vi. potions class
•❅──────✧✦✧──────❅•
CAPÍTULO SEIS
CLASE DE POCIONES
•❅──────✧✦✧──────❅•
DRACO SUSPIRÓ cuando vio el salón de posiones, había pasado toda la noche sin dormir por pensar en Leonardo, se arrepentía demasiado sobre lo que le había dicho. Era Draco Malfoy no debería importarle el hombre pero por alguna razón lo hacia.
Entró en el lugar para ver diferentes humos saliendo de calderos, el lugar se veía más limpió y ordenado. Los alumnos entraban y murmuraban sobre lo genial que era el nuevo profesor.
—Mi novio tiene buen gusto—murmuró Theo mirando a su alrededor.
—El no es tu novio—habló Draco malhumorado.
Se encaminó a una mesa cercana y miró a Leonardo con la esperanza de que el lo mirara pero fue en vano, el no lo notó y si lo hizo, fingió no hacerlo.
—Muy bien mocosos—dijo Leonardo haciendo reír a la mayoría—. Saquen las balanzas y el material de pociones, y no olviden los ejemplares de Elaboración de pociones avanzadas…
—Señor… —dijo Harry levantando la mano.
—Ya quiere llamar su atención—bufo Draco.
—¿Qué pasa, Sr Potter?
—No tengo libro, ni balanza, ni nada. Y Ron tampoco. Verá, es que no sabíamos que podríamos cursar el ÉXTASIS de Pociones…
—Si. Ya me lo ha comentado la profesora McGonagall. No te preocupes, niño, no hay problema.—Draco giro su cabeza hacia Leonardo.
Ese era el maldito apodo que usaba con Draco, por que le decía hacia al inútil de Potter. Era su apodo no el de él.
—Hoy pueden utilizar los ingredientes del armario de material, y estoy seguro de que hay alguna balanza. Además, aquí hay unos libros de texto de otros años que servirán hasta que le escriban a Flourish y Blotts…—ignoró por completó la mirada furiosa del Malfoy.
Harry le sonrió feliz al igual que Ron.
Rosier se dirigió hacia un armario que había en un rincón y, tras hurgar en él, regresó con dos libros que entregó a Harry y Ron junto con dos deslustradas balanzas.
—Muy bien —dijo, y regresó al fondo de la clase—. He preparado algunas pociones para que les den un vistazo. Es de esas cosas que deberíais poder hacer cuando hayán terminado el ÉXTASIS. Si no es que fracasan y los tengo que reprobar—habló y todos rieron.—, ¿Alguien puede decirme cuál es ésta?
Señaló el caldero más cercano a la mesa de Slytherin.
La mano de Hermione se alzó antes que ninguna otra; Leonardo la señaló.
—Es Veritaserum, una poción incolora e inodora que obliga a quien la bebe a decir la verdad —contestó Hermione.
—Parece que tenemos una estrella—comentó, no sabía el porqué, pero veía a su hermano en esa chica. A pesar de que Evan era un revoltoso amaba las posiones y era un cerebrito en ellas.
Hermione se sonrojo por el alago y sonrió feliz. Draco rodó los ojos.
—.Esta otra —continuó, y señaló
el caldero cercano a la mesa de Ravenclaw— es muy conocida y últimamente aparece en unos folletos
distribuidos por el ministerio. ¿Alguien sabe…?
La mano de Hermione volvió a ser la más rápida, pero no más que la de Draco Malfoy. Leonardo lo miró por primera vez y suspiro.
—Es poción multijugos, señor —dijo el.
—Es correcto Sr Malfoy—dijo cortamente antes de regresar a la demás clase—Y ahora, esta de aquí… ¿Sí, querida? —dijo Rosier con diversión pegada en sus ojos a Hermione, que volvía a tener la mano levantada.
—¡Es Amortentia!
—En efecto. Bien, parece innecesario preguntarlo —dijo el, divertido—, pero supongo que sabes qué efecto produce, ¿verdad?
—Es el filtro de amor más potente que existe —respondió Hermione.
—Exacto.
—Tiene un olor diferente, según lo que nos atraiga. Yo huelo a césped recién cortado y a pergamino nuevo y a… —Pero se sonrojó un poco y no terminó la frase.
Draco se acercó un poco solo para oler, tabaco, perfume de hombre caro y tierra mojada. Sus amigos lo vieron sonrojar furiosamente, al grado de esconder su rostro en un libro. Soltaron una risa y negaron.
—¿Puedes decirme tu nombre, querida? —le preguntó Leonardo.
—Me llamo Hermione Granger, señor.
—¿Granger? ¿Tienes algún parentesco con Héctor Dagworth-Granger, fundador de la Rimbombante Sociedad de Amigos de las Pociones?
—No, me parece que no, señor. Yo soy hija de muggles.
Leonardo vio cómo Malfoy se inclinaba hacia Nott para decirle algo al oído y ambos reían por lo bajo.
—Ya veo. Yo conocí a una hija de Muggles también. Era la mejor de la clase. Veinte puntos para Gryffindor, señorita Granger —concedió el Rosier.
