xv. dark mark
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CAPÍTULO QUINCE
MARCA TENEBROSA
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LEONARDO MIRABA la paz y tranquilidad de Hogwarts, el viento pegar en su rostro. Era una brisa tranquila.
Se sentía cómodo y con mucha tranquilidad, miro el castillo que probablemente nunca más volvería a pisar. El lugar donde vivió siete años de su vida, dónde conoció a Rabastan y vivió su historia con Merope. Dónde Lily lo salvó, dónde formo una familia. También donde perdió a la suya.
—Leo...—la voz de Rabastan se escuchó en un murmullo que se perdió en el aire.—¿Estás bien?—pregunto mientras se paraba junto a el.
—Yo lo estoy.—mintio.—¿Y tú?
Rabastan miro a su amigo y lo abrazó sorprendiendolo. Leonardo le regreso el abrazó y suspiró.
—No quiero que la gente me odie.—confeso el castaño.—Siempre dije que no quería ser como Rodolphus, que la gente me mirara cómo un mortifago. Y ahora todos...
Leonardo cerro sus ojos y comenzó a abrazarlo con más fuerza al sentir como temblaba. Un recuerdo vino a su mente enseguida.
...
Leo miraba a Merope mientras está se recargaba sobre el pecho del adolescente. Los dos estaban pasando tiempo juntos como de costumbre.
—Estas muy callado.—su novia lo miro y el a ella.
—Solo pensaba.
La chica tarareo estando de acuerdo y se sentó en la cama para mirarlo mejor.
—¿Sucede algo?—pregunto acariciando su rostro con delicadeza.—Sabes que puedes confiar en mí Leo.
El chico asintió con una sonrisa y se relajó al sentir su tacto.
—Es solo que... Todo lo que ha pasado en estos últimos años, me hacen pensar en qué si tú padre siguiera vivo. ¿Tu seguirías sus ideales?
Merope se tenso visiblemente y miro a su novio seriamente.
—Leo...
—Lo se, es solo que no puedo dejar de pensar en eso.
Merope suspiró.—Mi padre tenía unas ideas muy equivocadas, trate de comprenderlo muchas veces pero me fue difícil. No había necesidad de humillar a la gente por su sangre o de matar.
—¿Estarías decepcionada de mi si yo alguna vez... matará a alguien?—pregunto con miedo.
—Nunca vas a matar a nadie Leo.—trato de tranquilizarlo.—Mi padre se ha ido y no volverá.
—No contestaste a mi pregunta.
Merope miro a su novio y bajo la mirada. No había mucho que decir, la respuesta era clara. Ella estaría decepcionada si el se volviera un asesino.
—No lo haré.—le prometido.—Nunca mataría a nadie, lo juro por mi amor hacía ti.
Merope lo miro y sonrió besándolo.
—Lo se, Leo. No eres un asesino mi amor.
...
Sin embargo Leonardo lo sería. Su mente no abandonaba el como ella estaría desepcionado de el.
—¿Estás listo Leo?—Rabastan preguntó mirando a su amigo quien asintió.
—Lo estoy.
Los dos comenzaron a caminar hacia la torre de astronomía. En su camino encontraron a muchos estudiantes en pánico. Mortifagos por todos lados. Los mayores defendían lo mejor que podían.
Leonardo sintió la culpa recorrer todo su cuerpo, el había sido quien había arreglado el armario. Por el, muchos estudiantes estaban en peligro.
El camino fue lo más largo que pudo imaginar, cada que pasaba por un pasillo podía verse a el mismo en su adolescencia disfrutando su vida con Merope, haciendo bromas con Rabastan. Saltandose clases por aburrimiento.
Husmear en las cocinas por la noches en búsqueda de un bocadillo. Incluso el pasar tiempo con su hermana mientras ella platicaba con el. Los buenos tiempos que ya no volverían. Aveces solo deseaba que todo fuera más fácil, daría todo por regresar el tiempo y volver a ser solo un adolescente que se preocupa por sus calificaciones y no por una estúpida guerra.
