𝖔𝖓𝖈𝖊: 𝔞𝔟𝔯𝔞𝔷𝔬𝔰 𝔶 𝔢𝔰𝔠𝔞𝔭𝔢𝔰

A pesar de que se supone que las cuatro van juntas, hay una notoria división. Yerin y Hayoung van de brazo en brazo con Seungwan (quien parece disfrutarlo un poco más de lo apropiado) mientras Sooyoung va detrás con cara de pocos amigos.

Estar en un centro comercial puede ser tanto un peligro como un placer para la demonio. Jóvenes siendo plantados, adultos admirando cosas que no pueden costearse y niños siendo arrastrados por sus padres al llorar por aquel juguete; es el mejor festín que Seungwan se ha dado en décadas, siente su cuerpo revitalizado, sus poderes más fuertes que nunca y sus malas costumbres queriendo salir a flote. Pero ese lado de su existencia es algo que está bien controlado a pesar de la adrenalina que experimenta.

Si algo ha aprendido en el siglo y medio que lleva atascada en este plano es que sus demonios (valga la redundancia) no pueden ganarle o algo más que ella y ellos incluidos perderán. Y más en un lugar como este, dónde hay tantas personas y tantas probabilidades de que alguna sea uno de ellos.

Hace cinco meses ese "ellos" era lo único que rondaba por la mente del todavía llamado Copito. Sentía (y todavía siente) miedo de ellos, quería huir de ellos, quería salvarse de ellos y no volver a caer en sus manos; pero Sooyoung llegó, se la llevó contra la voluntad de ambas del centro y reemplazó la mayoría de esos pensamientos.

Pero Seungwan debe protegerse a si misma y a Sooyoung también, así que tiene toda la fe que no puede sentir en que Yerim hará un buen trabajo devolviéndola a su plano.

ㅡ¡Yah, ya me duelen los pies! ㅡSooyoung expresa en un irritado grito su molestia.

Como si fuese un instinto innato, Seungwan deshace su enlace con Hayoung y Yerin para atender a su mortal. La mayor lidera a las demás con la mano de Sooyoung entre la suya hasta llegar a la feria de comida.

ㅡ¿Quieres algo de agua? ㅡla auténtica preocupación de Wendy hace que un suave sonrojo realce las manzanas de las mejillas de Sooyoung.

Ella solo quería algo de atención por parte de su híbrido, no ser el único foco de importancia a sus ojos.

ㅡYo si quiero algo de agua, Wannie. ㅡYerin dice mientras enrosca un mechón de su cabello entre sus dedos y le regala a la pelinegra más bajita una ladeada sonrisa.

A pesar de haber acompañado a la rubia en estar alrededor y sobre Seungwan toda la tarde, Hayoung reconoce los límites que no se deben cruzar. Así que toma a Yerin por los hombros y la acerca lo suficiente para poder hablarle al oído. ㅡTe dije que te aplacaras, o Sooyoung-ah es quien va a matarte.

ㅡ¿De que estás hablan-

Yerin no alcanza a terminar la oración cuando nota la forma en que Sooyoung la está mirando.

La última vez que hubo tanta malicia en los ojos de Sooyoung, Hayoung terminó al otro lado de la ciudad sin ninguna forma de transporte.

Ajena a la callada discusión de las tres mortales, Seungwan está en busca de algún reloj. Ha perdido la noción del tiempo pero sabe que ha pasado fuera de casa más horas de las acostumbrada y el hecho de la táctica de consumo de los centros comerciales de no tener ventanas no hacen de su noción mejor.

Sin embargo, en medio de su búsqueda dos rostros que había deseado no ver más nunca se cuelan en su campo de visión. Son ellos. No han venido por ella pero no escatimarían en llevársela si pueden hacerlo.

ㅡPor supuesto, Soo acompáñame a buscar agua para Yerin. Por favor. ㅡSeungwan interrumpe la batalla de miradas sin siquiera darle un segundo a las mortales de pensar.

Así como Sooyoung tampoco necesitó un segundo para ir detrás de su demonio.

Manteniendo esas dos figuras dentro de su periferia Seungwan comienza a marcar una ruta de escape, puede sentir a Sooyoung detrás de ella y eso es suficiente. No sabe bien para o por qué, pero tener a la mortal cerca de su alcance es todo lo que le preocupa además de ser atrapada otra vez.

