➵ 𝗣𝗔𝗥𝗧𝗘 𝗨́𝗡𝗜𝗖𝗔
¿Sabes qué es lo peor cuando te estás ahogando?
Es el momento en el que te das cuenta de que te es imposible respirar, el momento en el cuál estás luchando por muchas cosas.
1. Luchas descontroladamente contigo mismo por no abrir la boca y dejar entrar el agua.
2. Por llegar a la superficie sea como sea y poder tomar algo de aire.
3. Sobrevivir.
─¡Jeje Hobi! ─gritó feliz mi mejor amigos. Taehyung venía corriendo en mi dirección con una gran sonrisa─. ¿A dónde ibas tan apresurado? ─me miró con sus cejas levantas y yo le dí un codazo.
─Me iba a casa, ¿Por qué? ─seguí caminando luego de safarme de su agarre.
─Si como no ─bufó─. ¡Yo sé bien que tienes una cita, más bien, que vas a ir a estudiar en cada de tu prometida! ─gritó tan alto que creí que media escuela lo a escuchar, pero por suerte, ya casi todos de habían ido.
─Habla bajo Kim, ¿Qué quieres? Que todos se enteren de que me gusta... ─no pude decir su nombre. No sé por qué perdí decir su nombre alto me causaba un cosquilleo en mi estómago.
─Iseo, ya di su nombre y punto ─volvió a reír─. Te dejo para que llegues a casa, te bañes unas cien veces, salgas, te mires al espejo y pienses que no vas a tener el valor de ir. En ese momento vas a querer romper algo de la impotencia, luego te irás a vestir y pensarás que nada te queda bien y luego, cuando falten solo unos minutos te tirarás sobre la cama y maldecirás el día en que decidiste hacer el trabajo con ella.
Terminó de hablar dejándome en shock, es verdad, no voy a tener el valor. ¿Qué le digo cuando esté frente a ella? Tal vez debo decirle que la mejor decisión que tomó este año fue teñir su cabello con un tono más claro o quizás decirle que se ve muy bonita cuando sonríe con timidez ¡No! Pero que estoy pensando, nada de eso debo decirle. Simplemente tengo que hablarle del trabajo sí, eso es, solo el hablaré del trabajo en equipo.
─Hey Hobi, que estás pálido hombre. Solo estaba bromeando ─puso su mano sobre mi hombro y lo miré─. Ya verás que todo irá bien, no te preocupes.
Al fin llegué a casa, dejé mi mochila en el sofá y me recosté en este con los ojos cerrados. Necesitaba descansar aunque sea solo unos minutos.
Me gustaba mucho cuando todo estaba en silencio y me mantenía con los ojos cerrados, es como si fuera otro mundo. Me parecía poder escuchar muchas más cosas de este modo. Sonreí al percatarme del sonido de la gota de agua cayendo desde el grifo hasta golpear contra el aluminio del fregado.
─Hoseok hijo, ¿Eres tú? ─escuché la dulce voz de mi madre.
─Sí, mamá ─abrí mis ojos y levanté mi cabeza para poder observar el preocupes y triste rostro de mi madre.
Las cosas habían terminado de esta manera. Por mi culpa ella ahora miraba a su hijo con ese rostro. Sabía que estaba preocupada por mi, me daba cuenta como me inspeccionaba cada vez que llegaba a casa, cerciorándose de que todo estaba bien conmigo.
─¿Te irás a duchar? ─preguntó dando un paso hacia mi, comenzando a acariciar mi cabello.
─Me iré a duchar ahora, tengo que ir a estudiar en cada de una amiga ─le sonreí y noté como su rostro se volvía alegre.
─¿De verdad? ─quiso saber estusiasmada. Yo asentí y besé su mejilla al estar de pues para luego tomar mi mochila he ir a mi cuarto.
Entre en mi cuarto oscuro y encendí la pequeña lamparita que estaba en la mesita cerca de mi cama. Toqué el primer botón de mi camisa y lo desabroché con cuidado. Quité la camisa por completo, dejando al descubierto mi torso y brazos. Miré mis manos y observé detenidamente los cortes en ellas que yo mismo había provocado.
"Nunca más"
"Hay muchas cosas buenas en mi"
"No debo pensar que no soy parte de este mundo"
Me repetía a mi mismo mientras entraba en la ducha y sentía como corría el agua por mi cuerpo.
"Hay muchas personas a tu lado, que te quieren"
"No les hagas eso, no te lo hagas a ti mismo"
Cuando estuve listo, bajé a cenar con mi madre y luego salí. Me abrigué bien y comencé a caminar, ya no habían muchas personas en la calle así que todo estaba muy silencioso.
Miré la hora en mi celular y respiré aliviado al ver que había llegado justo a tiempo. Me acerqué a la puerta, respiré profundo y luego toqué el timbre. Sentí unos pasos acercándose y vi como la puerta se abría, dejando ver a una Iseo sonriente y en pijama.