Cuando estaba por llegar a la punta de la torre escucho la clara voz de Bellatrix.
—¡Mátalo ya, Draco!
—No.—todos se giraron a Leonardo quién había llegado junto a Rabastan.
Draco lo miro con temor, el no quería matar al hombre, no podía hacerlo. Y Leonardo no lo iba a permitir.
—Leonardo.—el hombre mayor le dio una sonrisa nada visible para las demás personas.—Mi muchacho.
Se estaba despidiendo de el. El Rosier comenzó a caminar directo a Dumbledore quién estaba serenó aceptando sus destino.
—Leonardo por favor.—pidio.
Levantando su varita de manera firmé dijo las palabras que quemaron todo su cuerpo.
—Avada kedavra.—un rayo verde salió disparado al cuerpo de Dumbledore que cerro los ojos cayendo por la torre de astronomía.
Leonardo escucho el grito de Bellatrix mientras está lanzaba la marca oscura. Se giro para mirar a Draco quién no daba crédito al ver lo que había sucedido.
Lo tomo por los hombros para que comenzará a caminar, todos los mortifagos bajaron la torre de astronomía festejando.
—¡Eso es Rosier!
—¡Lo has hecho!
Todos lo felicitaban, pero el solo quería morir.
En el camino se encontró con su hermana Alexandra quien no tenía una expresión agradable.
—Rabastan llévate a Draco y que no le pase nada.—su amigo sintió y se llevó a la fuerza al chico quién no quería irse.
—Leonardo.
—Alexandra.
—¿Que has hecho?—pregunto mirándolo directo a sus ojos.
—Lo que tenía que hacer.—respondio de manera firmé.
—Tenias opción...
—No todos podemos escapar a otro lugar y fingir que nunca tuvimos familia Alexandra, yo me quedé.—respondio con enojó.
—Esa no era mi familia, nunca lo fue. Tu lo eras, pero escogiste el caminó equivocado.
—¿Crees que yo quería esto?
—Ya no se que pensar de ti Leonardo, todo lo que te has convertido...—murmuro.—Merope estaría tan desepcionada de ti.—murmuro con algo de tristeza y frialdad.
Su hermano no era la persona que ella recordaba.
—Los tiempos cambian y las personas también.—fingio el hecho de que sus palabras no lo habían herido.—¿Vas a pelear conmigo?
Alex lo miro antes de sacar una daga y tomarla con fuerza. Leonardo la miro esperando alguna reacción de su parte. Solo miro como está le daba directo a la pierna. Hizo una mueca de dolor al sentir el breve rozón que había abierto su piel.
Alexandra nunca fallaba y el lo sabía, si hubiera lo habría matado en ese mismo momento.
La chica vio a lo lejos algo que llamó su atención por los que no dudo en correr dándole la oportunidad en Leonardo de irse.
Vio la cabaña de Hagrid quemarse y suspiro. Vio al chico Potter pelear con Snape. Solo esperaba que Lily y James tampoco estuvieran desepcionados de el.
—Leo...
El hombre se giro a ver a Draco y lo tomo de la mano.
—Es hora de irnos, ya se ha terminado.—con eso dicho los desapareció de Hogwarts para que aparecieran en la mansión Malfoy.
—¡Draco!
Narcissa se acercó a su hijo con preocupación. Lucius también se acercó para saber que pasaba.
—¿Lo has... hecho?
El joven miro a Leonardo y negó.
—Dumbledore está muerto, yo lo asesine. Solo esperamos que nuestro señor lo acepte.—con eso dicho desapareció del lugar.
Miro las letras en el letrero y camino. "Cementerio del valle de Godric"
"James y Lily Potter"
"Merope Evans"
Entonces después de tanto tiempo se quebró, comenzó a llorar pidiéndo perdón. Un fuerte brisa arrasó con el lugar comenzando una tormenta. Sin embargo el nunca se fue del lugar. Dejo que todo su cuerpo se empapara mientras lloraba pidiendo perdón.
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