Malfoy borro su sonrisa tanto por los puntos a Griffyndor tanto como el que Leonardo se relacionará con un sangre sucia.
—La Amortentia no crea amor. Es imposible crear o imitar el amor. Sólo produce un intenso encaprichamiento. Bien, y ahora ha llegado el momento de ponerse a trabajar.
—Señor, todavía no nos ha dicho qué hay en ése —dijo Ernie Macmillan señalando el pequeño caldero negro que había en la mesa del Rosier.
—Sí. Ésa. Bueno, ésa, es una poción muy curiosa llamada Felix Felicis. No tengo ninguna duda, que nuestra estrella—añadió dándose la vuelta, divertido, y mirando a Hermione, que había soltado un gritito de asombro—,Sabe qué efecto produce el Felix Felicis.
—¡Es suerte líquida! —respondió ella con emoción—. ¡Te hace afortunado!
La clase entera se enderezó un poco en los asientos. Malfoy por fin le dedicaba al Rosier toda su atención. Más si era posible.
—Muy bien. Otros diez puntos para Gryffindor. Sí, el Felix Felicis es una poción muy interesante —prosiguió el profesor—. Difícil de preparar y de desastrosos efectos si no se hace bien. Sin embargo, si se elabora de manera correcta, como es el caso de ésta, el que la beba coronará con éxito. Y eso es lo que les ofreceré como premio al finalizar la clase de hoy.
Todos guardaron silencio, y durante unos instantes el sonido de cada burbuja y cada salpicadura de
las pociones bullentes se multiplicó por diez.
—Una botellita de Felix Felicis —añadió Leonardo, y se sacó del bolsillo una minúscula botella de
cristal con tapón de corcho que enseñó a sus alumnos—. Suficiente para disfrutar de doce horas de buena
suerte.
—¿Cómo podemos ganarla?—Ron preguntó mirando al pofesro que sonrió.
—La persona que prepare el mejor Filtro de Muertos en Vida. Podrá llevárselo—habló con frialdad. Los alumnos lo miraron con la piel de gallina y comenzaron a trabajar.
Draco le dio una mirada extrañada, por que tuvo un cambio de humor tan repentino.
Leonardo vio a Malfoy hojear febrilmente su ejemplar de Elaboración de pociones avanzadas; era evidente que se había propuesto conseguir ese día de suerte.
[...]
LEONARDO MIRÓ las pociones de sus alumnos, la mayoría no estaban si quiera bien cocinadas. Sin embargo tenía cierta esperanza con Hermione. Pará su mala suerte la chica parecía tener problemas.
Se acercó a Malfoy quien ya había terminado su posion, lanzó lo que era una pequeña hoja al caldero y está no se quemo por completo como esperaba. Sin embargo era la mejor a hasta el momento.
—Muy bien Sr Malfoy—lo felicito.
Draco sonrió orgulloso de sí mismo.
—Profesor—entonces su sonrisa se borró cuando Leonardo se giro con Harry quien parecía haber terminado.
El hombre se acercó y hizo el mismo procedimiento que con Draco, al ver cómo la hoja se carcomia sonrió. Miró a Harry asintió.
—Es perfecta. Sumamente perfecta Sr Potter—murmuró con un tono que nadie diferenciaria. Sin embargo no se dieron cuenta de ello. —Supongo que sacó algo de la inteligencia de su madre—comentó sacando la botella con la posion.
Harry lo miró ante la mención de su madre. ¿A casó Leonardo Rosier, conoció a Lily Evans?
—Guarden todas sus cosas, la clase ha terminado.—dijo para comenzar a caminar a su escritorio. La mayoría de alumnos salieron del lugar. Sin embargo Harry y Draco fueron los que quedaron. Se dieron miradas a muerte.
Leonardo pareció notar a sus alumnos y se aclaró la garganta.
—¿Puedo ayudarlos?
—Si profesor yo quería hablar con usted en privado—Harry dijo haciendo que Draco negara de inmediato.
—Claro que sí.—aceptó el dándole una mirada al Malfoy quien de mala gana salió. —¿Y bien Sr Potter?
—Ha mencionado a mi madre antes. ¿Usted la conoció?—preguntó.
—Si. Ella era el premio anual cuando yo entre a Hogwarts. Me ayudó mucho es mis años de aquí. Luego mi familia murió en un atentado, mi hermano murió tiempo después y yo solo era un niño. Me quedé un tiempo con tus padres a quienes les tenía un cariño. Lamentablemente ellos murieron.—le contó con un tono nostálgico.
Harry no creía lo que escuchaba, no tenía idea de qué el hombre que tenía enfrente era amigo de sus padres.
—Siento lo de tu padrino por cierto, Sirius—lamentó.
—Gracias—sonrió con tristeza antes de comenzar a salir del salón de clases.
—¿Potter en serio?—Leonardo giro para ver a un Draco molesto.
Suspiró y se recargo en su asiento. Se venía una discusión con el niño dramático.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top