboyne.
Sin más dio media vuelta alejándose.
— ¿Qué sucede? — Preguntó ella extrañada en un tono alto para que lograra escucharla.
— ¡Me quitaste las ganas de masturbarme! — Gritó lloriqueando por el pasillo con un evidente trauma por lo que acababa de leer haciéndola reír con cierta maldad abrazando la revista con su relato.
Igualmente reparo en como varias chicas con la revista en sus manos se burlaban — aunque intentaban esconderlo — del famoso Brad, el cual tocaba su cara con preocupación y también notando como este tenía la revista enrollada en su bolsillo trasero. Al pasar junto a ella le dirigió una mala cara y ella simplemente lo saludó agitando efusivamente su mano y una sonrisa de oreja a oreja sin poder ocultar su contento. Bueno, al menos algo salió bien de su tétrica historia.
Merezco sus mejores
insultos pero ehh
ya volví :)
Lamento tanto la demora,
espero y les haya gustado
el cap.
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