𝒕𝒉𝒊𝒓𝒕𝒆𝒆𝒏. open eyes.
・ . ° · 𝖇𝖗𝖆𝖓𝖌𝖜𝖞 . . !
👁️ · .° chapter 𝙩𝙝𝙞𝙧𝙩𝙚𝙚𝙣.. ✦ ❝ open eyes ❞
𝔣𝔦𝔳𝔢 𝔥𝔞𝔯𝔤𝔯𝔢𝔢𝔳𝔢𝔰 𝔣𝔞𝔫𝔣𝔦𝔠𝔱𝔦𝔬𝔫 ❜ 🌪 © 𝗐𝗋𝗂𝗍𝗍𝖾𝗇 𝖻𝗒 𝗆𝖾𝗅 . .
UNITED STATES.
NOVEMBER 22, 2003.
BRANGWY'S POV.
𝐄𝐋 𝐂𝐋𝐈𝐌𝐀 𝐃𝐄 𝐍𝐎𝐕𝐈𝐄𝐌𝐁𝐑𝐄 𝐄𝐑𝐀 𝐓𝐄𝐌𝐏𝐄𝐒𝐓𝐔𝐎𝐒𝐎, el otoño comenzaba a cesar para dar pase al corto invierno, que en la ciudad, era nevado y ventoso. Amaba el invierno, lo recordaba como una de mis épocas favoritas del año, estaba acostumbrada a sus vientos helados. Sin embargo, era algo diferente cuando pisaba las blanquecinas calles de Dallas, Texas.
Precisamente, el día de hoy se cumplía cuarenta años desde el asesinato del ex-presidente John F. Kennedy. Uno de los presidentes más importantes dentro de América y un muy buen amigo de mi padre, valga la redundancia, Sir Reginald Hargreeves.
Es por eso que nosotros, la inigualable Academia Sparrow habíamos sido cordialmente invitados hasta el norte de Texas para la conmemoración del ex-presidente en su honor.
Lo recuerdo perfectamente, luego del desfile por la plaza Dealey mis talones quedaron arruinados. Estaba tan cansada que mis ánimos no eran los suficientes como para seguir el resto del día. Las horas transcurrían lentamente y mi aburrimiento me ganaba, así que fue cuando nuestro padre dio unas palabras en honor a Kennedy, lo recordaría mejor si hubiese prestado atención a detalle en su honorífico discurso.
Pero necesitaba un poco de caos para proseguir, ¿no creen?
Lo desencadené todo, más de lo que tenía pensado, de hecho. Todo se había salido de control en unos instantes. Pero me di cuenta lo suficientemente tarde como para detenerlo.
—Hey.. ¡Hey, Marcus! —susurré a mi hermano, tratando de llamar su atención, osa que fue en vano hasta el momento donde le di un codazo en su antebrazo cubierto por mismo abrigo negro que los siete miembros portabamos— necesito ir un segundo al baño, ya sabes, estas cosas me ponen sentimental y estoy más que segura que mi máscara de pestañas debió correrse...
Él me miró disimuladamente, dudando de lo que salía de mis labios— Bien, pero no tardes.
Eso es lo último que recuerdo antes de que todo se fuera a la mierda.
Gritaba desgarradoramente y podía sentir como mi voz inundaba la habitación. La mayoría de estructuras al interior de la gran mansión estaban apunto de desmoronarse, el polvo decayendo de estás y las plataformas sintiendo el temblor. Luciría como una demolición exhaustiva. Como una pesadilla.
Mis huesos se sentían débiles y mi cuerpo estaba tenso, apretaba mi mandíbula fuertemente mientras trataba de canalizar mi poder. Las luces parpadeaban, la energía caótica que fluía entre estas era muy potente. A tal punto de que explotaran y se quebraran, los pedazos de vidrio volaban por todas partes. Las cortadas se producían en mis piernas descubiertas por la falda del uniforme de la academia.
Escuchaba mi nombre entre susurros de débiles voces y sentía brazos ajenos envolviendo mi cuerpo en la oscuridad, mi piel completamente pálida se sentía helada, gritaba desgarradoramente mientras oía los gritos de las personas despavoridas huir del lugar.
Huyendo de mí.
Sentía mis ojos volverse blanquecinos por completo, y sentía como mi cuerpo se desvanecía entre la vil tormenta que parecía no terminarse jamás.
Después, caí en una tierra completamente desconocida, donde mis pecados me acechaban esparciendo oscuridad entre mis huesos y un rayo cayó cerca de mi cuerpo, mi mente era un desastre y me hallaba en medio de una tormenta que había acabado conmigo.
Una tormenta que había acabado con mi cuerpo y alma.
En noviembre, morí por una onda mortífera y letal creada por mí misma.
IN THE CITY.
PRESENT.
—Tenía catorce años cuando lo descubrí, no habían pasado ni dos semanas cuando regresé. —resopló divertida, evitando su mirada a toda costa, aquellos ojos verdes le ponían los nervios de punta y aún no lograba descifrar el por qué.
Número Cinco se recostó en su asiento, dirigiéndose a ella. El clásico auto aún estaba en movimiento, la noche había tomado lugar nuevamente en la ciudad, y con ella, una brisa algo fuerte estimulada por los poderes de Brangwy.
La velocidad del vehículo era rápida, pero lo suficiente como para seguir observando las luces nocturnas de los edificios destruidos por la reciente manifestación.
El pelinegro pasó una mano por su rostro— no lo entiendo, nosotros creamos la paradoja del abuelo, por eso hay personas desapareciendo, ¿no estoy en lo correcto?
