𝐂 𝐈 𝐍 𝐂 𝐎
Da una calada al cigarrillo que le acaba de encender Felix y suspira mirando la oscuridad de la ciudad. Están en la azotea en el descanso del australiano y Hyunjin se ve más nervioso de lo normal. Su pierna se mueve seguido y no para de mirar hacia todas partes, además lleva esa expresión de que todo le fastidia.
— ¿Qué te pasa? —le pregunta el pecoso expulsando el humo.
— Nada.
— Te conozco y sé que te pasa algo —insiste.
— Es un poco tonto que yo te pregunte esto, pero quiero estar seguro —hace una pausa—. ¿Es posible que un cadáver respire?
— ¿Cómo? —la pregunta suena tan absurda que Felix no puede creerse que la haya formulado el mismísimo Hwang Hyunjin.
— Olvídalo, da igual.
— No, a ver —se toma unos segundos para pensar—. Los cadáveres pueden soltar gases, si es a lo que te refieres.
— No quiero decir eso —persiste perdiendo la paciencia—. Respirar de verdad.
Felix le mira como si estuviera loco por un momento y Hyunjin siente su sangre hervir porque es lo último que desea en el mundo.
— Los muertos no respiran, por eso están muertos —Felix parpadea varias veces seguidas mirando a su amigo atónito.
— Han traído a un niño y creo que ha respirado.
— Te lo habrás imaginado —esboza media sonrisa volviendo a su cigarro.
— Estoy seguro de lo que he presenciado, Felix.
— No estás acostumbrado a trabajar de noche y-
— He investigado sobre él —le interrumpe dejándolo callado.
— ¿Qué?
Hyunjin sabe lo que está por avecinarse después de haber dicho eso. Lo primero que te enseñan en las prácticas laborales es que no debes empatizar demasiado con el paciente para no sufrir demasiado en casos fatales. Mucho menos si se trata de personas que ya no yacen con vida.
— Hyunjin —replica a modo de regaño—, ¿cómo se te ocurre? La vida de esas personas es privada —se queja gesticulando con las manos.
— Se llama Jeongin y le hicieron un exorcismo, una noticia dice que murió por eso y-
— Para —le interrumpe mirándole de mala manera, como si fueran cuchillos afilados atravesandole el alma—. Sabía que no estabas preparado para trabajar —Lee ríe por no llorar—, no debí recomendarte para este trabajo.
— No tiene nada que ver esto con lo que me pasa, Felix. Te digo que algo raro pasa con ese crío —no sabe cuándo, pero la conversación ha subido de tono y ambos están cabreados.
— Mira, me importa una mierda lo que pienses o no y si sigues queriendo creer en esas supersticiones, pero más te vale que no arruines nada porque he dado la cara por ti y no tengo ganas de perder mi trabajo —es la primera vez que Hyunjin se queda sin palabras al ver a su amigo tan enfadado—. Algunos si tenemos dificultades para encontrar plaza en algún sitio —dice por último antes de irse y dejarlo solo en la azotea.
Resentido consigo mismo se termina el cigarro y vuelve a su puesto de trabajo suplicándose a sí mismo que la máquina funcione para terminar su tarea con Yang.
Una vez en el depósito puede ver al guardia sentado en el escritorio con unas bolsas de lo que parece ser comida basura, las cuales alza al verlo.
— ¿Dónde te habías metido? —pregunta divertido.
— Estaba haciendo un descanso, ¿no se supone que debes estar vigilando arriba?
— He pensado que estarías hambriento sin poder salir de aquí y como hemos empezado con mal pie... —titubea acercándose a Hyunjin— he traído algunos dulces.
— Gracias —agradece aunque no es muy fan de los procesados.
— Yo también me aburro mucho ahí arriba solo —comenta mientras se estiraza y da vueltas por la sala—. Aparte de ti y de mí, están los de la clínica privada mientras hacen guardia. Se lo tienen un poco creído, según mi opinión —susurra de forma confidente.
— ¿A qué te refieres?
— Se creen los dioses del lugar, los ves caminando como si estuvieran en la Fashion Week y ni te saludan. En definitiva, dan asco.
Hyunjin esboza una media sonrisa pensando en Felix y como ha osado dejarlo como si fuera estúpido. Ahora ya no estaban al mismo nivel.
— La única persona con la que hablaba era con Yeji, pero creo que está de baja porque su mujer se ha quedado embarazada o algo así —dice no muy seguro—. En fin, por eso espero que tú y yo nos llevemos bien.
— Yo también, Jisung.
— ¿Qué tienes ahí? —pregunta señalando el escritorio y Hyunjin pone los ojos en blanco porque este chico es demasiado hiperactivo y hablador para él.
Coge la pelota de tenis que había encontrado horas antes y se pone a jugar con ella.
— Esto no es un sitio para jugar —le regaña Hwang.
— No seas amargado, aquí no hay nada que dañar, es un montón de espacio mal gastado.
El pelinegro suspira llevándose la mano a la frente y escucha el ascensor ser abierto. De ahí sale Felix con una cara de preocupación.
— ¿Podemos hablar? —pregunta con los hombros caídos.
Hyunjin mira a Jisung jugar de forma torpe con la pelota.
— No rompas nada, ahora vuelvo —Jisung pone una mueca de desagrado y luego le hace burla por detrás—. ¿Qué? —se dirige a Felix ya alejado de Han.
— No quería hablarte así antes —parece ser sincero esta vez—. Sólo me preocupo por ti.
Y mientras Felix se disculpa y Hyunjin busca una sola razón para perdonarlo, la pelota de Jisung se escapa por el pasillo hasta el fondo.
— Oh, vamos —se queja al ver que la pelota ha ido a parar en el fondo oscuro del pasillo.
Comienza a andar por él moviendo los brazos de forma exagerada para que se enciendan las luces automáticas, pero no le detectan pues no se encienden. La única luz (casi escasa y nula) que le alumbra son las de emergencia.
Detiene sus pasos al escuchar un sonido que le pone la piel de gallina. Es como una respiración errática, como si viniera de la oscuridad.
— ¿Hyunjin? —le llama preocupado, sin quitar la vista de ese oscuro y tenebroso pasillo del que no puede ver nada.
Retrocede unos pasos cuando oye el sonido de la pelota botando en el suelo hasta que choca con sus zapatos. No obstante, antes de que pudiera dar media vuelta y echar a correr, una mano calcinada agarra uno de sus tobillos y lo arrastra hasta la oscuridad. Todo pasa tan rápido que a Jisung no le da tiempo a gritar y pedir ayuda.
— Hablamos después, tengo trabajo —le dice Hyunjin.
— Pero no estemos enfadados, ¿si?
— Vale, sí, está bien.
Felix sonríe orgulloso y se vuelve a marchar. Hyunjin suelta otro suspiro y camina hasta la sala en busca de Jisung. Espera escucharle jugando con la pelota o cualquier tontería de las suyas, pero solo hay silencio. Un silencio que no le gusta nada.
— ¿Jisung?
Quería actualizar para el cumple de Felix pero se me olvidó :(
Btw, no sé si lo conté aquí pero publiqué una nueva historia llamada Eomeoni, donde Chan y familia se mudan a una nueva casa, pero hay un espíritu en ella
Vayan a leerla porfis
Y seguirme en tiktok please, me llamo baekspecial y hago edits de mis historias. Creo que hoy subiré uno de Breathe
Que tengan un buen día <8
¿Qué creen que pase con jisung?
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