You're smoke in my hair
Hot and dirty like the LA air
That face, baby. Ain't it fair

Su cabello rojo nunca pasaba desapercibido, mucho menos su usual sombrero.

No era el hombre más alto, pero esas botas le hacían ganar estatura, además de que sus rasgos faciales eran distintivos, bastante gatunos y atractivos. Quizá por eso tenía un apodo tan distintivo como; El Gato con botas.

Había escuchado por ahí que sus ojos verdes eran como dos esmeraldas brillantes que siempre podía usar a su favor, tenía una mirada hipnotizante. Esa era una de las razones por las cuales casi todos en Santa Coloma podrían sentirse atraídos hacia el forajido. Fueran hombres o mujeres.

But what you don't know
What you don't know
What you don't know..

Él lo había estado observando desde hace tiempo, y debía admitir que sí, tenía su atractivo. Podía ser tan tierno como quisiera, pero a la vez perspicaz y hábil para obtener algún beneficio de tí o de cualquier otro.

Lo había oído antes, que el gato con botas era considerado todo un rompe corazones de primera. Coqueteando con casi cualquiera que tuviera en frente, ya fuera para robar alguna pertenencia de esa persona o para divertirse un rato. Después te botaría sin demasiada importancia.

El gato con botas parecía ser todo un reto.

Y a la muerte le gustan los retos.

Uh, uh...
So, you wanna talk about power?
Uh, uh...
Let me show you
Power