─Lo siento Hoseok, pero es que me es difícil estar con ropa incómoda a estas horas, espero que no te moleste. Si es así puedo irme a cambiarme ─explicaba mientras yo la miraba.
─¡No! ─negué con las manos─. Estás bien así ─dije y se incendiaron mis mejillas al verla a los ojos─. No es que te esté observando de esa forma, solo digo que no me interesa con que estés vestida ─frunció el ceño─. Digo si me interesa solo es... ─estaba demasiado nervioso y las piernas me temblaban.
─Ya te entendí ─río y me tomó por la mano, llevándome hacia dentro─. Mis padres salieron, así que podemos hacer el trabajo mientras vemos algo en la televisión ─trajo todos sus libros. Parecía entusiasmada y me encantaba cuando era así de espontánea─. Mi madre ha preparado bocadillos, por si nos daba algo de hambre.
─Tu madre es muy amable ─respondí en voz baja ¡Vamos que nadie te va a comer! ¡Di algo! ¡Cualquier cosa!─. Y entonces, ¿Por dónde comenzamos? ─genial.
─Por dónde quieras, la verdad no sé mucho de esta investigación ─hizo un tierno puchero─. Creo que no voy a ser de gran ayuda ─bajó la cabeza apenada.
Había pasado un buen rato desde que habíamos comenzado, la suerte era que éramos rápidos y ya casi estábamos terminando.
─Terminamos ─expresó estirándose hacía atrás─. ¿No tienes hambre? Voy por algo de comer.
Se levantó y se dirigió hacía la cocina dando pequeños brinquitos. Vaya, está chica era muy enérgica. Miré la hora en mi reloj 11:30pm ya era muy tarde.
─Aquí, ten ─me extendió unos bocadillos y refresco.
─Gracias ─agradecí nerviosos tomando lo que me había dado.
─Entonces Hoseok, ¿Por qué siempre estás solo? ─preguntó y enseguida la miré─. Digo, tienes un amigo, pero casi siempre estás solo. Cómo si no quisieras a más personas junto a ti ─noté como sus mejillas se volvían rosadas, al parecer le daba vergüenza preguntarme.
─No lo sé. Creo que es porque me siento más seguro así ─miré hacia otro lado─. Cuando estamos con personas, la vida se vuelve más alegre, pero para mí es más que eso. Quiero ser tan perfecto para esa persona que al final termino lastimándome a mi o a esa persona.
─Oh, creo que te entiendo, a veces siento qur no soy suficientemente buena para estar en este mundo ─lejos de desviar mi mirada, ahora me había quedado observando a esta hermosa chica, la cual creí siempre fuerte. Pero, al parecer ella también era débil en algunos sentidos, como yo.
─Eso no es así, todos somos buenos para estar en este mundo ─acaricié su mejilla─. Incluso si algunas veces somos un poco diferentes a los demás.
Nos despedimos. Prometiendonos el uno al otro que volveríamos a vernos en la escuela y que, lejos de estar solos, ahora nos teníamos el uno al otro.
Caminé de vuelta a mi casa a paso apresurado, ahora si que no quedaba rastro de nadie en la calle y eso me asustaba mucho.
─Hey niñato ─escuché una fuerte voz detrás de mi y apresuré más el paso.
─Hey tú, estamos hablando contigo ─apareció otro frente a mí y mi corazón comenzó a palpitar fuertemente.
─No tengo dinero ─fuera lo primero que se me ocurrió decir─. Por favor, déjenme ir.
─¿No tienes dinero? ─preguntó uno y los demás comenzaron a reir─. Entonces te matamos.
Escuché eso y comencé a correr lo más rápido que podía hacía algún lugar desconocido. No sabía a dónde me dirigía, solo quería estar a salvo.
Llegué cerca de un puente y me detuve, no tenía a dónde ir, me iban a atrapar, iba a morir. Me detuve en el borde y miré hacia abajo. El agua se veía profunda y fría.
─¿Sabes nadar? ─río y luego me empujó.
Una lágrima cayó de mis ojos y varios recuerdos comenzaron a reproducirse en mi mente como si fuera una antigua película. Los primeros, de mi niñez, esos días en los que lloraba solo por mi padre quien me había abandonado. Luego, los recuerdos de mi adolescencia, todas las veces que era maltratado por personas. Y caí al agua, parecía como si estuvieran clavando cuchillos en mi cuerpo el agua estaba demasiado fría y me era imposible tratar de subir hacia la superficie y en ese momento vinieron a mi todos los momentos en los que quise acabar con mi vida, las veces que creí no tener nada importante en este mundo.
Y ahora que quiero vivir, que tengo una razón por la cual luchar. No puedo respirar.
Quiero respirar...
FIN
Mil gracias, nuevamente, a las personitas que leyeron esta obrita y dieron su apoyo con un votito y/o comentario.
🩷🩷
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top