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CAPÍTULO VEINTIDÓS
INTRUSOS
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DRACO SE SENTÍA COMO un idiota, no debió de haberle seguido el beso a Astoria. El no sabia por qué la había besado. La chica era hermosa, pero el quería a Leonardo.

Y hablando del hombre, Draco no sabía dónde se había metido lo había buscado después de abandonar a Astoria en el jardín de la mansión Rosier pero no encontró ningún rastro de el. Preguntó a las posibles personas que pudieran saber su paradero pero ninguna sabía nada.

—Draco.—la voz de su madre llamó su atención.

—¿Si?

—Necesitamos tu ayuda en la sala.

Draco se puso de pie confundido y salió de su habitación de la mansión Rosier, camino por los pasillos hasta la sala donde habían varias personas.

—Draco.—la voz de su padre lo llamo.

El joven contuvo la respiración al notar al famoso trio de oro frente a el. Quiso disimular su sorpresa, cosa que pudo lograr a la perfección.

—Acercate Draco.

El joven tibuteo pero se acercó.

—Dime, ¿Es Harry Potter?—le preguntó señalando a la persona que tenía la cara deforme.

—Yo... No lo sé.

—Miralo bien Draco, si le entregamos al chico nosotros al señor tenebroso, nos perdonara todo.

Draco miro de nuevo al chico quién sabía que era Harry.

—No estoy seguro, que tiene en la cara.

—Si, que le pasó.—Bellatrix dijo acercándose.—¿Fuiste tu linda?—señalo a Hermione.

En ese momento se escucharon unos pasos y todos se giraron para mirar a Leonardo quién había llegado con su ropa fuera de lugar y una botella de Bourbon en su mano.

—¿Qué?—dijo el hombre al notar la mirada de todos en el.

—Rosier, tuviste sexo.—se soltó a reír Rodolphus Lestrange con diversión.—Conozco esa mirada.

Draco dejo de respirar un momento antes lo dicho, más cuando Leonardo no negó lo dicho. ¿Había estado con alguien más? Sintió una punzada en su estómago.

—¿Y estos que?—señalo a los tres adolescentes.

—Ah cierto, lleven a los dos chicos al sótano, me quedaré con la chica.

—¡No!

—¡Tómame a mi!

Los dos pusieron resistencia pero fueron arrastrados hacia abajo. Leonardo miro a todos y se dio la vuelta directo a su habitación ignorando por completo la mirada dolida de Draco. Si había estado con Andrea y no se arrepentía de eso, no después de que el se besara con Astoria.

(...)

LEONARDO TRATO DE ignorar los gritos de sufrimiento de Hermione Granger, había tratado de que Bellatrix no la tortura pero la mujer no lo escuchó, por lo que siguió su plan número dos.

Bajo a las mazmorras de su casa en donde tenían a los dos chicos que faltaban. En cuanto estos lo vieron se topó con los ojos idénticos a Lily que lo veían con asco y decepción.

—¡Usted...

—Callate.—Leonardo lo corto de inmediato.—No estoy aquí para hablar niño.

Harry lo vio con furia y cuando Leonardo abrió la reja este lo acorraló con su manos ahorcandolo.

—Harry...—la voz quebrada de Ron se escuchó.

—Lo asesino...—murmuro el chico haciendo referencia a Dumbledore.

Leonardo cerro los ojos ante eso. Claro que recordaba que el era un asesino, todos los días de su vida lo haría.

—Merece morir.

Leonardo también sabía eso.

—Entonces mátame y termina con esto.—dijo mirando a Harry a los ojos.

El chico no supo que hacer, había deseado eso desde que se enteró de su traición. Pero algo dentro de el no pudo hacerlo. Dio un pasó atrás con molestia y lágrimas en sus ojos.

—Tomen y váyanse por su amiga.—Leo les tendió unas varitas que ellos no duraron en tomar y salieron corriendo a la parte de arriba.

Leonardo se recargo en la pared con cansancio, una parte de el deseaba que Harry lo matará. Tal vez así encontraría la paz que tanto deseaba y podía volver a encontrarse con Merope. Era todo lo que deseaba.

Escucho un estruendo en la parte superior y soltó una risa, esos malditos niños lo habían logrado. Fue a su habitación para después bajar a la planta baja como si nada. Se escontro con Lucius Malfoy tirado en el suelo, Narcissa y Draco en una pared protegiendose y Bellatrix muy enojada.

—¿Que fue lo que sucedió?—se hizo el que nos sabía nada.