—Mis poderes quedaron encadenados al Kugelblitz. —Brangwy dirigió su mirada brillante hacia él, quien tenía la suya perdida a la par que fruncía su ceño— la habilidad de desintegrar la materia encerrada en una esfera microscópica. ¿Dices que ustedes crearon una paradoja, cierto? —.
Cinco resopló tomando una pausa antes de soltar algo de lo que muy probablemente se arrepentiría, pero no había tiempo, y no podía hacerlo todo solo, esta vez no.
El universo colapsaba nuevamente, no se podía dar el lujo de hacer las cosas a su manera.
—La Paradoja del Abuelo. —asintió acomodando un mechón de su cabello azabache— saltamos a una línea temporal en la que no existíamos, nuestras madres murieron antes de que nosotros pudiéramos nacer...
—Oh, no sabes cuanto lo siento. —respondió la rubia con sus ojos avellana entrecerrados.
Cinco negó con un tono de voz suave— lo peor de todo esto es que la causa sigue suelta por alguna parte de esta ciudad. —se incorporó nuevamente, vaciando su atención en ella— ahora, necesito que me expliques por qué perdiste tu poder y qué tiene que ver eso con el Kugelblitz.
Brangwy bajo su vista un poco desanimada, optando por un tono de voz más serio y oscuro. Ella dio un largo suspiro— cuando morí, y volví a la vida... creé una manifestación similar a mi. Se llevó todo lo que tenía, la destrucción, en parte lo agradezco, sigo algo.. aterrada, eso es todo.
—¿te.. desintegraste a ti misma...? —ella asintió enroscando nuevamente sus finos dedos sobre el volante del coche— debió ser difícil..
Brangwy solo afirmaba— sí, bueno.. sobrevivir en un infierno hecho a la medida bañada en sangre por un tiempo indefinido. Eso no lo haces todos los días..
Número Cinco apreciaba el detalle en sus palabras, su mirada se perdía poco a poco de igual manera— dímelo a mí, sobreviví cuarenta y cinco años en un apocalipsis completamente solo. —una sonrisa se pintó delicadamente en su rostro inconscientemente al verla reír ante su declaración.
—Definitivamente, ganaste. —ambos rieron a la par, observándose mutuamente antes de volver a un silencio sepulcral por partes de ambos— ¿viajaste en el tiempo y te perdiste o..?
—Algo así.
El pelinegro la observaba como si de un objeto invaluable se tratase sin darse cuenta de tal acción hasta que sintió su mirada sobre él nuevamente, desviandola por completo.
—Jamás creí que una persona como tú siquiera se preocupara tanto por su entorno. —habló cambiando el tema de conversación, volviendo a su tono de voz amargo como de costumbre.
Brangwy soltó una risa nasal— en las últimas veinticuatro horas caí inconsciente, perdí a mi alma gemela, estoy por perder a la academia, papá no es papá y bueno.. supongo que algunas veces debemos hacer sacrificios para sobrevivir en algo a lo que no deberíamos. —dio un largo suspiro devolviendo su vista a la iluminada carretera.
Cinco levantó sus pobladas cejas— eso es algo inspirador.
La chica asintió estacionando el auto frente aquél rústico club, en la entrada habian varios motociclistas, la mayoría estaban con un cigarrillo humeante entre sus labios, sus espaldas se apreciaba el metálico letrero adherido a la entrada del lugar
—Brangwy, detente. —le dijo con los ojos abiertos como si un cofre de oro estuviese a su disposición. Esta pisó con su pie derecho el freno y miró el lugar en el que se había estacionado.
El humo que soltaba las motocicletas rodeaban el auto, mientras personas con aspecto algo rebelde y metalero se recostaban en sus vehículos.
Cuando los adolescentes bajaron del auto, Brangwy, por instinto, se apegó tan solo un poco a la espalda de Número Cinco. Se encaminaron hasta la entrada bajo la mirada de los rudos motociclistas.
Al pasar por un pequeño pasadizo, las luces rojizas y violetas se reflejaban en sus rostros, ambos caminaban entre la gente que los observaba de manera neutral. Una vez entraron al sitio, se percataron del olor a alcohol. El cual abundaba por todas partes. Las miradas llenas de extrañeza y agresividad tampoco habían faltado.
Brangwy adelantó su paso, sus pisadas eran silenciadas por la música que invadía el lugar, ella se detuvo frente a una puerta entreabierta que llevaba un pequeño letrero
"Solo miembros"
A los pocos segundos Cinco la alcanzó, tocando cuidadosamente la espalda de la chica para zafarse de la multitud, observando el mismo letrero una vez el ambiente se había despejado. Brangwy no lo pensó más y empujó la puerta de madera con el símbolo de la pandilla.
La rubia tosió brevemente, sacudiendo su mano izquierda al percatarse del humo grisáceo que se encarcelaba en la habitación, segundos después, el sonido de la máquina de tatuajes inundaba sus oídos.
Las lámparas de las cuales brotaban luces amarillentas dejaban ver a una persona cabizbaja concentrada en su trabajo rodeada de más motociclistas En los planes de Brangwy tenía pensado mantener cerrada su boca solo por esta vez. Pero Cinco, sin más. Le habló al cabizbajo.
—Te estuvimos buscando. —Brangwy soltó un pequeño bufido desviando su mirada. Pero al sentir que el adolescente se quedó quieto y al no oír respuesta, volteó a su misma dirección, se detuvo en seco al reconocer al antiguo y singular chimpancé.
Ambos estuvieron un buen tiempo sin ver a ese extraño y viejo amigo de sus familias.
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TODO LO QUE SUCEDE EN EL FLASHBACK ES INVENTADO! NO ESTA BASADO EN LA SERIE NI NADA POR EL ESTILO!
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