Llegan a un pasillo ciego dónde hay unos cuartos de mantenimiento y las personas no están interesadas por acercarse. Hace unos cuantos metros atrás Wendy logró perder de vista a esos de los que huye.

ㅡVen aquí. Necesito decirte algo.

Es posible que Seungwan no haya medido bien sus movimientos, porque cuando toma la cintura de Sooyoung para esconderla a final del pasillo, sus rostros terminan demasiado cerca. ㅡY-yo... Es que, e-ellos...

La demonio intenta hablar, pero los oscuros y preocupados ojos de Sooyoung están tan cerca que no puede evitar solamente mirarla directo a ellos. Bien sabe Seungwan que es imposible perderse en la mirada de alguien, pero ha descubierto que es posible ahogarse en ellos. En los de Sooyoung, al menos.

Sus palabras han sido robadas y sus miedos reemplazados nuevamente. ¿Que clase de angel podría Sooyoung ser para ser capaz de convertir al más vicioso demonio en alguien en busca de misericordia?, ¿Capaz de convertir a Wendy de regreso a aquella que alguna vez fue?

ㅡ¿Está todo bien? Te note volteando varias veces, y había unas personas mirándote raro. ㅡlas palabras de Sooyoung traen a Wendy de regreso a la realidad de la situación.

ㅡEsas personas eran mis últimos dueños, no conozco sus verdaderos nombres pero sé que en este plano se hacen llamar Moon Byulyi y Byun Baekhyun. ㅡy tan sencillo como eso, Seungwan revela sus preocupaciones. ㅡNo estoy segura de si vienen por mí o no, pero es mejor que regreses a casa con Yerin y Hayoung.

ㅡ¿Y que hay de ti? No te dejaré aquí con ellos cerca.

Sooyoung sabe quiénes son ellos, después del primer encuentro con Yerim la demonio pudo sentir la cabeza de su mortal llenándose de preguntas y respondió cada una de ellas, incluso aquellas que hubiese preferido omitir. Conoce la historia tanto como conoce las cicatrices que decoran las piernas y brazos de Seungwan misma; y aunque hay mucho que todavía no entiende, algo es seguro y es que no la dejará regresar a ellos.

Acepta que en algún momento pronto deberán despedirse, pero Sooyoung no va a dejar que sea en estás condiciones.

ㅡPrimero, me aseguraré de que ellos no las persigan y que tampoco sepan que he estado aquí. Segundo, iré con Hyejin para que me diga que hacen ellos afuera otra vez y luego de eso iré a casa. ㅡen ningún momento las manos de Wendy liberan su agarre en la cintura de Sooyoung, de hecho, se vuelve más estable y fuerte con cada segundo que pasa.

ㅡNop, no te dejaré aquí, vendrás con nosotras, te llevaré con esa Hyejin y regre- ㅡmuy tarde, las objeciones de Sooyoung no llegan lejos al Wendy meterse en su cabeza.

"Regresa a casa, por favor. Mantente a salvo." Eso es todo lo que hay en la mente de la más alta, lo acepta. No es como si tuviera otra opción. ㅡRegresarás a casa, ¿Cierto?

Esos mismos ojos en los que Seungwan hace un par de minutos se estaba ahogando, la miran llenos de súplica, la marea de ese hermoso mar oscuro volviéndose bravío. Wendy nunca ha sido una mujer de promesas, mucho menos de importarle los sentimientos de los demás, pero el desespero que Sooyoung le está ofreciendo no se siente bien.

ㅡLo prometo, Younggie.

El abrazo en el cual Wendy se siente estar cuando usa la ropa de Sooyoung no se compara a un abrazo apropiado de la dueña de las prendas. Soo es unos siete centímetros más alta que Seungwan, pero son suficientes para que cuando la más alta pase sus brazos alrededor de los hombros de la híbrido, el rostro de esta quedé acunado en la seguridad de su clavícula.

Joohyun le había hablado de esto, del nerviosismo y la comodidad mezclados en un sentimiento que ni siquiera en sus siglos de vida había podido experimentar antes de Seulgi. La sucubo dice que los mortales le llaman "sentir algo por alguien".

Desde que fue adoptada, Seungwan ha sentido algo por Sooyoung, ahora se pregunta si es esto a lo que Joohyun se refería.

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